lunes, 31 de agosto de 2015

PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESÚS: LA VIRTUD SIEMPRE ES AMABLE

LA VIRTUD SIEMPRE ES AMABLE 
¿Puede haber personas tan insolidarias que, tratándose contínuamente y viviendo siempre en la misma compañía, y no habiendo de tener otras conversaciones ni otras comunicaciones ni recreos con personas de fuera de casa, y creyendo que nos ama Dios y ellas a él, pues lo han dejado todo por Su Majestad, no cobren amor a sus hermanas? Aparte de que la virtud siempre es amable; y ésta, con el favor de Dios, espero en el Señor que las hermanas de esta casa siempre la tendrán (C 4, 10).

domingo, 30 de agosto de 2015

EL ROSARIO DE HOY CON SANTA ROSA DE LIMA


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial:  Santa Rosa de Lima nació en Lima (Perú) el año 1586; cuando vivía en su casa, se dedicó ya a una vida de piedad y de virtud, y, cuando vistió el hábito de la tercera Orden de santo Domingo, hizo grandes progresos en el camino de la penitencia y de la contemplación mística. Murió el día 24 de agosto del año 1617.
Su confianza en la Virgen María era muy grande y gustaba de tejerle espiritualmente vestidos a Nuestra Señora con las muchísimas oraciones que recitaba en su honor. Tan convencida estaba de la intercesión poderosa de la Reina del Cielo que ante el ataque de los piratas a su ciudad decía a su madre: “No se ría, madre mía, vuestra merced verá cómo con este rosario de la  Madre de Dios, los tengo que rendir a todos.” Con sus palabras, meditamos el rosario de hoy.
Señor mío Jesucristo... 
MISTERIOS GLORIOSOS
1.-La Resurrección del Señor.
“Nunca pensé que una persona tuviera que sufrir tanto, tanto como lo que yo estoy sufriendo. Pero Jesucristo me concede valor para soportarlo todo.”
2.- La Ascensión del Señor
Antes de su muerte decía: “¿Dónde estás bien de mi alma? ¿Dónde estás, Señor mío, bien mío, regalo mío, cómo no te veo?.”
3.- La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María
“Recuerden siempre que mi Señor los ha llamado para ser pescadores de hombres. Suelten y extiendan anchurosamente las redes del Evangelio…”
4.- La Asunción de María Santísima a los Cielos
“Muchas veces sería mejor que los ojos se quebrasen que no ver cosas que a Dios ofenden”.”
5.- La Coronación De La Virgen Como Reina Y Señora De Todo Lo Creado.
“No hay sino llamarme Rosa de santa María aprisa, porque, mientras más me oyere nombrar con ese nombre,  será siempre traerme a la memoria que mi alma es una rosa de la Madre de Dios. Y  con esto tendré yo cuidado de tenérsela siempre fresca y limpia para cuando me pida cuenta de ella”.

PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESÚS: EL GRAN BIEN DEL REINO DEL CIELO


PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESÚS:  
EL GRAN BIEN DEL REINO DEL CIELO

El gran bien que a mí me parece que hay en el reino del cielo, con otros muchos, es no hacer ya caso de nada de la tierra, estar todos penetrados de sosiego y de gloria, con un gran gozo y alegría de ver que todos están alegres, con una paz perenne, nadando en una gran satisfacción proveniente de ver que todos santifican y alaban al Señor y bendicen su nombre y de que nadie le ofende. Todos le aman, y la misma alma no hace otra cosa más que amarle y no puede dejar de amarle porque le conoce (C 30, 5).

EN PRIMER LUGAR, LA BÚSQUEDA DEL REINO


COMENTARIO AL EVANGELIO
XIV DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
FORMA EXTRAORDINARIA DEL RITO ROMANO
«¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta, no tener compasión del hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré» (Is 49, 15). Esta invitación a la confianza en el amor indefectible de Dios se nos presenta también en el pasaje, igualmente sugestivo, del evangelio de san Mateo, en el que Jesús exhorta a sus discípulos a confiar en la providencia del Padre celestial, que alimenta a los pájaros del cielo y viste a los lirios del campo, y conoce todas nuestras necesidades (cf. 6, 24-34). Así dice el Maestro: «No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso».
Ante la situación de tantas personas, cercanas o lejanas, que viven en la miseria, estas palabras de Jesús podrían parecer poco realistas o, incluso, evasivas. En realidad, el Señor quiere dar a entender con claridad que no es posible servir a dos señores: a Dios y a la riqueza. Quien cree en Dios, Padre lleno de amor por sus hijos, pone en primer lugar la búsqueda de su reino, de su voluntad. Y eso es precisamente lo contrario del fatalismo o de un ingenuo irenismo. La fe en la Providencia, de hecho, no exime de la ardua lucha por una vida digna, sino que libera de la preocupación por las cosas y del miedo del mañana. Es evidente que esta enseñanza de Jesús, si bien sigue manteniendo su verdad y validez para todos, se practica de maneras diferentes según las distintas vocaciones: un fraile franciscano podrá seguirla de manera más radical, mientras que un padre de familia deberá tener en cuenta sus deberes hacia su esposa e hijos. En todo caso, sin embargo, el cristiano se distingue por su absoluta confianza en el Padre celestial, como Jesús. Precisamente la relación con Dios Padre da sentido a toda la vida de Cristo, a sus palabras, a sus gestos de salvación, hasta su pasión, muerte y resurrección. Jesús nos demostró lo que significa vivir con los pies bien plantados en la tierra, atentos a las situaciones concretas del prójimo y, al mismo tiempo, teniendo siempre el corazón en el cielo, sumergido en la misericordia de Dios.
Queridos amigos, a la luz de la Palabra de Dios de este domingo, os invito a invocar a la Virgen María con el título de Madre de la divina Providencia. A ella le encomendamos nuestra vida, el camino de la Iglesia y las vicisitudes de la historia. En particular, invocamos su intercesión para que todos aprendamos a vivir siguiendo un estilo más sencillo y sobrio en la actividad diaria y en el respeto de la creación, que Dios ha encomendado a nuestra custodia.

