domingo, 26 de enero de 2020

LA FE, HUMILDAD Y PRUDENCIA DEL CENTURIÓN. San Jerónimo



II domingo después de Epifanía
COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO
San Jerónimo
 
Se le acercó un centurión suplicando y diciendo: Señor mi siervo yace paralitico y es gravemente atormentado. Y Jesús le dice: Yo iré y lo sanare, y lo demás (8,5.6.7). No debemos acusar de jactancia al Señor porque promete que ira en seguida y lo sanara viendo la fe del centurión y su humildad y prudencia; su fe, en cuanto que él, uno de los gentiles, creyó que el paralitico podría ser sanado por el Salvador; su humildad, porque se juzgó indigno de que el Señor entrase bajo su techo; su sagacidad, porque más allá de la envoltura corporal vio la divinidad oculta, sabiendo que no le iba a ser de provecho lo que veían también los incrédulos, sino lo que estaba interiormente oculto. 
San Jerónimo
Transcripto por Dña. Ana María GAlvez Aguiló

EVANGELIO DEL DOMINGO: SEÑOR; NO SOY DIGNO DE QUE ENTRES EN MI CASA


III DOMINGO DESPUÉS DE EPIFANÍA

Forma Extraordinaria del Rito Romano

En aquel tiempo: Habiendo bajado Jesús del monte, siguióle mucho gentío; y viniendo un leproso, se prosternó ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Extendió Jesús la mano y le tocó, diciendo: Quiero, queda limpio. Y al instante quedó limpio de su lepra. Y le dijo Jesús: Mira que a nadie lo cuentes; pero ve, muéstrate al sacerdote y ofrece la ofrenda que mandó Moisés para que les sirva a ellos de testimonio. Y habiendo entrado en Cafarnaúm, llegóse a él un centurión que le rogó diciendo: Señor, tengo un criado en casa, paralítico, y sufre mucho. A lo que respondió Jesús: Yo iré y le curaré. Y replicó el centurión: Señor, yo no soy digno de que entres bajo mi techo; mas di una sola palabra, y curará mi siervo. Pues yo soy un hombre que, aunque bajo la potestad de otro, como tengo soldados a mi mando, digo al uno: Vete, y va: y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. AI oírle Jesús, quedóse admirado, y dijo a los que le seguían: En verdad os digo, no he hallado tanta fe en Israel, Pues también os digo: Vendrán muchos de Oriente y de Occidente, y se pondrán con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; pero los hijos del reino serán arrojados a las tinieblas del exterior, donde habrá llanto y rechinar de dientes. Y dijo al centurión: Vete, y sucédate como has creído. Y sanó el siervo en aquella hora.  
Benedicto XVI. ACERCARSE DIGNAMENTE A LA COMUNIÓN SACRAMENTAL
LA OBEDIENCIA DE LA FE. San Juan Bautista de la Salle

