domingo, 3 de diciembre de 2023

DÍA 6. NOVENA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN, PATRONA DE ESPAÑA

DÍA 6

NOVENA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN, PATRONA DE ESPAÑA

 

Por la señal…

Acto de contrición: ¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta Amén.

 

Oración inicial para todos los días

Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida por Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción: así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que por la gracia de Dios has sido elegida para ser Madre del nuevo
pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.

 

A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta novena, para rogarte que nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado.

Acordaos, Virgen Santísima, que habéis sido hecha Madre de Dios, no sólo para vuestra dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano.

Acordaos que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a vuestra protección e implorado vuestro socorro, haya sido desamparado. No me dejéis, pues, a mí tampoco, porque si me dejáis me perderé; que yo tampoco quiero dejaros a vos, antes bien, cada día quiero crecer más en vuestra verdadera devoción.
Y alcanzadme principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud cristiana, y la tercera, una buena muerte.

Además, dadme la gracia particular que os pido en esta novena. Hacer aquí la petición que se desea obtener.

A continuación se añade la oración propia para cada día y las oraciones finales con las tres avemarías.

DÍA SEXTO

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como, desde el primer momento, infundiste en la Santísima Virgen María, con toda plenitud, las virtudes sobrenaturales y los dones del Espíritu Santo, así te suplicamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas a nosotros la abundancia de estos mismos dones y virtudes, para que podamos vencer todas las tentaciones y hagamos muchos actos de virtud dignos de nuestra profesión de cristianos.

 

ORACIONES FINALES

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial Princesa, Virgen sagrada María, te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Rezar tres Avemarías. 

Tu Inmaculada Concepción, oh Virgen Madre de Dios, anunció alegría al universo mundo.

Oh Dios mío, que por la Inmaculada Concepción de la Virgen, preparaste digna habitación a tu Hijo: te rogamos que, así como por la previsión de la muerte de tu Hijo libraste a ella de toda mancha, así a nosotros nos concedas por su intercesión llegar a ti limpios de pecado. Por el mismo Señor nuestro Jesucristo. Amén.

Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación del alma mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.

 

EL VESTIDO ES EL SALVADOR QUE ESPERAMOS. Dom Gueranger

 


EL VESTIDO ES  EL SALVADOR QUE ESPERAMOS. Dom Gueranger

El vestido que ha de cubrir nuestra desnudez es, pues, el Salvador que esperamos. Admiremos aquí la bondad de nuestro Dios, que al acordarse de que el hombre después del pecado se había ocultado sintiéndose desnudo, quiere El mismo servirle de velo cubriendo tan gran miseria con el manto de su divinidad. Estemos, pues, atentos al día y a la hora de su venida y cuidemos de no dejarnos invadir por el sueño de la costumbre y de la pereza. La luz brillará bien pronto; iluminen, pues, sus primeros rayos nuestra justicia o al menos nuestro arrepentimiento. Ya que el Salvador viene a cubrir nuestros pecados para que de nuevo no aparezcan, destruyamos nosotros, al menos, en nuestros corazones toda suerte de afecto a esos pecados; y que no se diga que hemos rehusado la salvación. Las últimas palabras de esta Epístola son las que, al abrir el libro, encontró San Agustín, cuando, instado desde hacía tiempo por la gracia divina para darse a Dios, quiso obedecer finalmente la voz que le decía: Tolle et lege; toma y lee. Fueron las que decidieron su conversión; entonces resolvió de repente romper con la vida de los sentidos y revestirse de Jesucristo. Imitemos su ejemplo en este día; suspiremos con vehemencia por esta gloriosa y amada túnica que, por la misericordia de Dios, será colocada dentro de poco sobre nuestras espaldas, y repitamos con la Iglesia esas emocionantes palabras, con las cuales no debemos temer cansar el oído de nuestro Dios.