Benedicto XVI

EVANGELIO DEL DÍA: BUSCAD EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA


XIV DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
FORMA EXTRAORDINARIA DEL RITO ROMANO
En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos: Nadie puede servir a dos señores, porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o al uno sufrirá y al otro despreciará. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Por tanto os digo: No os inquietéis por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No es más el alma que la comida, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo cómo no siembran, ni siegan, ni tienen graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. Pues ¿no valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Quién de vosotros, a fuerza de discurrir, puede añadir un codo a su estatura? y ¿por qué inquietaros por el vestido? Obser­vad cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan. Y, sin embargo, yo os digo que ni Salomón en toda su gloria llegó a vestirse como uno de estos lirios. Pues si al heno del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así viste, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? No os preocupéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o con qué nos cubriremos? Por estas cosas se afanan los paganos. Mas sabe vuestro .Padre celestial que las necesitáis. Buscad, pues, primero el reino de Dios y su justicia; y todo lo demás se os dará por añadidura. 
Mt. 6, 24-33

sábado, 29 de agosto de 2015

PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESUS: AMEMOS LAS VIRTUDES Y LA BONDAD INTERIOR


AMEMOS LAS VIRTUDES Y LA BONDAD INTERIOR  
En esta casa todas han de ser amigas, todas se han de amar, todas se han de querer, todas se han de ayudar... Amemos las virtudes y la bondad interior, y llevemos siempre examen cuidadoso para no hacer caso de lo exterior (C 4, 7).

viernes, 28 de agosto de 2015

OH SALVADOR MÍO. Oración de San Agustín



¡Oh Salvador mío, fuente inagotable de dulzura y de bondad!
No piense yo más que en Vos. Cuando al mismo tiempo que a Vos se ama
cualquiera otra cosa, ya no se os ama, ¡oh Dios mío!, con verdadero
amor. ¡ Oh amor lleno de dulzura, dulzura llena de amor, amor exento
de penas y seguido de infinidad de placeres; amor tan puro y tan
sincero que subsiste en todos los siglos; amor cuyo ardor no hay cosa
que pueda apagar ni entibiar! ¡ Jesús, mi adorable Salvador, cuyas
bondades, cuyas dulzuras son incomparables, caridad tan perfecta como
que sois nada menos que mi Dios! Véame yo abrasado en vuestras
divinas llamas, de suerte que no sienta ya más que aquellos torrentes
de dulzuras, de placeres, de delicias y de alegría, pero de una
alegría enteramente justa, enteramente casta, pura, santa y seguida
de aquella perfecta paz que solamente en Vos se encuentra. Sea yo
abrasado en las llamas de aquel amor, ¡oh Dios mío!, con todo el
afecto de mi corazón y de mi alma. No quiero, bien mío, no quiero en
lo sucesivo más amor que el vuestro. Amén.
en bondad tuya.

Amen.

PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESUS: LA VERDADERA AMISTAD


LA VERDADERA AMISTAD 
  Cuando las grandes amistades sirven para mejor entregarse a Dios pronto se ve, porque no va la voluntad guiada por la pasión, sino que va buscando ayuda para vencer otras pasiones (C 4, 6).

HOY ES VIERNES: DÍA DE ABSTINENCIA


jueves, 27 de agosto de 2015

PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESUS: EN AMAROS MUCHO UNAS A OTRAS VA MUCHO

EN AMAROS MUCHO UNAS A OTRAS VA MUCHO 
En amaros mucho unas a otras va mucho; porque entre los que se aman no hay dificultad que no se pase con facilidad, y ha de ser muy recia para que no se pueda superar. Y si este mandamiento se guardara en el mundo como se debe guardar, ayudaría mucho a cumplir los demás; mas, más o menos nunca acabamos de cumplirlo con perfección (C 4, 5).