domingo, 19 de enero de 2020

El clamor del corazón. San Jerónimo



II domingo después de Epifanía
COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO
San Jerónimo
Presta oídos, Señor, a mis palabras. (Sal 5,2). Nadie más que la Iglesia posee esta confianza. El pecador no se atreve a decir “Atiende, Señor, a mis palabras”.  Tampoco se atreve a decir: “Señor, atiende a mis palabras” el que está airado y lanza maldiciones, más bien prefiere que Dios tenga cerrados sus oídos.
Escucha mi clamor (sal 5, 2). En las escrituras, el clamor no es propio de la voz, sino del corazón. Le dice el Señor a Moisés: “¿por qué me andas llamando a gritos?” (Ex 14, 15), siendo así que Moisés no había alzado antes su voz. Escucha mi clamor. Afirma también el apóstol san Pablo: “Clamando en nuestros corazones: Abba, Padre (Gal 4,6). Cierto es que, quien grita, no lo hace con el corazón, sino con la lengua. ¿Cómo es que, entonces, el apóstol Pablo dice eso de “clamando en nuestros corazones”? Por tanto, cuando es nuestro gemido y nuestra conciencia los que imploran, Dios percibe ese clamor. De ahí que Jeremías (Lam 2, 18) diga: “No permanezca en silencio la pupila de mi ojo.” Fijaos en lo que dice; que no guarde silencio la pupila de mi ojo. A veces también la pupila del ojo clama a Dios. Cierto es que, si la pupila del ojo clama, no es ella la que lo hace, sino la lengua. Más,  del mismo modo que clamamos en nuestros corazones cuando imploramos al Señor con nuestros lamentos, así también la pupila de nuestro ojo clama a Dios cuando derramamos nuestras lágrimas ante su presencia.
Escucha mi voz al amanecer (Sal 5,4) ¿Acaso no nos prestará Dios oídos a media noche? Fijaos en lo que realmente dice: no me escuchas cuando me hallo sumido  en las tinieblas del error, en cambio, atiendes a mis palabras cuando el sol de la justicia nace en mi corazón. Me escuchas al amanecer, tan pronto como las tinieblas comienzan a disiparse, me escuchas al punto de iniciar una buena obra, sin aguadar al final. Y es que en mis manos está el querer y en la tuyas el llevarlo a cabo.
San Jerónimo, comentario al salmo 5

EVANGELIO DEL DOMINGO: ESTE FUE EL PRIMER SIGNO QUE HIZO JESÚS EN CANÁ DE GALILEA Y MANIFESTÓ SU GLORIA

II DOMINGO DESPUÉS DE EPIFANÍA

Forma Extraordinaria del Rito Romano

En aquel tiempo celebráronse unas bodas en Caná de Galilea y estaba la madre de Jesús allí. Fue convidado también Jesús con sus discípulos a las bodas. Y llegando a faltar vino, la madre de Jesús le dice: No tienen vino. Respondióle Jesús: Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí? Aún no ha llegado mi hora. Mas su madre dijo a los que servían: Haced cuanto él os dijere. Había allí seis cántaros de piedra destinados a las purificaciones judaicas, en cada uno de los cuales cabían dos o tres metretas. Y les dijo Jesús: Llenad de agua los cántaros. Y los llenaron hasta el borde. Y les dijo Jesús: Sacad ahora y llevad al maestresala. Y así lo hicieron. Y luego que gustó el maestresala el agua hecha vino, como no sabía de dónde era (aunque los sirvientes lo sabían, porque habían sacado el agua), llamó al esposo y le dijo: Todos suelen servir al principio el buen vino, y cuando ya han bebido bien los convidados, entonces sacan el más flojo; pero tú has reservado el bueno hasta ahora. Éste fue el primer milagro que hizo Jesús en Caná de Galilea y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos.

EL PRIMER SIGNO DE LA VIDA PÚBLICA DE JESÚS. Homilía en el II domingo después de Epifanía
 LA EXACTA Y CABAL OBEDIENCIA. San Juan Bautista de la Salle

domingo, 12 de enero de 2020

EL EXCELSO DIOS, QUE DURANTE TANTO TIEMPO TRONÓ EN LOS CIELOS SIN SALVARNOS, AHORA QUE DEJA OÍR SUS VAGIDOS NOS TRAE LA SALVACIÓN. San Jerónimo

