
ORACIONES
POR
EL PRÓXIMO CÓNCLAVE
PARA
LA ELECCIÓN DEL ROMANO PONTÍFICE
Invocación
al Espíritu Santo
por
el próximo cónclave para la elección del Romano Pontífice
Veni Creator Spiritus,
Mentes tuorum
visita,
Imple superna
gratia,
Quae tu creasti,
pectora.
Qui diceris Paraclitus,
Altissimi
donum Dei,
Fons vivus, ignis, caritas,
Et spiritalis unctio.
Tu septiformis munere,
Digitus Paternae
dexterae,
Tu rite
promissum Patris,
Sermone ditans
guttura.
Accende lumen
sensibus,
Infunde amorem cordibus,
Infirma nostri corporis,
Virtute
firmans perpeti.
Hostem repellas longius,
Pacemque dones
protinus;
Ductore sic te
praevio,
Vitemus omne
noxium.
Per te sciamus da
Patrem
Noscamus atque Filium;
Teque utriusque Spiritum
Credamus omni tempore. Amen.
V/. Emítte Spíritum tuum, et creabúntur :
R/. Et renovabis fáciem terræ.
Oremus: Súpplici, Dómine, humilitáte depóscimus: ut
sacrosáncte Romanae Ecclesiae concédat Pontificem illam tua immensa pietas;
qui et pio semper et nos stúdio tibi plácitus, et tuo pópulo pro Salubri
regimine sit ad gloriam assídue tui nominis reveréndus. Per Christum Dominum nostrum.
R/. Amen.
|
Ven Espíritu creador;
visita las
almas de tus fieles.
Llena de
la divina gracia los corazones
que Tú
mismo has creado.
Tú eres nuestro consuelo,
don de Dios altísimo,
fuente viva, fuego, caridad
y espiritual unción.
Tú nos das los siete dones;
Tú el dedo
de la mano de Dios,
Tú el
prometido del Padre,
pones en
nuestros labios tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos,
infunde tu amor en nuestros
corazones
y con tu perpetuo auxilio,
fortalece nuestra frágil carne.
Aleja de nosotros al enemigo,
danos
pronto tu paz,
siendo Tú
mismo nuestro guía
evitaremos
todo lo que es nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre
y también al Hijo y que en Ti,
que eres el Espíritu de ambos,
creamos en todo tiempo. Amén.
V/. Envía tu Espíritu y se hará una creación nueva :
R/. Y renovarás la faz de la tierra
Oremos: Te suplicamos humildemente, oh Señor, que por
tu inmensa piedad concedas a la sacrosanta Iglesia Romana un Pontífice que
te sea siempre agradable por su santo celo para con nosotros y sea siempre digno de la reverencia de tu pueblo por su saludable gobierno para gloria de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.
|
Letanías
al Espíritu Santo
Señor, ten piedad.
Cristo ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo,
escúchanos.
Dios Padre
celestial.
R/. Ten misericordia
de nosotros.
Dios Hijo,
Redentor del mundo.
Dios Espíritu
Santo.
Trinidad Santa, un
solo Dios.
Espíritu Santo que
procedes del Padre y del Hijo,
R/. Te alabamos y te
bendecimos
ó otras respuestas: Inspira a los
Cardenales.
Asístelos.
Espíritu del
Señor, Dios de Israel.
Espíritu que
posees todo poder.
Espíritu, fuente
de todo bien.
Espíritu que
embelleces los cielos.
Espíritu de
sabiduría e inteligencia.
Espíritu de
consejo.
Espíritu de
fortaleza.
Espíritu de
ciencia.
Espíritu de
piedad.
Espíritu de temor
del Señor.
Espíritu,
inspirador de los santos.
Espíritu prometido
y donado por el Padre.
Espíritu de gracia
y de misericordia.
Espíritu suave y
benigno.
Espíritu de salud
y de gozo.
Espíritu de fe y
de fervor.
Espíritu de paz.
Espíritu de
consolación.
Espíritu de
santificación.
Espíritu de bondad
y benignidad.
Espíritu, suma de
todas las gracias.
Cordero de Dios
Que quitas los pecados del mundo.
R/. Perdónanos,
Señor.
Cordero de Dios
que quitas los pecados del mundo.
R/. Escúchanos Señor.
Cordero de Dios
que quitas los pecados del mundo.
R/. Ten piedad de nosotros.
