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martes, 24 de septiembre de 2024

10 PENSAMIENTOS PARA TENER Y AUMENTAR LA DEVOCIÓN A SAN MIGUEL. San Enrique de Ossó

 


10 PENSAMIENTOS PARA TENER Y AUMENTAR LA DEVOCIÓN A SAN MIGUEL

San Enrique de Ossó

1. Debemos tener gran devoción al arcángel san Miguel todos los cristianos, por ser el príncipe de toda la milicia celestial, y el que más nos puede socorrer en vida y en la hora de la muerte.

2. El arcángel san Miguel es la cosa más grande que hay en el cielo después de María.

3. San Miguel es el que más conoce, ama y glorifica a Dios, y el más amado de Dios entre todos los ángeles.

4. San Miguel es el único que ciñe espada, y que con María se presenta coronado y hollando a sus enemigos bajo su planta.

5. San Miguel, en la antigua ley, representó y tomó el mismo nombre de Dios como embajador, primer ministro y lugarteniente del Altísimo.

6. San Miguel como jefe, adalid y primer cabeza de todos los soberanos espíritus, destina al nacer a cada uno de los hombres el ángel que le ha de guardar.

7. San Miguel, al morir cada uno de los hombres, pesa las buenas o malas obras en la balanza de la eterna justicia, y presenta el alma a Dios para ser premiada o castigada.

8. San Miguel es desposorio de las almas, vencedor de los espíritus rebeldes, doméstico en la real morada, nuestra guía admirable después de Cristo, y de excelencia y de virtudes sobrehumanas.

9. El gloriosísimo arcángel san Miguel es príncipe de la Iglesia católica por su fidelidad a Dios, pues derrocó a los infiernos a los ángeles rebeldes con su grito: “¿Quién como Dios?”.

10. San Miguel es el primer defensor, celador y reparador de la honra de Dios, ultrajada por la soberbia de Lucifer, y especial protector de todas las obras de celo, y de los que celan la honra de Dios.

 

4 CONSEJOS PRÁCTICOS PARA TENER Y AUMENTAR LA DEVOCIÓN A SAN MIGUEL

1. Celebra su fiesta (29 de septiembre) con gran aparejo y devoción: ayuna su víspera, y confiesa y comulga en su día u octava.

2. Elige a san Miguel por patrono de tu casa y familia con María y José.

3. Hazte un deber de extender la devoción utilísima de san Miguel arcángel.

4. Rézale todos los días un Padrenuestro y la siguiente:

 

Oración. Invicto general de los ejércitos del cielo, protector insigne de la Iglesia militante, y conductor de los justos a la presencia de la Trinidad Beatísima: vos que por defender la gloria del Señor hicisteis frente a Luzbel y sus secuaces hasta precipitarlos al abismo, dadme aliento para que, sin atención a respetos humanos, cele el honor de Dios, evitando, cuanto en mí estuviere, sus ofensas. También os ruego seáis conmigo contra las pasiones que más me impiden la perfección a que debo aspirar según mi estado, y en la postrera batalla contra todos mis enemigos, para cantar victoria ante el Cordero inmaculado, a quien sea eterna gloria y alabanza por todos los siglos. Amén.

jueves, 19 de septiembre de 2024

EXCELENCIAS DEL GLORIOSO PATRIARCA SAN MIGUEL por San Antonio María Claret

EXCELENCIAS

DEL GLORIOSO SAN MIGUEL

 

Dios, ser supremo y perfectísimo, para manifestar su poder y sabiduría, y comunicar su bondad crió el cielo y la tierra. En el cielo puso Ángeles, en la tierra colocó el hombre. Los Ángeles, unos fueron fieles a Dios, y quedaron confirmados en gracia; otros le fueron infieles, y de Ángeles se transformaron en demonios, enemigos de Dios y adversarios del hombre.

Tendiéronle a este lazos y le hicieron caer miserablemente en pecado, quedando desnudo de la gracia santificante e indigno del cielo a que había sido destinado.