 COMENTARIO AL EVANGELIO
FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA
Hemos dicho muchas cosas, hemos oído los vagidos del Niño en el pesebre y lo hemos adorado; sigamos adorándolo hoy en día. Tomémoslo en brazos, adoremos al Hijo de Dios. El excelso Dios, que durante tanto tiempo tronó en los cielos sin salvarnos, ahora que deja oír sus vagidos nos trae la salvación. ¿Por qué razón he dicho todo esto? Para demostrar que la soberbia no procura salvación alguna, pero sí en cambio la humildad. Mientras el Hijo de Dios se hallaba en el cielo no era adorado; baja a la tierra, y es entonces cuando comienza a adorársele. Dominaba al sol, a la luna, y a los ángeles, y no recibía adoración alguna; y sin embargo, viene a nacer en la tierra como un hombre perfecto y cabal para traer la salvación al mundo entero. No salvó aquello que no asumió del hombre. Por tanto, si asumió la carne pero no asumió el alma, no salva el alma. ¿Salvó, pues lo de menos valor y dejo sin salvar lo que más valía? Si se afirma que salvo al alma que asumió, téngase encuentra que, del mismo modo que el alma es superior al cuerpo, así también los sentidos están por encima del alma. Pero dirás: “Pero no asumió los sentidos humanos, a fin de evitar que tuvieran cabida en el corazón los vicios humanos, es decir, los malos pensamientos”. ¿Acaso, si Él no hubiera sido capaz de dominar lo que hizo, podría irritarse conmigo por no poder yo dominar lo que él debía dominar?
Nos hemos olvidado de nuestro propósito y hemos dicho más de lo que teníamos pensado decir. La mente se había forjado un plan, pero la lengua nos ha llevado por otros derroteros. Prestemos, pues, oídos a nuestro obispo y escuchemos con atención sus palabras, más importantes que las nuestras, bendiciendo al Señor, cuya gloria sea por los siglos de los siglos. Amen.
San Jerónimo
Transcripto por Dña. Ana María GAlvez Aguiló

EVANGELIO DEL DOMINGO: ¿NO SABÍAIS QUE DEBO OCUPARME DE LAS COSAS DE MI PADRE?

 FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA
Forma Extraordinaria del Rito Romano
Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre  y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.
Lucas 2, 42-52
COMENTARIO AL EVANGELIO
Homilía de maitines DIOS SE HUMILLA Y TU TE EXALTAS
TÚ, SEÑOR TE PRESENTAS ANTE NOSOTROS, PECADORES, PARA QUE TE PODAMOS ENCONTRAR MÁS FÁCILMENTE. Santo Tomás de Villanueva
Benedicto XVI DIOS QUISO NACER Y CRECER EN UNA FAMILIA HUMANA
LA FAMILIA, CÉLULA VITAL DE LA SOCIEDAD, PRIMERA SOCIEDAD NATURAL. Reflexión diaria del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (n. 209-211)
ORACIÓN A LA SAGRADA FAMILIA. Oración de San Juan Bautista Piamarta
ORACIÓN POR LA FAMILIA. Oración de San Juan Pablo II, papa

