MES
DE JUNIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CON SANTA TERESA
26
de junio
ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
En el V centenario del nacimiento de Santa
Teresa de Jesús, contemplemos el Corazón de Cristo, su amor constante hacia
nosotros, y ofrezcámosle nuestro corazón con vivos deseos de hacer su voluntad.
Con las mismas palabras de la Santa decimos:
Vuestra
soy, para Vos nací, ¿qué mandáis hacer de mí?
Si
queréis, dadme oración, si no, dadme
sequedad,
si
abundancia y devoción, y si no
esterilidad.
Soberana
Majestad, sólo hallo paz aquí: ¿qué
mandáis hacer de mí?
Veis
aquí mi corazón, yo le pongo en vuestra
palma,
mi
cuerpo, mi vida y alma, mis entrañas y
afición;
dulce
Esposo y redención, pues por vuestra me
ofrecí. Amén.
MEDITACIÓN
PARA
VOS NACÍ, ¿QUÉ MANDÁIS HACER DE MÍ?
El
Señor nos manda: Consolar al triste
La tristeza es una de las emociones que
todo ser humano experimenta en algunas ocasiones provocado por un decaimiento
de la moral. La tristeza se expresa muchas veces mediante el llanto, el rostro
abatido, la falta de motivación para cumplir con las obligaciones… Son muchas
las razones que pueden llevarnos a la tristeza: algún fracaso, problemas en la
familia o con los amigos, una enfermedad
inesperada, la muerte de algún ser querido… También puede nacer en nosotros una
tristeza espiritual por nuestra falta de correspondencia y fidelidad a Dios y a
nuestros hermanos, por nuestros pecados…
Sea cual sea el motivo de la tristeza,
no podemos dejar que este sentimiento se apodere de nosotros. Desde la fe
siempre hay motivos de esperanza. Siempre hay razones para volver a empezar.
Siempre encontraremos ayuda en Dios que fortalecerá nuestra debilidad.
Dice san Agustín que “Dios lo que más
odia después del pecado es la tristeza, porque nos predispone al pecado.”
Pidamos la gracia de vivir la alegría
del Evangelio y de transmitirla con el apoyo al hermano que se encuentra triste
y desconsolado.
Pidamos perdón por aquellos que por su
vida y sus acciones desordenadas son causa de tristeza para Dios y para
aquellos que viven a su lado.
LETANÍAS FINALES AL CORAZÓN DE JESÚS