V/. Envía tu Espíritu y se hará una creación nueva:
R/. Y renovarás la faz de la tierra
Oremos:
Oh Dios, que
has iluminado los corazones de tus fieles
con la luz
del Espíritu Santo;
te pedimos
especialmente por los Cardenales reunidos en cónclave,
purifica sus
corazones y dales a conocer tu voluntad
para que
dóciles a tu Espíritu
elijan al
Pastor de la Iglesia Universal
que te
agrade por su santidad y sea útil a tu pueblo
por su
vigilante dedicación pastoral.
Por
Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Preces
por el Cónclave
Acudamos
confiados al trono de la gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar la
gracia de un auxilio oportuno, sabiendo
que el Señor que no nos abandona y que
guía los destinos de los hombres y de los pueblos, que conoce todas nuestras
necesidades, y las de su santa Iglesia.
1.
Te pedimos, Señor, que concedas a tu Iglesia un digno
sucesor de Pedro, que como Padre y Pastor cuide de tu Iglesia obrando según los
deseos de tu corazón y guiándola por los caminos de tu voluntad. Oremos.
R/. Kyrie, eleison.
2.
Por los
Cardenales que tienen la misión y la responsabilidad de elegir al soberano
Pontífice, para que Dios se digne visitarlos con su gracia, iluminarlos con su
Espíritu y revestirlos con su fuerza para que libres de toda acepción de personas, prejuicios,
intereses y debilidades elijan a aquel
en quien tú has puesto tu mirada. Oremos
R/. Kyrie, eleison.
3.
Por los obispos de la Iglesia, por los sacerdotes y
diáconos, por los religiosos y por los seminaristas, por todo el pueblo santo
de Dios para que con espíritu de fe acojamos al nuevo Papa que tú quieras
darnos y le obedezcamos como al mismo Cristo. Oremos.
R/. Kyrie, eleison.
4.
Por todos aquellos que no creen o rechazan a Cristo,
por aquellos que buscan la verdad, por aquellos que todavía no te conocen y por
los hombres de buena voluntad para que el amor entre todos los miembros de la
Iglesia los ayuden a llegar a ti. Oremos.
R/. Kyrie, eleison.
5.
Por aumento de vocaciones sacerdotales, religiosas y
misioneras. Por el eterno descanso de los fieles difuntos. Oremos.
R/. Kyrie,
eleison.
Oh
Dios, Padre de todos los dones, de quien viene cuanto somos y tenemos; te
pedimos que nos enseñes a reconocer los
beneficios de tu amor, y a amarte con todas las fuerzas de nuestro corazón.
Danos un Papa santo según los deseos de tu Corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.
Oración
a la Virgen Maria
por
el cónclave
La mejor oración y la más poderosa es el Rosario. Ofrezcámoslo
en estos días por el Cónclave, por los Cardenales electores y por el próximo
Papa. Al finalizar las letanías, se
puede decir alguna de estas oraciones.
[Elección de un nuevo Papa]
Dios todopoderoso,
que derramaste el
Espíritu Santo sobre los apóstoles,
reunidos en
oración con María, la Madre de Jesús,
concédenos, por
intercesión de la Virgen,
un Romano
Pontífice santo,
que se entregue fielmente
a tu servicio
y proclame la
gloria de tu nombre con testimonio de palabra y de vida.
Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
[Por los cardenales]
Dios todopoderoso,
tú que inspiraste
a la Virgen María,
cuando llevaba en
su seno a tu Hijo,
el deseo de
visitar a su prima Isabel,
concede a los
Cardenales reunidos en cónclave,
que, dóciles al
soplo del Espíritu,
obren y elijan
según tu voluntad.
Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
[Para acoger al nuevo Papa]
Dios y Padre de
nuestro Salvador Jesucristo,
que en María,
virgen santa y madre diligente,
nos has dado la
imagen de la Iglesia;
envía tu Espíritu
en ayuda de nuestra debilidad,
para que
perseverando en la fe
obedientes al
Pastor de la Iglesia Universal que tú quieras concedernos
crezcamos en el
amor
y avancemos juntos
hasta la meta de la bienaventurada esperanza.
Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
Letanías
de los Santos
Apóstoles
Santos Pontífices y Cardenales
Señor, ten piedad.
Cristo ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo,
escúchanos.
Santa María, Madre
de la Iglesia,
R/. Ruega por
nosotros.
