martes, 30 de junio de 2015

CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Oración de San Juan Pablo II


CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. 
Oración de San Juan Pablo II
Señor Jesucristo, Redentor del género humano, me dirijo a tu Sacratísimo Corazón con humildad y confianza, con reverencia y esperanza, con profundo deseo de darte gloria, honor y alabanza.
Señor Jesucristo, Salvador del mundo, te damos las gracias por todo lo que eres y todo lo que haces.
Señor Jesucristo, Hijo de Dios Vivo, te alabamos por el amor que has revelado a través de Tu Sagrado Corazón, que fue traspasado por nosotros y ha llegado a ser fuente de nuestra alegría, manantial de nuestra vida eterna.
En Tu nombre, que está por encima de todo nombre, me consagro y consagro a mi familia a tu Sacratísimo Corazón, en el cual habita la plenitud de la verdad y la caridad.
Al consagrarnos a Ti, renovamos nuestro deseo de corresponder con amor a la rica efusión de tu misericordioso y pleno amor.
Señor Jesucristo, Rey de Amor y Príncipe de la Paz, reina en nuestros corazones y en nuestros hogares. Vence todos los poderes del maligno y llévanos a participar en la victoria de tu Sagrado Corazón.
¡Que todos proclamemos y demos gloria a Ti, al Padre y al Espíritu Santo, único Dios que vive y reina por los siglos de los siglos! Amén.

EL ROSARIO DE HOY CON EL BEATO JENARO MARÍA SARNELLI


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: Se hace hoy memoria del beato Jenaro María Sarnelli, sacerdote de la Congregación del Santísimo Redentor, que se entregó generosamente a ayudar a los más miserables. Con algunos de sus pensamientos meditamos el rosario de hoy.
Señor mío Jesucristo...  
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración de Jesús en el Huerto
“No piense en la justicia de Dios, en el rigor de sus juicios, en el infierno y en verdades similares que oscurecen el corazón, abaten el ánimo, inquietan el espíritu y hacen caer en la tristeza y la desconfianza. En cambio, considere los queridos atributos de su misericordia, su bondad y el amor infinito de tu Señor.”
2. La flagelación de Jesús atado a la columna.
“Quien mira al prójimo con ojos humanos, lo encuentra las más de las veces indigno, odioso, soberbio, fastidioso, importuno, molesto, inquieto, enemigo. Por eso el corazón humano se inclina a odiarlo, los ojos humanos a desdeñarlo, la lengua humana a hablar mal de él, la mente humana a despreciarlo y a veces las manos humanas a ofenderlo. Pero cuando el alma revive en la fe y con ojos de fe vuelve a mirar al prójimo, le parece muy distinto de antes. Lo descubre digno de ser estimado, ayudado, compadecido y lo ama como a sí mismo.”
3. La coronación de espinas
“Cuando aparezcan esos pensamientos de rigores y miedo, rechácelos como tentaciones evidentes y vuelva su mente y su corazón al amor y la misericordia de Dios”
4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“El caminar ante la mirada de Dios y la memoria de su presencia mantienen el alma recogida, ordenada, vivaz y dispuesta  a recibir las gracias: siempre preparada para vencer las pasiones, rechazar el mal y obrar virtuosamente.”
5. La crucifixión y muerte del Señor

“La criatura vuelve ya al Creador, el hijo al Padre. Si te place, deseo ir a verte cara a cara; pero no quiero ni morir ni vivir, quiero sólo lo que tú quieres. Tú sabes que cuanto he hecho, cuanto he pensado, todo ha sido para tu gloria».”

MES DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA. 30 de junio

MES DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA.
30 de junio

ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
En el V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, contemplemos el Corazón de Cristo, su amor constante hacia nosotros, y ofrezcámosle nuestro corazón con vivos deseos de hacer su voluntad. Con las mismas palabras de la Santa decimos: 
Vuestra soy, para Vos nací, ¿qué mandáis hacer de mí?
Soberana Majestad, eterna sabiduría, bondad buena al alma mía;
Dios alteza, un ser, bondad,  la gran vileza mirad
que hoy os canta amor así: ¿qué mandáis hacer de mí?
Veis aquí mi corazón, yo le pongo en vuestra palma,
mi cuerpo, mi vida y alma, mis entrañas y afición;
dulce Esposo y redención,  pues por vuestra me ofrecí. Amén.

