DÍA 20
EL PURGATORIO,
y LA RECEPCIÓN DE LOS SANTOS SACRAMENTOS
MES DE NOVIEMBRE PARA LA REFORMA
Y PERFECCIÓN DE LA VIDA
A LA LUZ DEL PURGATORIO Y POR MEDIO DE LA DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ALMAS
D. Felix Sardá y Salvany
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Redentor y Salvador mío, que habéis de ser un día Juez inexorable de mi pobre alma: a vuestros pies se presenta la mía llena de confusión por sus muchos pecados y por la enorme deuda que por ellos tiene pendiente ante vuestro justísimo tribunal. Perdonádselo todo, oh, amantísimo Jesús, por los méritos de vuestra Sangre, que es de valor infinito, pues ya arrepentido y humillado os pido perdón y reconciliación. Concedédmelo por las lágrimas de vuestra dolorida Madre, que lo es de un modo particular de los pecadores como yo, y por lo mucho que amáis a vuestras esposas, las almas del Purgatorio, en cuya utilidad y sufragio me propongo practicar este piadoso ejercicio. Amén.
DÍA 20
EL PURGATORIO,
y LA RECEPCIÓN DE LOS SANTOS SACRAMENTOS
I
Participamos del altar los que asistimos con devoción al augusto Sacrificio que en él ofrece el sacerdote; pero más propiamente tenemos esta participación, cuando recibimos en nuestros corazones los mismos sacratísimos Cuerpo y Sangre del Divino Salvador por medio de la ·Sagrada Comunión. Es más que reverenciada Santa Eucaristía tener verdadera y formal posesión de ella en nuestro pecho como en animado Sagrario; es una como transfusión de la Sangre de las penas del Redentor en las venas propias; es una cierta deificación y consagración de nuestra humana naturaleza por medio de tan inefable consorcio. Pero es, sobre todo, sufragio de infinito valor en pro de las almas del Purgatorio y satisfacción previa por nuestras culpas para cuando por ellas tengamos que padecer allí. El cristiano devoto del Purgatorio debe ser, pues, por todos conceptos devotísimo frecuentador de la Sagrada Comunión. Y de ningún modo mejor puede permanecer unido a los suyos que pasaron ya de' esta vida mortal, que uniéndose cada día con ellos por medio del sufragio de Comuniones fervorosísimas. Más que los aparatosos obsequios humanos, más que las gasas y crespones del luto oficial, más que los artísticos recordatorios y profanas coronas, serán de provecho y a la vez de consuelo para vivos y difuntos las Comuniones diarias y con el mayor fervor preparadas y recibidas. El abrazo sacramental de fe y amor con Cristo bajo las santas especies, podemos bien figurárnoslo como otro abrazo de cristiana caridad con nuestros hermanos del Purgatorio, a quien se lo envía nuestro desolado corazón.
II
Palabras todas de sublime enseñanza lanzasteis desde la cruz, dulcísimo Jesús mío, durante las tres horas aquellas que duró vuestra amarguísima agonía. Palabras de súplica por vuestros verdugos; de perdón para el ladrón arrepentido; de consuelo y encomienda para vuestra Madre y el discípulo amado; de dolorida queja por la sed congojosa de vuestro Cuerpo y por el desamparo más congojoso aún de vuestra alma benditísima; de corona y perfección consumada de toda vuestra vida, y, por fin, de confiado abandono de vuestro espíritu en manos del Padre celestial. ¡Oh hermoso postrer testamento del Hombre Dios! ¡Cómo por última vez se comunica el Divino Jesús al mundo todo y a sus amigos en particular por medio de estas postreras expansiones. de su adorable Corazón! ¡Quién pudiese haberse hallado allí al pie de1a cruz, para recogerlas de la divina boca y guardarlas como el más preciado recuerdo del Divino Moribundo! Tales comunicaciones y d1vinas expansiones tiene el Señor Sacramentado, para el alma que dignamente lo recibe en la Santa Comunión Allí, mejor que al pie de la cruz, es dado oír su inspiración y como percibir a la par del nuestro su amoroso latido. No envidiemos a la Virgen, a Juan y a la Magdalena, que tuvieron tan privilegiado sitio de honor junto al Salvador expirante. Más cerca y más allegado y con mayor intimidad le tenemos cada día nosotros. Aprovechémosla esa intimidad de trato y cariñosa confidencia en bien de nuestras almas, y en alivio de las que tienen derecho a nuestros sufragios. Amén.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Os ofrezco, piadosísimo Señor y Padre mío, los rezos y demás actos de este día en sufragio de las benditas almas del Purgatorio, suplicándoos por vuestra infinita bondad y por los dolores y lágrimas de vuestra Madre y mía María Santísima, el consuelo y alivio y final descanso de aquellas vuestras esposas por la gracia y hermanas mías por la fe y la caridad. De un modo particular os recomiendo las de mis padres, parientes, amigos y bienhechores, por quien tengo sin duda mayor obligación; las de cuantos por mi causa estén en aquellas acerbas penas; las de los que están más olvidados de todos y más necesitados de mi pobre sufragio. ¡Oh, Señor y Padre mío! Aceptad en descuento de sus deudas ante vuestra eterna justicia mis humildes satisfacciones, y muy particularmente cada uno de los actos de este Mes, y concededme ser, como mis hermanas las almas del Purgatorio, eficazmente ayudado, cuando en él se halle la mía. Amén.
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En recuerdo de la Sagrada Pasión de nuestro Salvador y en sufragio de las benditas almas:
5 padrenuestros, Avemaría y Gloria.
Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis.
Requiescant in pace. Amen.
Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace. Amen.