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sábado, 30 de julio de 2022

DÍA 31. SANGRE DE CRISTO, DIGNÍSIMA DE TODA GLORIA Y HONOR

DÍA 31.  SANGRE DE CRISTO, DIGNÍSIMA DE TODA GLORIA Y HONOR

Mes de julio a la preciosísima Sangre de Jesús

 

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Ante Jesús Sacramentado, visitándolo en el Sagrario ya presencialmente, ya espiritualmente, recitemos la siguiente oración compuesta por san Alberto Magno:

 

ORACIÓN A LA PRECIOSA SANGRE DE JESÚS

de San Alberto Magno

Yo te adoro, Oh Preciosa Sangre de Jesús, flor de la creación, fruto de virginidad, instrumento inefable del Espíritu Santo, y me regocijo al pensar que tú viniste de la gota de la sangre virginal sobre la cual el amor eterno imprimió su movimiento; Tú fuiste asumida por la Palabra y deificada en Su persona.

Yo estoy embargado de emoción cuando pienso de tu paso del corazón de la Santísima Virgen al corazón de la Palabra, y, siendo vivificada por el aliento de la Divinidad, volviéndote adorable porque te volviste la sangre de Dios.

Yo te adoro dentro de las venas de Jesús, preservada en su humanidad como el maná en la urna de oro, el memorial de la Redención eterna que El cumplió durante los días de su vida terrenal. Yo te adoro, Sangre de la nueva y eterna alianza, fluyendo de las venas de Jesús en Getsemaní, de la carne arrancada por los latigazos en el Pretorio, de sus manos y pies perforados y de su costado abierto en el Gólgota. Yo te adoro en los Sacramentos, en la Eucaristía, donde yo sé que estás sustancialmente presente...

Pongo toda mi confianza en Ti, Oh Sangre adorable, nuestra Redención, nuestra regeneración. Cae, gota a gota, en los corazones que se han alejado de Ti y suavízalos de su dureza.

Oh adorable Sangre de Jesús, lava nuestras manchas, sálvanos de la ira del ángel vengador. Irriga la Iglesia; hazla fructífera con apóstoles y trabajadores de milagros, enriquécela con almas que sean santas, puras y radiantes con belleza divina. Amén.

 

31.         Sangre de Cristo, dignísima de toda gloria y honor

El papa Juan XXIII fue, en los últimos tiempos, un gran impulsor de la devoción y adoración a la Sangre del Salvador. Sirvan sus palabras en la Carta Apostólica “Inde a primis” para afianzar y excitar en nosotros esta devoción: “La Sangre de Cristo, precio de nuestro rescate, prenda de salvación y de vida eterna, ha de ser objeto de más devotas meditaciones y más frecuentes comuniones sacramentales por parte de los fieles, reflexionando en el valor sobreabundante, infinito, de esta Sangre verdaderamente preciosísima, de la cual una sola gota puede salvar al mundo de todo pecado, como canta la Iglesia en el Adoro te devote. Porque, si es infinito el valor de la Sangre del Hombre Dios e infinita la caridad que le impulsó a derramarla desde el octavo día de su nacimiento y después con mayor abundancia en la agonía del huerto, en la flagelación y coronación de espinas, en la subida al Calvario y en la Crucifixión y, finalmente, en la extensa herida del costado, como símbolo de esa misma divina Sangre, que fluye por todos los Sacramentos de la Iglesia, es no sólo conveniente sino muy justo que se le tribute homenaje de adoración y de amorosa gratitud por parte de los que han sido regenerados con sus ondas saludables.”

 

PROPÓSITO: Mantener nuestra devoción de la sangre de Cristo todos los días, particularmente en el momento de la comunión y considerar los beneficios que el Señor se ha dignado concedernos por su preciosa Sangre, siendo agradecidos, dándole gloria y honor con nuestra vida.

 

JACULATORIA: Sangre de Cristo, dignísima de toda gloria y honor, sálvanos.

 

Para finalizar:

LETANÍAS DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE CRISTO

CONSAGRACIÓN A LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE CRISTO

 


CONSAGRACIÓN

A LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE CRISTO

 

¡Oh preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, derramada con infinita pasión, misericordia y donación!

¡Sangre majestuosa de todo un Dios encarnado en las purísimas entrañas de tu amadísima Madre, la Virgen María! Con profunda admiración, arrobo y reverencia me presento por María, con María y en María a tu divina Majestad. Como apóstol indigno me postro enamorado ante el misterio sublime de tu Pasión y Muerte en la Cruz.