MEDITACIÓN.
PARA VOS NACÍ, ¿QUÉ MANDÁIS HACER DE MÍ?
El Señor nos dice: Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados
Tras el pecado de Adán y Eva, Dios no abandona al hombre, sale a su encuentro, comienza una historia de salvación. Jesús es el mismo Dios que viene a nuestro encuentro, que sale en nuestra búsqueda, que da su vida por nosotros. Y esto, ayer, hoy y siempre. No estamos solos ni abandonados a nuestra propia suerte.
«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y encontraréis descanso para vuestras almas.» (Mt 11, 28-30).
Estas palabras de Jesús brotan de lo más profundo de su Corazón. Brotan del Corazón de un Dios lleno de amor por nosotros, lleno de compasión y misericordia. Él quiere sanar nuestras heridas. Él quiere salvar lo que está perdido.
Jesús nos promete a todos el «descanso para nuestras almas», pero pone una condición: «Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón». Este yugo de Jesús es la ley del amor. El mandamiento nuevo es el verdadero remedio para las heridas de la humanidad —sea las materiales, como el hambre y las injusticias, sea las psicológicas y morales, causadas por un falso bienestar—.
Pidamos la gracia de buscar sólo en Jesús el descanso y la paz de nuestras almas.
Hagamos un acto de reparación por todos aquellos que rechaza el amor de Dios. LETANÍAS FINALES AL CORAZÓN DE JESÚS

lunes, 29 de junio de 2015

SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO. Santa Misa

¿DE QUE MANERA PEDRO ES LA ROCA?

COMENTARIO AL EVANGELIO
Día 29 deJunio
SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES
Forma Extraordinaria del Rito Romano
En el pasaje del Evangelio de san Mateo que hemos escuchado hace poco, Pedro hace la propia confesión de fe a Jesús reconociéndolo como Mesías e Hijo de Dios; la hace también en nombre de los otros apóstoles. Como respuesta, el Señor le revela la misión que desea confiarle, la de ser la «piedra», la «roca», el fundamento visible sobre el que está construido todo el edificio espiritual de la Iglesia (cf. Mt 16, 16-19). Pero ¿de qué manera Pedro es la roca? ¿Cómo debe cumplir esta prerrogativa, que naturalmente no ha recibido para sí mismo? El relato del evangelista Mateo nos dice en primer lugar que el reconocimiento de la identidad de Jesús pronunciado por Simón en nombre de los Doce no proviene «de la carne y de la sangre», es decir, de su capacidad humana, sino de una particular revelación de Dios Padre. En cambio, inmediatamente después, cuando Jesús anuncia su pasión, muerte y resurrección, Simón Pedro reacciona precisamente a partir de la «carne y sangre»: Él «se puso a increparlo: … [Señor] eso no puede pasarte» (16, 22). Y Jesús, a su vez, le replicó: «Aléjate de mí, Satanás. Eres para mí piedra de tropiezo…» (v. 23). El discípulo que, por un don de Dios, puede llegar a ser roca firme, se manifiesta en su debilidad humana como lo que es: una piedra en el camino, una piedra con la que se puede tropezar – en griego skandalon. Así se manifiesta la tensión que existe entre el don que proviene del Señor y la capacidad humana; y en esta escena entre Jesús y Simón Pedro vemos de alguna manera anticipado el drama de la historia del mismo papado, que se caracteriza por la coexistencia de estos dos elementos: por una parte, gracias a la luz y la fuerza que viene de lo alto, el papado constituye el fundamento de la Iglesia peregrina en el tiempo; por otra, emergen también, a lo largo de los siglos, la debilidad de los hombres, que sólo la apertura a la acción de Dios puede transformar.
En el Evangelio de hoy emerge con fuerza la clara promesa de Jesús: «el poder del infierno», es decir las fuerzas del mal, no prevalecerán, «non praevalebunt». Viene a la memoria el relato de la vocación del profeta Jeremías, cuando el Señor, al confiarle la misión, le dice: «Yo te convierto hoy en plaza fuerte, en columna de hierro, en muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y la gente del campo; lucharán contra ti, pero no te podrán -non praevalebunt-, porque yo estoy contigo para librarte» (Jr 1, 18-19). En verdad, la promesa que Jesús hace a Pedro es ahora mucho más grande que las hechas a los antiguos profetas: Éstos, en efecto, fueron amenazados sólo por enemigos humanos, mientras Pedro ha de ser protegido de las «puertas del infierno», del poder destructor del mal. Jeremías recibe una promesa que tiene que ver con él como persona y con su ministerio profético; Pedro es confortado con respecto al futuro de la Iglesia, de la nueva comunidad fundada por Jesucristo y que se extiende a todas las épocas, más allá de la existencia personal del mismo Pedro.
Pasemos ahora al símbolo de las llaves, que hemos escuchado en el Evangelio. Nos recuerdan el oráculo del profeta Isaías sobre el funcionario Eliaquín, del que se dice: «Colgaré de su hombro la llave del palacio de David: lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá» (Is 22,22). La llave representa la autoridad sobre la casa de David. Y en el Evangelio hay otra palabra de Jesús dirigida a los escribas y fariseos, a los cuales el Señor les reprocha de cerrar el reino de los cielos a los hombres (cf. Mt 23,13). Estas palabras también nos ayudan a comprender la promesa hecha a Pedro: a él, en cuanto fiel administrador del mensaje de Cristo, le corresponde abrir la puerta del reino de los cielos, y juzgar si aceptar o excluir (cf. Ap 3,7). Las dos imágenes – la de las llaves y la de atar y desatar – expresan por tanto significados similares y se refuerzan mutuamente. La expresión «atar y desatar» forma parte del lenguaje rabínico y alude por un lado a las decisiones doctrinales, por otro al poder disciplinar, es decir a la facultad de aplicar y de levantar la excomunión. El paralelismo «en la tierra… en los cielos» garantiza que las decisiones de Pedro en el ejercicio de su función eclesial también son válidas ante Dios.
Benedicto XVI