Criado el hombre a imagen y semejanza de Dios, oscureció en sí mismo esta imagen degradándose por el pecado. Dios no obstante, en manifestación de su bondad y misericordia, quiso ser su Restaurador y

Redentor. Para honrar a los Ángeles que le habían sido fieles, asóciaselos como cooperadores a la salvación de los hombres, a quienes debían prestar con este objeto amparo, consuelo y protección. Distínguese entre ellos el gloriosísimo príncipe san Miguel, a quien Dios destinó para presidir los nueve coros de los Ángeles, enfrenar a los demonios y proteger a la Iglesia militante.

El príncipe san Miguel es el supremo entre los Serafines, por ser el más enriquecido de gracias y prerrogativas entre todos los espíritus angélicos: es el generalísimo de los ejércitos de Dios, el que señala los Ángeles de guarda a cada uno de los hombres, para que los defiendan y les presten toda especie de buenos servicios a fin de obtener la salvación eterna y ser con ellos ciudadanos del cielo. Es san Miguel el más favorecido de la santísima Trinidad; es el grande amigo de Jesucristo, y el amado de María santísima: es, finalmente, el encargado de Dios para recibir las almas de los justos al separarse de sus cuerpos, y el que las defiende en el día del juicio.

Dice san Gregorio, que siempre que Dios obra alguna maravilla en el mundo, siempre que dispensa alguna gran misericordia, lo hace todo por medio de san Miguel.

Así es que san Miguel detuvo el brazo de Abraham y salvó la vida a Isaac; libró al inocente Jacob de las repetidas persecuciones de su pérfido hermano Esaú; se apareció a Moisés representando a Dios en la zarza; sacó al pueblo hebreo del cautiverio de Egipto; le dio la ley en el monte Sinaí, haciendo las veces de Dios; condujo a este pueblo por el desierto a la tierra de promisión y protegió la Sinagoga; se apareció y animó a Josué y a Gedeón, y mató a 185000 soldados del ejército del blasfemo Senaquerib. Él fue quien se apareció a Balaan y le reprendió. Él quien se apareció a los tres jóvenes en el horno de Babilonia y les libró del incendio; él llevó a Habacuc al lago de los leones en que se hallaba Daniel ; y él, por fin, fue el despensero del gran profeta de Dios, Elías.

No solo en la antigua ley prestó san Miguel estos grandes servicios al género humano, sino que también los presta en la ley de gracia, y los continuará hasta al fin del mundo. San Miguel se apareció a Constantino, y se apareció también en el monte Gárgano. Él alegra y anima las reuniones de los Católicos, hace invencibles a los fieles que le siguen, conforta a los pusilánimes, da confianza y ánimo a los pecadores que se quieren convertir, reprime los vicios, calma las pasiones y rechaza el ímpetu de los demonios tentadores.

Ahora san Miguel con sus Ángeles pelea contra Lucifer y sus secuaces, pero será más reñida la batalla al fin del mundo. Entonces a san Miguel se le juntará Elías, gran profeta y santo sacerdote, y con este aquellos sacerdotes que tendrán la virtud y el espíritu de Elías. Se juntará además a san Miguel Enoc, seglar justo y bueno, y con él aquellos buenos seglares que, como Enoc, andan siempre en la presencia de Dios, que son caritativos, que socorren las necesidades corporales y espirituales de los prójimos.

San Miguel con sus Ángeles, Elías con los buenos sacerdotes, y Enoc con los buenos seglares, todos formarán un grande ejército que, dirigido por san Miguel, peleará contra el ejército de Lucifer que se compondrá de demonios, de malos sacerdotes como Judas, y de seglares impíos, injustos e inmorales, y este ejército se llamará del Anticristo, porque será enemigo de Cristo, de sus leyes, preceptos y consejos; de sus santos Sacramentos, y de las almas que Jesucristo redimió.

Todo el ejército de Lucifer o del Anticristo será vencido por Jesucristo; sí, Jesús dará la sentencia, y san Miguel, como príncipe supremo de la justicia divina, la ejecutará, dice santo Tomás.