SOBERANO SEÑOR. Oración de San David Lewis


Soberano Señor,
Padre eterno que estás en el cielo,
creador de todo,
conservador de todo,
único Autor de la gracia y la gloria,
yo me postro ante ti y te adoro.
Hijo de Dios encarnado,
Dios verdadero,
Tú fundaste la Iglesia en esta tierra con tu Sangre y la hiciste
Una, Santa, Católica y Apostólica
hasta el final de los tiempos.
Todo lo que la Iglesia sostiene de Ti, es revelación tuya.
Lo que ella enseña y manda creer, yo lo creo enteramente.
Santo Espíritu de Dios,
que haces que el sol brille sobre buenos y malos,
que la lluvia caiga sobre justos y pecadores,
yo te alabo y agradezco las innumerables gracias que me has otorgado,
a mí tu indigno siervo, en los años que he vivido en la tierra.
Oh santa Trinidad, tres Personas y un solo Dios,
desde lo más íntimo de mi corazón,
me arrepiento de haberte ofendido.
Ten misericordia de mí.
Por los méritos de mi Redentor espero la salvación.
La gracia de Nuestro Señor Jesucristo,
el amor de Dios
y la comunión del Espíritu Santo,
estén con todos Ustedes.
Amén.

miércoles, 26 de agosto de 2015

PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESUS: DESEO QUE TODOS SEAN SANTOS

DESEO QUE TODOS SEAN SANTOS 
Desde hace unos años, cuando veo una persona que me gusta, deseo verla totalmente entregada a Dios, con unas ansias que a veces no puedo dominar. Y aunque deseo que todos sean santos, estas personas que mucho me contentan es con ímpetu, y así importuno mucho al Señor por ellas (V 34, 7).

martes, 25 de agosto de 2015

PENSAMIENTO DE SANTA TERESA: VIVIR EN EL TEMOR DE DIOS

VIVIR EN ELTEMOR DE DIOS  
No tenía envidia, al menos en materia grave, y algunas cosas más, pues, aunque era tan ruín, vivía habitualmente en el temor de Dios (V 32, 7).

lunes, 24 de agosto de 2015

PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESÚS: APROVECHAR A LAS ALMAS


APROVECHAR A LAS ALMAS    
Si han de predicar o enseñar, es bueno aprovecharse del bien que reciben para ayudar a los pobres de poco saber, como yo, pues es gran cosa la caridad y el deseo de aprovechar a las almas, haciéndolo desnudamente por Dios (V 15, 8; CN 5).

domingo, 23 de agosto de 2015

PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESÚS: VIRTUD DEL AGRADECIMIENTO

VIRTUD DEL AGRADECIMIENTO
Me parecía que era virtud ser agradecida y dar amor a quien me quería (V 5, 4).

 Como gozo cuando estoy con las personas con quienes comunico mi alma y con los que veo que son muy siervos de Dios, con los cuales me consuelo y los amo mucho, llegué a pensar si estaba asida a ellos. Me dijo que si un médico cura a un enfermo en peligro de muerte, no es virtud no estarle agradecida y amarle; que qué hubiera hecho yo sin estas pesonas; que la conversación con los buenos no daña, pero que mis palabras fueran siempre graves y santas, y que no dejara de hablar con ellos pues me causaban mucho provecho y no daño (V 40, 19).

LA FE SALVA AL HOMBRE

COMENTARIO AL EVANGELIO
XIII DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
FORMA EXTRAORDINARIA DEL RITO ROMANO
El Evangelio de este domingo presenta a Jesús curando a diez leprosos, de los cuales sólo uno, samaritano y por tanto extranjero, vuelve para darle las gracias (Cf. Lucas 17, 11-19). El Señor le dice: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado» (Lucas 17, 19). 
Este pasaje evangélico nos invita a una reflexión doble. Ante todo, hace pensar en dos niveles de curación: uno más superficial, afecta al cuerpo; el otro, más profundo, a lo íntimo de la persona, lo que la Biblia llama el «corazón», y de ahí se irradia a toda la existencia. La curación completa y radical es la «salvación». El mismo lenguaje común, al distinguir entre «salud» y «salvación», nos ayuda a comprender que la salvación es mucho más que la salud: es, de hecho, una vida nueva, plena, definitiva. Además, aquí Jesús, como en otras circunstancias, pronuncia la expresión: «tu fe te ha salvado». La fe salva al hombre, restableciéndole en su relación profunda con Dios, consigo mismo y con los demás; y la fe se expresa con el reconocimiento. Quien, como el samaritano curado, sabe dar las gracias, demuestra que no lo considera todo como algo que se le debe, sino como un don que, aunque llegue a través de los hombres o de la naturaleza, en última instancia proviene de Dios.
La fe comporta, entonces, la apertura del hombre a la gracia del Señor; reconocer que todo es don, todo es gracia. ¡Qué tesoro se esconde en una pequeña palabra: «gracias»!
Jesús cura diez enfermos de lepra, enfermedad que entonces era considerada como una «impureza contagiosa», que exigía un rito de purificación (Cf. Levítico 14,1–37). En realidad, la lepra que realmente desfigura al hombre y a la sociedad es el pecado. El orgullo y el egoísmo engendran en el espíritu indiferencia, odio y violencia. Sólo Dios, que es Amor, puede curar esta lepra del espíritu, que desfigura el rostro de la humanidad. Al abrir el corazón a Dios, la persona que se convierte es sanada interiormente del mal. 
«Convertíos y creed en el Evangelio» (Cf. Marcos 1,15). Jesús hizo esta invitación al inicio de su vida pública, que sigue resonando en la Iglesia, hasta el punto de que incluso la Virgen Santísima en sus apariciones, especialmente en los últimos tiempos, siempre ha renovado este llamamiento. 
Benedicto XVI