¡Oh, Jesús amado! ¡Oh, Verbo encarnado y traspasado! Rebosante de anhelo caigo hoy ante tus plantas para unirme como brizna ínfima al insondable océano de tu entrega inagotable y admirable.

Así como en las terribles horas de angustia en Getsemaní pediste a Pedro, Santiago y Juan que velaran sin descanso, quiero responder con un sí a esta llamada que cada día se actualiza, pues la noche ha cubierto con un velo negro la redondez de la Tierra y las tinieblas acechan en penumbra a la humanidad golpeada por el pecado.

Señor mío, y Dios mío, con verdadera devoción yo, ____________________________ me consagro a tu Preciosísima Sangre derramada en el suplicio de tu Pasión. Como soldado de María quiero dejarme revestir con las armas de la oración y la penitencia para atraer a tu ardiente corazón, sediento y enamorado, las almas heridas y alejadas por el mal y envueltas en sombras.

¡Oh, Maestro bueno, de cuyo rostro desfigurado brotaron gotas de sangre y sudor al contemplar espantado la fealdad de nuestros pecados, indiferencias, desprecios, egoísmos, codicias y toda clase de males que asolan a los hombres! Imploro tu perdón y deseo adorar, amar y enjugar la Preciosísima Sangre que brotó de tu cuerpo y de tu rostro humano y divino.

Así como el maligno enemigo quiso desalentarte poniendo a prueba tu humanidad santísima al mostrarte el mal en todas sus formas, ruego, por tu gracia infinita, poder servirte de consuelo uniéndome a una de esas almas cuya vida y obras te fueron presentadas, a través de los ángeles, para alentar tus fuerzas en aquellas terribles horas de tremenda expiación.

Esposo compasivo, gracias por el plan de salvación.

Con las obras de mi vida tejeré un lienzo de amor, para cubrir tus cinco llagas que nos dieron redención.

 

En ___________________, el ___ de julio de 2022.

Fiesta de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

viernes, 29 de julio de 2022

DÍA 30. SANGRE DE CRISTO, QUE LIBERA A LAS ALMAS DEL PURGATORIO

DÍA 30.  SANGRE DE CRISTO, QUE LIBERA A LAS ALMAS DEL PURGATORIO

Mes de julio a la preciosísima Sangre de Jesús

 

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Ante Jesús Sacramentado, visitándolo en el Sagrario ya presencialmente, ya espiritualmente, recitemos la siguiente oración compuesta por san Alberto Magno:

 

ORACIÓN A LA PRECIOSA SANGRE DE JESÚS

de San Alberto Magno

Yo te adoro, Oh Preciosa Sangre de Jesús, flor de la creación, fruto de virginidad, instrumento inefable del Espíritu Santo, y me regocijo al pensar que tú viniste de la gota de la sangre virginal sobre la cual el amor eterno imprimió su movimiento; Tú fuiste asumida por la Palabra y deificada en Su persona.

Yo estoy embargado de emoción cuando pienso de tu paso del corazón de la Santísima Virgen al corazón de la Palabra, y, siendo vivificada por el aliento de la Divinidad, volviéndote adorable porque te volviste la sangre de Dios.

Yo te adoro dentro de las venas de Jesús, preservada en su humanidad como el maná en la urna de oro, el memorial de la Redención eterna que El cumplió durante los días de su vida terrenal. Yo te adoro, Sangre de la nueva y eterna alianza, fluyendo de las venas de Jesús en Getsemaní, de la carne arrancada por los latigazos en el Pretorio, de sus manos y pies perforados y de su costado abierto en el Gólgota. Yo te adoro en los Sacramentos, en la Eucaristía, donde yo sé que estás sustancialmente presente...

Pongo toda mi confianza en Ti, Oh Sangre adorable, nuestra Redención, nuestra regeneración. Cae, gota a gota, en los corazones que se han alejado de Ti y suavízalos de su dureza.

Oh adorable Sangre de Jesús, lava nuestras manchas, sálvanos de la ira del ángel vengador. Irriga la Iglesia; hazla fructífera con apóstoles y trabajadores de milagros, enriquécela con almas que sean santas, puras y radiantes con belleza divina. Amén.

 

30.   Sangre de Cristo, que libera a las almas del Purgatorio

Enseña el  Catecismo: “Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo. La Iglesia llama purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados.”

