viernes, 26 de julio de 2024

OCTAVA BIENAVENTURANZA. SÁBADO DE LA NOVENA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 


OCTAVA BIENAVENTURANZA.

SÁBADO DE LA NOVENA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

SÁBADO DE LA NOVENA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

OCTAVA BIENAVENTURANZA.

 

1.- Bienaventurados los que padecen persecuciones por la justicia (1); pero no por sus delitos. Es cierto que todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo, padecerán persecución (2). Luego si no quieres apartarte de la justicia o de la virtud, debes estar aparejado a morir antes que traspasar las leyes de Dios, que estableció en su pueblo (3). Mas ¿qué resolución es la tuya cuando suceda, o que has de padecer algo, o que has de faltar a una virtud, a una regla, a un precepto? Aseguras que sigues a Jesús, y crucificado; mas no quieres tolerar los clavos. A trueque de no padecer traspasas las reglas, los preceptos, desamparas la virtud. Una de dos: o confiesa que no sigues a Jesús, o padece.

2.- Porque de ellos es el reino de los cielos (4), así el consumado en la patria, como el principiado en la vida. El cual es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo (5). Porque no puede perder la justicia o la santidad, el que quiere antes sufrir cualesquiera males, que violar una regla, un precepto sólo. Mira que te adquieras este reino, en el cual está la seguridad del futuro. No temas cosa alguna de las que has de padecer (6), del mundo que te contradice, del demonio que te aflige, de la carne que codicia contra el espíritu.

3.- Bienaventurados sois cuando os maldijeren los hombres, y profieren contra vosotros todo mal, mintiendo por mi causa (7). ¿Quién negará que es bienaventurado aquel a quien Dios bendice? Porque: La bendición del Señor hace ricos y no les acompañará la aflicción (8). Dios a la verdad, bendice a aquellos a quienes maldice el mundo por causa de la virtud. La bendición del Señor sobre la cabeza del justo (9). Ellos maldecirán y tu bendecirás (10). Y sabiendo esto, ¿no gustas aun de las alabanzas y bendiciones de los hombres? ¿Y con todo eso dirás que eliges ser vituperado con Cristo? Acaso ignoras aquello: ¡Ay cuando os bendijeren los hombres (11)!

 

(1) Matth., 5. (2) II Timot., 3. (3) II Machab., 7.

(4) Matth., 5. (5) Rom., 14. (6) Apoc., 2.

(7)Matth., 5. (8) Prov., 10. (9) Ibid. (10) Ps. 108.

(11) Luc., 5.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros. 

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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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