LA NECESIDAD DE LA OBEDIENCIA. San Juan Bautista de la Salle

lunes, 6 de enero de 2020

HOY NOS NACE EL SOL DE JUSTICIA. San JErónimo

 
 COMENTARIO AL EVANGELIO
EPIFANÍA DEL SEÑOR
Y ya que ella cavilaba todo aquello en su corazón, meditemos también nosotros en el nuestro sobre el nacimiento de Cristo, que celebramos hoy. Algunos creen que Cristo nació en el día de la Epifanía. No es que reprobemos la opinión de los demás; nos atenemos simplemente a lo que se ha enseñado. “Que cada cual proceda según su propio parecer” (Rom 14,5), y “el Señor tal vez se lo revelara a cada uno” (Flp 3,15). Tanto quienes afirman que nació en aquella fecha como nosotros, que sostenemos que su nacimiento tuvo lugar en una fecha como la de hoy, rendimos culto a un mismo Señor y acogemos a un mismo Niño. Pero veamos como con mayor razón nuestro punto de vista no es una crítica a lo que los demás piensan, sino que nos permite ratificar nuestro parecer. Esto que vamos a decir no es opinión nuestra, sino de nuestros antepasados; todo el mundo afirma lo contrario a lo que opina esta provincia. Tal vez alguien pregunte; si Cristo nació aquí, ¿Cómo van a saber sobre el tema más quienes viven lejos de aquí que los propios habitantes de esta provincia? ¿Quiénes os lo comunicaron a vosotros? Unos habitantes de esta provincia, nada menos que los apóstoles, Pedro, Pablo y todos los demás. Vosotros los expulsasteis de allí y nosotros los acogimos. Pedro, que moró allí con Juan y con Santiago, nos instruyó en Occidente. Por lo tanto, los apóstoles son maestros tanto vuestros como nuestros. Digo aún más; los judíos reinaban aun por aquel tiempo en Judea. En efecto, escrito esta en los Hechos de los Apóstoles (8,1); “Y por aquel entonces se llevó a cabo una gran persecución y los creyentes fueron dispersados”. Y a su vez, aquellos que habían sido expulsados de Judea se fueron a Chipre y a Antioquia y desde allí consiguieron expandirse por el mundo entero. Los judíos siguieron aun reinando cuarenta y dos años después de la ascensión del Señor y en aquellos lugares reinaba la paz, mientras que aquí había guerra. Por ello, allí pudieron conservar las tradiciones mejor que aquí, donde dominaba la discordia. Pero al cabo de esos cuarenta y dos años subieron al poder Vespasiano y Tito; Jerusalén fue destruida y arrasada, y todos los judíos y cristianos fueron totalmente expulsados de allí. Luego, durante muchos años, hasta Adriano, la ciudad permaneció desierta y en la provincia no quedo judío ni cristiano alguno. Subió al poder Adriano y, al haberse desatado una nueva revuelta de judíos en Galilea, éste asolo los últimos restos que quedaban de aquella ciudad. Con tal motivo dicto un decreto por el que prohibía a todo judío aproximarse a Jerusalén, y pobló esa ciudad con nuevos habitantes traídos de diversas provincias. Y luego Adriano impuso a Jerusalén, ciudad arrasada por él, el nombre de Elia, pues se llamaba Elio Adriano. ¿Y a qué viene todo esto que acabo de decir? a que hay quienes nos dicen: “Aquí estuvieron los apóstoles, aquí estuvo asentada la tradición”. Nosotros sostenemos que Cristo nació en un día como hoy y que luego fue bautizado el día de la Epifanía. Atribuidnos, pues, a nosotros la idea de que separamos nacimiento y bautismo, vosotros que afirmáis que Cristo nació el día de la Epifanía. Si eso es así, ¿Cuándo recibió entonces el bautismo, a no ser que consideréis como hecho cierto que naciese y fuera bautizado el mismo día? No obstante, las criaturas ratifican nuestras afirmaciones y el mundo mismo da testimonio de nuestras palabras. Hasta ese día van creciendo las tinieblas, pero a partir de él comienzan a disminuir; va aumentando la luz y decrece la oscuridad; nace el día, mengua el error y emerge la verdad. Hoy nos nace el Sol de justicia. Tened presente también al mismo tiempo esto otro; que el nacimiento de Juan Bautista difiere seis meses del del Señor. En efecto, si examináis atentamente la fecha de nacimiento de Juan Bautista y la del Señor, veréis que entre ambas hay una diferencia de seis meses.

EVANGELIO DEL DÍA: HEMOS VISTO SU ESTRELLA Y VENIMOS A ADORARLE

6 de enero
 EPIFANÍA DEL SEÑOR
Forma Extraordinaria del Rito Romano
Habiendo nacido Jesús en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén  preguntando: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo». Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y toda Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: «En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta: “Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las poblaciones de Judá, pues de ti saldrá un jefe que pastoreará a mi pueblo Israel”». Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: «Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo». Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino y, de pronto, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se retiraron a su tierra por otro camino.
 Mt 2, 1-12

