LA CONFESIÓN DE SAN PEDRO.
MARTES DE LA
DECIMOSEPTIMA SEMANA
DESPUÉS DE
PENTECOSTÉS.
MEDITACIONES
PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE
PENTECOSTÉS
ORACIÓN PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos,
líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su
majestad infinita, y digamos con humildad:
“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo,
yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que
estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos
pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.
Te adoro con la más profunda humildad y
reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de
todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer
con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre
eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para
conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”
Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.
MARTES DE LA
DECIMOSEPTIMA SEMANA
DESPUÉS DE
PENTECOSTÉS.
LA CONFESIÓN DE
SAN PEDRO.
1.- Preguntaba a sus discípulos: ¿Quién dicen los
hombres que es el Hijo del hombre (1)? San Cirilo Jerosolimitano (2)
dice: Preguntó, no por deseo de gloria vana, sino por enseñarles la verdad.
Para que Pedro manifestase lo que le había sido revelado. Así busca Cristo ser
conocido, no por su bien, sino por el nuestro. ¡Oh Señor! conózcate a ti. Santo
Tomás sobre esto dice: Instrúyenos, para que andemos solícitos de lo que de
nosotros se dice. Si mal, para que lo enmendemos, Si bien, para que lo
conservemos. Pero tú, no por otro fin, ten cuidado del buen nombre (3). Mas
ellos dijeron: Unos, que Juan Bautista; otros, que Elías, etc. Buenas
cosas aquí se profieren; pero no puedes tu evitar que se digan males de ti. A
lo menos procura no dar ocasión de eso.
2.- Mas vosotros ¿quién decís que soy Yo (4)? Espera de ellos
mayores cosas, que le conocían más íntimamente. Respondiendo Pedro, dijo: Tú eres
Cristo Hijo de Dios vivo. Pero tú, ¿quién dices que es Cristo? Tú,
religioso, * o sacerdote debes sentir de Él mayores cosas que un seglar, que un
lego: cualquier cristiano católico, más que el que no lo es. Dices que es Dios.
¿Dónde está la honra que le debes dar? , ¿Cómo le sirves tan tibiamente? ¿Cómo
amas a las criaturas más que a Él?
3.- Respondiendo Jesús, le dijo: Bienaventurado eres,
Simón, hijo de Juan; porque no te lo revelo la carne y la sangre, sino mi Padre
(5).
Ya adviertes que la carne y la sangre o la sabiduría del mundo, no revela las
cosas que son de Dios; porque: El hombre animal no percibe las cosas del
espíritu (6). Aparta, pues, tus oídos de la doctrina del mundo para oír a Dios,
que te habla.
(1) Matth., 16. (2) Cant., 11. (3)
Eccli., 41. (4) Matth., 16. (5) Ibid. (6) I Cor., 2.
ORACIÓN PARA FINALIZAR
TODOS LOS DÍAS:
Os doy gracias,
Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis
inspirado en este rato de oración…
Todo os lo ofrezco
a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…
¡Oh Padre Eterno!
Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre
para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
***
Sagrado Corazón de Jesús, en vos
confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación
mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega
por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por
nosotros.
Todos los santos y santas de Dios,
rogad por nosotros.
***
¡Querido hermano, si te ha gustado
esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
***
Ave María Purísima, sin pecado
concebida.