EVANGELIO DEL DÍA: TU ERES PEDRO


Día 29 deJunio
SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES
Forma Extraordinaria del Rito Romano
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?».  Ellos le respondieron: «Unos dicen que es Juan el Bautista; otros Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas».«Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?». Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo». Y Jesús le dijo: «Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te dará las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo».
 Mt 16, 13-19

EL ROSARIO DE HOY CON EL APÓSTOL SAN PEDRO


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: En la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, meditaremos el santo Rosario con citas de las cartas de San Pedro y lo ofrecemos particularmente por la Iglesia y por el Papa. Pidamos también para que los pastores y fieles de la Iglesia le presten la debida obediencia.

MISTERIOS GOZOSOS
1.- La encarnación del Hijo de Dios en las entrañas purísimas de la Virgen María.
“Esta es la voluntad de Dios: que obrando el bien, cerréis la boca a los ignorantes insensatos. Obrad como hombres libres, y no como quienes hacen de la libertad un pretexto para la maldad, sino como siervos de Dios. Honrad a todos, amad a los hermanos, temed a Dios, honrad al rey.” (1 Pe 2, 15-17)
2.-La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel.
“Habéis purificado vuestras almas, obedeciendo a la verdad, para amaros los unos a los otros sinceramente como hermanos. Amaos intensamente unos a otros con corazón puro, pues habéis sido reengendrados de un germen no corruptible, sino incorruptible, por medio de la palabra de Dios viva y permanente.” (1Pe 1. 22-23)
3.-El nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén
“Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y a la piedad, mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud,  por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas os hicierais partícipes de la naturaleza divina, huyendo de la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia. Por esta misma razón, poned el mayor empeño en añadir a vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la paciencia activa, a la paciencia activa, la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la caridad.” (2 Pe 1, 3-7)
4.-La purificación de Nuestra Señora y presentación del Niño Jesús en el templo
“A los ancianos que están entre vosotros les exhorto yo, anciano como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que está para manifestarse. Apacentad la grey de Dios que os está encomendada, vigilando, no forzados, sino voluntariamente, según Dios; no por mezquino afán de ganancia, sino de corazón; no tiranizando a los que os ha tocado cuidar, sino siendo modelos de la grey. Y cuando aparezca Cristo, recibiréis la corona de gloria que no se marchita. (1 Pe 5, 1-4)
5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo
“Vosotros, pues, queridos, estando ya advertidos, vivid alerta, no sea que, arrastrados por el error de esos disolutos, os veáis derribados de vuestra firme postura. Creced, pues, en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. A él la gloria ahora y hasta el día de la eternidad.” (2 Pe  3, 17-18)