Comentario al Evangelio
Homilía de maitines  LOS CIELOS CONOCIERON QUE ÉL ERA DIOS
 EL SEÑOR AMA LA NIÑEZ. San León Magno, papa
Benedicto XVI ERAN HOMBRES EN BUSCA DE ALGO MÁS
HONRAD A LOS POBRES A EJEMPLO DE LOS MAGOS. San Juan Bautista de la Salle

domingo, 5 de enero de 2020

VEÍA A SU HIJO, PERO ERA EL HIJO DE DIOS. San Jerónimo

COMENTARIO AL EVANGELIO
Santo Nombre de Jesús
Dijéronse, pues, los pastores: “Vamos a Belén” (Lc 2,15). Abandonemos estos solitarios lugares y vayamos a Belén. Y veamos la realidad de esta palabra (Lc 2,15). Cierto es que, como vigilantes que eran, no dijeron “veamos al Niño, veamos lo que se nos anuncia”, sino “veamos la realidad de esta palabra”. “En el principio existía el Verbo” (Jn 1,1) “y el Verbo se hizo carne” (Jn 1,14). Veamos como ese Verbo que siempre existió, se ha hecho realidad para nosotros. Y veamos la realidad de esta palabra, lo que ha hecho el Señor y que se nos ha manifestado (Lc 2,15). Ese Verbo se ha creado por sí mismo, ya que ese mismo Verbo es el Señor. Veamos, pues, como ese Verbo- es decir, el Señor-se ha creado por sí mismo y se nos ha manifestado en su propia carne. Lo que entonces no podíamos ver con nuestros ojos mientras era el Verbo, veámoslo ahora bajo su apariencia carnal, ya que carne mortal es; veamos, pues, como el Verbo se ha hecho carne. Y acudieron allá presurosos (Lc 2,16). El ardor de su alma y el deseo de verlo ponían alas a sus pies, pero aun así no podían correr tanto como grande era el deseo que los dominaba de contemplar lo que se les había anunciado. “Y acudieron allá presurosos” Y ya que con tanto entusiasmo corrían, encontraron a Aquel a quien andaban buscando. 
Veamos qué es lo que hallan. A María y a José (Lc 2,16). Si ciertamente María era la esposa, no sería injusto ciertamente decir “encontraron a la esposa y a su marido”. Pero en este caso se nombra en primer término a la mujer y luego al marido” ¿Y qué es lo que se dice? Encuentran a María y a José (Lc 2,16) Encuentra a María, la madre, y a José, el padre putativo. Y también al recién nacido, acostado en un pesebre. Al verlo comprendieron el anuncio (verbum) que se les había hecho a propósito del niño (Lc 2,16-17). 
María guardaba todas estas palabras en su corazón cavilándolas (Lc 2,19). ¿Qué es lo que quiere decir al utilizar el término “cavilándolas”? Debió decir “depositándolas en su corazón”, debió decir “las meditaba en su corazón y las imprimía en él” Alguno trata de explicarlo de la manera siguiente. Se dice “cavilándolas en su corazón”, pues aquella era santa y había leído las Sagradas Escrituras, conocía a los profetas y recordaba lo que el ángel Gabriel le había anunciado  y lo que se le había augurado por boca de los profetas. Al meditar en su corazón trataba de ver si aquello concordaba con las palabras de “el Espíritu vendrá a posarse sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; y por ello, aquel Santo que de ti nazca será llamado Hijo de Dios” (Lc 1,35). Esto fue lo que el ángel Gabriel había anunciado. También Isaías (7,14) Había formulado la siguiente profecía: “He aquí que una Virgen concebirá y dará a luz un Hijo”. Esto es lo que había leído y oído. Veía a Aquel recién nacido, que era su Hijo, su único Hijo, acostado y dando vagidos, en ese pesebre, pero a quien en realidad estaba viendo allí acostado era el Hijo de Dios; y lo que ella estaba viendo andaba comparándolo con cuanto había oído y leído.
San Jerónimo
Transcripto por Dña. Ana María GAlvez Aguiló

