domingo, 20 de diciembre de 2015

FRUTOS DIGNOS DE PENITENCIA


Homilía del oficio de maitines

IV DOMINGO DE ADVIENTO

Forma Extraordinaria del Rito Romano


Homilía de San Gregorio, Papa
Decía Juan a las turbas que acudían a él para recibir el bautismo: “Generación de víboras, ¿Quién nos a enseñado a huir de la ira venidera?”. Por la ira venidera se entiende el castigo final, del que el pecador no se podrá librar si ahora no hace ahora verdadera penitencia. Y debemos notar que los malos hijos que imitan los ejemplos de los padres perversos, son llamados generación de víboras, porque al envidiar a los buenos, y al perseguirlos causando males a muchos ellos, lo hacen siguiendo el ejemplo de sus padres, por lo cual son como hijos envenenados nacidos también de padres envenenados.
Mas ya que hemos pecado, ya que nos sentimos esclavos de malos hábitos inveterados, que nos diga que debemos hacer para vernos libres de la ira venidera. Helo aquí: “haced, pues, frutos dignos de penitencia”. En cuyas palabras se debe advertir que el amigo del esposo, no solo nos advierte que hagamos frutos de penitencia, sino dignos frutos de penitencia. Y a la verdad, una cosa es hacer frutos de penitencia, otra es hacer frutos dignos  de penitencia. Y para que esto mejor se entienda, se debe observar que quien no ha hecho nada ilícito, tiene derecho a usar de las cosas licitas y a dedicarse de tal manera a las obras de piedad que no esté obligado a renunciar a las cosas del mundo.

Pero si alguno a cometido, pecado de fornicación, o lo que sería aún más grave, si hubiera caído en adulterio, este tal tanto debe abstenerse de lo lícito, cuanto tiene conciencia de haber perpetrado lo lícito, ya que los frutos de las buenas obras del que ha pecado poco, no deben ser iguales a los del que pecó mucho, ni los del que no cometió ninguna maldad, a los del que cometió algunas o muchas. Por estas palabras: “Haced frutos dignos de penitencia”, se advierte, pues, a la conciencia de cada uno que procure adquirir tanto mayor acopio de buenas obras mediante la penitencia, cuanto más daños se causó por la culpa