miércoles, 17 de julio de 2024

HALLA AL PARALÍTICO JUNTO A LA PISCINA. JUEVES DE LA OCTAVA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 


HALLA AL PARALÍTICO JUNTO A LA PISCINA.

JUEVES DE LA OCTAVA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

JUEVES DE LA OCTAVA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

HALLA AL PARALÍTICO JUNTO

A LA PISCINA.

 

1.- Estaba par allí echada una multitud grande de enfermos, ciegos, cojos, secos, que esperaban la moción del agua (1). Aquí tienes el modelo de las enfermedades del alma. Los lánguidos son los que tienen tedio de ir adelante en el camino de la virtud. Los ciegos los que no tienen ánimo de mirar a las cosas eternas, sino que están metidos en la oscuridad de las perecederas. Los cojos los que a dos partes se inclinan, ya a Dios, ya al mundo. Los secos por su culpa, los que no gustan el jugo de la devoción. Mira no sea que te halles a ti entre esta multitud. Éstos ¡con cuanta longanimidad y atención esperaban el movimiento del agua por el deseo de la salud corporal! ¡Ojalá tuvieras tu tanto deseo de la de tu alma! ¡Tanta aplicación a sus remedios!

2.- El que primero bajase de la piscina después que se moviese el agua, quedaba sano (2). ¡Cuánta sería y cuan continua la atención de cada uno al ángel cuando bajaba! ¡Cuánta la porfía de los que se atropellaban por entrar! Pero sólo sanaba el primero; no el más enfermo, no el que había guardado más, sino el primero, el que era más diligente. Mira lo que se te pide para que tu alma sea sana: la atención a las inspiraciones de tu ángel, el cuidado al movimiento del agua o de los afectos de tu corazón, y la diligencia en el obrar. Repara si acaso y cuanto faltas en esto.

3.- Y había un hombre allí que tenía treinta y ocho años de enfermedad. Como viese a este Jesús, le dice: ¿Quieres ser sano (3)? No dudaba Jesucristo de su voluntad; pero miraba en él a las enfermedades de tu alma, que no pueden ser curadas sin que tú quieras. Por eso se te pregunta, si en realidad de verdad quieres. Porque esta voluntad es la primera que ha de mover a ello. ¿Quieres por ventura? Acaso sólo querrías. Porque si quieres de veras, ¿cómo desechas los medios? Si quieres curar la soberbia ¿por qué huyes de la humildad, etc.?

 

(1) Joan, 5.  (2) Ibid. (3) Joan., 5.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros. 

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