NOVENA
AL GLORIOSO
SAN MIGUEL
Por la señal de
la santa cruz, etc.
ACTO
DE CONTRICIÓN
Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre
verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque Os
amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo
firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos,
confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Ofrezco, Señor, mi
vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo
suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que los
perdonareis, por los méritos de vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y
me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y
servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS.
Dios y Señor
mío, Padre de misericordia y de toda consolación; con toda la espontaneidad de
mi voluntad y con toda la resolución y firmeza de que es capaz mi corazón
ayudado de vuestra divina gracia, me presento para que os dignéis recibirme en
el número de vuestros humildes y fervorosos siervos bajo la dirección del
glorioso san Miguel. Con muchísimo gusto de mi alma vestiré la librea de la
humildad, observaré la limpieza de la castidad según mi estado, embrazaré el
escudo de la paciencia con que resistiré los dardos que me podrán disparar los
enemigos mundo, demonio y carne; me armaré del santo celo con que procuraré la
mayor gloria vuestra y la salvación de las almas, ocupándome con esmero en
enseñar la verdad y en desvanecer la ignorancia, en extirpar vicios y en
plantar virtudes en mí mismo y en todos mis prójimos. Esta es mi resolución ,
la que espero cumplir ayudado de la divina gracia que confió conseguir por los
méritos de Jesucristo, Hijo vuestro y Señor nuestro, por la intercesión de
María santísima, por la del glorioso san Miguel y la de los demás Ángeles y
Santos. Amen.
Se
reza la oración propia de cada día, seguida de nueve veces el Padre nuestro y
Ave María en unión de los nueve coros de los Ángeles y de su príncipe san
Miguel.
***
ORACIÓN PARA EL DÍA PRIMERO.
Dios y Señor de
los espíritus celestiales del primer coro, llamados Serafines porque están
encendidísimos en el fuego de vuestro amor: os ofrezco los méritos de estos
fervorosos espíritus y los de vuestro amado y amante san Miguel, y os suplico
me concedáis la gracia de que yo os ame a Vos, único Dios y Señor mío, sobre
todas las cosas, con todo mi corazón, con toda mi alma, con todo mi entendimiento
y con todas mis fuerzas, haciendo que todos os amen y que nadie os ofenda.
Amen.
Aquí
se rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros
de los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego siguen las oraciones finales.
ORACIÓN PARA EL DÍA SEGUNDO.
Dios y Señor de
los espíritus celestiales del segundo coro, llamados Querubines porque están
adornados de perfectísima sabiduría: os ofrezco los merecimientos de estos
espíritus sapientísimos y los del glorioso san Miguel, príncipe de los sabios
del cielo y maestro brillantísimo de los que han sido más sabios de la tierra,
y os suplico me concedáis la gracia de conocer lo que debo hacer para cumplir
vuestra santa voluntad, y saberlo enseñar a los demás á fin de que todos os
conozcamos y amemos aquí en la tierra y después allá en el cielo. Amen.
Aquí
se rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros
de los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego siguen las oraciones finales.
ORACIÓN PARA EL DÍA TERCERO.
Dios y Señor de
los espíritus celestiales del tercer coro, llamados Tronos, en quienes
descansáis como en trono de vuestra gloria, y os sentáis como en tribunal de
justicia os ofrezco los merecimientos de estos espíritus altísimos y los del
glorioso san Miguel, trono esclarecidísimo de vuestra grandeza y ministro
supremo de vuestra justicia, para que me concedáis la gracia de recibiros por
medio de la sagrada Comunión en el trono de mi corazón, y desde este trono
juzgadme, no según merecen mis faltas, sino según vuestra gran misericordia,
para así conseguir la salvación. Amen.
Aquí
se rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros
de los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego siguen las oraciones finales.
ORACIÓN PARA EL DÍA CUARTO.