MES DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA. 29 de junio


MES DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA.
29 de junio

ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
En el V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, contemplemos el Corazón de Cristo, su amor constante hacia nosotros, y ofrezcámosle nuestro corazón con vivos deseos de hacer su voluntad. Con las mismas palabras de la Santa decimos: 
Vuestra soy, para Vos nací, ¿qué mandáis hacer de mí?
Vuestra soy, pues me criasteis,  vuestra, pues me redimisteis,
vuestra, pues que me sufristeis,  vuestra pues que me llamasteis,
vuestra porque me esperasteis, vuestra, pues no me perdí:
¿qué mandáis hacer de mí?
Veis aquí mi corazón,  yo le pongo en vuestra palma,
mi cuerpo, mi vida y alma, mis entrañas y afición;
dulce Esposo y redención, pues por vuestra me ofrecí. Amén.

REFLEXIÓN
PARA VOS NACÍ, ¿QUÉ MANDÁIS HACER DE MÍ?
El Señor nos manda: Estad en vela
Jesús, hablando de su segunda venida, nos exhorta a la vigilancia, a estar preparados porque no sabemos el día ni la hora.
San Gregorio Magno comentado el Evangelio dice: “Vela aquel que tiene los ojos abiertos en presencia de la verdadera luz; vela aquel que observa en sus obras lo que cree; vela aquel que ahuyenta de sí las tinieblas de la indolencia y del  ignorancia”.
Velar es, por tanto, en primer lugar, abrir los ojos y mantenerlos abiertos para reconocer la presencia de Jesús en medio de nosotros, en su Iglesia, en el mundo, en los sacramentos, en los hermanos… 
Velar es también ser coherentes en nuestra vida con aquello que creemos. Velar es que nuestras obras correspondan con la fe que profesamos.
Velar es ahuyentar de nuestra vida las tinieblas de la indolencia y de la ignorancia, la pereza, la insensibilidad, la indiferencia y todo aquello que nos aparta de Dios y que nos impide caminar hacia él.
Pidamos la gracia de perseverar siempre en la gracia y el bien.
Hagamos un acto de reparación por aquellos que habiendo conocido el amor de Dios han dejado que su fe languideciese.
LETANÍAS FINALES AL CORAZÓN DE JESÚS

domingo, 28 de junio de 2015

SI QUEREMOS PRESENTARNOS ANTE DIOS; TAMBIEN DEBEMOS PONERNOS EN CAMINO HACIA EL PRÓJIMO

COMENTARIO AL EVANGELIO
Forma Extraordinaria del Rito Romano
El Cristo que encontramos en el Sacramento es el mismo aquí, … en Europa y en América, en África, en Asia y en Oceanía. El único y el mismo Cristo está presente en el pan eucarístico de todos los lugares de la tierra. Esto significa que sólo podemos encontrarlo junto con todos los demás. Sólo podemos recibirlo en la unidad. ¿No es esto lo que nos ha dicho el apóstol san Pablo…? ... "El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan" (1 Co 10, 17). La consecuencia es clara: no podemos comulgar con el Señor, si no comulgamos entre nosotros. Si queremos presentaros ante él, también debemos ponernos en camino para ir al encuentro unos de otros. Por eso, es necesario aprender la gran lección del perdón: no dejar que se insinúe en el corazón la polilla del resentimiento, sino abrir el corazón a la magnanimidad de la escucha del otro, abrir el corazón a la comprensión, a la posible aceptación de sus disculpas y al generoso ofrecimiento de las propias.
La Eucaristía -repitámoslo- es sacramento de la unidad. Pero, por desgracia, los cristianos están divididos, precisamente en el sacramento de la unidad. Por eso, sostenidos por la Eucaristía, debemos sentirnos estimulados a tender con todas nuestras fuerzas a la unidad plena que Cristo deseó ardientemente en el Cenáculo. (Jn 17,21s).
Benedicto XVI

