jueves, 30 de noviembre de 2023

DÍA 3. NOVENA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN, PATRONA DE ESPAÑA

DÍA 3

NOVENA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN, PATRONA DE ESPAÑA

 

Por la señal…

Acto de contrición: ¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta Amén.

 

Oración inicial para todos los días

Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida por Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción: así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que por la gracia de Dios has sido elegida para ser Madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.

 

A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta novena, para rogarte que nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado.

Acordaos, Virgen Santísima, que habéis sido hecha Madre de Dios, no sólo para vuestra dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano.

Acordaos que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a vuestra protección e implorado vuestro socorro, haya sido desamparado. No me dejéis, pues, a mí tampoco, porque si me dejáis me perderé; que yo tampoco quiero dejaros a vos, antes bien, cada día quiero crecer más en vuestra verdadera devoción.
Y alcanzadme principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud cristiana, y la tercera, una buena muerte.

Además, dadme la gracia particular que os pido en esta novena. Hacer aquí la petición que se desea obtener.

A continuación se añade la oración propia para cada día y las oraciones finales con las tres avemarías.

DÍA TERCERO

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como preservaste a la Santísima Virgen María de todo pecado venial en toda su vida, y a nosotros nos pides que purifiquemos más y más nuestras almas para ser dignos de ti, así te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de evitar los pecados veniales y la de procurar y obtener cada día más pureza y delicadeza de conciencia.

 

ORACIONES FINALES

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial Princesa, Virgen sagrada María, te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Rezar tres Avemarías. 

Tu Inmaculada Concepción, oh Virgen Madre de Dios, anunció alegría al universo mundo.

Oh Dios mío, que por la Inmaculada Concepción de la Virgen, preparaste digna habitación a tu Hijo: te rogamos que, así como por la previsión de la muerte de tu Hijo libraste a ella de toda mancha, así a nosotros nos concedas por su intercesión llegar a ti limpios de pecado. Por el mismo Señor nuestro Jesucristo. Amén.

Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación del alma mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.

 

1 de diciembre. SAN ELOY, OBISPO Y CONFESOR. MEDITACIÓN SOBRE EL TRABAJO

1 de diciembre
SAN ELOY
, Obispo y Confesor

Haga cada uno lo que les es propio, trabaje
con sus manos como lo hemos ordenado.
(1 Tesalonicenses, 4, 11).

 

San Eloy, nacido cerca de Limoges hacia el año 590 fue, primeramente, orfebre. Hizo dos tronos para Clotario II con el oro destinado para uno solo y esta probidad le valió el puesto de platero del rey. Nombrado obispo de Noyon, en el año 640, nunca iba a la corte de Dagoberto sin haber orado, y un cortejo de pobres lo seguía. Sus austeridades, sus lágrimas, sus milagros y sus predicaciones sobre los cuatro fines del hombre convirtieron a una muchedumbre de idólatras. Murió en el año 659.

 

MEDITACIÓN SOBRE EL TRABAJO

I. El hombre ha nacido para trabajar. Mandó Dios a Adán que cultivase la tierra, y nadie, sea cual fuese su posición, escapa a la ley del trabajo. Imita a Jesucristo que trabajaba con San José en el taller de Nazaret; es el medio para hacerte agradable a Dios, útil a los demás y a ti mismo. Quien trabaja, decían los Padres del desierto, no tiene para combatir sino al demonio de la ociosidad; el que está ocioso, es tentado por todos los otros demonios, porque la ociosidad es la madre de todos los vicios.

II. Trabaja como hacia San Eloy, ofreciendo a Dios tu trabajo al comienzo del día y de cada una de tus acciones. De tiempo en tiempo renueva esta intención; si hay algo que sufrir, ofrécelo a Jesús crucificado. Terminada tu tarea, examínate y pide perdón a Dios por las faltas que hayas cometido: he aquí el medio para santificar tu trabajo y acumular méritos para la eternidad. Hazlo así en todas tus ocupaciones, tanto corporales como espirituales, sean las que fueren.

III. No emprendas demasiadas cosas, el exceso de trabajo es tan contrario a la salud como la ociosidad. En efecto, traba tu espíritu con infinidad de afanes que ahogan la devoción y te privan de todo tiempo para pensar en Dios. Recuerda siempre que una sola cosa es necesaria: trabajar en tu salvación. ¿Cómo lo haces tú? Buscas las riquezas, y aunque mucho te hayas afanado, tal vez no las encontrarás; pero a Dios, lo encontrarás siempre que quieras. (San Agustín).

