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miércoles, 16 de julio de 2025

INVOCACIÓN A LA REINA DE MISERICORDIA. Beata Ana de san Bartolomé

 


“¡Oh, muy gloriosa Reina de misericordia! Humíllome al muy venerable

templo tuyo donde reposó Jesucristo, mi Señor. 

Ave María.

¡Oh, muy gloriosa Reina de misericordia! Humíllome al muy virginal

corazón tuyo, limpio de toda mácula y pecado. 

Ave María.

¡Oh, muy gloriosa Reina de misericordia! Humíllome a la muy noble

ánima tuya, llena de muy preciosos dones y gracias. 

Ave María.”

jueves, 27 de junio de 2024

TU DULCE IMAGEN. Oración a la Virgen de Santa Teresita del Niño Jesús

 


TU DULCE IMAGEN. 

Santa Teresita del Niño Jesús

 

Tu sabes bien que desde mi tierna infancia

tu dulce Imagen ha logrado fascinar mi corazón.

En tu mirada yo leía tu ternura

y junto a ti yo encontraba la dicha.

Virgen, María, a la celeste ribera,

después del destierro, iré a verte para siempre.

Mientras tanto, aquí abajo,

tu dulce imagen es mi Perpetuo Socorro.

 

martes, 12 de diciembre de 2023

OH VIRGEN INMACULADA. Oración a la Virgen de Guadalupe por Papa Juan Pablo II

 


Oración a la Virgen de Guadalupe por Papa Juan Pablo II

¡Oh Virgen Inmaculada
Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia!
Tú, que desde este lugar manifiestas
tu clemencia y tu compasión
a todos los que solicitan tu amparo;
escucha la oración que con filial confianza te dirigimos,
y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.

Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso,
a Ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores,
te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor.
Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos,
nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos;
ya que todo lo que tenemos y somos lo ponernos bajo tu cuidado,
Señora y Madre nuestra.

Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino
de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia:
no nos sueltes de tu mano amorosa.

Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas,
te pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos
de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.

Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda
hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes
vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe
y celosos dispensadores de los misterios de Dios.

Concede a nuestros hogares
la gracia de amar y de respetar la vida que comienza.
con el mismo amor con el que concebiste en tu seno
la vida del Hijo de Dios.
Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias,
para que estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos.

Esperanza nuestra, míranos con compasión,
enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos
a levantarnos, a volver a él, mediante la confesión de nuestras culpas
y pecados en el sacramento de la penitencia,
que trae sosiego al alma.
Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos sacramentos
que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra.

Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia,
con nuestros corazones libres de mal y de odios,
podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz,
que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
que con Dios Padre y con el Espíritu Santo,
vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Papa Juan Pablo II

 

sábado, 9 de septiembre de 2023

ORACIÓN A LA VIRGEN DE COVADONGA Juan Pablo II

ORACIÓN DE SU SANTIDAD JUAN PABLO II

EN LA CUEVA DE COVADONGA

 

Lunes 21 de agosto de 1989

 

1. ¡Dios te salve, Reina y Madre de misericordia!

 

He subido a la montaña, he venido hasta tu Cueva,

Virgen María, para venerar tu imagen,

“Santina de Covadonga”.

Con tus hijos de Asturias y de España entera

quiero hoy proclamar tus glorias y unirme a tu canto:

¡Tú eres la Sierva del Señor, nuestra Madre y Reina!

Como peregrino que ansía afianzar su esperanza, vengo a este

santuario, testigo de tanta fe y amor en la historia,

hogar seguro, bajo tu cobijo, entre los montes,

donde pusiste tu Casa y sin cesar dispensas los dones de tu Hijo.

 

2. Junto con los Pastores y fieles de esta Iglesia de Asturias,

a Ti, que eres dulzura y esperanza de cuantos te imploran,

te pido el don de la esperanza que ilumina el futuro,

el gozo perenne de la fe, el ardor radiante de la caridad.

Ayúdanos a vivir en comunión sincera,

sabiéndonos Iglesia de Dios, hermanos de Cristo e hijos tuyos,

para dar testimonio de unidad y reavivar en nuestro pueblo la fe.

Te pido, Señora, desde este corazón de Asturias que es tu Cueva,

por todos los que invocan tu nombre en tantos otros templos,

que esparcidos en la geografía del Principado,

son faros de fe, santuarios donde brota el fervor de la esperanza,

morada tuya donde tus hijos se reúnen en torno al altar.

 

3. Quiero presentarte y poner ante tu pies, Virgen de Covadonga,

a todos tus hijos de Asturias, las gentes del campo

y los hombres del mar,

los mineros con su duro e inclemente trabajo,

los niños y los ancianos,

los enfermos y todos los que sufren en el cuerpo y en el alma,

las familias, y sobre todo, los jóvenes, promesa del futuro,

que buscan la razón y el sentido de su vivir.

Alcanza para todos de Dios, “rico en misericordia”,

con tu poderosa mediación maternal,

la gracia del perdón y de la reconciliación

que Cristo tu Hijo nos ha merecido

para vivir en paz con Dios y con los hermanos.

 

4. Protege, Virgen Santa de Covadonga,

a cuantos vienen hasta tu templo santo

para unirse en matrimonio bajo tu mirada maternal.

Haz que experimenten como los esposos de Caná,

la gracia de tu intercesión y la presencia salvadora de tu Hijo,

para que la fe cristiana sea fundamento inquebrantable de su hogar

y el amor verdadero fortalezca su unión y se abra fecundo a la vida. Mira, Madre de Asturias, a todos los emigrantes de esta tierra

que desde lejos vuelven sus ojos hasta este santuario,

en espera de poder regresar a su patria y contemplar tu rostro

que atrae los corazones e irradia luz y paz.

 

5. “Santina de Covadonga”, “causa de nuestra alegría”,

ilumina a cuantos llegan a estas montañas

para que reconozcan, en medio de tanta belleza,

a Quien “yéndolas mirando, con sola su figura,

vestidas las dejó de su hermosura”,

y así se dejen atraer por la bondad y belleza del Creador

que hizo de Ti el vértice de la hermosura humana y divina.

Suscita, Madre de Asturias,

entre los hijos e hijas de las familias cristianas

vocaciones de apóstoles y misioneros:

nuevos sacerdotes, religiosos y religiosas,

personas consagradas y seglares comprometidos,

al servicio del Reino y de la civilización del amor.

Haz que, hoy como ayer, los hijos de Asturias

sigan a tu Hijo por el camino de la santidad

y siembren la semilla del Evangelio

desde aquí hasta los confines de la tierra.

 

6. Madre y Maestra de la fe católica,

haz que Covadonga siga siendo, como antaño lo fue,

altar mayor y latido del corazón de España.

Y a quienes te cantamos como “la Reina de nuestra montaña”

y a todos los hermanos que peregrinan por los senderos de la fe,

muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre,

que nos ofreces siempre como Salvador y Hermano nuestro.

 

¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

 

Amén.