domingo, 29 de diciembre de 2019

ENTRE EL ESTIÉRCOL NACE PARA LEVANTAR A QUIENES EN EL ESTIÉRCOL SE ENCONTRABAN. San Jerónimo

 
COMENTARIO DE SAN JERÓNIMO
DOMINGO DENTRO DE LA OCTAVA NATIVIDAD DEL SEÑOR
Forma Extraordinaria del Rito Romano
Y lo acostó en un pesebre por no haber para ellos sitio alguno en la posada (Lc 2,7ss). Y fue la madre quien lo acostó. José, en cambio, no se atrevía a tocas a Aquel que él sabía que no era hijo suyo. Se llenaba de gozo y de admiración viendo al recién nacido, pero no se atrevía a tocarlo. “Y lo acostó en un pesebre” ¿Y por qué precisamente en un pesebre? Para que se cumpliera el vaticinio presagiado por el profeta Isaías (1,3): “Conoció el buey a su amo y el asno el pesebre de su Señor” Escrito encontramos en otro pasaje: “A los hombres y a las bestias salvaras Tu, Señor” (Sal 35,7). Si hombre eres, aliméntate con pan; si eres animal, acércate al pesebre. Por no haber sitio alguno para ellos en la posada. Muy acertadamente dijo: “No había sitio alguno para ellos en la posada”, pues llena completamente estaba de infidelidades propias de los judíos. No hallo morada alguna en el sancta sanctórum que refulgía de oro, piedras preciosas, sedas y plata; no nace entre el oro y las riquezas, sino entre el estiércol, es decir, en un establo (pues en todo establo hay estiércol), donde se hallaban nuestros vicios más inmundos. Entre el estiércol nazca para levantar a quienes en el estiércol se encontraban. “Alza del estiércol al pobre” (Sal 112,7). Nace entre el estiércol, donde también se encontraba sentado Job (Job 2,8), quien más tarde recibió una recompensa: “Por no haber sitio alguno para ellos en la posada”. Consuélese quien sea pobre, José y María, la madre del Señor, no tenían ni un esclavillo ni una criada, solos vienen desde Galilea de Nazaret. No poseían tampoco un jumento. Ellos mismos son al mismo tiempo amos y esclavos. Algo inaudito; dirigen sus pasos a una posaba suburbana, no al interior de la ciudad. Y es que la tímida pobreza no se atreve a aparecer entre los ricos. Mirad cuán grande era su pobreza; van a una posada; pero el evangelista no dice que esta se hallara en la carretera principal, sino en una vía secundaria, es decir, no se encuentra en el camino, sino a la vera del camino; no en el camino de la ley, sino en la senda del evangelio, senda en la cual ellos estaban. En ninguna otra parte había lugar alguno disponible para el nacimiento del Salvador, más que en un pesebre en el que se ataba a las bestias de carga, y a los asnos. ¡Ay, si pudiera contemplar aquel pesebre en el cual reposo el Señor! Hoy en día, en honor de Cristo, hemos limpiado la suciedad de aquel lugar y lo hemos adornado con objetos de plata, aunque para mí tiene más valor aquello que se quitó. Propio es de paganos el oro y la plata; la fe cristiana prefiere, en cambio, aquel otro pesebre lleno de estiércol. Aquel que nació en ese pesebre rechaza el oro y la plata. No es que este criticando a quienes, con el fin de tributarle un honor, obraron de tal modo (así como tampoco a aquellos que en el templo fabricaron vasos de oro); lo que me admira es que el Señor, creador del mundo entero, no naciera en medio de oro y plata, sino en un lugar lleno de lodo.

EVANGELIO DEL DOMINGO: EL NIÑO IBA CRECIENDO LLENO DE SABIDURÍA Y LA GRACIA DE DIOS ESTABA CON ÉL


DOMINGO DENTRO DE LA OCTAVA NATIVIDAD DEL SEÑOR
Forma Extraordinaria del Rito Romano
En aquel tiempo, su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción y a ti misma una espada te traspasará el alma, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones». Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.
Lc 2,33-40
 

COMENTARIO AL EVANGELIO  

Homilía de maitines   FUE DIGNA DE ANUNCIAR AL REDENTOR


miércoles, 25 de diciembre de 2019

SÉ QUE EL VERBO SE HIZO CARNE. San Jerónimo



NATIVIDAD DE JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR
25 de diciembre
San Jerónimo 

Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn 1,14). El Verbo se hizo carne, pero ignoró el modo en que esto sucedió. Dios me otorgó el conocimiento, pero no la sabiduría. Sé que el Verbo se hizo carne, pero desconozco el modo en que ello tuvo lugar. ¿Te extrañas de que no lo sepa? Todas las criaturas lo ignoran, pues fue en nuestros tiempos cuando ese misterio, que había permanecido oculto a lo largo de todos los siglos, nos fue revelado (Col 1,26). Y tal vez alguien pregunte: “Y si ha sido revelado, ¿Cómo es que dices que lo ignoras?”. Lo que se nos reveló fue el hecho, pero aún sigue siendo u misterio el modo en que sucedió. En una palabra, dice Isaías (53,8): “¿Quién narrará el nacimiento de Aquel?”. Pero ¿cómo es que Él mismo había afirmado en otro pasaje anterior (Is 7,14): “He aquí que una Virgen concebirá en su seno y dará a luz un Hijo”? Refiere el hecho, pues al preguntar quién narrará el nacimiento de Aquel nos pone de manifiesto ciertamente que nació, pero ignoramos cómo Santa María, bienaventurada María, madre y Virgen, Virgen antes y después del parto. Yo me admiro de que un ser virginal pudiera nacer de una virgen, y de que una madre, después de dar a luz, pudiera seguir siendo virgen. ¿Quieres saber cómo Aquel nació de la Virgen y, después de darle a luz, esa madre continuara siendo Virgen? Las puertas estaban cerradas, pero Jesús pudo entrar a través de ellas. No hay duda alguna de que las puertas estaban cerradas. Quien entró por aquellas puertas cerradas no era un fantasma ni un espíritu, sino realmente un cuerpo humano. Y ¿qué es lo que dicen? “Contemplad y ved que ningún espíritu tiene carne ni huesos, como veis que tengo yo” (Lc 26,39). Tenía carne y huesos, y las puertas estaban cerradas ¿Cómo pudieron entras aquella carne y aquellos huesos por esas puertas cerradas? Las puertas estaban cerradas y a través de ellas entra Aquel al que no vimos entrar. ¿Por dónde entró? Todo está cerrado y no hay resquicio alguno por el que poder entrar; sin embargo, dentro está él que, sin que se sepa cómo, entró. Ignoras cómo sucedió y lo atribuyes entonces al poder de Dios. Atribúyele también al poder de Dios el que Éste naciera de una virgen y el que esta virgen siguiera siendo virgen después del parto.

EVANGELIO DEL DÍA. ET VERBUM CARO FACTUM EST

25 de diciembre
LA NATIVIDAD DEL SEÑOR
Forma Extraordinaria del Rito Romano
En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio junto a Dios. Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz. El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo. En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció. Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios. Y el Verbo se hizo Carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan 1, 1-14

ET VERBUM CARO FACTUM EST Benedicto XVI

VAYAMOS A POSTRARNOS ANTE EL PESEBRE. San Pío de Pietrelcina

JESUCRISTO NACE HOY POBRE EN UN ESTABLO. San Juan Bautista de la Salle

domingo, 22 de diciembre de 2019

CRISTO TIENE POR ESPOSA A LA IGLESIA, YO SOY SIMPLEMENTE EL AMIGO DEL ESPOSO. San Jerónimo



Comentario al Evangelio

San Jerónimo

IV domingo de Adviento

Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias. Aquí aparece claramente un signo de humildad; es como decir: no soy digno siquiera de ser su siervo. Pero en estas sencillas palabras se nos revela otro misterio. Leemos en el Éxodo, en el Deuteronomio y en el libro de Ruth  que cuando alguien se negaba a tomar por mujer a la viuda de su hermano, quien le seguía en orden de parentesco, ante los jueces y los ancianos le decía: a ti te corresponde el matrimonio, tú eres quien debe tomarla por mujer. Si se negaba, la misma a quien no quería tomar por esposa le quitaba su sandalia, le golpeaba en la cara y le escupía. De este modo podía ya casarse con el otro.

Esto se hacía para pública deshonra—interpretando de momento el texto al pie de la letra—a fin de que si alguien fuera a rechazar a una mujer especialmente por ser pobre, el miedo a esta pública deshonra le hiciera desistir. Por tanto, aquí se nos revela el sacerdocio. Juan mismo dice: «el que tiene a la esposa es el esposo». Él tiene por esposa a la Iglesia, yo soy simplemente el amigo del esposo: no puedo, siguiendo la ley, desatar la correa de su sandalia, porque él no ha rechazado a la Iglesia por esposa.

Yo os bautizo con agua, yo soy un servidor, él es el Creador y el Señor. Yo os ofrezco agua. Yo, que soy criatura, ofrezco una criatura; él, que es increado, da al increado. Yo os bautizo con agua, ofrezco lo que se ve; él lo que no se ve. Yo, que soy visible, doy agua visible; él, que es invisible, da el Espíritu invisible.

