martes, 31 de diciembre de 2024

I. VIVA JESÚS O VIVA EL DEMONIO. SAN ENRIQUE DE OSSÓ

Meditación I

Viva Jesús o viva el demonio

 

VIVA JESÚS!

Ó SEA

MEDITACIONES

SOBRE

LA INFANCIA Y VIDA OCULTA DE JESUCRISTO

San Enrique de Ossó, presbítero

 

Oración preparatoria

para antes de la meditación.

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, en quien creo y espero, a quien adoro y amo con todo mi corazón y me pesa de haberos ofendido, por ser bondad infinita, a Vos consagro este cuarto de hora de oración para que me deis gracia eficaz para conocerme y conoceros, amaros siempre más que todos los corazones, y haceros amar por todos. ¡Oh Padre eterno, oh María Inmaculada! dadme a conocer a vuestro Hijo Jesús, señor san José y santa Teresa de Jesús, descubrid a mi alma los encantos y perfecciones de vuestro Jesús, para enamorarme de sus bondades y hermosura, y ser toda de Jesús ahora y siempre. Amén.

 

Composición de lugar.

Imagina que se te presenta el divino Niño Jesús bajo la forma agraciada de pastorcillo de las almas, que tiene en su mano la marca que dice: ¡Viva Jesús! Imagínate tú, su ovejuela, hasta hoy descarriada, postrada a sus pies, convertida y desengañada, y que le pides que te marque por suya y grabe en tu exterior, y en lo más íntimo del corazón: Viva Jesús mi amor: soy toda de Jesús mi Redentor.

 

***

Meditación I

Viva Jesús o viva el demonio

 

Punto primero. Párate bien, hija o hijo mío, en esta meditación, porque es el funda- mento de todas las que voy a darte. Por ella conocerás quién es de Jesús, y por lo mismo a quién debes creer e imitar; y quién es de Satanás, y por consiguiente de quién debes huir.

Todos al llegar al uso de razón gritamos con nuestras palabras u obras: Viva Jesús, o viva Lucifer. Todo corazón que ama tiene grabado en su interior: Viva Jesús, o viva el Negrillo, porque todos sirven a uno de estos dos señores que se disputan el mundo.

¿Quieres conocer, hija o hijo mío, quiénes son los que gritan: Viva Jesús? Observa sus palabras. De la abundancia del corazón habla la boca... ¿Son palabras honestas, de concordia y de paz?... ¿Provocan a alabar a Dios, a amarle?... ¿Son de respeto y alabanza por la Iglesia católica romana, por el papa, por los sacerdotes?... ¿Despiertan reverencia por las cosas santas y ceremonias sagradas y prácticas de piedad aprobadas por la Iglesia?... Y sobre todo ¿son palabras animosas para el bien, que muestran susceptibilidad delicada por Jesús, por sus intereses, que mueven los corazones a seguir de cerca a Jesús por la oración y buenas obras?... Pues cree que este corazón es de Jesús: tiene grabado en su interior: Viva Jesús. Y si aún esto no te satisface, hija o hijo mío, examina las obras. Por los frutos se conoce el árbol. ¿Toma con empeño esa persona el glorificar a Dios, haciendo conocer y amar a Jesucristo en todo lo que hace?... ¿Sufre trabajos y contradicciones con paz?, ¿calla cuando es menospreciada o calumniada por Dios? Pues esta es la piedra de toque de los amigos de Jesús, la prueba más fina del verdadero amor: sufrir y callar por el Amado. ¡Oh hija o hijo mío! ¡Cuán pocos corazones hay en los que se pueda leer hoy día, con claridad que sobresalga, la expresión divina: ¡Viva Jesús! Sea a lo menos el tuyo uno de estos para consuelo y gloria del buen Jesús.

 

Punto segundo. Mas cuántos corazones por desdicha nuestra tienen borrada o mal grabada esta santa inscripción, y en su lugar se lee: ¡Viva el demonio! ¿No los conoces? Pues son todos los que con sus palabras o sus obras acreditan que no creen todo lo que cree la Iglesia santa…, los que desprecian al papa o hablan mal de los sacerdotes, de Dios y de sus santos y cosas buenas…, los que estorban la propagación del amor de Jesús con sus escándalos…, los que disuaden el cuarto de hora de oración mental o meditación…,los que blasfeman, los que profanan los días festivos..., los orgullosos, desobedientes, iracundos, deshonestos…

Los avaros que codician las cosas de este mundo, y son perezosos por las del cielo; los que cuidan con exceso su cuerpo y descuidan el alma…, los enemigos de la cruz de Cristo. Todos en fin los que aman la vanidad y van en pos de la mentira. Estos tales ¡cuántos son, hija o hijo mío! ¡Casi toda la multitud sigue a Satanás!... ¿No podrías tú, hija o hijo mío con tus oraciones, palabras y buen ejemplo borrar tan fea inscripción de algunos corazones que tú conoces?... A lo menos del tuyo… ¿No es verdad, hija o hijo mío?