EVANGELIO DEL DÍA: VE PRIMERO A RECONCILIARTE CON TU HERMANO

Forma Extraordinaria del Rito Romano
En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos: Si vuestra justicia no es más cumplida que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los mayores: No matarás, Y quien mate merece juicio. Pe­ro yo os digo aun más: quien se encoleriza con su hermano, merecerá juicio, y el que le llame raca, merecerá juicio del Sanedrín; quien le llame fatuo, merece la gehena del fuego. Si pues, al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí mismo tu ofrenda ante el altar, y ve primero a reconciliarte con tu hermano; y después volverás a presentar tu ofrenda. 

Mt 5.20-24

EL ROSARIO DE HOY CON LA BEATA MARÍA PIA MASTENA


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: Se hace hoy memoria de la BEATA MARÍA PIA MASTENA, religiosa que funda el Instituto de la Santa Faz para propagar, reparar y restaurar la imagen amable de Jesús en las almas. Con algunos de sus pensamientos meditamos el rosario de hoy.
Señor mío Jesucristo... 
MISTERIOS GLORIOSOS
1.-La Resurrección del Señor.
“La santa Faz de Jesús yo contemplaré siempre… en ella pondré mis miradas de amor... a ella dirigiré mis afectuosas reparaciones!”
“Sea Propagada, Reparada y Restabelecida en cada momento la Santa Faz de Jesús en el Santísimo y Divinísimo Sacramento.”
2.- La Ascensión del Señor
“Dios te convoca para entrar al serviçio del pequeño estandarte de las almas generosas que combaten en la batalla del amor.”
3.- La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María
“Cada sílaba que salga de mis labios, quiero que sea un convite enérgico, fervoroso, y ardiente a todas las almas para venir adorar, alabar y amar al amantísimo Corazón de mi Jesús.”
4.- La Asunción de María Santísima a los Cielos
“Beber, beber continuamente allí, en la fuente del divino amor. Inebriada por el precioso vino que hace germinar a las vírgenes, que sacia en fuente de la imaculada pureza. ¿Cómo no correr tras  las huellas del Esposo Divino, seguiéndolo en todo? Oh Jesús dame, dame de tu vino; dame el agua puríssima que mana de Tu Corazón transpasado!”
5.- La Coronación De La Virgen Como Reina Y Señora De Todo Lo Creado.

“Olvídate de ti mismo y consagra tu vida para consolar a la humanidad afligida.” 

MES DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA 28 de junio


MES DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA
28 de junio

ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
En el V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, contemplemos el Corazón de Cristo, su amor constante hacia nosotros, y ofrezcámosle nuestro corazón con vivos deseos de hacer su voluntad. Con las mismas palabras de la Santa decimos:
Vuestra soy, para Vos nací, ¿qué mandáis hacer de mí?
Vuestra soy, pues me criasteis, vuestra, pues me redimisteis,
vuestra, pues que me sufristeis, vuestra pues que me llamasteis,
vuestra porque me esperasteis, vuestra, pues no me perdí:
 ¿qué mandáis hacer de mí?
Veis aquí mi corazón, yo le pongo en vuestra palma,
mi cuerpo, mi vida y alma,  mis entrañas y afición;
dulce Esposo y redención,  pues por vuestra me ofrecí. Amén.