San Miguel en el día del juicio final, en que Jesús vendrá a juzgar a todos, llevará el estandarte de la santa cruz, ya como príncipe supremo de las tres jerarquías, ya también por la excelencia de su naturaleza, ya finalmente por la dignidad de gracia y gloria.

Todos los buenos sacerdotes y los buenos seglares nos debemos juntar y unir al ejército de los Ángeles, y todos debemos formar un cuerpo bien unido y compacto, con un solo corazón y una sola alma, bajo la protección y dirección de san Miguel, diciendo; ¿Quién como Dios?... Así podremos estar seguros de reportar con él la victoria y alcanzar también con él la corona del triunfo y de la vida. Amen.

 

NOVENA AL GLORIOSO PRÍNCIPE SAN MIGUEL
escrita por san Antonio María Claret
Nuestro agradecimiento a d. JORGE
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Grupo 1

 

 

NOVENA AL GLORIOSO SAN MIGUEL escrita por san Antonio María Claret

 


NOVENA

AL GLORIOSO SAN MIGUEL

Por la señal de la santa cruz, etc.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque Os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que los perdonareis, por los méritos de vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS.

Dios y Señor mío, Padre de misericordia y de toda consolación; con toda la espontaneidad de mi voluntad y con toda la resolución y firmeza de que es capaz mi corazón ayudado de vuestra divina gracia, me presento para que os dignéis recibirme en el número de vuestros humildes y fervorosos siervos bajo la dirección del glorioso san Miguel. Con muchísimo gusto de mi alma vestiré la librea de la humildad, observaré la limpieza de la castidad según mi estado, embrazaré el escudo de la paciencia con que resistiré los dardos que me podrán disparar los enemigos mundo, demonio y carne; me armaré del santo celo con que procuraré la mayor gloria vuestra y la salvación de las almas, ocupándome con esmero en enseñar la verdad y en desvanecer la ignorancia, en extirpar vicios y en plantar virtudes en mí mismo y en todos mis prójimos. Esta es mi resolución , la que espero cumplir ayudado de la divina gracia que confió conseguir por los méritos de Jesucristo, Hijo vuestro y Señor nuestro, por la intercesión de María santísima, por la del glorioso san Miguel y la de los demás Ángeles y Santos. Amen.

 

Se reza la oración propia de cada día, seguida de nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros de los Ángeles y de su príncipe san Miguel.

 

***

ORACIÓN PARA EL DÍA PRIMERO.

Dios y Señor de los espíritus celestiales del primer coro, llamados Serafines porque están encendidísimos en el fuego de vuestro amor: os ofrezco los méritos de estos fervorosos espíritus y los de vuestro amado y amante san Miguel, y os suplico me concedáis la gracia de que yo os ame a Vos, único Dios y Señor mío, sobre todas las cosas, con todo mi corazón, con toda mi alma, con todo mi entendimiento y con todas mis fuerzas, haciendo que todos os amen y que nadie os ofenda. Amen.

Aquí se rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros de los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego siguen las oraciones finales.

 

ORACIÓN PARA EL DÍA SEGUNDO.

Dios y Señor de los espíritus celestiales del segundo coro, llamados Querubines porque están adornados de perfectísima sabiduría: os ofrezco los merecimientos de estos espíritus sapientísimos y los del glorioso san Miguel, príncipe de los sabios del cielo y maestro brillantísimo de los que han sido más sabios de la tierra, y os suplico me concedáis la gracia de conocer lo que debo hacer para cumplir vuestra santa voluntad, y saberlo enseñar a los demás á fin de que todos os conozcamos y amemos aquí en la tierra y después allá en el cielo. Amen.

Aquí se rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros de los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego siguen las oraciones finales.

ORACIÓN PARA EL DÍA TERCERO.

Dios y Señor de los espíritus celestiales del tercer coro, llamados Tronos, en quienes descansáis como en trono de vuestra gloria, y os sentáis como en tribunal de justicia os ofrezco los merecimientos de estos espíritus altísimos y los del glorioso san Miguel, trono esclarecidísimo de vuestra grandeza y ministro supremo de vuestra justicia, para que me concedáis la gracia de recibiros por medio de la sagrada Comunión en el trono de mi corazón, y desde este trono juzgadme, no según merecen mis faltas, sino según vuestra gran misericordia, para así conseguir la salvación. Amen.

