viernes, 30 de julio de 2021

MES DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE JESÚS. DÍA 31

MES DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE JESÚS

Día 31

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

ORACIÓN PARA COMENZAR CADA DÍA

Jesús mío, acepta todas aquellas buenas obras

que durante este mes me inspires;

en reparación por tantos desprecios,

ingratitudes y blasfemias cometidas por los hombres,

y para que la acción del maligno enemigo

no destruya el deseo y conocimiento de tu Amor

por parte de tus hijos.

Que la Devoción a la Divina Sangre

acerque las almas a tu Sagrado Corazón. Amén.

 

DÍA 31

LA SANGRE DE LA GLORIA

A aquellos que en la tierra depositen toda su confianza en Cristo, en su preciosa sangre, se les abrirán las puertas del cielo y tendrán un gozo sin fin “…Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero” (Apoc. 7, 14). El propósito por el cual Jesús derramó su sangre no fue solo para la gloria de Dios y restauración del orden perturbado por el pecado, sino también para restablecer la herencia del hombre al Paraíso. “Estamos seguros -dice Santo Tomás- de entrar en el Sancta Sanctorum celestial por la sangre de Jesús”. Por eso los santos dicen que la sangre de Cristo es la llave del cielo y que nadie puede entrar en Él si no se purifica en Él. Y si en la tierra esa sangre constituye la única razón de nuestra esperanza, en el cielo será la causa de nuestro triunfo y el objeto de nuestra alegría. “La sangre de Cristo es un nuevo rayo de luz que centellea y abre un nuevo camino a la contemplación de los espíritus celestiales, porque, por Él, han tenido la oportunidad de admirar y exaltar la misericordia de Dios” (San Juan Crisóstomo).

¡Qué resplandeciente será el triunfo de la preciosa sangre! ¡Con qué luz deslumbrante brillarán las llagas de Cristo! ¡Qué gozo tan inmenso sentirán los santos al fijar su mirada en esa sangre gloriosa! Por la misma sangre por la que sufrieron recibirán ahora la corona para toda la eternidad. Tú también estás destinado al cielo. Embriágate en la tierra con la fuente de esa sangre para gozar de sus beneficios en la eternidad. A ti también, como un día a Santa Catalina, Jesús mostrándote una túnica bañada en su sangre, te dice: Hijo mío, aquí tienes la túnica que debes ponerte si quieres entrar en el reino de los cielos.

 

EJEMPLO

El apóstol San Juan, mientras los demás huían, siguió al maestro hasta el calvario y tuvo la gracia de ser bañado en la sangre divina mientras estaba al pie de la cruz. En los últimos años de su vida fue desterrado por los perseguidores del cristianismo a la isla de Patmos, donde tuvo esas maravillosas visiones que narra en el Apocalipsis. Embebido en el éxtasis, vio al Cordero inmaculado, cubierto de sangre, sentado con toda majestad en un trono, rodeado de veinticuatro ancianos, quienes le ofrecieron perfumes en copas de oro. De sus bocas salió un cántico nuevo diciendo: “Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos porque fuiste degollado y compraste para Dios con tu sangre hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación y has hecho de ellos para nuestro Dios un Reino de Sacerdotes, y reinan sobre la tierra” (Apoc 5, 9-10).Las voces de miles y miles de ángeles corean este himno diciendo con fuerte voz: Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza (Apocalipsis 5, 12). Después, una serie interminable de espíritus benditos, vestidos con estolas blancas y agitando las palmas de las manos, se postraron en adoración ante el trono del Cordero y uno de los ancianos preguntó: ¿Quiénes son estos? Y Él mismo respondió: Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero (Apocalipsis 7, 14) ¿No sentimos el deseo en nuestras almas, quemadas por la sed, de participar en ese cántico de gloria? ¡Sí, eleva tu mirada! ¡Al Paraíso, al Paraíso, porque allí, con Jesús, nos esperan la Virgen y los Santos!