 

Punto tercero. ¿A qué clase perteneces tú, hija o hijo mío? Examina tu corazón con sinceridad. ¿Qué pasión, qué afecto, qué amor le domina?... ¿En qué piensas más a menudo y con mayor gusto?... Examina tu exterior. ¿Cuál es tu modo de vestir, de hablar, de andar?... ¿Hay algo que desdiga en ti de la modestia cristiana de una hija de María y Teresa de Jesús?... Si así es, por más que te repugne, dices con tus obras: Viva el Negrillo, ¡viva el demonio! –Al contrario, ¿eres humilde, modesta, hacendosa, dada a la oración?... ¿Obedeces sin replicar a tus padres y superiores?... ¿Tienes celo por los intereses de Jesús, por salvar almas?... ¿A cuántos corazones has dado a conocer y has hecho amar a Jesús de Teresa y a Teresa de Jesús?... Si así es, alégrate y anímate: tienes en tu corazón la marca de Jesús, eres de Jesús.

¡Oh mi adorado Niño Jesús, imán de las almas, Dios de mi corazón! Tú solo has de reinar en mí. Quiero ser toda de Jesús. Viva Jesús, clamaré siempre con mis recuerdos, mis pensamientos, afectos y obras. Viva Jesús, muera el pecado en mí y en todas las almas. Amén.

 

Fruto. Examinaré mi corazón y mi porte exterior, para corregir hoy mismo lo que desagrade a Jesús. –Atraeré otros corazones al amor de Jesús sin descansar, hasta que en mí y en todas mis hermanitas todo clame Viva Jesús.

Padre nuestro y la oración final.

 

 

Oración final para todos los días.

Os doy gracias, Jesús de mi corazón, por el conocimiento y amor de Vos que me habéis comunicado en este cuarto de hora de oración, y por los santos propósitos que me habéis inspirado para conoceros y amaros y haceros conocer y amar de otros corazones… Os lo ofrezco todo a vuestra mayor honra y gloria… ¡Oh Padre eterno! Por María, por José y Teresa de Jesús, dadme gracia para decir siempre con toda verdad: Viva Jesús mi amor; soy toda de Jesús en vida, en muerte y por toda la eternidad. Amén.

 

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

San Enrique de Ossó, ruega por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

***

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*

Ave María Purísima, sin pecado concebida.

1 ENERO. LA CIRCUNCISIÓN DEL SEÑOR

 



1 ENERO

LA CIRCUNCISIÓN DEL SEÑOR

El pórtico de este Santoral es una mancha de Sangre divina, una nota impresionante en las rústicas y sencillas alegrías de Belén. Sobre el trémulo alborozo de los «nacimientos» —ternura y transparencia— deja caer el Niño Jesús su primera lágrima, su primera gota de sangre. En medio de los aleluyas navideños, cuando todavía perduran los ecos jubilares del Gloria in excelsis Deo y de los angélicos concentos, hiere nuestros oídos el primer vagido doloroso del Niño Dios...

Acaso entre los grandes misterios que envuelven en un halo sobrenatural la infancia de Jesús no haya otro tan imponente como el de la Circuncisión, tierno y cruento, que San Lucas nos anuncia con sencillez ritual:

«Y cuando se cumplieron los ocho días en que debían circuncidar al Niño, le pusieron por nombre Jesús, como había sido llamado por el ángel antes que fuese concebido».

Dios había dicho a Abrahán: «Yo te daré una descendencia numerosa como las estrellas del cielo y las arenas del mar; te haré padre de reyes y jefe de naciones poderosas; te bendeciré y seré siempre tu Dios y el Dios de tu pueblo. Y he aquí el sello de esta alianza, el pacto que observaréis inviolablemente: todo hijo que venga a este mundo será circuncidado al octavo día; y si no le circuncidaren, se le arrojará de mi pueblo, por haber roto el pacto de mi testamento».

