MES
DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA
18
de junio
ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
En el V centenario del nacimiento de Santa
Teresa de Jesús, contemplemos el Corazón de Cristo, su amor constante hacia nosotros,
y ofrezcámosle nuestro corazón con vivos deseos de hacer su voluntad. Con las
mismas palabras de la Santa decimos:
Vuestra soy, para Vos nací, ¿qué mandáis hacer
de mí?
Dadme
riqueza o pobreza, dad consuelo o
desconsuelo,
dadme
alegría o tristeza, dadme infierno o
dadme cielo,
vida
dulce, sol sin velo, pues del todo me
rendí: ¿qué mandáis hacer de mí?
Veis
aquí mi corazón, yo le pongo en vuestra
palma,
mi
cuerpo, mi vida y alma, mis entrañas y
afición;
dulce
Esposo y redención, pues por vuestra me ofrecí. Amén.
MEDITACIÓN
PARA
VOS NACÍ, ¿QUÉ MANDÁIS HACER DE MÍ?
El
Señor nos manda: Dar de comer al hambriento y de beber al sediento.
Todo cuanto tenemos, ya sean bienes
espirituales o bienes materiales son don de Dios. Nosotros somos
administradores de esos talentos que hemos de hacer fructificar y compartir con
los demás.
Los bienes materiales que recibimos o
hemos conseguido con nuestro trabajo han de servir para satisfacer nuestro
sustento, y en la medida que podamos ayudar a los que pasan necesidad. Así,
atesoramos tesoros en el cielo, donde no entra ni la polilla ni la carcoma.
Hoy, en pleno siglo XXI, en muchos
lugares del planeta, hay mucha gente que muere de hambre y sed; mientras que en
los países ricos se desperdicia la comida y se vive en el derroche.
La pregunta siempre es la misma: Y yo,
¿qué puedo hacer? Podemos hacer muchas cosas, pero pecamos si nos quedamos
indiferentes ante las situaciones de injusticia y desigualdad que existen en
nuestro mundo.
Desde la institución de Cáritas, la
Iglesia ayuda a los necesitados. Colaborando con ella, podemos cumplir con
nuestro deber de caridad hacia el prójimo.
Pidamos la gracia de un corazón
compasivo y generoso con aquellos que no
tienen nada para comer.
Pidamos perdón por tantos pecados de
indiferencia, despilfarro e injusticia.
LETANÍAS FINALES AL CORAZÓN DE JESÚS