 

INTENCIÓN: Nuestra devoción a la preciosa sangre no debe cesar a finales de julio. Mantengámosla siempre viva en nuestros corazones. La sangre de Cristo nos librará de todo peligro y será nuestro gozo eterno.

 

JACULATORIA: Santa María, santos ángeles y todos los santos del cielo, dadme vuestra voz, para que pueda alabar y exaltar la preciosísima sangre de Jesús por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

ORACIÓN PARA TERMINAR CADA DÍA

Oración de San Gáspar de Búfalo

Oh, preciosa sangre de mi Señor,
que yo te ame y te alabe para siempre.
¡Oh, amor de mi Señor convertido en una llaga!
Cuán lejos estamos de la conformidad con tu vida.
Oh Sangre de Jesucristo, bálsamo de nuestras almas,
fuente de misericordia, deja que mi lengua,
impregnada por tu sangre

en la celebración diaria de la misa,
te bendiga ahora y siempre.
Oh, Señor, ¿quién no te amará?
¿Quién no arderá de agradecido afecto por ti?
Tus heridas, tu sangre, tus espinas, la cruz,
la sangre divina en particular,

derramada hasta la última gota,
¡con qué elocuente voz grita a mi pobre corazón!
Ya que agonizaste y moriste por mí para salvarme,
yo daré también mi vida, si será necesario,
para poder llegar a la bendita posesión del cielo.
Oh Jesús, que te has hecho redención para nosotros,
de tu costado abierto, arca de la salvación,

horno de la caridad,
salió sangre y agua, signo de los sacramentos

y de la ternura de tu amor,
¡Seas adorado y bendecido por siempre, oh Cristo,
que nos has amado y lavado en tu preciosísima sangre!
Amén.

 

V/. Alabada sea la Preciosísima Sangre de Jesús.

R/. Sea por siempre bendita y alabada.

jueves, 29 de julio de 2021

MES DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE JESÚS. DIA 30

MES DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE JESÚS

Día 30

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

ORACIÓN PARA COMENZAR CADA DÍA

Jesús mío, acepta todas aquellas buenas obras

que durante este mes me inspires;

en reparación por tantos desprecios,

ingratitudes y blasfemias cometidas por los hombres,

y para que la acción del maligno enemigo

no destruya el deseo y conocimiento de tu Amor

por parte de tus hijos.

Que la Devoción a la Divina Sangre

acerque las almas a tu Sagrado Corazón. Amén.

 

DÍA 30

LA SANGRE DE JESÚS Y EL PURGATORIO

Si en el infierno los condenados desesperan porque la sangre de Cristo es su eterna condenación, en el purgatorio el sufrimiento es temporal, porque esta sangre constituye el objeto principal de su esperanza. Para nosotros, la vida es una oportunidad para purgar nuestros pecados ofreciendo nuestros sufrimientos en la cruz de Cristo. La existencia del purgatorio es una verdad de fe. Las almas que no han sido condenadas, pero conservan algún pecado venial que les impide gozar de la visión beatífica, se encuentran en el estado deseado por el amor purificador de Dios, que comúnmente llamamos purgatorio. También es de fe que debemos aliviar esos dolores aplicando los méritos de la sangre de Jesús a dichas almas. Jesús, después de su muerte, descendió a los infiernos y se apareció a las almas de los justos que aguardaban su venida, para llevarlos a su gloria. ¡Tú, oh, Señor con tu sangre liberaste a los prisioneros de ese pozo profundo donde no hay agua! Por lo tanto, los medios para librar a las almas del purgatorio son: la oración de intercesión, el ofrecimiento de nuestros propios sufrimientos y la aplicación de los méritos de la sangre de Cristo. Debemos tener en cuenta que, de todos ellos, el más excelso es la santa misa, pues en ella se renueva, de forma incruenta, el sacrificio de Cristo en el altar. Por lo tanto, así como los méritos de la sangre de Cristo fueron infinitos en la cruz, así lo son también sobre el altar. ¿Qué podríamos ofrecer más precioso a Dios en beneficio de esas almas? ¿Y cuándo es más eficaz nuestra oración sino cuando recibimos el cuerpo y la sangre, el alma y la divinidad de nuestro señor Jesucristo? ¿Podrá acaso negarnos su misericordia por aquellas almas tan queridas de su corazón? Ayudemos a las almas del purgatorio. Recordemos que es nuestro deber hacerlo. Son las almas de nuestros parientes, de las personas que nos querían y nos hicieron bien en la vida. Un día, también nosotros iremos al purgatorio. ¡Cómo nos gustaría que todos nos ayudaran entonces! Pero ¿cómo esperarlo si ahora somos indiferentes a los que nos precedieron en ese lugar de expiación?