 

El recogimiento
Orad por los que os gobiernan.

 

ORACIÓN

Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad del bienaventurado Eloy, vuestro confesor pontífice, aumente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de la salvación. Por J. CN. S. Amén.

miércoles, 29 de noviembre de 2023

DÍA 30. EL PURGATORIO,CÓMO PODEMOS HASTA DESEARLO

DIA 30

EL PURGATORIO,

CÓMO PODEMOS HASTA DESEARLO

 

MES DE NOVIEMBRE PARA LA REFORMA

Y PERFECCIÓN DE LA VIDA

A LA LUZ DEL PURGATORIO Y POR MEDIO DE LA DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ALMAS

D. Felix Sardá y Salvany

 

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Redentor y Salvador mío, que habéis de ser un día Juez inexorable de mi pobre alma: a vuestros pies se presenta la mía llena de confusión por sus muchos pecados y por la enorme deuda que por ellos tiene pendiente ante vuestro justísimo tribunal. Perdonádselo todo, oh, amantísimo Jesús, por los méritos de vuestra Sangre, que es de valor infinito, pues ya arrepentido y humillado os pido perdón y reconciliación. Concedédmelo por las lágrimas de vuestra dolorida Madre, que lo es de un modo particular de los pecadores como yo, y por lo mucho que amáis a vuestras esposas, las almas del Purgatorio, en cuya utilidad y sufragio me propongo practicar este piadoso ejercicio. Amén.

 

DIA 30

EL PURGATORIO,

CÓMO PODEMOS HASTA DESEARLO

 

I

No solamente no ha de causarnos terror el Purgatorio, sino que podemos hasta desearlo y a Nuestro Señor pedirlo como último medio de purificación que nos haga posible el acceso a su divina presencia. El Purgatorio es la antesala del cielo. El alma al entrar en el Purgatorio sacude, por decirlo así, todas las incertidumbres de la presente vida en orden a su salvación, que ya desde entonces no puede en manera alguna serle arrebatada. No ya más tentaciones, no ya más ocasiones de pecar, no ya más posibles agravios contra su Dueño y Señor. Fijada se halla ya para siempre su eterna suerte, y ésta es la de los Santos bienaventurados. Ciudadana de la patria feliz, tiene ya para ella bien garantidos todos sus derechos, aunque le falte la posesión. Con envidia podemos mirar su estado los que nos hallamos todavía entre el oleaje y escollos del mar proceloso del mundo; ellas no pueden mirarnos sino con profunda compasión. En puerto se hallan donde ya no es posible el naufragio, no así nosotros que lejos de aquél, podríamos aún errar el rumbo y perecer. Podemos, pues, desear el Purgatorio para nosotros y desearlo para nuestros deudos y amigos, sin perjuicio de trabajar y orar para que se nos abrevie a ellos y a nosotros ese período de dolorosa prueba. Y todas las penas de esta vida podríamos dar por bien empleadas. a trueque de conseguir plaza en él. ¿Que no debería reputarse poco, entre todo lo que acá puede acontecernos de sensible y aflictivo, si se mirase como prenda cierta para que con ello tuviésemos desde ahora plenamente asegurada la gloria del cielo? Y ésta es la condición envidiable del alma en el Purgatorio, confirmada allí en gracia, plenamente certificada de que no puede ya perderla ni perder a Dios.

 

