lunes, 19 de mayo de 2025

DÍA 20. SOLEDAD DE MARÍA DIFUNTO YA SU HIJO. MES DE LA VIRGEN

DÍA 20

SOLEDAD DE MARÍA DIFUNTO YA EL SEÑOR

 

MES

de María,

o

EL MES DE MAYO

Consagrado a las glorias

de la Virgen Santísima.

 

EJERCICIO PARA TODOS LOS DIAS

 

Por la señal de la santa cruz…

 

Puestos con devoción delante la imagen de la Virgen, se empezará con la siguiente:

 

ORACION DE SAN BERNARDO.

Acordaos, misericordiosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir, que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia, y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de vos. Animado con esta confianza a vos también acudo, oh Virgen Madre de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a parecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderla favorablemente. Amen.

 

DÍA 20

SOLEDAD DE MARÍA DIFUNTO YA EL SEÑOR

ORACIÓN

 

¡Oh afligidísima Madre mía!, no os quiero dejar sola para llorar, ¡no! Yo quiero acompañaros también con mis lágrimas. Alcanzadme pues, oh desconsolada Virgen, una memoria continua de la pasión de vuestro hijo y vuestra, para que en los días que me quedan de vida pueda llorar vuestros dolores y los de mi amable Redentor. Hacedme la gracia de que estos dolores me den en la hora de la muerte confianza y fortaleza para no desalentarme a vista de mis enormes pecados, y que por fin me alcancen el perdón, la perseverancia y el Cielo , donde espero regocijarme con vos, y contar las misericordias infinitas de mi Dios por toda una eternidad. Amén.

 

FLOR ESPIRITUAL

Visitar cinco altares en sufragio de las almas que por nuestra culpa u omisión están padeciendo en el purgatorio.

 

OFRECIMIENTO DE LA FLOR ESPIRITUAL

¡Oh María!, prado amenísimo de las delicias de todo un Dios, huerto cerrado y jardín florido, postrado a vuestras plantas soberanas, os ofrezco la flor espiritual de este día, y por ella os suplico me hagáis participante de la fragancia de vuestras hermosas virtudes, plantándolas todas en mi pobre corazón, al cual os ruego Madre mía, reguéis  con el rocío de la divina gracia para que dé frutos de justicia y santidad y para más obligaros, saludo vuestro dulcísimo nombre con las siguientes deprecaciones y Ave Marías:

 

DEPRECACIONES

Madre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida acordaos de mí infeliz pecador.

Ave Maria, gratia plena

Dominus tecum

benedicta tu in mulieribus,

et benedictus fructus ventris tui, Jesus.

Sancta Maria, Mater Dei,

ora pro nobis peccatoribus,

nunc et in hora mortis nostrae.

Amén.

Acueducto de las divinas gracias, concededme abundancia de lágrimas para llorar amargamente mis pecados. Ave María.

Reina del cielo y de la tierra, sé mi amparo, y mi defensa en las tentaciones de mis enemigos. Ave María.

Ilustre y querida hija de Joaquín y Ana alcanzadme de vuestro santísimo Hijo, las gracias que necesite para mi salvación. Ave María.

Abogada y refugio de los pecadores, asistidme en el trance de mi muerte, y abridme las puertas de la celestial Jerusalén. Ave María.

 

Salve, Regina, Mater misericordiae.

Vita, dulcedo et spes nostra, salve.

Ad te clamamus exsules filii Hevae.

Ad te suspiramus gementes et flentes in hac lacrimarum valle.

Eia, ergo, advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte; et Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exsilium ostende.

O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria.

 

INDULGENCIAS

El Sumo Pontífice Pio VII con rescripto de 21 de marzo de 1815 concede a todos los fieles que hicieren cada día durante el mes de Mayo alguna oración pública o particular, o alguna otra obra de piedad en honor de la  Virgen Santísima 300 días de indulgencia por cada vez y a más indulgencia plenaria el día que escogieren con la condiciones de que confiesen, comulguen, oren para las necesidades de la Iglesia. Todas esas indulgencias pueden aplicarse a las ánimas del purgatorio.

 

Querido hermano: si te ha gustado el ejercicio del mes de mayo a la Virgen, compártelo con tus familiares y amigos.

Recuerda que la oración que más agrada a la Virgen es el rezo diario del santo rosario. Ella lo ha pedido repetidamente en sus apariciones de Lourdes y Fátima. La Virgen concede sus gracias a quien devotamente reza su rosario. Rézalo en tu parroquia o en familia o con tus amistades.

 

Ave María Purísima, sin pecado concebida.