 

EJEMPLO

En 1890 murió la venerable María Rosa Carafa della Spina. De familia muy noble y napolitana. Se distinguió en su vida por una especial devoción a la preciosa sangre y a las almas del purgatorio. En una ocasión, coincidiendo con el día de los difuntos, Jesús le mostró el purgatorio. Un mar de llamas apareció en su mirada y quedó aterrorizada. Jesús le dijo: - Hija mía, tienes un gran medio en tus manos para apagar esas llamas. Toma la sangre de mi Corazón y derrámala sobre ellas. Así lo hizo y pudo ver a las benditas almas ascender al cielo como estrellas brillantes. Entonces la venerable oró a Jesús de esta manera: - ¡Señor, quiero liberar a todas estas almas! y Jesús le respondió: - ¡Ay, si los hombres pensaran en el tesoro que tienen en sus manos y en cómo pueden liberar a miles de almas que aquí sufren!

¿Seremos también insensibles a la invocación de las almas del purgatorio? Meditemos en que estas almas, una vez libres de aquel lugar, estarán muy agradecidas a aquellas personas que, ofreciendo oraciones y sacrificios, contribuyeron a su liberación. Si en verdad queremos protección y socorro en la hora de nuestra la muerte, ofrezcamos la sangre de Jesús por ellas.

 

INTENCIÓN: Si puedes, ofrece una misa por las almas más necesitadas del purgatorio.

 

JACULATORIA: Jesús redentor mío, recuerda que cada alma ha costado el precio inestimable de tu preciosa sangre. Te pido por todas las almas del purgatorio. (San Gaspar)

 

ORACIÓN PARA TERMINAR CADA DÍA

Oración de San Gáspar de Búfalo

Oh, preciosa sangre de mi Señor,
que yo te ame y te alabe para siempre.
¡Oh, amor de mi Señor convertido en una llaga!
Cuán lejos estamos de la conformidad con tu vida.
Oh Sangre de Jesucristo, bálsamo de nuestras almas,
fuente de misericordia, deja que mi lengua,
impregnada por tu sangre

en la celebración diaria de la misa,
te bendiga ahora y siempre.
Oh, Señor, ¿quién no te amará?
¿Quién no arderá de agradecido afecto por ti?
Tus heridas, tu sangre, tus espinas, la cruz,
la sangre divina en particular,

derramada hasta la última gota,
¡con qué elocuente voz grita a mi pobre corazón!
Ya que agonizaste y moriste por mí para salvarme,
yo daré también mi vida, si será necesario,
para poder llegar a la bendita posesión del cielo.
Oh Jesús, que te has hecho redención para nosotros,
de tu costado abierto, arca de la salvación,

horno de la caridad,
salió sangre y agua, signo de los sacramentos

y de la ternura de tu amor,
¡Seas adorado y bendecido por siempre, oh Cristo,
que nos has amado y lavado en tu preciosísima sangre!
Amén.

 

V/. Alabada sea la Preciosísima Sangre de Jesús.

