sábado, 19 de octubre de 2024

PARÁBOLA DEL QUE IBA A JERICÓ. DOMINGO XXII DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

 


PARÁBOLA DEL QUE IBA A JERICÓ.

DOMINGO XXII DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO  DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

DOMINGO XXII DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

PARÁBOLA DEL QUE IBA A JERICÓ.

 

1.- Un cierto hombre iba desde Jerusalén a Jericó (1). Repara en este hombre el miserable estado de un pecador. Iba de Jerusalén, o del gusto de las cosas divinas, a Jericó, o deleite de las cosas que no tienen permanencia. Cayó en manos de ladrones, los demonios y sus concupiscencias. Despójanle de la gracia y dones sobrenaturales. Hiérenle todo, al entendimiento con ceguedad, a la voluntad con horror del bien. Déjanle medio vivo con sola una informe fe. Pondera estas llagas, tuyas acaso algún día. Y si tienes advertencia, no bajes desde Jerusalén, o del trato de las cosas divinas, a Jericó, o al afecto de las terrenas; pues aquí es donde está el origen de los males todos.

2.- Sucedió pues, que un sacerdote fuese por el mismo camino, y de la misma suerte un levita (2). Venle medio muerto, y pasan adelante. Pasa un samaritano. Concibe en éste a Cristo, compadecido de ti. Viole, y se movió a misericordia aún cuando eras su enemigo. Acercándose con su gracia, ató las heridas del entendimiento con las ilustraciones, las de la voluntad por el deseo del bien. Echóte el aceite del perdón y el vino acre de la compunción y del temor. Y púsote en el jumento, la gracia que te lleva; y llevóte al establo de sus ovejas; y tuvo cuidado de ti con su providencia divina. Reconoce tu miseria y la misericordia de Dios, a quien debes la sanidad que tienes.

3. Al otro día, saco dos denarios (3). Los del amor, y del poder; diólos al mesonero, tu superior. Te encomendó a él: Ten de él cuidado; para que te conserves con salud entera y constante. ¿Qué dirías si aquel enfermo no quisiera admitir la asistencia de su huésped?, ¿No le juzgarías por digno de reprensión? Mas tú te portas así cuando rehúsas estar sujeto a este o a aquel superior, * cuando, aborreces y huyes de este y del otro que te amonesta. El ejercita el cuidado que se le encargó; tú no le admites.

 

(1) Ibid. (2) Ibid. (3) Luc., 10.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

 

 

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.