EVANGELIO DEL DÍA: LEVÁNTATE, VETE; TU FE TE HA SALVADO


XIII DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
FORMA EXTRAORDINARIA DEL RITO ROMANO
En aquel tiempo: Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba por medio de Samaria y de Galilea. Y al entrar en una aldea, le salieron diez leprosos, los cuales se pararon lejos y alzaron la voz, diciendo: Jesús, Maestro, apiádate de nosotros. El, al verlos, dijo: Id y mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, quedaron sanos. Y uno de ellos, cuando vio que había quedado limpio, volvió glorificando a Dios a grandes voces, y se postró en tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Era samaritano. Dijo entonces Jesús: ¿Pero no son diez los curados? ¿y los otros nueve, dónde están ? No ha habido quien volviese a dar gloria a Dios, sino este extranjero. Y le dijo: Levántate, vete, porque tu fe te ha salvado. 

Lc. 17, 11-19

sábado, 22 de agosto de 2015

PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESÚS: CONSEJO


CONSEJO VIDA FRATERNA
 Pues procuremos mirar siempre las virtudes y cosas buenas que viéremos en los otros y tapar sus defectos con nuestros grandes pecados (V 13, 10; CN 3).

viernes, 21 de agosto de 2015

FOTOGRAFÍAS DE LA SANTA MISA EL PASADO 15 y 16 DE AGOSTO EN LA IGLESIA CONVENTUAL DE SANTA CLARA DE PONTEVEDRA


PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESÚS: MÁS GOZAREMOS HUMILDAD NO FIARSE DE SÍ


MÁS GOZAREMOS  HUMILDAD NO FIARSE DE SÍ  
Es virtud de humildad no fiarse de sí, sino creer que Dios le ayudará para animar y consolar y enseñar a aquellos con quienes trata, y crece la caridad al comunicarse (V 7, 22).

HOY ES VIERNES: DÍA DE ABSTINENCIA


jueves, 20 de agosto de 2015

PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESÚS: MÁS GOZAREMOS

MÁS GOZAREMOS 
 Más gozaremos en aquella eternidad, donde son las moradas conforme al amor con que hemos imitado la vida de nuestro Buen Jesús (F 14, 5).

miércoles, 19 de agosto de 2015

PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESÚS: NO TIENE PRECIO LA COSA MÁS PEQUEÑA

NO TIENE PRECIO LA COSA MÁS PEQUEÑA 
Todo lo que hacía (Beatriz de la Encarnación) de labor y de oficios, lo hacía con un fin que no dejaba perder el mérito, y así decía a las hermanas: No tiene precio la cosa más pequeña que se hace, si se hace por amor de Dios; no habíamos de mover los ojos, sino fuera por este fin de agradarle (F 12, 7).

martes, 18 de agosto de 2015

PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESÚS: AMARÍAN MUCHO MEJOR NO DEJÁNDOSE EMBOBAR.

AMARÍAN MUCHO MEJOR NO DEJÁNDOSE EMBOBAR.
A mi parecer, amarían mucho mejor no dejándose embobar... pues mucho más se puede merecer con un acto y con despertar muchas veces la voluntad para que ame a Dios, que no dejándola tanto tiempo embebida (F 6, 5).

lunes, 17 de agosto de 2015

PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESÚS: DONOSO ADELANTAMIENTO EN EL AMOR DE DIOS ES ATARLE LAS MANOS


DONOSO ADELANTAMIENTO EN EL AMOR DE DIOS ES ATARLE LAS MANOS 
Sería recia cosa que nos estuviese diciendo claramente Dios que hiciéramos alguna cosa que le interesa, y no quisiéramos sino quedarnos mirándole, porque estamos más a nuestro placer. Donoso adelantamiento en el amor de Dios es atarle las manos creyendo que no podemos adelantar más que por un camino! (F 5, 5).

domingo, 16 de agosto de 2015

PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESÚS: EL ALMA HERIDA


 EL ALMA HERIDA
 Muchas veces estando la persona descuidada y sin pensar en Dios, Su Majestad la despierta, a manera de una cometa que pasa veloz, o un trueno, aunque no se oye su ruído, mas entiende muy bien el alma que fue llamada por Dios, tan claro, que algunas veces, sobre todo las primeras veces, la hace estremecer y aun quejar, sin que le duela nada. Siente que es herida sabrosísimamente, mas no atina cómo ni quién la hirió; mas bien conoce que es cosa preciosa y jamás querría curarse de aquella herida.