Aquí se rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros de los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego siguen las oraciones finales.

ORACIÓN PARA EL DÍA CUARTO.

Dios y Señor de los espíritus celestiales del cuarto coro, llamados Dominaciones, que presiden a los coros inferiores y son ministros de vuestra Providencia; os ofrezco los merecimientos de estos espíritus eminentísimos y los de vuestro primer ministro el glorioso san Miguel, para que me concedáis un perfecto señorío sobre mis pasiones y una perfecta obediencia à vuestra santa ley y a todos mis superiores, a fin de poder así conseguir el premio que está reservado a los que son obedientes hasta la muerte, como nos lo enseñó Jesucristo, Señor nuestro e Hijo vuestro, que con Vos y con el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.

Aquí se rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros de los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego siguen las oraciones finales.

ORACIÓN PARA EL DÍA QUINTO.

Dios y Señor de los espíritus celestiales del quinto coro, llamados Virtudes, por las cuales hacéis milagros propios de vuestro soberano poder, gobernando la naturaleza para que sirva à vuestra mayor honra y gloria; os ofrezco, Señor, los merecimientos de estos espíritus prodigiosos, y los del glorioso príncipe san Miguel, principal instrumento de todas las maravillas que obráis en el universo, y os suplico me concedáis que, vencidas las malas inclinaciones de la corrompida naturaleza, conserve y aumente vuestra gracia y alcance la eterna gloria. Amen.

Aquí se rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros de los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego siguen las oraciones finales.

ORACIÓN PARA EL DÍA SEXTO.

Dios y Señor de los espíritus celestiales del sexto coro, que son las Potestades, así llamados por el especial poder que les habéis dado para refrenar a los demonios; os ofrezco, Señor, los merecimientos de estos espíritus poderosísimos y los del glorioso príncipe san Miguel, que alcanzó sobre Lucifer y sus secuaces la mayor de las victorias; y con la misma felicidad pelea continuamente a favor del hombre y contra todos sus enemigos, os suplico humildemente me concedáis los auxilios necesarios para pelear con él legítimamente, y así merecer la corona de la gloria. Amen.

Aquí se rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros de los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego siguen las oraciones finales.

ORACIÓN PARA EL DÍA SÉPTIMO.

Dios y Señor de los espíritus celestiales del séptimo coro, llamados Principados porque en ellos habéis confiado la guarda de los reinos y naciones; os ofrezco, Señor, los merecimientos de estos espíritus excelentísimos y los del glorioso príncipe san Miguel, guarda principal de todos los reinos cristianos y de la Iglesia, y os suplico humildemente guardéis mi alma y cuerpo, potencias y sentidos de todo desorden, de pasiones y tentaciones ; y espero que vendrá en mí vuestro santo reino, que

Vos y solo Vos mandaréis en él, y yo con sumo gozo, prontitud y fervor obedeceré vuestras santas leyes. Amen.

Aquí se rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros de los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego siguen las oraciones finales.

ORACIÓN PARA EL DÍA OCTAVO.

Dios y Señor de los espíritus celestiales del octavo coro, que son los Arcángeles, así llamados porque acostumbráis confiarles los negocios gravísimos de vuestra honra y gloria; os ofrezco, Señor, los méritos de estos espíritus nobilísimos y los del glorioso san Miguel que tanto se distinguió en la gran lucha, y que tan heroicamente defendió vuestra honra y gloria contra Lucifer y sus secuaces, os suplico me deis gracia y fortaleza para vencer y superar á todos los enemigos de mi salvación, a fin de conseguir así la gloria del cielo, donde cantaré eternamente vuestras misericordias. Amen.

Aquí se rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros de los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego siguen las oraciones finales.

ORACIÓN PARA EL DÍA NOVENO.