EVANGELIO DE HOY: VERÁN AL HIJO DEL HOMBRE VENIR EN UNA NUBE

I DOMINGO DE ADVIENTO
Forma Extraordinaria del Rito Romano

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación». Y les dijo una parábola: «Fijaos en la higuera y en todos los demás árboles: cuando veis que ya echan brotes, conocéis por vosotros mismos que ya está llegando el verano. Igualmente vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios. En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Lucas 21, 25-33

  TEXTOS DE LA MISA  I domingo de Adviento
 
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sábado, 2 de diciembre de 2023

3-XII. DE LA GENERACIÓN ETERNA DEL VERBO. MEDITACIONES PARA EL ADVIENTO

3 DE DICIEMBRE

DE LA GENERACIÓN ETERNA DEL VERBO

 

MEDITACIONES PARA EL ADVIENTO

del P. Nicolás Avancini

 

ORACIONES PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y digamos: 

 

Oración para todos los días

Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.

En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén. 

Pater noster, Ave María y Gloria.

 

3 DE DICIEMBRE

DE LA GENERACIÓN ETERNA DEL VERBO

 

PUNTO I. - En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y Dios en el Verbo[1]. Considera que el Hijo de Dios en sí era el Verbo del Padre, consubstancial imagen suya, en quien resplandecen todas las perfecciones absolutas: eternidad, inmensidad, etc., que al Hijo las comunica el Padre: y por esto procede por la intelección con que el Padre se conoce a sí mismo, y todo lo que en sí tiene. Cree esto con firme fe: adórale, alábale, glorifícale, dale plácemes, ámale, etc. Tú también has sido criado a semejanza de Dios. ¡Qué noble! Mas ahora ¡qué desemejante a tu original! Confiésalo contundente, duélete, piensa en restaurar su imagen. Como ha sido producida la primera, así se restaura la segunda imagen de Dios, por el conocimiento del mismo Dios y actos de fe, ejercitados con frecuencia, por cuya falta principalmente caemos.

 

PUNTO II.-Todas las cosas fueron hechas por Él, y sin Él nada se hizo[2]. Considera por el poder del Verbo de Dios todas las cosas fueron hechas de nada y se conservan, y sin Él la nada se volverían. Conoce con viva fe que tú y todas las cosas penden así de Dios. Ensalza y alaba su poder, convida a las criaturas y cree que ellas también a ti te convidan. Admira que tantas criaturas posibles fueron dejadas en su nada; y tú miserable pecador, fuiste sacado de ella. Reconoce cuántas cosas pudiste con Él, y cuan pocas hiciste. Humíllate al ver que sin Él nada puedes. Toma con la tuya su mano omnipotente con sola la cual lo puedes todo; y anímate a ser magnánimo en cosas arduas y difíciles.

 

PUNTO III.-Lo que se hizo en Él era vida[3]. Vuelve de las criaturas al Criador. Considera que todas cosas criadas están en Dios con modo más eminente y que en Él tienen un ser vivo y como divino. Estabas tú, pues, en el Verbo, y eras vida. Pero ¿vives acaso, y tienes en el Verbo vida divina? ¿Qué dicen tus operaciones, de quiénes se colige la vida? Hallarás por qué le des gracias, por qué alabar a Dios, por qué amarle; de qué dolerte, confundirte, abismarte, y con qué te alientes a la confianza.

 

 

ORACIONES PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS

 

Concluyamos nuestra oración implorando la intercesión de la santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca san José:

 

Oración a la Santísima Virgen

Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo se preparan para celebrar el nacimiento de tu adorable Hijo.

¡Oh dulcísima Madre!, concédenos tu profundo recogimiento y divina ternura para que seamos un día dignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.

 

Oración a San José

Oh Santísimo San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Por el amor que le tuviste al Divino Niño, te ruego la gracia de abrasarme en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente hasta que lo vea y goce en el cielo. Amén. 

 

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Santos Patriarcas, Profetas y justos que aguardasteis la llegada del Mesías, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.



[1] Joan., 1.

[2] Ibid.

[3] Ibid.