Por eso, desde siempre, la Iglesia ha renovado el sacrificio de la santa misa y lo ha aplicado como sufragio por las almas del purgatorio, para que, una vez purificadas por la sangre redentora de Cristo, “puedan llegar a la visión beatífica de Dios. La Iglesia también recomienda la limosna, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos.” (Cfr. 1030-1032)

No dejemos de ofrecer misas y otros sufragios por nuestros difuntos y, en general, por las almas del purgatorio; pues en la economía de la comunión de los santos, sabemos que ninguna gracia se pierde y siempre redunda en bien de todo el cuerpo místico de Cristo.

 

PROPÓSITO: Ofrecer la misa de hoy u otro sacrificio por las benditas almas del purgatorio.

 

JACULATORIA: Sangre de Cristo, que libera a las almas del Purgatorio, sálvanos.

 

Para finalizar:

LETANÍAS DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE CRISTO

jueves, 28 de julio de 2022

DÍA 29. SANGRE DE CRISTO, PRENDA DE LA VIDA ETERNA

DÍA 29. SANGRE DE CRISTO, PRENDA DE LA VIDA ETERNA

Mes de julio a la preciosísima Sangre de Jesús

 

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Ante Jesús Sacramentado, visitándolo en el Sagrario ya presencialmente, ya espiritualmente, recitemos la siguiente oración compuesta por san Alberto Magno:

 

ORACIÓN A LA PRECIOSA SANGRE DE JESÚS

de San Alberto Magno

Yo te adoro, Oh Preciosa Sangre de Jesús, flor de la creación, fruto de virginidad, instrumento inefable del Espíritu Santo, y me regocijo al pensar que tú viniste de la gota de la sangre virginal sobre la cual el amor eterno imprimió su movimiento; Tú fuiste asumida por la Palabra y deificada en Su persona.

Yo estoy embargado de emoción cuando pienso de tu paso del corazón de la Santísima Virgen al corazón de la Palabra, y, siendo vivificada por el aliento de la Divinidad, volviéndote adorable porque te volviste la sangre de Dios.

Yo te adoro dentro de las venas de Jesús, preservada en su humanidad como el maná en la urna de oro, el memorial de la Redención eterna que El cumplió durante los días de su vida terrenal. Yo te adoro, Sangre de la nueva y eterna alianza, fluyendo de las venas de Jesús en Getsemaní, de la carne arrancada por los latigazos en el Pretorio, de sus manos y pies perforados y de su costado abierto en el Gólgota. Yo te adoro en los Sacramentos, en la Eucaristía, donde yo sé que estás sustancialmente presente...

Pongo toda mi confianza en Ti, Oh Sangre adorable, nuestra Redención, nuestra regeneración. Cae, gota a gota, en los corazones que se han alejado de Ti y suavízalos de su dureza.

Oh adorable Sangre de Jesús, lava nuestras manchas, sálvanos de la ira del ángel vengador. Irriga la Iglesia; hazla fructífera con apóstoles y trabajadores de milagros, enriquécela con almas que sean santas, puras y radiantes con belleza divina. Amén.

 

29.          Sangre de Cristo, prenda de la Vida Eterna

La Sangre de Cristo que recibimos en la Comunión es anticipación de la gloria celestial. Cada vez que la Iglesia celebra el Sacramento de la Eucaristía dirige su mirada hacia Aquel que viene acompañado de sus ángeles entre las nubes, en una ferviente espera de su venida en majestad, para inaugurar los cielos nuevos y la tierra nueva, donde todos seamos uno en Dios.

Jesús frecuentemente comparaba el reino de los cielos con un banquete o festín, como experiencia humana de comunión, alegría, gozo, descanso, fraternidad… Por el Sacramento de la Eucaristía Él está presente en medio de nosotros, pero de forma velada, bajo las apariencias sacramentales. Al beber el cáliz de su sangre, se anticipa ya ahora en este mundo la vida del cielo: Vivir en el cielo es estar con Cristo, es una vida de comunión y amor con la Santísima Trinidad, la Virgen María, los ángeles y todos los bienaventurados.

 

PROPÓSITO: En la comunión sacramental o espiritual de este día, unirnos a la adoración y a la acción de gracias de la Iglesia del cielo con la Virgen y los santos.

 

JACULATORIA: Sangre de Cristo, prenda de la Vida Eterna, sálvanos.

 

Para finalizar:

LETANÍAS DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE CRISTO