Esta alianza divina —¡misterio insondable!— no quiso romperla el que había venido «no a abolir la Ley, sino a cumplirla»; o como dice Orígenes, «a abolirla cumpliéndola». La circuncisión tenía por virtud borrar el pecado original, por la fe en el Mesías, de la que era testimonio, como lo explica Santo Tomás. Jesucristo —Autor de la Ley, Legislador y Juez— se somete a este rito, para Él inútil y humillante, por varios motivos: para demostrar que es realmente el Verbo hecho carne —Verbum caro factum—, que es uno de nosotros —factus sicut unus ex nobis— y de la descendencia de Abrahán; para «liberar de este pesado yugo a los redimidos»; para ofrecer las primicias de su Sangre preciosa por la salvación del mundo, y para darnos ejemplo de obediencia a las leyes divinas. Opinan casi todos los autores que quiso circuncidar en Sí a todo el género humano. San Beda dice en este sentido: «Nuestro Redentor, que para quitar el pecado del mundo vino al mundo sin pecado, así como por su Bautismo nos proporcionó remedio para lavar nuestras culpas, consagrando el agua que nos limpiase, así también por su circuncisión quiso expiar no sus pecados, que no tenía, sino los nuestros, renovando en Sí nuestra naturaleza envejecida, limpiándola de las manchas del pecado y restaurándola en el último día del virus de la muerte, con una inmortalidad admirable». Ardía en deseos de redimirnos y el corazón no le sufría larga demora. El poeta podría exclamar:

Si eres Niño y has amor, ¿qué no harás cuando mayor?...

Sobre la cuna del Niño Divino gravitaba una profecía tremenda: «Dios puso sobre el Salvador las iniquidades de todos». Ser considerado como simple criatura humana era ya humillación inmensa para el Verbo Eterno hecho carne; pero pasar por pecador, por «hijo de ira» y enemigo de Dios, el que era el Unigénito muy amado del Padre, suponía el aniquilamiento: semetipsum exinanivit. Aquel que en breve se asomará al mundo por la ventana del milagro, que arrastrará en pos de Sí a las multitudes sobrecogidas de pasmo, que domeñará las olas y amainará los vientos y arrancará la vida del seno de la muerte, aparece Él mismo mortal. ¡Jesucristo, Dios-Hombre: dos naturalezas y una sola persona en admirable paralelismo, sin que ningún acto de su vida rompa esta compenetración maravillosa, esta divina originalidad que escapa a toda imaginación! San Bernardo —en las lecciones de Maitines— hace unas consideraciones ingeniosísimas, excelsas, sobre la circuncisión y la imposición del nombre de Jesús. «Circuncidan al Niño y le llaman Jesús. ¿Qué significa esta conexión? Porque la circuncisión más parece del que necesita salvación que del que llaman Salvador, y mejor cuadra al Salvador circuncidar que ser circuncidado. Pero repara que es el mediador entre Dios y los hombres y que desde el comienzo de su navidad junta lo humano a lo divino y lo sublime a lo bajo. Nace de una mujer, pero de modo que con el fruto de la fecundidad no caiga la flor de la virginidad. Es envuelto en pañales, pero los honran los cánticos de los ángeles. Lo esconden pn un pesebre, pero le traiciona la estrella radiante en el cielo. De igual manera la circuncisión certifica la verdad de que se ha hecho hombre, pero el Nombre que está sobre todo nombre indica la gloria de su majestad. Lo circuncidan como a verdadero hijo de Abrahán, pero le llaman Jesús, como a verdadero Hijo de Dios».

La circuncisión era figura del Bautismo. La Circuncisión de Jesús es el símbolo de nuestra regeneración espiritual. «En Cristo somos circuncidados — dice San Pablo — no con cuchillo material, sino con aquella piedra viva, que es el mismo Cristo, con el cual estamos sepultados en el Bautismo». Fenelón pedía la «circuncisión del corazón» con esta bella plegaria: «¡Oh, Niño Jesús! Dadme la simplicidad de vuestra infancia en el dolor. Si lloro, si gimo, que al menos no resista nunca a vuestra mano crucificadora y salvadora.

CONSIDERACIÓN DEL TIEMPO. MEDITACIÓN

 


MEDITACIÓN

Consideración del tiempo.

 

Pasa el tiempo, y con el tiempo paso yo también. Quince, veinte, treinta, cuarenta años de vida han pasado ya, y no volverán. ¿Y cuántos me restan? No lo sé, pero sé que son pocos. El tiempo es breve; yo mismo lo digo, que los días vuelan sin sentir. Pero en comparación de la eternidad, no sólo es brevísimo el tiempo, es como nada.