Dios y Señor de
los espíritus celestiales del cuarto coro, llamados Dominaciones, que presiden
a los coros inferiores y son ministros de vuestra Providencia; os ofrezco los
merecimientos de estos espíritus eminentísimos y los de vuestro primer ministro
el glorioso san Miguel, para que me concedáis un perfecto señorío sobre mis
pasiones y una perfecta obediencia à vuestra santa ley y a todos mis
superiores, a fin de poder así conseguir el premio que está reservado a los que
son obedientes hasta la muerte, como nos lo enseñó Jesucristo, Señor nuestro e
Hijo vuestro, que con Vos y con el Espíritu Santo vive y reina por los siglos
de los siglos. Amen.
Aquí
se rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros
de los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego siguen las oraciones finales.
ORACIÓN PARA EL DÍA QUINTO.
Dios y Señor de
los espíritus celestiales del quinto coro, llamados Virtudes, por las cuales
hacéis milagros propios de vuestro soberano poder, gobernando la naturaleza
para que sirva à vuestra mayor honra y gloria; os ofrezco, Señor, los
merecimientos de estos espíritus prodigiosos, y los del glorioso príncipe san
Miguel, principal instrumento de todas las maravillas que obráis en el
universo, y os suplico me concedáis que, vencidas las malas inclinaciones de la
corrompida naturaleza, conserve y aumente vuestra gracia y alcance la eterna
gloria. Amen.
Aquí
se rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros
de los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego siguen las oraciones finales.
ORACIÓN PARA EL DÍA SEXTO.
Dios y Señor de
los espíritus celestiales del sexto coro, que son las Potestades, así llamados
por el especial poder que les habéis dado para refrenar a los demonios; os
ofrezco, Señor, los merecimientos de estos espíritus poderosísimos y los del
glorioso príncipe san Miguel, que alcanzó sobre Lucifer y sus secuaces la mayor
de las victorias; y con la misma felicidad pelea continuamente a favor del
hombre y contra todos sus enemigos, os suplico humildemente me concedáis los
auxilios necesarios para pelear con él legítimamente, y así merecer la corona
de la gloria. Amen.
Aquí
se rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros
de los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego siguen las oraciones finales.
ORACIÓN PARA EL DÍA SÉPTIMO.
Dios y Señor de
los espíritus celestiales del séptimo coro, llamados Principados porque en
ellos habéis confiado la guarda de los reinos y naciones; os ofrezco, Señor,
los merecimientos de estos espíritus excelentísimos y los del glorioso príncipe
san Miguel, guarda principal de todos los reinos cristianos y de la Iglesia, y
os suplico humildemente guardéis mi alma y cuerpo, potencias y sentidos de todo
desorden, de pasiones y tentaciones ; y espero que vendrá en mí vuestro santo
reino, que
Vos y solo Vos
mandaréis en él, y yo con sumo gozo, prontitud y fervor obedeceré vuestras
santas leyes. Amen.
Aquí
se rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros
de los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego siguen las oraciones finales.
ORACIÓN PARA EL DÍA OCTAVO.
Dios y Señor de
los espíritus celestiales del octavo coro, que son los Arcángeles, así llamados
porque acostumbráis confiarles los negocios gravísimos de vuestra honra y
gloria; os ofrezco, Señor, los méritos de estos espíritus nobilísimos y los del
glorioso san Miguel que tanto se distinguió en la gran lucha, y que tan
heroicamente defendió vuestra honra y gloria contra Lucifer y sus secuaces, os
suplico me deis gracia y fortaleza para vencer y superar á todos los enemigos
de mi salvación, a fin de conseguir así la gloria del cielo, donde cantaré
eternamente vuestras misericordias. Amen.
Aquí
se rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros
de los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego siguen las oraciones finales.
ORACIÓN PARA EL DÍA NOVENO.
