Que los amen de todo corazón,
los asistan incansablemente con alegría,
soporten sus defectos y sus quejas con paciencia
y devuelvan el bien por el mal.
Que, a pesar de todas las dificultades,
sigan siendo humildes, sencillas, obedientes y puras,
y que soporten sus sufrimientos
por amor a ti, mi Dios, y por la salvación de sus almas.