San Miguel,
defensor de la Iglesia,
Santo Ángeles y
Arcángeles,
San José,
protector de la Iglesia Universal,
San Pedro,
San Pablo,
San Andrés,
San Juan
Santiago Apóstol,
Santo Tomás,
San Felipe,
Santiago, el
Menor,
San Bartolomé,
San Mateo,
San Simón,
San Judas Tadeo,
San Matías,
Santo Apóstoles y
discípulos del Señor,
San Lino,
San Cleto,
San Clemente,
San Evaristo,
Santo Alejandro I,
San Sixto I,
San Telesforo,
San Higinio,
San Pio I,
San Aniceto,
San Sotero,
San Eleuterio,
San Victor I,
San Ceferino,
San Calixto I,
San Urbano I,
San Ponciano,
San Antero
San Fabián,
San Cornelio,
San Lucio I,
San Esteban I,
San Sixto II,
San Dámaso I,
San León Magno,
San Gregorio
Magno,
San León Magno,
San Gregorio VII,
San Pio V,
San Pio X,
Todos los Santos
Pontífices de la Iglesia Universal
San Bernardo de
Claraval,
San Buenaventura
San Ramón Nonato,
San Carlos
Borromeo,
San Juan Fisher
San Pedro Damián
San Roberto
Belarmino
San Benito
Cottolengo,
San Jose María
Tomasi,
Todos los Santos
Cardenales y Pastores de la Iglesia.
Nosotros, que
somos pecadores,
R/. Te rogamos,
óyenos.
Para que te dignes
conceder a la Iglesia un Romano Pontífice santo,
Para que te dignes
conceder a la Iglesia un digno sucesor de Pedro,
Para que te dignes
conceder a la Iglesia un pastor universal según los deseos de tu corazón.
Para que te dignes
dar a tu Iglesia un Sumo Pontífice que conserve, guarde y anuncie
incansablemente el depósito de la fe,
Jesús, Hijo de
Dios vivo,
Cristo, óyenos
Cristo,
escúchanos.
Oremos.
Señor y Pastor
eterno,
que gobiernas a tu
rebaño con incansable protección;
concede a tu
Iglesia, en tu infinita bondad,
un pastor que te
glorifique por su santidad
y que nos guíe con
vigilante y paternal solicitud.
Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los
siglos de los siglos.
R/. Amén.
Oración
por el Conclave
P. Joaquín
Alliende Luco
Jesús, Camino,
Verdad y Vida,
junto con María, Madre de la Iglesia,
te imploramos:
envía tu Espíritu
Santo
sobre los pastores reunidos
junto a la tumba del Apóstol Pedro.
Manifiesta a ellos tu voluntad,
para que elijan, con sabiduría y esperanza,
a quien tú quieres por Obispo de Roma y pastor común de tu Iglesia.
Concédenos a todos una mirada de fe,
para reconocer en él a tu representante,
seguirlo y colaborar con él
en la misión evangelizadora de todos los pueblos de la tierra.
Amén.
Oración
para
implorar Santos Papas
Monseñor
Athanasius Schneider
¡Kyrie Eleison!
¡Christe Eleison! ¡Kyrie Eleison!
¡Señor Jesucristo,
Tú eres el Buen Pastor!
Сon tu mano
todopoderosa guías tu Iglesia peregrina
a través de las tempestades de cada
época.
Adorna a la Santa
Sede con santos Papas
que no teman a los
poderosos de este mundo
ni se comprometan
con el espíritu de la época,
sino que
preserven, fortalezcan y defiendan la fe católica
hasta el
derramamiento de su sangre
y observen, protejan
y transmitan la venerable liturgia de la Iglesia Romana.
Oh, Señor, vuelve
a nosotros por santos Papas
que, inflamados
con el celo de los Apóstoles,
proclamen al mundo
entero:
“En ningún otro
está la salvación [fuera de Cristo];
pues no hay ningún
otro nombre bajo el cielo
dado a los hombres
por el que podamos ser salvados” (Hch 4,12).
Que a través de
una era de santos papas,
la Santa Sede, que
es la patria para todos
los que promueven
la fe católica y apostólica,
brille siempre
como cátedra de la verdad para el mundo entero.
Escúchanos, oh
Señor,
y por la
intercesión del Inmaculado Corazón de María, Madre de la Iglesia,
concédenos santos
Papas,
concédenos muchos
santos Papas!
Ten piedad de
nosotros y escúchanos! Amén.
Oraciones
de la misa
Pro
Eligendo Summo
Pontifice
Misal 1962
COLECTA
SÚPPLICI, DÓMINE, humilitáte depóscimus: ut
sacrosáncte Romanae Ecclesiae concédat Pontificem illam tua immensa pietas;
qui et pio semper et nos Stúdio tibi plácitus, et tuo Pópulo pro Salubri
regimine sit ad gloriam assídue tui nominis reveréndus. Per Dominum nostrum.
|
TE
SUPLICAMOS humildemente, oh Señor, que por tu
inmensa piedad concedas a la
sacrosanta Iglesia Romana un Pontífice que te sea siempre agradable
por su santo celo para con nosotros y sea siempre digno de la reverencia de tu pueblo por su saludable gobierno para la gloria de tu nombre. Por
nuestro Señor.
|
SECRETA
TUÆ NOBIS, Dómine, abundántia pietátis
indúlgeat: ut per sacra múnera, quæ tibi reverénter offérimus, gratum
majestáti tuæ Pontíficem sanctæ matris Ecclésiæ regímini præésse gaudeámus.