MEDITACIÓN
PARA VOS NACÍ, ¿QUÉ MANDÁIS HACER DE MÍ?
El Señor nos manda: Haced penitencia
Hacer penitencia por nuestros propios pecados constituye para el hombre pecador el medio de obtener el perdón y de alcanzar la salvación eterna. La penitencia es condición indispensable para la santidad.
Jesús no inicia su predicación con la revelación inmediata de las sublimes verdades de la fe, sino con la invitación a purificar la mente y el corazón de cuanto pudiera impedir la fructuosa acogida de la buena nueva: “Desde entonces en adelante comenzó Jesús a predicar y a decir: Haced penitencia, porque el Reino de los Cielos está cerca” (Mt 4, 17).
La penitencia es la respuesta del corazón arrepentido al amor misericordioso de Dios. Implica el dolor sobrenatural de haber ofendido a Dios y el rechazo de los pecados cometidos, así como el firme propósito de no volver pecar poniendo la confianza en la ayuda del Señor.
Hemos de hacer penitencia, por nuestros pecados, por los de toda la humanidad, por alcanzar gracias y favores, para luchar contra las tentaciones…  Ayuno, oración y limosna son las formas habituales de penitencia, pero toda obra hecha con la intención de agradar a Dios se puede convertir en una obra penitencial.
Pidamos la gracia de la conversión: de volvernos cada día hacia Dios.
Hagamos un acto de reparación por la ingratitud de muchos ante la bondad de Dios.
LETANÍAS FINALES AL CORAZÓN DE JESÚS

sábado, 27 de junio de 2015

JESÚS, MI DIVINO MAESTRO. Oración de la beata Luisa Teresa de Montaignac


JESÚS, MI DIVINO MAESTRO. 
Oración de la beata Luisa Teresa de Montaignac 

Jesús, mi Divino Maestro
concédeme para orar
un corazón según tu corazón.
El amor es la vida de tu corazón haz que sea la vida del mío;
que él dirija mis pensamientos,
mis deseos, mis acciones.
El amor me abrió tu corazón, para que,
contemplando las virtudes de las cuales Él es la fuente,
el modelo y el motivo, las imite por amor.
Haz que el amor realice en mi corazón esta imitación,
que él me introduzca en el tuyo,
que allí me mantenga, que allí me fortifique,
y me haga cada vez más agradable a tus ojos,
y te consagre allí mi último suspiro. Amén.

EL ROSARIO DE HOY CON LA BEATA LUISA TERESA DE MONTAIGNAC


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: 
Se hace hoy memoria de la beata Luisa Teresa de Montaignac, francesa (1820 – 1885), fundó el Instituto de las Oblatas del Corazón de Jesús, para responder a las necesidades de su pueblo, quien sufría las consecuencias de la Revolución Francesa.
Su auténtica devoción al Corazón de Jesús fue la fuente de la fortaleza que le permitió convivir con el dolor, aceptar y superar sus limitaciones, y contribuir a la construcción del Reino de Dios en la tierra. Con algunos de sus pensamientos meditamos el rosario de hoy.
Señor mío Jesucristo... 

MISTERIOS GOZOSOS
1.- La encarnación del Hijo de Dios en las entrañas purísimas de la Virgen María.
“¡Oh Jesús Vida eterna  en el seno del Padre, Vida de los hombres y mujeres  hechos a tu semejanza, por tu Amor date a conocer, revela tu corazón!”
2.-La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel.
“Todo consiste en el Amor.”
3.-El nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén
“"Comprendí ese conmovedor misterio de un Dios niño, pobre y sufriente… y comencé a amarlo.”
4.-La purificación de Nuestra Señora y presentación del Niño Jesús en el templo
"El alma activa saca las consecuencias de su oración, pone en acción las luces que recibe en ella, trabaja orando, siendo humilde, entregándose, sacrificándose."
5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo

“La verdadera contemplación consiste en tener el espíritu y el corazón unidos a Jesús, hablar, actuar, pensar como Él.”