  Quéjase con palabras de amor a su Esposo, incluso verbalmente, sin poder hacer otra cosa, porque siente que él está presente, mas no se quiere manifestar más de manera que permita al alma gozarle, y es harta pena, aunque sabrosa y dulce; y aunque quiera no tenerla, no puede; mas querría jamás no tenerla. Le satisface mucho más que el embebecimiento sabroso, que carece de pena, de la oración de quietud (VI M 2, 1).

EL MISMO JESÚS ES EL BUEN SAMARITANO

COMENTARIO AL EVANGELIO
XII DOMINGO DESPUES DE PENTECOSTÉS
FORMA EXTRAORDINARIA DEL RITO ROMANO
Quisiera proponer a vuestra consideración la figura emblemática del Buen Samaritano (cf. Lc 10,25-37). La parábola evangélica narrada por san Lucas forma parte de una serie de imágenes y narraciones extraídas de la vida cotidiana, con las que Jesús nos enseña el amor profundo de Dios por todo ser humano, especialmente cuando experimenta la enfermedad y el dolor. Pero además, con las palabras finales de la parábola del Buen Samaritano, «Anda y haz tú lo mismo» (Lc 10,37), el Señor nos señala cuál es la actitud que todo discípulo suyo ha de tener hacia los demás, especialmente hacia los que están necesitados de atención. Se trata por tanto de extraer del amor infinito de Dios, a través de una intensa relación con él en la oración, la fuerza para vivir cada día como el Buen Samaritano, con una atención concreta hacia quien está herido en el cuerpo y el espíritu, hacia quien pide ayuda, aunque sea un desconocido y no tenga recursos. Esto no sólo vale para los agentes pastorales y sanitarios, sino para todos, también para el mismo enfermo, que puede vivir su propia condición en una perspectiva de fe: «Lo que cura al hombre no es esquivar el sufrimiento y huir ante el dolor, sino la capacidad de aceptar la tribulación, madurar en ella y encontrar en ella un sentido mediante la unión con Cristo, que ha sufrido con amor infinito» (Enc. Spe salvi, 37).
Varios Padres de la Iglesia han visto en la figura del Buen Samaritano al mismo Jesús, y en el hombre caído en manos de los ladrones a Adán, a la humanidad perdida y herida por el propio pecado (cf. Orígenes, Homilía sobre el Evangelio de Lucas XXXIV, 1-9; Ambrosio,Comentario al Evangelio de san Lucas, 71-84; Agustín, Sermón 171). Jesús es el Hijo de Dios, que hace presente el amor del Padre, amor fiel, eterno, sin barreras ni límites. Pero Jesús es también aquel que «se despoja» de su «vestidura divina», que se rebaja de su «condición» divina, para asumir la forma humana (Flp 2,6-8) y acercarse al dolor del hombre, hasta bajar a los infiernos, como recitamos en el Credo, y llevar esperanza y luz. Él no retiene con avidez el ser igual a Dios (cf. Flp 6,6), sino que se inclina, lleno de misericordia, sobre el abismo del sufrimiento humano, para derramar el aceite del consuelo y el vino de la esperanza.
Benedicto XVI

EVANGELIO DEL DÍA: HAZ ESO Y VIVIRÁS


XII DOMINGO DESPUES DE PENTECOSTÉS
FORMA EXTRAORDINARIA DEL RITO ROMANO
En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos: Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis. Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que  vosotros veis y no lo vieron, oír lo que vosotros oís y no lo oyeron. Levantóse en esto un doctor de la Ley y le dijo por tentarle: Maestro, ¿qué haré para poseer la vida eterna? y él le contestó:¿Qué es lo que se halla es­crito en la Ley? ¿Qué lees en ella? Respondió él: Amarás al Señor, tu Dios, con .todo tu corazón, y toda tu alma, con todas tus fuerzas; y todo tu entendimiento; y tu prójimo como a ti mismo. Bien has respondido, dijole Jesús: haz eso, y vivirás. Mas él, queriendo jus­tificarse, preguntó de nuevo: y ¿quién es mi prójimo? Entonces Jesús, tomando la palabra- dijo: Un hombre bajaba de Jerusalén a Jeri­có y cayó en manos de unos ladrones, los cuales le despojaron y, después de herirle, se fueron, dejándole medio muerto. Llegó a pasar por el mismo camino un sacerdote; y, aunque le vio, pasó de largo. Asimismo, un levita, y llegando cerca de aquel lugar, le vio, y pasó también de largo. Mas llegó igualmente un viajero sama­ritano, y al verle, movióse a compasión. Y acercándose, le vendó las heridas, y echó en ellas aceite y vino; y montándole en su jumento, lo llevó a una venta y le cuidó. Y al día siguiente sacó dos denarios, y dióselos al posadero diciéndole: Cuídamelo, y cuanto gastares de más, te lo abonaré cuando vuelva. ¿Cuál de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Respondió el doctor: El que usó con él de misericordia. Dijole Jesús: Pues vete y haz tú otro tanto. 
Lc. 10, 23-37