Dios y Señor de los espíritus celestiales del noveno coro, llamados Ángeles por que los enviáis para guardar a los hombres en todos los caminos de su salvación; os ofrezco, Señor, los merecimientos de estos espíritus soberanos y los del glorioso príncipe san Miguel, que por sí y por medio de los Ángeles guarda a los hombres y a toda la naturaleza humana, y os suplicó me guardéis de todo pecado, me concedáis una pureza angélica, y el llegar felizmente a la gloria del cielo, donde os veré cara a cara y os amaré con toda perfección y por toda la eternidad. Amen.

Aquí se rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros de los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego siguen las oraciones finales.

 

***

PARA CONCLUIR TODOS LOS DÍAS:

 

ORACIÓN AL SANTO.

¡Oh gloriosísimo san Miguel! Príncipe de los ejércitos celestiales, terror de los espíritus malignos y sus secuaces, grande y admirable capitán después de Jesucristo, condecorado de especialísima gracia, excelencia y virtud; libradnos de toda adversidad, haced que amemos a Dios con todo fervor, y que cada día adelantemos en su santo servicio.

 

V/. Rogad por nosotros, glorioso san Miguel, protector de la Iglesia católica.

R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo

 

ORACIÓN.

Omnipotente y sempiterno Dios, que por vuestra suma bondad y misericordia infinita destinasteis para gloria vuestra y salud de los hombres al gloriosísimo príncipe san Miguel; concedednos que por su intercesión y eficaz auxilio merezcamos ahora ser defendidos de todos nuestros enemigos, y en la hora de la muerte seamos libres y presentados benignamente ante el trono de vuestra Majestad excelsa. Amen.

 

Aquí se rezarán los gozos.

 

GOZOS DEL ARCÁNGEL SAN MIGUEL.

Pues en la corte del cielo

Gozáis tan altos blasones;

Dad a nuestros corazones,

Arcángel Miguel, consuelo.

 

De la escuadra celestial

Sois el primer coronel,

Que al atrevido Luzbel

Venciste en guerra campal,

Echando al fuego infernal

Su rabia y furioso anhelo.

Dad, etc.

 

Vos al pueblo de Israel

Sacasteis libre a buen puerto,

Y guiasteis en el desierto

Porque a Dios sirviese fiel,

Dándole por pan, aquel

Maná que bajó del cielo.

Dad, etc.

 

Cuando Cristo en oración

Estaba en el huerto triste,

Tú del cielo le trajiste

El consuelo en su aflicción;

Le animaste en la ocasión

De su mayor desconsuelo.

Dad, etc.

 

Las empresas más gloriosas

Fía Dios a tu destreza,

Y emplea tu fortaleza

En las más dificultosas;

Haces cosas tan pasmosas,

Que admiran a tierra y cielo.

Dad, etc.

 

Abogado y protector

De la Iglesia militante,

Cuidas siempre vigilante

De darle auxilio y favor;

Y cuanto el riesgo es mayor,

Tanto es mayor tu desvelo.

Dad, etc.

 

De vuestro amparo sagrado

Fiamos en nuestra muerte

Seguro el logro, y la suerte

De salvación, pues postrado

Huye el infierno turbado

Del brazo de vuestro celo.

Dad, etc.

 

V/. In conspectu Angelorum psallam tibi, Deus meus.

R/. Adorabo ad templum sanctum tuum, et confitebor nomini tuo.

 

OREMUS.

Omnipotens sempiterne Deus, qui saluti humanæ ex summa clementia tua, gloriosissimum Principem Ecclesiæ tuæ, Michaelem archangelum, mirabiliter deputasti, concede; ut ejus salutari subsidio, hic mereamur ab omnibus hostibus defendi, et in nostro obitu liberari, tuæque excelsæ majestati beatissime præsentari. Per Christum Dominum nostrum. Amen.

 

FIN.

 
NOVENA AL GLORIOSO PRÍNCIPE SAN MIGUEL
escrita por san Antonio María Claret
Nuestro agradecimiento a d. JORGE
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