EVANGELIO DE DÍA: LE PUSIERON POR NOMBRE JESÚS


EL SANTO NOMBRE DE JESÚS
Forma extraordinaria del Rito Romano
En aquel tiempo llegado el día octavo, en que debía circuncidarse al niño, se le llamó con el nombre de Jesús, nombre que le dio el ángel, antes de ser concebido.
 Lucas 2, 21

sábado, 4 de enero de 2020

EL ROSARIO AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA EN EL PRIMER SÁBADO DE MES CON SAN MANUEL GONZÁLEZ GARCÍA




Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: 
Hoy, primer sábado de mes, ofrecemos este rosario en reparación al Corazón Inmaculado de María respondiendo así a su llamada en la ciudad de Pontevedra (ESPAÑA) por medio de Sor Lucía, a quien la Virgen se le apareció y dijo: "Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que, durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación."
Meditamos el rosario de hoy con algunos pensamientos de San Manuel González García, obispo sucesivamente de Málaga y de Palencia, que fue un pastor eximio según el corazón del Señor. Promovió el culto a la Sagrada Eucaristía y fundó la Congregación de las Hermanas Misioneras de Nazaret (1940).
Señor mío Jesucristo…

MISTERIOS GOZOSOS
1.- La encarnación del Hijo de Dios en las entrañas purísimas de la Virgen María.
“Madre querida, que mi alma sea sagrario en el que se quede Jesús.”
OFREZCAMOS este misterio en reparación por las blasfemias y ultrajes que se comenten contra la Inmaculada Concepción de María.
2.-La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel.
“Madre sacerdotal, que en la Visitación llevas a tu Jesús con prisa, que la prisa de llevarlo a los que lo necesitan no deje vivir quietos a tus sacerdotes.”
OFREZCAMOS este misterio en reparación por las blasfemias y ultrajes que se comenten con la Virginidad perpetua de la Nuestra Señora.
3.-El nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén
“Cada vez que paso junto a un Sagrario, los ángeles que en torno de él revolotean y adoran podrían cantarme como en la Nochebuena: ¡Gran alegría! ¡El Salvador os ha nacido! En realidad, para los cristianos que gozamos del Sagrario perpetuo, siempre es Nochebuena y por consiguiente Pascua ¡hasta con sus aguinaldos! ¡Aguinaldos! Es la palabra de los días de Navidad.”
OFREZCAMOS este misterio en reparación por las blasfemias y ultrajes que se comenten contra la maternidad divina de María, rechazando al mismo tiempo recibirla como madre de los hombres.
4.-La purificación de Nuestra Señora y presentación del Niño Jesús en el templo
"Mira, sacerdote mío, despreocúpate tú de la sugestión del número y preocúpate más de la calidad. Más que llenarme de gente mis iglesias, preocúpate en llenármela de buen olor de Comuniones fervorosas, de adoraciones rendidas, de suspiros de amor, de aspiraciones de esperanza, de inspiraciones de fe, de oraciones bien rezadas, de lágrimas de pecadores, de propósitos eficaces de enmienda, de vida intensamente eucarística."
OFREZCAMOS este misterio en reparación por aquellos que infunden en los niños y en los jóvenes el desprecio hacia la Virgen Inmaculada.
5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo
“Jesús en el Sagrario está callado, se ha obligado a perpetuo silencio. Y no obstante lo riguroso e impenetrable de éste, cualquiera que tenga oídos y se acerque a las puertas de los Sagrarios que se ha buscado para vivir en la tierra Sacramentado, oirá que del fondo de ellos surge a modo de suspiro, que las más de las veces suena a grito de angustia, el ¡TENGO SED! de su última hora de Cruz.”
OFREZCAMOS este misterio en reparación por las profanaciones e ultrajes que se comenten contra las sagradas imágenes y representaciones de la Virgen María.
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PARA RECIBIR LA PROMESA DE LOS CINCOS PRIMEROS SÁBADOS ES NECESARIO, DURANTE CINCO SÁBADOS SEGUIDOS: 1) Rezar el rosario y meditar en sus misterios y 2) Confesar y comulgar con esta intención.