sábado, 15 de agosto de 2015

OH VIRGEN INMACULADA. Oración del Venerable S.S. el Papa Pio XII

Oración a la gloriosa Asunción de la Sma. Virgen María en cuerpo y alma a los Cielos, compuesta y pronunciada por SS. Pío XII el día de la proclamación dogmática (1º-11-50)

¡Oh, Virgen Inmaculada, Madre de Dios y Madre de los hombres!, nosotros creemos, con todo el fervor de nuestra fe, en tu triunfal asunción en cuerpo y alma a los cielos, donde eres aclamada Reina por todos los coros de los ángeles y todo el ejército de los santos, y nosotros nos unimos a ellos para alabar y bendecir al Señor, que te ha exaltado sobre todas las demás criaturas, y para ofrecerte el obsequio de nuestra devoción y de nuestro amor.
Sabemos que tu mirada, que maternalmente acarició a la humanidad doliente y humilde de Jesús en la tierra, se sacia ahora en el cielo con la vista de la gloriosa humanidad de la Sabiduría increada, y que la alegría de tu alma, al contemplar cara a cara la adorable Trinidad, hace exultar tu corazón de inefable ternura, y nosotros, pobres pecadores, a quienes el peso del cuerpo hace pesado el vuelo del alma, te suplicamos que purifiques nuestros sentidos, para que aprendamos desde la tierra a gozar de Dios, sólo de Dios, en el encanto de las criaturas.
Confiamos en que tus ojos misericordiosos se inclinen sobre nuestras angustias, sobre nuestras luchas y sobre nuestras flaquezas; que tus labios sonrían a nuestras alegrías y nuestras victorias; que oigas la voz de Jesús que te dice de cada uno de nosotros, como de su discípulo amado: “Aquí está tu hijo”, y nosotros, que te llamamos Madre nuestra, te escogemos, como Juan, por guía, fuerza y consuelo de nuestra vida mortal.
Tenemos la vivificante certeza de que tus ojos, que han llorado sobre la tierra regada con la sangre de Jesús, se volverán hacia este mundo, atormentado por la guerra, por las persecuciones y por la opresión de los justos y de los débiles, y entre las tinieblas de este valle de lágrimas, esperamos de tu celestial luz y de tu dulce piedad, alivio para las penas de nuestros corazones y para las pruebas de la Iglesia y de la Patria.
Creemos, finalmente, que, en la gloria donde reinas, vestida de sol y coronada de estrellas, eres, después de Jesús, el gozo y la alegría de todos los santos y de todos los ángeles, y nosotros, desde esta tierra donde somos peregrinos, confortados con la fe en la futura resurrección, volvemos los ojos hacia Ti, vida, dulzura y esperanza nuestra.
Atráenos con la suavidad de tu voz, para mostrarnos un día, después de nuestro destierro, a Jesús, fruto bendito de tu vientre, ¡oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESÚS: UN DÍA DE LA ASUNCIÓN


UN DÍA  DE LA ASUNCIÓN...

 Un día de la Asunción de la Reina de los Angeles y Señora nuestra, en un arrobamiento se me representó su subida al cielo, y la alegría y solemnidad con que fue recibida y el lugar donde está. Yo no sabría decir cómo me ocurrió. Fue grandísima la gloria que recibió mi espíritu, viendo tanta gloria. Quedé con grandes frutos y me movió a desear más sufrir mucho y servir a esta Señora, que tanto se lo merece (V 39, 26).