EVANGELIO DEL DOMINGO: JUAN PREDICABA UN BAUTISMO DE PENITENCIA PARA LA REMISIÓN DE LOS PECADOS


IV DOMINGO DE ADVIENTO

Forma Extraordinaria del Rito Romano

El año décimoquinto del imperio de Tiberio César, gobernando Poncio Pilatos la Judea, siendo Herodes tetrarca de la Galilea, y su hermano Filipo tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite y Lisanias tetrarca de Abilina;  hallándose sumos sacerdotes Anás y Caifás; el Señor hizo entender su palabra a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto;  el cual vino por toda la ribera del Jordán, predicando un bautismo de penitencia para la remisión de los pecados,  como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías: Se oirá la voz de uno que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas;  todo valle sea terraplenado, todo monte y cerro allanado; y así los caminos torcidos serán enderezados, y los escabrosos igualados;  y verán todos los hombres al Salvador enviado de Dios.
Lc 3,1-6. 

COMENTARIOS AL EVANGELIO

LAS VOCES DEL SEÑOR. Santo Tomás de Villanueva 

FRUTOS DIGNOS DE PENITENCIA

LLAMADOS A SER TESTIGOS DE LA LUZ
POR LA PENITENCIA Y LA EXENCIÓN DEL PECADO NOS DISPONEMOS A RECIBIR A JESUCRISTO. San Juan Bautista de la Salle

jueves, 19 de diciembre de 2019

EL ROCÍO DE LA GRACIA (80.2) Hora santa con san Pedro Julián Eymard

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domingo, 15 de diciembre de 2019

JUAN APARECIÓ: NUESTRO DIOS EXISTÍA. San Jerónimo


Comentario al Evangelio
San Jerónimo
III domingo de Adviento
Conforme está escrito en Isaías el profeta: Mira, envío mi mensajero delante de ti, el que ha de preparar tu camino. Conforme está escrito en Isaías. En cuanto soy capaz de recordar y buscar en mi mente, repasando con la máxima atención tanto la traducción de los setenta, como los mismos textos hebreos, nunca he podido encontrar que esto esté escrito en el profeta Isaías. Lo de: «Mira, envío mi mensajero delante de ti», está escrito, sin embargo, al final del profeta Malaquías, ¿cómo es que el evangelista Marcos dice aquí «conforme está escrito en el profeta Isaías?» Los evangelistas hablaban inspirados por el Espíritu Santo. Y Marcos, que esto escribe, no es menos que los demás. En efecto, el apóstol Pedro dice en su carta: «Os saluda la elegida como vosotros, así como mi hijo Marcos». ¡Oh apóstol Pedro, tu hijo Marcos, hijo no según la carne, sino según el espíritu, instruido en las cosas espirituales, ignora esto! Y lo que está escrito en un lugar, lo asigna a otro. «Conforme está escrito en el profeta Isaías: Mira, envío mi mensajero delante de ti». Porfirio, aquel impío, que escribió contra nosotros y que vomitó su rabia en muchos libros, se ocupa de este pasaje en su libro decimocuarto, y dice: «Los evangelistas fueron hombres tan ignorantes, no sólo en las cosas del mundo, sino incluso en las divinas Escrituras, que lo escrito por un profeta lo atribuyen a otro». Esta es su objeción. ¿Qué le responderemos nosotros? Gracias a vuestras oraciones me parece haber encontrado la solución. Conforme está escrito en el profeta Isaías. ¿Qué es lo que está escrito en el profeta Isaías? «Voz que clama en el desierto: Preparad el camino del señor, enderezad sus sendas».
Esto es lo que está escrito en Isaías. Ahora bien, esta misma afirmación se halla expuesta más ampliamente en otro profeta. El evangelista mismo dice: Este es Juan el Bautista, de quien también Malaquías dijo: «Mira, envío mi mensajero delante de ti, el que ha de preparar tu camino». Por tanto, lo que dice que está escrito en Isaías, se refiere a este pasaje: «Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas». Para probar que Juan era el mensajero, que había sido enviado, no quiso Marcos recurrir a su propia palabra, sino a la profecía del profeta. Apareció Juan bautizando en el desierto, proclamando un bautismo de conversión... Juan apareció: nuestro Dios existía. Lo que apareció, dejó de ser y, antes de aparecer, no existió. Por el contrario, el que existía, existía antes y existía siempre y nunca ha tenido principio. Por ello, de Juan el Bautista se dice apareció, esto es, egueneto, mientras del Señor y Salvador se dice existía. Cuando se dice existía significa que no tiene principio. Él mismo es el que dijo: «El que me ha enviado»: pues el ser no tuvo principio.
Apareció Juan en el desierto, bautizando y predicando. En el desierto apareció la voz que tenía que anunciar al señor: otra cosa no debía proclamar sino la venida del Salvador. Apareció Juan en el desierto.

¡Feliz innovación: abandonar a los hombres, buscar a los ángeles, dejar las ciudades y encontrar a Cristo en la soledad! Apareció Juan en el desierto, bautizando y predicando: bautizaba con su mano, predicaba con su palabra.