II

¡Oh, buen Jesús y Señor mío! Al cielo subisteis a los cuarenta días de vuestra triunfante Resurrección, y allá os llevasteis cautivos los corazones de vuestros discípulos y Madre Santísima hasta que plugo a vuestra, soberana bondad asociarlos eternamente a las dichas de vuestro reino inmortal. Cautivas de vuestro amor e impacientes por veros y gozaros os contemplan desde sus penas las almas del Purgatorio, anhelando como Vos, el día suspirado de su ascensión a la gloria prometida. Prometida, sí, pero aún no lograda: no lo grada aún, pero ya cierta e infaliblemente segura. Esto puede tenernos santamente envidiosos a los de acá, que de tal felicidad sólo tenemos promesa condicional, fundada esperanza, pero no seguridad completa. Aún podemos ofenderos gravemente, divino Salvador, y en desgracia ponernos con. Vos, y en tal estado ser sorprendidos por la muerte y precipitarnos en eterna ruina. ¿Cuál es, pues, más lastimosa situación, la del pecador n el mundo o la del alma en el Purgatorio? Por eso la devoción a las benditas almas debe siempre enderezarse tanto al consuelo y alivio de ellas, como al provecho de los que andamos todavía el peligroso viaje a la incierta eternidad. Roguemos por ellas, y rueguen ellas por nosotros, y por todos sean de provecho, divino Juez de vivos y muertos, los pasos de vuestra vida dolorosa y gloriosa, que durante este Mes hemos procurado considerar. A todos nos atraiga a lo alto con divina atracción el misterio último de vuestra existencia visible sobre la tierra, cual es la de vuestra Ascensión a los cielos. Y como al despediros allí de vuestra Madre y discípulos les bendijisteis con postrera amorosa bendición, dádnosla hoy como prenda de eterna dicha a nosotros y a las almas del Purgatorio, desde la diestra del Padre, donde con El y con el Espíritu Santo vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén.

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Os ofrezco, piadosísimo Señor y Padre mío, los rezos y demás actos de este día en sufragio de las benditas almas del Purgatorio, suplicándoos por vuestra infinita bondad y por los dolores y lágrimas de vuestra Madre y mía María Santísima, el consuelo y alivio y final descanso de aquellas vuestras esposas por la gracia y hermanas mías por la fe y la caridad. De un modo particular os recomiendo las de mis padres, parientes, amigos y bienhechores, por quien tengo sin duda mayor obligación; las de cuantos por mi causa estén en aquellas acerbas penas; las de los que están más olvidados de todos y más necesitados de mi pobre sufragio. ¡Oh, Señor y Padre mío! Aceptad en descuento de sus deudas ante vuestra eterna justicia mis humildes satisfacciones, y muy particularmente cada uno de los actos de este Mes, y concededme ser, como mis hermanas las almas del Purgatorio, eficazmente ayudado, cuando en él se halle la mía. Amén.

***

En recuerdo de la Sagrada Pasión de nuestro Salvador y en sufragio de las benditas almas:

5 padrenuestros, Avemaría y Gloria.

 

Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis.

Requiescant in pace. Amen.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace. Amen.

DÍA 2. NOVENA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN, PATRONA DE ESPAÑA

DÍA 2

NOVENA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN, PATRONA DE ESPAÑA

 

Por la señal…

Acto de contrición: ¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta Amén.

 

Oración inicial para todos los días

Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida por Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción: así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que por la gracia de Dios has sido elegida para ser Madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.

 

A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta novena, para rogarte que nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado.

Acordaos, Virgen Santísima, que habéis sido hecha Madre de Dios, no sólo para vuestra dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano.

Acordaos que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a vuestra protección e implorado vuestro socorro, haya sido desamparado. No me dejéis, pues, a mí tampoco, porque si me dejáis me perderé; que yo tampoco quiero dejaros a vos, antes bien, cada día quiero crecer más en vuestra verdadera devoción.
Y alcanzadme principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud cristiana, y la tercera, una buena muerte.

Además, dadme la gracia particular que os pido en esta novena. Hacer aquí la petición que se desea obtener.

A continuación se añade la oración propia para cada día y las oraciones finales con las tres avemarías.

DÍA SEGUNDO

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como preservaste a la Santísima Virgen María de todo pecado mortal en toda su vida y a nosotros nos das gracia para evitarlo y el sacramento de la confesión para remediarlo, así te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de no cometer nunca pecado mortal, y si incurrimos en tan terrible desgracia, la de salir de él cuanto antes por medio de una buena confesión.

 

ORACIONES FINALES

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial Princesa, Virgen sagrada María, te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Rezar tres Avemarías. 

Tu Inmaculada Concepción, oh Virgen Madre de Dios, anunció alegría al universo mundo.

Oh Dios mío, que por la Inmaculada Concepción de la Virgen, preparaste digna habitación a tu Hijo: te rogamos que, así como por la previsión de la muerte de tu Hijo libraste a ella de toda mancha, así a nosotros nos concedas por su intercesión llegar a ti limpios de pecado. Por el mismo Señor nuestro Jesucristo. Amén.

Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación del alma mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.