MES DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA 27 de junio


MES DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA
27 de junio

ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
En el V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, contemplemos el Corazón de Cristo, su amor constante hacia nosotros, y ofrezcámosle nuestro corazón con vivos deseos de hacer su voluntad. Con las mismas palabras de la Santa decimos:
Vuestra soy, para Vos nací, ¿qué mandáis hacer de mí?
Dadme, pues, sabiduría, o por amor, ignorancia;
dadme años de abundancia, o de hambre y carestía;
dad tiniebla o claro día, revolvedme aquí o allí: ¿qué mandáis hacer de mí?
Veis aquí mi corazón,  yo le pongo en vuestra palma,
mi cuerpo, mi vida y alma,  mis entrañas y afición;
dulce Esposo y redención,  pues por vuestra me ofrecí. Amén.

MEDITACIÓN
PARA VOS NACÍ, ¿QUÉ MANDÁIS HACER DE MÍ?
El Señor nos manda: Sufrir con paciencia los defectos del prójimo
La convivencia y el trato con el prójimo no es tarea fácil. Cada persona tiene su propia singularidad, su propia forma de hacer las cosas, de reaccionar ante los acontecimientos… Muchas veces los conflictos con las personas con las que convivimos vienen porque nos gustaría que fuesen a nuestra imagen y semejanza o como nosotros quisiésemos que fueran…
Entendemos por defectos aquellas deficiencias involuntarias en nuestro comportamiento y carácter, pero que no se oponen de forma deliberada y consciente a la ley de Dios. Sufrir con paciencia los defectos del prójimo no es hacernos cómplices del mal, del pecado o del error.
Ante nuestros propios defectos y los del prójimo hemos de ejercitar la paciencia  y la caridad; superando la animadversión y antipatía que producen en nosotros. El amor al prójimo lleva a aceptar al otro tal y como es, y desde esa aceptación amarlo. 
Cuando veamos un defecto o algo que no nos guste en los demás, hemos de recordar lo que Jesús nos enseña: “¿Por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo? Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano.” Mt 7, 3.5
Pidamos la luz del Espíritu Santo para ver nuestros defectos y corregirlos.
Pidamos perdón por tantos juicios y críticas hacia el prójimo.

viernes, 26 de junio de 2015

EL ROSARIO DE HOY CON LA BEATA MARÍA JOSEFINA DE JESÚS CRUCIFICADO


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: Se hace memoria de la Beata María Josefina de Jesús Crucificado monja carmelita de Santa María de Ponti Rossi, de donde fue elegida priora, cargo mantenido hasta la muerte. Soportó las duras pruebas de las enfermedades y de las persecuciones abandonándose a la voluntad de Dios. Contagiaba a cuantos se le acercaban por su profunda espiritualidad, humildad y sencillez, infundiendo esperanza y confianza en Dios y en la santísima Virgen. Murió en Nápoles el 14 de marzo de 1948.
Señor mío Jesucristo...
MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración de Jesús en el Huerto
“Solamente la voluntad de Dios ha sabido cambiar mis dolores en gozo y convertir en un Tabor el Calvario de mi vida.”
2. La flagelación de Jesús atado a la columna.
“Cuántas tribulaciones sobre la tierra, cuántas lamen¬taciones, cuántos suspiros, cuántas lágrimas. Yo aquí, alejada de todos, comparto las penas de cada corazón; presento a Dios todos los suspiros, todas las lágrimas que riegan esta tierra de exilio. Vivo con la humanidad sufriente... Cuánta consolación he sentido hoy en mi pobre corazón.”
3. La coronación de espinas
“¡Oh gran caridad de mi Señor! ¡Oh bondad inefable! ¡Oh Jesús Amor, yo te doy gracias y te amo! En todos los átomos de polvo quisiera escribir con mi sangre: te amo, Jesús, salva las almas.”
4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“El sufrimiento es un dulce y querido beso del Crucificado. No deseo ninguna otra cosa sino la cruz que es luz y amor. Señor, tú me dijiste que habría padecido cada día siempre más, que me habrías extendido sobre la cruz y allí me habrías dado el beso de la eterna unión, y yo suspiro por este momento, suspiro por este encuentro feliz que me cuesta, no obstante, la agonía de toda la vida.”
5. La crucifixión y muerte del Señor
“Me he ofrecido a Jesús crucificado para ser crucificada con él.”