Per Dóminum nostrum.
|
TE ROGAMOS, Señor, que, por estos dones
sagrados que reverentemente te ofrecemos, derrames sobre nosotros la
abundancia de tu amor, para que podamos tener la alegría de ver regir a la
santa Madre Iglesia un Pontífice agradable a tu majestad. Por Jesucristo
nuestro Señor.
|
ORACIÓN POSTCOMUNIÓN
PRETIÓSI
CÓRPORIS et sánguinis tui nos, Dómine, sacraménto réfectos, mirífica tuæ
majestátis grátia de illíus summi Pontíficis concessióne lætíficet: qui et
plebem tuam virtútibus ínstruat, et fidélium mentes spirituálium arómatum
odóre perfúndat. Qui vivis.
|
ALIMENTADOS con el sacramento de tu Cuerpo y de tu Sangre, Señor, te pedimos que la admirable gratia de tu
majestad nos alegre con la concesión de un Sumo Pontífice, que instruya a tu
pueblo con sus virtudes y destile sobre las almas de tus fieles el buen olor
de las gracias espirituales. Que vives
y reinas.
|
TEXTO
PARA UNA HORA SANTA
POR
EL PRÓXIMO CÓNCLAVE
OPCIÓN 1
Lectura
del libro de los Jueces 9, 7-16
Jotán,
en la cumbre del monte Garizín, alzó la voz y clamó: «Escuchadme, señores de
Siquén y que Dios os escuche. Los árboles se propusieron ungir a uno como su
rey. Dijeron al olivo: Sé tú nuestro rey.
Les respondió el olivo: ¿Voy a renunciar a mi aceite con el que son
honrados los dioses y los hombres,
para
ir a mecerme por encima de los árboles? Los árboles dijeron a la higuera: Ven
tú, reina sobre nosotros. Les respondió la higuera: ¿Voy a renunciar a mi
dulzura y a mi sabroso fruto, para ir a mecerme por encima de los árboles? Los
árboles dijeron a la vid: Ven tú, reina sobre nosotros. Les respondió la vid:
¿Voy a renunciar a mi mosto, que alegra a los dioses y a los hombres, para ir a
mecerme por encima de los árboles? Todos los árboles dijeron a la zarza: Ven
tú, reina sobre nosotros. La zarza respondió a los árboles: Si con sinceridad
venís a ungirme a mí para reinar sobre vosotros, llegad y cobijaos a mi sombra.
Y si no es así, brote fuego de la zarza y devore los cedros del Líbano. «Ahora
pues, ¿habéis obrado con sinceridad y lealtad al elegir rey a Abimélec? ¿Os
habéis portado bien con Yerubaal y su casa y le habéis tratado según el mérito
de sus manos?
Palabra
de Dios.
PUNTOS PARA LA MEDITACIÓN
(a
desarrollar por el director, en este momento
se
pueden intercalar cantos o antífonas apropiadas)
· El ejemplo de la
historia sagrada: la mala elección de un rey, candidato de los hombres pero no
de Dios.
· Dios gobierna la
historia y guía a su Iglesia. Lo podría hacer directamente –lo hace a veces
mediante los milagros-, pero normalmente quiere
que los hombres colaboremos en su providencia otorgándonos al mismo tiempo la
dignidad de obrar por sí mismas, de ser causa unas de otras.
· ¿Cómo colabora el
hombre con la Providencia divina? Dios otorga y pide al hombre, respetando su
libertad, que colabore con la Providencia mediante sus acciones, sus oraciones,
pero también con sus sufrimientos, suscitando en el hombre «el querer y el obrar
según sus misericordiosos designios» (Flp 2, 13). Compendio del catecismo, 56
· El misterio de la
Iglesia. La iglesia es divina y humana, espiritual y terrena, santa y pecadora.