ME FELICITARÁN TODAS LAS GENERACIONES


COMENTARIO AL EVANGELIO
SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN
Forma Extraordinaria del Rito Romano
En el Magníficat, el gran canto de la Virgen que acabamos de escuchar en el evangelio, encontramos unas palabras sorprendentes. María dice: “Desde ahora me felicitarán todas las generaciones”. La Madre del Señor profetiza las alabanzas marianas de la Iglesia para todo el futuro, la devoción mariana del pueblo de Dios hasta el fin de los tiempos. Al alabar a María, la Iglesia no ha inventado algo “ajeno” a la Escritura: ha respondido a esta profecía hecha por María en aquella hora de gracia.
Y estas palabras de María no eran sólo palabras personales, tal vez arbitrarias. Como dice san Lucas, Isabel había exclamado, llena de Espíritu Santo: “Dichosa la que ha creído”. Y María, también llena de Espíritu Santo, continúa y completa lo que dijo Isabel, afirmando: “Me felicitarán todas las generaciones”. Es una auténtica profecía, inspirada por el Espíritu Santo, y la Iglesia, al venerar a María, responde a un mandato del Espíritu Santo, cumple un deber.
Nosotros no alabamos suficientemente a Dios si no alabamos a sus santos, sobre todo a la “Santa” que se convirtió en su morada en la tierra, María. La luz sencilla y multiforme de Dios sólo se nos manifiesta en su variedad y riqueza en el rostro de los santos, que son el verdadero espejo de su luz. Y precisamente viendo el rostro de María podemos ver mejor que de otras maneras la belleza de Dios, su bondad, su misericordia. En este rostro podemos percibir realmente la luz divina.
“Me felicitarán todas las generaciones”. Nosotros podemos alabar a María, venerar a María, porque es “feliz”, feliz para siempre. Y este es el contenido de esta fiesta. Feliz porque está unida a Dios, porque vive con Dios y en Dios. El Señor, en la víspera de su Pasión, al despedirse de los suyos, dijo: “Voy a prepararos una morada en la gran casa del Padre. Porque en la casa de mi Padre hay muchas moradas” (cf. Jn 14, 2). María, al decir: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”, preparó aquí en la tierra la morada para Dios; con cuerpo y alma se transformó en su morada, y así abrió la tierra al cielo.
San Lucas, en el pasaje evangélico que acabamos de escuchar, nos da a entender de diversas maneras que María es la verdadera Arca de la alianza, que el misterio del templo —la morada de Dios aquí en la tierra— se realizó en María. En María Dios habita realmente, está presente aquí en la tierra. María se convierte en su tienda. Lo que desean todas las culturas, es decir, que Dios habite entre nosotros, se realiza aquí. San Agustín dice: “Antes de concebir al Señor en su cuerpo, ya lo había concebido en su alma”. Había dado al Señor el espacio de su alma y así se convirtió realmente en el verdadero Templo donde Dios se encarnó, donde Dios se hizo presente en esta tierra.
Así, al ser la morada de Dios en la tierra, ya está preparada en ella su morada eterna, ya está preparada esa morada para siempre. Y este es todo el contenido del dogma de la Asunción de María a la gloria del cielo en cuerpo y alma, expresado aquí en estas palabras. María es “feliz” porque se ha convertido —totalmente, con cuerpo y alma, y para siempre— en la morada del Señor. Si esto es verdad, María no sólo nos invita a la admiración, a la veneración; además, nos guía, nos señala el camino de la vida, nos muestra cómo podemos llegar a ser felices, a encontrar el camino de la felicidad.
Escuchemos una vez más las palabras de Isabel, que se completan en el Magníficat de María: “Dichosa la que ha creído”. El acto primero y fundamental para transformarse en morada de Dios y encontrar así la felicidad definitiva es creer, es la fe en Dios, en el Dios que se manifestó en Jesucristo y que se nos revela en la palabra divina de la sagrada Escritura.
Creer no es añadir una opinión a otras. Y la convicción, la fe en que Dios existe, no es una información como otras. Muchas informaciones no nos importa si son verdaderas o falsas, pues no cambian nuestra vida. Pero, si Dios no existe, la vida es vacía, el futuro es vacío. En cambio, si Dios existe, todo cambia, la vida es luz, nuestro futuro es luz y tenemos una orientación para saber cómo vivir.
Por eso, creer constituye la orientación fundamental de nuestra vida. Creer, decir: “Sí, creo que tú eres Dios, creo que en el Hijo encarnado estás presente entre nosotros”, orienta mi vida, me impulsa a adherirme a Dios, a unirme a Dios y a encontrar así el lugar donde vivir, y el modo como debo vivir. Y creer no es sólo una forma de pensamiento, una idea; como he dicho, es una acción, una forma de vivir. Creer quiere decir seguir la senda señalada por la palabra de Dios.
María, además de este acto fundamental de la fe, que es un acto existencial, una toma de posición para toda la vida, añade estas palabras: “Su misericordia llega a todos los que le temen de generación en generación”. Con toda la Escritura, habla del “temor de Dios”. Tal vez conocemos poco esta palabra, o no nos gusta mucho. Pero el “temor de Dios” no es angustia, es algo muy diferente. Como hijos, no tenemos miedo del Padre, pero tenemos temor de Dios, la preocupación por no destruir el amor sobre el que está construida nuestra vida. Temor de Dios es el sentido de responsabilidad que debemos tener; responsabilidad por la porción del mundo que se nos ha encomendado en nuestra vida; responsabilidad de administrar bien esta parte del mundo y de la historia que somos nosotros, contribuyendo así a la auténtica edificación del mundo, a la victoria del bien y de la paz.
“Me felicitarán todas las generaciones”: esto quiere decir que el futuro, el porvenir, pertenece a Dios, está en las manos de Dios, es decir, que Dios vence. Y no vence el dragón, tan fuerte, del que habla hoy la primera lectura: el dragón que es la representación de todas las fuerzas de la violencia del mundo. Parecen invencibles, pero María nos dice que no son invencibles. La Mujer, como nos muestran la primera lectura y el evangelio, es más fuerte porque Dios es más fuerte.
Ciertamente, en comparación con el dragón, tan armado, esta Mujer, que es María, que es la Iglesia, parece indefensa, vulnerable. Y realmente Dios es vulnerable en el mundo, porque es el Amor, y el amor es vulnerable. A pesar de ello, él tiene el futuro en la mano; vence el amor y no el odio; al final vence la paz.
Este es el gran consuelo que entraña el dogma de la Asunción de María en cuerpo y alma a la gloria del cielo. Damos gracias al Señor por este consuelo, pero también vemos que este consuelo nos compromete a estar del lado del bien, de la paz.
Oemos a María, la Reina de la paz, para que ayude a la victoria de la paz hoy: “Reina de la paz, ¡ruega por nosotros!”. Amén.
Benedicto XVI

