sábado, 20 de julio de 2024

SANA LA MANO SECA. DOMINGO IX DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 


SANA LA MANO SECA.

DOMINGO IX DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

DOMINGO IX DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

SANA LA MANO SECA.

 

1.- Estaba allí un hombre que tenía seca una mano, y le preguntaban si era lícito curar en sábado (1); para que si decía que sí, pudiesen acusarle a los príncipes de los sacerdotes; si decía que no, publicar entre la plebe que no tenía misericordia. Mas para confutar tal error, eligió curar en sábado. ¿Qué harías tú por la verdad, previendo que habías de padecer por ella? No tema a los hombres. Ejecuta lo que juzgas ser recto y justo, con celo discreto, y deja que se hunda el cielo. Pero considera en la diestra seca la aridez de tus obras virtuosas. Séquese la siniestra; tenga vida y vigor la diestra.

2.- Y dice al hombre que tenía seca la mano: Leván­ tate y ponte en medio (2) para que su miseria vista y separada mueva el afecto de los que se oponían. Y les dice: ¿Es lícito en los días, de sábado hacer bien o hacer mal? Esto es, dejar de hacer beneficios; porque para Cristo lo mismo es no hacer bien al necesitado cuando puedes, que hacer mal. Examina con que afecto haces las obras de caridad que son de precepto. Acaso tú incurres en lo mismo que los fariseos: se ha de sacar dices, la oveja que cayó en la sima, aunque sea en sábado, porque media tu interés: y no tienes ánimo para moverte cuando se ha de socorrer al prójimo.

3.- Y se entristeció al ver la ceguedad de sus corazones (3); porque no le reconocían por Mesías, ni aprobaban su doctrina de ayudar al prójimo aún en el sábado. Pero ¡cuánta mayor es tu ceguedad, causada de la niebla de tus pasiones! ¡Ah! No contristes al Cristo del Señor. Y dice al hombre: extiende tu mano, y se la restituyó buena. Piensa que te dice a ti: Extiende la mano para hacer obras de virtud. ¡Qué aprovecha proponer o desear si nunca pasas a la ejecución? En saliendo ellos, pues, hablaban entre sí que modo acabarían con Él. De donde habían de salir mejorados, de allí salieron peores. Así tú también correspondes a Dios cuando abusas de sus beneficios para obrar mal.

 

(1) Matth., 12. (2) Marc., 3. (3) Marc., 3.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros. 

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