La Iglesia es santa porque Dios santísimo es su autor; Cristo se ha entregado a
sí mismo por ella, para santificarla y hacerla santificante; el Espíritu Santo
la vivifica con la caridad. En la Iglesia se encuentra la plenitud de los
medios de salvación. La santidad es la vocación de cada uno de sus miembros y
el fin de toda su actividad. Cuenta en su seno con la Virgen María e
innumerables santos, como modelos e intercesores. La santidad de la Iglesia es
la fuente de la santificación de sus hijos, los cuales, aquí en la tierra, se
reconocen todos pecadores, siempre
necesitados de conversión y de purificación. Compendio del catecismo, 165
· Como todos somos
pecadores, tenemos que pedir especialmente por los Cardenales: también ellos
tienen acepción de personas, prejuicios, intereses, debilidades, etc… por eso,
hemos de pedir por ellos, para que sean dóciles a las inspiraciones de Dios.
OPCIÓN 2
Lectura del primer libro de Samuel 16, 1-13
En
aquellos días, el Señor dijo a Samuel: «¿Hasta cuándo vas a estar llorando por
Saúl, si yo lo he rechazado como rey de Israel? Llena de aceite tu cuerno y
ponte en camino. Yo te envío a casa de Jesé, el de Belén, porque me he elegido
un rey entre sus hijos». Samuel preguntó: «¿Cómo voy a ir? Si se entera Saúl,
me mata». El Señor le respondió: «Llevarás contigo una ternera y dirás: He
venido a ofrecer un sacrificio al Señor. Invitarás a Jesé al sacrificio, y yo
te indicaré lo que tienes que hacer; me ungirás al que yo te diga». Samuel hizo
lo que el Señor le había dicho. Cuando llegó a Belén, los ancianos de la ciudad
salieron preocupados a recibirlo, y le preguntaron: «¿Es para bien tu venida?»
Les respondió: «Sí, es de paz; he venido para ofrecer un sacrificio al Señor.
Purifíquense y vengan conmigo al sacrificio». Luego purificó a Jesé y a sus
hijos y los invitó al sacrificio. Cuando se presentaron ante él, vio a Eliab y
se dijo: «Seguramente éste es el ungido del Señor». Pero el Señor dijo a
Samuel: «No te fijes en su aspecto ni en su gran estatura, que yo lo he
descartado. La mirada de Dios no es como la del hombre: el hombre ve las
apariencias, pero el Señor ve el corazón». Después, Jesé llamó a Abinadab y le
hizo pasar delante de Samuel, que dijo: «Tampoco es éste el elegido del Señor».
Jesé hizo pasar a Samá, pero Samuel dijo lo mismo: «Tampoco es éste el elegido
del Señor». Jesé hizo pasar a sus siete hijos ante Samuel, pero Samuel le dijo:
«A ninguno de éstos ha elegido el Señor». Entonces Samuel preguntó a Jesé: «¿Son
éstos todos tus hijos?» Él contestó: «Falta el más pequeño, que está
pastoreando el rebaño». Samuel le dijo: «Manda a buscarlo, porque no nos
sentaremos a la mesa hasta que haya venido».Jesé mandó que lo trajeran. Era
rubio, de hermosos ojos y de buena presencia. El Señor dijo: «Levántate y
úngelo, porque es éste». Samuel tomó el cuerno de aceite y lo ungió en
presencia de sus hermanos. A partir de aquel día el espíritu del Señor entró en
David.
Palabra
de Dios.
PUNTOS PARA LA MEDITACIÓN
(a
desarrollar por el director, en este momento
se pueden intercalar cantos o antífonas
apropiadas)
· Dios teje la
historia. La infidelidad de Saúl no impide a Dios seguir actuando: la unción de
David restaura el plan de Dios para con su pueblo. Dios siempre saca del mal,
un bien. Enseñanza para nosotros: incluso de nuestros propios pecados y errores
Dios se sirve para atraernos hacia él.
· El candidato de
Dios normalmente no es el candidato de los hombres: La mirada de Dios no es como la del hombre: el hombre ve las
apariencias, pero el Señor ve el corazón. Así ha sido a lo largo de la
historia de la Salvación y de la Iglesia. También nosotros hemos sido elegidos
y no por nuestras “capacidades”: acción de gracias.
· Los cardenales
–mediaciones de Dios- son los que han de elegir al nuevo Papa. Como Samuel
pueden fijarse “en el aspecto y la estatura”.
Hemos de pedir por ellos, para que libres de toda acepción de personas,
prejuicios, intereses, debilidades, etc… sean dóciles a las inspiraciones de
Dios.
· El nuevo Papa será
el ungido por Dios para regir a su Iglesia. Él asume la elección hecha por los
cardenales; y concederá las gracias necesarias al nuevo Pontífice para
desempeñar su ministerio. La fe no da esta certeza. Pidamos que también
nosotros purifiquemos nuestro corazón toda acepción de personas, prejuicios,
intereses, debilidades… y nos preparemos para recibir al Pastor que el Señor
quiera darnos.