 

20 DE MAYO. SAN BERNARDINO DE SIENA, FRANCISCANO (1380-1444)

 




20 DE MAYO

SAN BERNARDINO DE SIENA

FRANCISCANO (1380-1444)

LA divina Providencia va siempre por delante de los hombres. Dios nunca llega tarde. La Historia —magistra vitæ— nos enseña que Él, mejor que nadie, ha sabido atajar los grandes males con grandes remedios y hacer brillar la luz aun en las épocas de mayor conmoción. ¿Qué sucede, por ejemplo, en el siglo XV, que es el que ahora solicita nuestro interés? ¿Alborea el Renacimiento con su epidemia de paganismo? Pues, frente al decantado retorno a lo clásico «pagano», Dios opone el retorno a lo clásico «cristiano», y frente a Cicerón, Tito Livio o Policleto, tres grandes figuras apostólicas —Vicente Ferrer, Bernardino de Siena y Juan de Capistrano— que defienden la prístina pureza del Cristianismo y ambientan el clima para la verdadera reforma —el verdadero renacimientocon el calor de su fe milagrosa, el influjo de su acción, la virtud de su enseñanza y la enseñanza de su virtud…

Hoy celebra la Iglesia la fiesta de San Bernardino de Siena. A él, pues, nos concretamos.

Hijo de un Albizzeschi, de nombre Tulo, nace en la aldea de Massa, próxima a Siena cuando su padre es gobernador de la Ciudad. El nombre de María — «la amada más noble y hermosa» — se asocia desde la cuna a los momentos solemnes de su vida. «Nací —nos dirá con santo orgullo— en el natalicio de Nuestra Señora; después, en la misma festividad entré en el convento, vestí el hábito franciscano, hice la profesión de mis tres votos, celebré la primera Misa, prediqué el primer sermón. ¿Verdad que son demasiadas coincidencias para no estimarlas providenciales?

Bernardino no llega a conocer a su madre, Nera, y a los siete años pierde también a su padre. Pero Dios, que lo previene para altos fines, le conduce a ellos de manera infalible, rectilínea. Diana, hermana de su madre, acierta a intuir la estrella que la gracia divina va pintando en los ojos pálidamente azules del muchacho, y toma a pechos su educación. Dos célebres maestros — Onofre el Gramático y Juan de Espoleto— ayudan a la buena mujer en su noble empeño. A los diecisiete años, Bernardino ha estudiado ya Filosofía y Teología, Derecho civil y canónico. Casi por milagro pasa indemne a través de las escuelas. Su ardiente devoción a María hace que, a pesar de tener un carácter dulce, sosegado y meditativo, defienda su pureza con una energía insospechada.

Un procaz estudiante se atreve cierto día a insinuarle una proposición vergonzosa. La sangre afluye a las mejillas del casto joven:

— ¿Por quién me has tomado? —grita al libertino.

Y, sin mediar más palabras, estampa en su rostro un sonoro bofetón.

— Anda con cuidado, hijo mío —le dice con frecuencia su tía monja— tienes una cara demasiado guapa y un corazón demasiado tierno; podrías perderte fácilmente.

Y el doncel le responde, entre grave Y jovial:

— Llegas tarde, tía; estoy locamente enamorado de la doncella «más noble y hermosa» de Siena.

Como es natural, la monja se alarma; hasta que se entera de que aquella dama misteriosa es la imagen de María que se venera en la Puerta Camilia.

En 1400, Bernardino interrumpe sus estudios para entregarse al servicio de los apestados en el hospital de la Scala. Sil heroica caridad le cuesta Varios meses de cama, durante los cuales madura su verdadera vocación: ser en Italia el continuador de San Vicente Ferrer.

A los veintidós años, ingresa en el convento franciscano de Colombario, después de repartir sus bienes a los pobres. Los sueños literarios se borran pronto en su alma, colma ahora de más santas inquietudes; pero la cultura adquirida en las aulas admirará a los mismos humanistas y será para él un arma eficaz de apostolado. Sin embargo, sus principios de predicador no pueden ser más humildes; casi un fracaso. Durante quince años es un fraile oscuro que sólo se distingue por su virtud. Al fin, la Virgen, al curarle una pertinaz ronquera, lo convierte en el misionero más eximio de la primera mitad del siglo XV.

En Milán se revela como enviado de Dios, y desde este momento todas las ciudades se lo disputan. Posee inmejorables prendas para ser buen apóstol: cultura, celo ígneo, noble ademán, palabra vibrante de caridad, dulzura y firmeza, el don de milagros, fama de santo. Tiene, además, un poder casi divino para subyugar las almas, y las multitudes le siguen en interminables romerías de penitencia. Aunque sus sermones suelen durar varias horas, nadie se cansa de oírle. «Toda Roma —escribe el futuro Pío II— confluye a escucharle. El mismo Papa y los Cardenales se cuentan entre sus oyentes.»

Iniciador del culto al Santo Nombre de Jesús, es acusado de hereje ante Martín V. El Sumo Pontífice le manda recluirse en un convento; pero, esclarecida la verdad, no sólo le da la razón, sino que le ofrece el obispado de Siena, al cual renuncia el Santo por humildad, como renunciará más tarde a los de Urbino y Ferrara. Bernardino embraza de nuevo la Biblia y prosigue su obra reformadora. Y en esta vida peregrinante le sorprende la muerte en la ciudad de Aquila, el 20 de mayo de 1444, víspera de la Ascensión del Señor, mientras sus hermanos de religión entonan esta antífona de la Vigilia, que parece resumir su vida: «Padre, he manifestado a los hombres tu Santo Nombre, y ahora voy a Ti».

domingo, 18 de mayo de 2025

DÍA 19. AMARGOS DOLORES DE LA VIRGEN EN LA PASIÓN DE SU HIJO. MES DE MARÍA


DÍA 19

AMARGOS DOLORES DE LA VIRGEN EN LA PASIÓN DE SU HIJO

 

MES

de María,

o

EL MES DE MAYO

Consagrado a las glorias

de la Virgen Santísima.