Dios y Señor de
los espíritus celestiales del noveno coro, llamados Ángeles por que los enviáis
para guardar a los hombres en todos los caminos de su salvación; os ofrezco,
Señor, los merecimientos de estos espíritus soberanos y los del glorioso
príncipe san Miguel, que por sí y por medio de los Ángeles guarda a los hombres
y a toda la naturaleza humana, y os suplicó me guardéis de todo pecado, me
concedáis una pureza angélica, y el llegar felizmente a la gloria del cielo,
donde os veré cara a cara y os amaré con toda perfección y por toda la
eternidad. Amen.
Aquí
se rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros
de los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego siguen las oraciones finales.
***
PARA CONCLUIR TODOS LOS DÍAS:
ORACIÓN AL SANTO.
¡Oh gloriosísimo
san Miguel! Príncipe de los ejércitos celestiales, terror de los espíritus
malignos y sus secuaces, grande y admirable capitán después de Jesucristo,
condecorado de especialísima gracia, excelencia y virtud; libradnos de toda
adversidad, haced que amemos a Dios con todo fervor, y que cada día adelantemos
en su santo servicio.
V/. Rogad por
nosotros, glorioso san Miguel, protector de la Iglesia católica.
R/. Para que
seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo
ORACIÓN.
Omnipotente y
sempiterno Dios, que por vuestra suma bondad y misericordia infinita
destinasteis para gloria vuestra y salud de los hombres al gloriosísimo
príncipe san Miguel; concedednos que por su intercesión y eficaz auxilio
merezcamos ahora ser defendidos de todos nuestros enemigos, y en la hora de la
muerte seamos libres y presentados benignamente ante el trono de vuestra
Majestad excelsa. Amen.
Aquí
se rezarán los gozos.
GOZOS DEL ARCÁNGEL SAN MIGUEL.
Pues en la corte
del cielo
Gozáis tan altos
blasones;
Dad a nuestros corazones,
Arcángel Miguel, consuelo.
De la escuadra
celestial
Sois el primer
coronel,
Que al atrevido
Luzbel
Venciste en
guerra campal,
Echando al fuego
infernal
Su rabia y
furioso anhelo.
Dad, etc.
Vos al pueblo de
Israel
Sacasteis libre
a buen puerto,
Y guiasteis en
el desierto
Porque a Dios
sirviese fiel,
Dándole por pan,
aquel
Maná que bajó
del cielo.
Dad, etc.
Cuando Cristo en
oración
Estaba en el
huerto triste,
Tú del cielo le
trajiste
El consuelo en
su aflicción;
Le animaste en
la ocasión
De su mayor
desconsuelo.
Dad, etc.
Las empresas más
gloriosas
Fía Dios a tu
destreza,
Y emplea tu
fortaleza
En las más
dificultosas;
Haces cosas tan
pasmosas,
Que admiran a
tierra y cielo.
Dad, etc.
Abogado y
protector
De la Iglesia
militante,
Cuidas siempre
vigilante
De darle auxilio
y favor;
Y cuanto el
riesgo es mayor,
Tanto es mayor
tu desvelo.
Dad, etc.
De vuestro
amparo sagrado
Fiamos en
nuestra muerte
Seguro el logro,
y la suerte
De salvación,
pues postrado
Huye el infierno
turbado
Del brazo de
vuestro celo.
Dad, etc.
V/. In conspectu
Angelorum psallam tibi, Deus meus.
R/. Adorabo ad templum sanctum tuum, et confitebor
nomini tuo.
OREMUS.
Omnipotens sempiterne Deus, qui saluti humanæ ex summa
clementia tua, gloriosissimum Principem Ecclesiæ tuæ, Michaelem archangelum,
mirabiliter deputasti, concede; ut ejus salutari subsidio, hic mereamur ab
omnibus hostibus defendi, et in nostro obitu liberari, tuæque excelsæ majestati
beatissime præsentari. Per
Christum Dominum nostrum. Amen.
FIN.
NOVENA AL GLORIOSO PRÍNCIPE SAN MIGUEL
escrita por san Antonio María Claret
Nuestro agradecimiento a d. JORGE
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