viernes, 26 de junio de 2015

MES DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA 26 de junio


MES DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA
26 de junio

ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
En el V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, contemplemos el Corazón de Cristo, su amor constante hacia nosotros, y ofrezcámosle nuestro corazón con vivos deseos de hacer su voluntad. Con las mismas palabras de la Santa decimos:
Vuestra soy, para Vos nací, ¿qué mandáis hacer de mí?
Si queréis, dadme oración,  si no, dadme sequedad,
si abundancia y devoción,  y si no esterilidad.
Soberana Majestad,  sólo hallo paz aquí: ¿qué mandáis hacer de mí?
Veis aquí mi corazón,  yo le pongo en vuestra palma,
mi cuerpo, mi vida y alma,  mis entrañas y afición;
dulce Esposo y redención,  pues por vuestra me ofrecí. Amén.

MEDITACIÓN
PARA VOS NACÍ, ¿QUÉ MANDÁIS HACER DE MÍ?
El Señor nos manda: Consolar al triste
La tristeza es una de las emociones que todo ser humano experimenta en algunas ocasiones provocado por un decaimiento de la moral. La tristeza se expresa muchas veces mediante el llanto, el rostro abatido, la falta de motivación para cumplir con las obligaciones… Son muchas las razones que pueden llevarnos a la tristeza: algún fracaso, problemas en la familia o con los amigos,  una enfermedad inesperada, la muerte de algún ser querido… También puede nacer en nosotros una tristeza espiritual por nuestra falta de correspondencia y fidelidad a Dios y a nuestros hermanos, por nuestros pecados…
Sea cual sea el motivo de la tristeza, no podemos dejar que este sentimiento se apodere de nosotros. Desde la fe siempre hay motivos de esperanza. Siempre hay razones para volver a empezar. Siempre encontraremos ayuda en Dios que fortalecerá nuestra debilidad.
Dice san Agustín que “Dios lo que más odia después del pecado es la tristeza, porque nos predispone al pecado.”
Pidamos la gracia de vivir la alegría del Evangelio y de transmitirla con el apoyo al hermano que se encuentra triste y desconsolado.
Pidamos perdón por aquellos que por su vida y sus acciones desordenadas son causa de tristeza para Dios y para aquellos que viven a su lado.
LETANÍAS FINALES AL CORAZÓN DE JESÚS