 

EJERCICIO PARA TODOS LOS DIAS

 

Por la señal de la santa cruz…

 

Puestos con devoción delante la imagen de la Virgen, se empezará con la siguiente:

 

ORACION DE SAN BERNARDO.

Acordaos, misericordiosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir, que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia, y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de vos. Animado con esta confianza a vos también acudo, oh Virgen Madre de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a parecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderla favorablemente. Amen.

 

 

DÍA 19

AMARGOS DOLORES DE LA VIRGEN EN LA PASIÓN DE SU HIJO

ORACION

 

¡Oh María! ¡Oh Madre de dolor!, permitidme que me acerque al pie de la cruz; y que recoja con vos las últimas palabras de Jesús agonizante. Sí; ya me parece que le oigo que os dice, echando sobre mí una mirada llena de amor: Mujer, he aquí a vuestro hijo; y que, enseguida dirigiéndose a mí, me dice así mismo: he aquí a tu Madre. ¡Ay! bien es verdad que yo no merecía tan señalado favor, ni merezco tan poco que vos hagáis conmigo oficios de Madre, pero si yo soy un hijo indigno, vos no sois menos la Madre más tierna. No olvidéis pues estas palabras de Jesús, y para cumplir su última voluntad, permitid que os llame mi Madre. Este nombre me consuela y aumenta mi ternura y mi confianza en vos, recordándome la obligación que tengo de amaros. Sí, permitidme siempre que os llame mi Madre, y que muera al invocar un nombre tan dulce. Amén.

 

FLOR ESPIRITUAL

Tres Credos de rodillas en memoria de las mortales angustias que Jesús pasó en el huerto de Getsemaní.

 

 

OFRECIMIENTO DE LA FLOR ESPIRITUAL

¡Oh María!, prado amenísimo de las delicias de todo un Dios, huerto cerrado y jardín florido, postrado a vuestras plantas soberanas, os ofrezco la flor espiritual de este día, y por ella os suplico me hagáis participante de la fragancia de vuestras hermosas virtudes, plantándolas todas en mi pobre corazón, al cual os ruego Madre mía, reguéis  con el rocío de la divina gracia para que dé frutos de justicia y santidad y para más obligaros, saludo vuestro dulcísimo nombre con las siguientes deprecaciones y Ave Marías:

 

DEPRECACIONES

Madre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida acordaos de mí infeliz pecador.

Ave Maria, gratia plena

Dominus tecum

benedicta tu in mulieribus,

et benedictus fructus ventris tui, Jesus.

Sancta Maria, Mater Dei,

ora pro nobis peccatoribus,

nunc et in hora mortis nostrae.

Amén.

Acueducto de las divinas gracias, concededme abundancia de lágrimas para llorar amargamente mis pecados. Ave María.

Reina del cielo y de la tierra, sé mi amparo, y mi defensa en las tentaciones de mis enemigos. Ave María.

Ilustre y querida hija de Joaquín y Ana alcanzadme de vuestro santísimo Hijo, las gracias que necesite para mi salvación. Ave María.

Abogada y refugio de los pecadores, asistidme en el trance de mi muerte, y abridme las puertas de la celestial Jerusalén. Ave María.

 

Salve, Regina, Mater misericordiae.

Vita, dulcedo et spes nostra, salve.

Ad te clamamus exsules filii Hevae.

Ad te suspiramus gementes et flentes in hac lacrimarum valle.

Eia, ergo, advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte; et Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exsilium ostende.

O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria.

 

INDULGENCIAS

El Sumo Pontífice Pio VII con rescripto de 21 de marzo de 1815 concede a todos los fieles que hicieren cada día durante el mes de Mayo alguna oración pública o particular, o alguna otra obra de piedad en honor de la  Virgen Santísima 300 días de indulgencia por cada vez y a más indulgencia plenaria el día que escogieren con la condiciones de que confiesen, comulguen, oren para las necesidades de la Iglesia. Todas esas indulgencias pueden aplicarse a las ánimas del purgatorio.

 

Querido hermano: si te ha gustado el ejercicio del mes de mayo a la Virgen, compártelo con tus familiares y amigos.

Recuerda que la oración que más agrada a la Virgen es el rezo diario del santo rosario. Ella lo ha pedido repetidamente en sus apariciones de Lourdes y Fátima. La Virgen concede sus gracias a quien devotamente reza su rosario. Rézalo en tu parroquia o en familia o con tus amistades.

 

Ave María Purísima, sin pecado concebida.