EVANGELIO DEL DÍA: DESDE AHORA ME FELICITARÁN TODAS LAS GENERACIONES


15 de agosto
ASUNCIÓN DE NUESTRA SEÑORA A LOS CIELOS
Forma Extraordinaria del Rito Romano

En aquel tiempo, quedó Isabel llena del Espíritu Santo, y exclamando en alta voz, dijo: ¡Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre! Y ¿de dónde a mí tanto bien que venga la Madre de mi Señor a mí? Pues lo mismo fue llegar la voz de tu saludo a mis oídos, que dar saltos de júbilo la criatura en mi seno. Y bienaventurada tú que has creído, porque se cumplirán las cosas que se te han dicho de parte del Señor. Y dijo María: Mi alma engrandece al Señor, y mi espíritu salta de gozo al pensar en Dios, Salvador mío; porque miró la bajeza de su esclava, he aquí que desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones. Porque ha hecho en mí grandes maravillas el que es poderoso; y su nombre es santo, y su misericordia se extiende de generación en generación sobre los que le temen.

viernes, 14 de agosto de 2015

CONSAGRACIÓN A LA INMACULADA. Oración de San Maximiliano Kolbe

 
Oración de consagración
de la Milicia de la Inmaculada compuesta por San Maximiliano

"Oh Inmaculada, Reina del Cielo y de la Tierra, Refugio de los Pecadores y Nuestra Madre Plena de Amor, Dios ha resuelto confiar la completa Orden de Misericordia en ti. Yo, un pecador(a) arrepentido(a), me postro a tus pies implorando humildemente que me aceptes como soy y con todo lo que tengo, completamente para ti, como de tu posesión y propiedad. Por favor haz de mi, de todo los poderes de mi cuerpo y alma, de mi vida entera, muerte y eternidad, lo que mas te satisfaga. Si te complace, usa todo lo que soy y tengo sin reservas, totalmente, para conseguir lo que se ha dicho de ti: “Ella aplastará tu cabeza” y “Tú sola has destruído todas las herejías en todo el mundo”. Déjame ser un instrumento adecuado en tus manos Inmaculadas y Misericordiosas para introducir y aumentar tu gloria al máximo en todas las almas indiferentes y extraviadas, para así ayudar a extender el Bendito Reino del Sagrado Corazón de Jesús, ya que por donde tú entras obtienes la gracia de conversión y crecimiento en santidad, a través de tus manos es que las gracias del Sagrado Corazón de Jesús llegan a nosotros. Amén. Permíteme alabarte, Oh Virgen Sagrada. Dame fuerzas contra tus enemigos".

PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESÚS: OH CARIDAD

OH CARIDAD

¡Oh, caridad de los que verdaderamente aman al Señor y conocen su condición! ¡Qué poco descanso podrán tener, si ven que pueden hacer algo para que sola un alma se aproveche y ame más a Dios. O para darle algún consuelo o para apartarla de algún peligro! Y cuando no puede con obras, con oración, importunando al Señor por las muchas almas que la lastima ver que se pierden; pierde ella su descanso y lo tiene por bien perdido, porque no se acuerda de su contento, sino de cómo cumplir mejor la voluntad del Señor, y así en la obediencia (F 5, 5).

HOY ES VIERNES: DÍA DE ABSTINENCIA


jueves, 13 de agosto de 2015

MISAS GREGORIANA EN PONTEVEDRA


MISA GREGORIANA EN PONTEVEDRA. 
Iglesia del Convento de Santa Clara
15 de agosto. Asunción de Nuestra Señora. Santa Misa a las 20:00
16 de agosto. XII domingo después de Pentecostés. Santa Misa a las 20:00

PENSAMIENTO DE SANTA TERESA DE JESÚS: Dichoso el corazón enamorado


Dichoso el corazón enamorado
Que en solo Dios ha puesto el pensamiento
Por él renuncia a todo lo criado,
Y en él halla su gloria y su contento;
Aun de sí mismo vive descuidado,
Porque en Dios está todo su intento,
Y así alegre pasa y muy gozoso

Las ondas de este mar tempestuoso (P 5).