R/. Sea por siempre bendita y alabada.

miércoles, 28 de julio de 2021

MES DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE JESÚS. DÍA 29

MES DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE JESÚS

Día 29

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

ORACIÓN PARA COMENZAR CADA DÍA

Jesús mío, acepta todas aquellas buenas obras

que durante este mes me inspires;

en reparación por tantos desprecios,

ingratitudes y blasfemias cometidas por los hombres,

y para que la acción del maligno enemigo

no destruya el deseo y conocimiento de tu Amor

por parte de tus hijos.

Que la Devoción a la Divina Sangre

acerque las almas a tu Sagrado Corazón. Amén.

 

DÍA 29

LA SANGRE QUE CONDENA

Desafortunadamente, la sangre de Jesús no es de salvación para todos, para muchos es de condenación. El anciano Simeón le dijo a María: “Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción” ¿Depende de Dios si la misma sangre que fue derramada para remisión de nuestros pecados acaba siendo ruina para tantas almas? No. Depende de nuestra voluntad. Dice San Agustín: “Para quien lo quiera será de salvación, para quien no lo quiera será de condenación”. Judas arrojó los treinta denarios diciendo: “Pequé entregando sangre inocente” (Mt 27, 4) y se ahorcó. Por otro lado, Pedro negó al Maestro, lloró amargamente y fue perdonado. A diario se eleva una voz al cielo que clama: ¡Venga oh, Señor la sangre de tus justos que ha sido derramada! Si la voz de la sangre de los mártires es tan poderosa, ¿cómo será la voz de la sangre de Cristo? ¡Cuán terrible será esa voz en el día del juicio! ¡Los clavos y las llagas de Cristo serán mostradas a aquellos que despreciaron esa preciosa sangre clamando justicia! Dice el profeta Ezequiel: “Si por el contrario adviertes al malvado y él no se aparta de su maldad y de su mala conducta, morirá él por su culpa, pero tú habrás salvado tu vida” (Ezequiel 3, 19) Es cierto que Jesús es misericordioso, pero si no condenara a los que pisotean su sangre, despreciándola, sería injusto. Si millones de almas han sufrido por esa sangre, debe ser su gloria; si, por el contrario, tantos pecadores lo han profanado y no se han arrepentido de ello, debe ser su condenación. "Como la misericordia, dice el Espíritu Santo, así la ira divina desciende rápidamente sobre nuestra cabeza" (Cfr. Eclesiástico 5, 7) . ¿Y para nosotros? ¿Será la sangre de Jesús de salvación o de condenación? ¡Oh, Jesús haz de tus llagas nuestro refugio en la vida y en la muerte, y de tu sangre nuestra salvación, porque confiamos en ti y te amamos!

 

EJEMPLO

Innumerables y terribles son los ejemplos en los que podemos ver cómo Dios castiga, incluso en esta vida, a quienes ultrajan la preciosísima sangre de su Hijo.

En Málaga durante la guerra civil, unos jóvenes entraron en una iglesia donde se veneraba una imagen prodigiosa del crucifijo y, apoderándose de ella, comenzaron a maldecirla arrastrándola por las calles, la pisotearon y la hicieron pedazos. De repente, uno de los jóvenes con expresión furiosa, dijo: - ¡Desechemos a este Cristo! Parece mirarme de cierta manera…. Los demás se rieron de su recelo. Tras el acto sacrílego fueron a una taberna, se emborracharon y cantando canciones obscenas se dispusieron a volver a sus casas.

Por el camino, el que había sentido turbación por el rostro de Cristo, exclamó: - ¡Qué noche tan oscura, muchachos! - Se ve que estás borracho -respondieron los compañeros- el tiempo es hermoso, las estrellas brillan en el cielo y la luna ilumina esta noche espléndida. El joven, al llegar a casa, se fue a la cama muy alterado y tuvo sueños extraños. Por la mañana su madre fue a despertarlo, diciéndole mientras abría la ventana de par en par: - Es tarde, levántate y disfruta de este maravilloso día soleado. El joven se frotó los ojos llorando desesperado y diciendo: - Madre, no veo. Ayer profané el rostro ensangrentado del crucificado y Dios me castigó. ¡Me he quedado ciego! ¿Pudo haber sido una coincidencia? ¡Quién sabe!