Tiempo breve y tiempo precioso, porque en este cortísimo tiempo puedo adquirirme una eterna felicidad. Cada momento bien empleado me puede acrecentar un grado más de gloria. Media hora bien empleada en ajustar las cuentas de mi alma puede sacarla de los la­zos del enemigo y ponerla en las manos de Dios. Un poco de tiempo que destine cada día a la oración, a una Misa, a un libro espiritual, puede tenerme lejos del pecado y asegurarme la salvación.

Tiempo breve y tiempo espantoso. En todos los instantes puedo pecar, puedo morir y puedo condenarme. ¡Infeliz de mí, que en tiempo tan corto podía bien hacerme santo y soy todavía pecador! Lo he perdido en vanidades, en niñerías, en diversiones y en pecados; ¿qué fruto he sacado? Si no pienso seriamente en gastarlo mejor en adelante, llegará día en que pediré a Dios una hora para desquitar lo perdido, y esta hora no llegará nunca por toda la eternidad.

 

EJEMPLO

¡Oh, cuánto sirve un poco de tiempo bien empleado en honor de María! Dos jóvenes, en un día de vacación, fueron juntos al río    Po, que está en Italia, y se metieron en una barca. Uno de ellos dijo al compañero: «Ahora que no tenemos que hacer y nos hemos divertido bastante, recemos el Oficio de la Virgen, según la regla de nuestra congregación» «No nos obliga, respondió el compañero; quiero divertirme hoy que es día de asueto; no tengo ganas de rezar» Pero el otro, con todo eso, empezó solo. Estando en esto se turbó el aire y llegó una gran avenida; ellos, poco prácticos en gobernar la barca, no pudieron resistir el ímpetu de las aguas ni llegar a tierra. El bote dio una vuelta y cayeron en el agua; invocaron ambos a 1a Virgen, y esta señora inmediatamente acudió, tomó por la mano al que estaba rezando el Oficio, y le sacó del peligro. Esperaba el otro lo mismo; pero la Virgen, vuelta a él, le dijo: «Tú no estabas obligado a honrarme, pues ni yo a socorrerte» Oía y veía todo esto el compañero salvo, dándole gracias sin cesar, teniéndose después toda la vida por muy obligado y agradecido a favor tan señalado; argumento visible del poder y bondad de la Reina del cielo, aunque también premio de la devoción.

 

MEDITACIONES PARA FIN DE AÑO

 

·        TRES PENSAMIENTOS PARA ÚLTIMO DÍA DEL AÑO. DOM AZCARATE, OSB

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·        SENCILLA MEDITACIÓN PARA FIN DE AÑO

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·        El CORAZÓN DE JESÚS ESTÁ LLAMANDO A LOS QUE QUIERE. San Manuel González

http://misagregorianatoledo.blogspot.com/2022/09/el-corazon-de-jesus-esta-llamando-los.html

·        TRES MEDITACIONES AL ACABAR EL AÑO. San Juan Bautista de la Salle

http://misagregorianatoledo.blogspot.com/2018/12/tres-meditaciones-al-acabar-el-ano-san.html

·        ORACIÓN PARA EL ÚLTIMO DÍA DEL AÑO

 http://misagregorianatoledo.blogspot.com/2014/12/oracion-para-el-ultimo-dia-del-ano.html

·        ORACIÓN AL INICIO DEL AÑO. Oración del Hermano San Rafael Arnáiz

 http://misagregorianatoledo.blogspot.com/2017/01/oracion-al-inicio-del-ano-oracion-del.html

·        TRES REFLEXIONES SOBRE EL AÑO TRANSCURRIDO. Juan Esteban Grosez, S.J.

 http://misagregorianatoledo.blogspot.com/2022/12/tres-reflexiones-sobre-el-ano.html

 

·        APROVECHEMOS EL TIEMPO. San Alfonso María de Ligorio 

 https://misagregorianatoledo.blogspot.com/2021/04/aprovechemos-el-tiempo-san-alfonso.html

·        DÍA 10. VALOR DEL TIEMPO

https://misagregorianatoledo.blogspot.com/2022/11/dia-10-valor-del-tiempo.html

·        ABUSO DE LA MISERICORDIA DIVINA. San Alfonso María de Ligorio 

https://misagregorianatoledo.blogspot.com/2022/08/abuso-de-la-misericordia-divina-san.html

·        CONSIDERACIÓN DEL TIEMPO. MEDITACIÓN

https://misagregorianatoledo.blogspot.com/2024/12/consideracion-del-tiempo-meditacion.html

·        TE DEUM

http://misagregorianatoledo.blogspot.com/2014/12/te-deum.html

·        HIMNO VENI CREATOR

 http://misagregorianatoledo.blogspot.com/2021/01/himno-veni-creator.html