 

INTENCIÓN: Pensemos en las penas del infierno y no ofendamos más a Dios.

 

JACULATORIA: ¡Oh, Jesús por los méritos de tu preciosa sangre no dejes que me pierda para siempre!

 

 

ORACIÓN PARA TERMINAR CADA DÍA

Oración de San Gáspar de Búfalo

Oh, preciosa sangre de mi Señor,
que yo te ame y te alabe para siempre.
¡Oh, amor de mi Señor convertido en una llaga!
Cuán lejos estamos de la conformidad con tu vida.
Oh Sangre de Jesucristo, bálsamo de nuestras almas,
fuente de misericordia, deja que mi lengua,
impregnada por tu sangre

en la celebración diaria de la misa,
te bendiga ahora y siempre.
Oh, Señor, ¿quién no te amará?
¿Quién no arderá de agradecido afecto por ti?
Tus heridas, tu sangre, tus espinas, la cruz,
la sangre divina en particular,

derramada hasta la última gota,
¡con qué elocuente voz grita a mi pobre corazón!
Ya que agonizaste y moriste por mí para salvarme,
yo daré también mi vida, si será necesario,
para poder llegar a la bendita posesión del cielo.
Oh Jesús, que te has hecho redención para nosotros,
de tu costado abierto, arca de la salvación,

horno de la caridad,
salió sangre y agua, signo de los sacramentos

y de la ternura de tu amor,
¡Seas adorado y bendecido por siempre, oh Cristo,
que nos has amado y lavado en tu preciosísima sangre!
Amén.

 

V/. Alabada sea la Preciosísima Sangre de Jesús.

R/. Sea por siempre bendita y alabada.

martes, 27 de julio de 2021

MES DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE JESÚS. DÍA 28

MES DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE JESÚS

Día 28

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

ORACIÓN PARA COMENZAR CADA DÍA

Jesús mío, acepta todas aquellas buenas obras

que durante este mes me inspires;

en reparación por tantos desprecios,

ingratitudes y blasfemias cometidas por los hombres,

y para que la acción del maligno enemigo

no destruya el deseo y conocimiento de tu Amor

por parte de tus hijos.

Que la Devoción a la Divina Sangre

acerque las almas a tu Sagrado Corazón. Amén.

 

DÍA 28

LOS PERSEGUIDORES DE LA SANGRE

“La pasión Cristo no terminó en el Gólgota, hoy, todavía Jesús sigue crucificado derramando su sangre. La lucha contra la Iglesia y los cristianos es contra Cristo, porque los perseguidos son miembros del Cuerpo de Cristo. De este modo Cristo sigue sangrando, no sólo por la sangre de los mártires, sino por todas las torturas infligidas a sus fieles, por las humillaciones de sus ministros, por los insultos a su Vicario, por las iglesias quemadas y profanadas, por la caridad rota, por la calumnia... Gobiernos, escritores, oradores, filósofos… toda una coalición diversa de perseguidores que matan o entorpecen la obra del amor, la doctrina y la expansión de la Iglesia, prolongando así, la Pasión de Cristo, haciendo brotar más sangre de sus heridas” (L. Giordani. La sangre de Cristo). ¡Cuántas veces, incluso en nuestros días, el santo sacrificio debe celebrarse en secreto porque los sacerdotes están en la cárcel o son perseguidos! Hay un estribillo que dice así: ¡Cristo sí, sacerdotes no! Esta afirmación no es posible porque son los sacerdotes los que traen a Cristo a la tierra renovando el sacrificio agradable al Padre. La realidad que se deriva de esas palabras es una persecución contra el primer Sacerdote, Cristo. Dice Santa Catalina de Siena: “Si estás en contra de la Iglesia, ¿cómo vas a poder participar de la sangre del Hijo de Dios? ¡Quien desprecia a este dulce Vicario de Cristo, desprecia la sangre del Cordero!”.

Quizá pienses que tú no eres un perseguidor de la sangre de Cristo, pero conviene tener en cuenta que no sólo los que encarcelan, matan o persiguen son enemigos; también lo son aquellos que calumnian, odian, escandalizan a los demás con sus malos ejemplos o son indiferentes a la doctrina Existen los llamados parásitos de la sangre, es decir, los que se benefician de los frutos de la redención, pero no hacen nada por Cristo. ¡Cuántos piensan que están haciendo una gran concesión al sacerdote asistiendo a la iglesia el domingo! ¡Y por eso quieren ser venerados, elogiados y ayudados! ¡No! Debemos ser cristianos generosos, debemos profesar la fe por la fe y no por motivos ocultos. Debemos emplear todas nuestras energías por cooperar en la solidez de la Iglesia, nuestra madre.

 

EJEMPLO

El padre Rey relata un episodio acaecido durante el mes de la preciosa sangre que tuvo lugar en la ciudad de Petersburgo, durante la persecución bolchevique. Los revolucionarios, no teniendo un lugar para reunirse, habían decidido ocupar una iglesia al amanecer de aquel día. Algunos niños, al enterarse de que el templo sería profanado, entraron la noche antes para velar y, al día siguiente, cuando los soldados rompieron las puertas para acceder, se encontraron a todos los infantes arrodillados ante el altar. Invitados a salir, los niños se opusieron fuertemente. Entonces, los revolucionarios les apuntaron con sus armas, pero los pequeños no se movieron. Irritados por tanta firmeza dispararon matando a dos e hiriendo a los demás. Un niño herido y agonizante cuando fue llevado a su casa le dijo a su madre: - Nosotros defendimos a Jesús y los revolucionarios no se atrevieron a poner las manos en el Sagrario. No tengamos miedo a las persecuciones. Vanas son las esperanzas de los verdugos. La Iglesia nunca será destruida y la sangre de los mártires será la semilla fecunda de nuevos cristianos.

 

INTENCIÓN: Profesemos abiertamente nuestra fe y si no tenemos el privilegio de derramar nuestra sangre por Cristo, ofrezcamos el martirio de nuestro deseo.

 

JACULATORIA: ¡Jesús, corona de mártires, por los méritos de tu preciosa sangre, fortalece a los héroes de la fe!

 

ORACIÓN PARA TERMINAR CADA DÍA

Oración de San Gáspar de Búfalo

Oh, preciosa sangre de mi Señor,
que yo te ame y te alabe para siempre.
¡Oh, amor de mi Señor convertido en una llaga!
Cuán lejos estamos de la conformidad con tu vida.
Oh Sangre de Jesucristo, bálsamo de nuestras almas,
fuente de misericordia, deja que mi lengua,
impregnada por tu sangre

en la celebración diaria de la misa,
te bendiga ahora y siempre.
Oh, Señor, ¿quién no te amará?
¿Quién no arderá de agradecido afecto por ti?
Tus heridas, tu sangre, tus espinas, la cruz,
la sangre divina en particular,

derramada hasta la última gota,
¡con qué elocuente voz grita a mi pobre corazón!
Ya que agonizaste y moriste por mí para salvarme,
yo daré también mi vida, si será necesario,
para poder llegar a la bendita posesión del cielo.
Oh Jesús, que te has hecho redención para nosotros,
de tu costado abierto, arca de la salvación,

horno de la caridad,
salió sangre y agua, signo de los sacramentos

y de la ternura de tu amor,
¡Seas adorado y bendecido por siempre, oh Cristo,
que nos has amado y lavado en tu preciosísima sangre!
Amén.

 

V/. Alabada sea la Preciosísima Sangre de Jesús.

R/. Sea por siempre bendita y alabada.