Mostrando entradas con la etiqueta antífonas O. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta antífonas O. Mostrar todas las entradas

miércoles, 16 de diciembre de 2015

NOVENA PREPARATORIA DE NAVIDAD CON BENEDICTO XVI. ORACIONES PARA COMENZAR Y CONCLUIR TODOS LOS DÍAS


INVOCACIONES PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS

Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo,
abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad,
R/. ¡Ven y muéstranos el camino de la salvación!
Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel,
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley,
R/.¡Ven a librarnos con el poder de tu brazo!
Oh Renuevo del tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos,
ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio imploran las naciones,
R/. ¡Ven a librarnos, no tardes más!
Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel,
 que abres y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede abrir,
R/. ¡Ven y libra los cautivos que viven en tinieblas y en sombra de muerte!
Oh Sol que naces de lo alto, Resplandor de la Luz Eterna, Sol de justicia,
R/. ¡Ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte!
Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos, Piedra angular de la Iglesia,
que haces de dos pueblos uno solo,
R/. ¡Ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra!
Oh Emmanuel, Rey y Legislador nuestro,
esperanza de las naciones y salvador de los pueblos,
R/. ¡Ven a salvarnos, Señor Dios nuestro!


MEDITACIÓN PARA CADA DÍA

ORACIÓN PARA CONCLUIR TODOS LOS DÍAS 

Oración del Papa San Juan Pablo II
Junto a ti, Virgen Madre, permanecemos pensativos
ante el pesebre donde está acostado el Niño,
para participar de tu mismo asombro ante la inmensa condescendencia de Dios.
Danos tus ojos, María, para descifrar el misterio
que se oculta tras la fragilidad de los miembros del Hijo.
Enséñanos a reconocer su rostro en los niños de toda raza y cultura.
Ayúdanos a ser testigos creíbles de su mensaje de paz y de amor,
para que los hombres y las mujeres de nuestro tiempo,
caracterizado aún por tensos contrastes e inauditas violencias,
reconozcan en el Niño que está en tus brazos al único Salvador del mundo,
fuente inagotable de la paz verdadera,
 a la que todos aspiran en lo más profundo del corazón.

Todos:

Alma Redemptoris Mater,
quæ pervia cæli
Porta manes, et stella maris,
succurre cadenti,
Surgere qui curat, populo:
tu quæ genuisti,
Natura mirante,
tuum sanctum Genitorem
Virgo prius ac posterius,
Gabrielis ab ore
Sumens illud Ave,
peccatorum miserere.
Madre del Redentor, Virgen fecunda
puerta del Cielo
siempre abierta,
estrella del mar
ven a librar al pueblo que tropieza
y se quiere levantar.
Ante la admiración
de cielo y tierra,
engendraste a tu Santo Creador,
y permaneces siempre Virgen,
recibe el saludo del ángel Gabriel
y ten piedad de nosotros pecadores.

martes, 23 de diciembre de 2014

O EMMANUEL

OH EMMANUEL
“¡Oh Emmanuel, Rey de Paz! hoy es tu entrada en Jerusalén, tu ciudad escogida, pues allí tienes tu Templo. Pronto hallarás también en ella tu Cruz y tu Sepulcro; y llegará el día en que establezcas allí tu tremendo tribunal. Ahora llegas sin ruido ni ostentación a la ciudad de David y de Salomón. Es simplemente un lugar de paso para llegar a Belén. Tu Madre María y su esposo José nunca la atraviesan sin subir al Templo para ofrecer al Señor sus plegarias y homenajes, y ahora se realiza por primera vez el oráculo del Profeta Ageo, que había anunciado que la gloria del segundo Templo había de ser mayor que la del primero. Efectivamente, este Templo posee ahora un Arca de la Alianza mucho más preciosa que la de Moisés, e incomparablemente superior a cualquier otro santuario que no sea el mismo cielo, por la dignidad de Aquel a quien encierra. Es el mismo Legislador quien está aquí y no simplemente unas tablas de piedra donde está grabada la Ley. Pero en seguida el Arca viva del Señor desciende las gradas del Templo y se dispone a continuar su camino hacia Belén, adonde le llaman otras profecías. Adoramos, oh Emmanuel, todos tus pasos por este mundo, admirando la fidelidad con que cumples todo lo que de ti está escrito, para que nada falte de las señales que deben manifestarte, oh Mesías, a tu pueblo. Acuérdate que va a sonar la hora; haz que todo esté dispuesto para tu Nacimiento; ven a salvarnos; ven, para que podamos llamarte no sólo Emmanuel, sino Jesús, es decir, Salvador”.
Dom Próspero Guéranger, El Año Litúrgico

Oh Emmanuel, Rey y Legislador nuestro, 
esperanza de las naciones 
y salvador de los pueblos, 
¡ven a salvarnos, Señor Dios nuestro!

V/. Derramad, cielos, desde lo alto vuestro rocío y las nubes lluevan al Justo.R/.Que se abra la tierra y brote el Salvador.
ORACIÓN. Dios todopoderoso y eterno, al acercarnos a las fiestas de Navidad, te pedimos que tu Hijo, que se encarnó en las entrañas de la Virgen María y quiso vivir entre nosotros, nos haga partícipes de la abundancia de su misericordia. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.


lunes, 22 de diciembre de 2014

O REX GENTIUM

OH REY DE LAS NACIONES
"¡Oh Rey de las naciones! cada día te vas aproximando más a Belén, donde habrás de nacer. El viaje se acerca a su fin, y tu augusta Madre, animada y fortalecida con tal dulce carga, camina en constante coloquio contigo. Adora ella tu divina majestad y da gracias por tu misericordia; se alegra de haber sido elegida para la sublime misión de servir de Madre a todo un Dios. Desea y goza ya del momento en que te contemplará con sus propios ojos. ¿Cómo podrá servir dignamente a tu soberana grandeza, la que se considera como la última de las criaturas? ¿Osará levantarte en sus brazos, estrecharte contra su corazón, amamantarte en su humano regazo? Y con todo eso, al pensar que se avecina la hora en que, sin dejar de ser su hijo, vas a salir de ella y reclamar todos los cuidados de su ternura, su corazón desfallece, y al unirse su amor materno con el amor que tiene a su Dios, está a punto de expirar en aquella desigual lucha de la débil naturaleza humana con los más fuertes y poderosos afectos reunidos en un mismo corazón. Pero tú la sostienes ¡oh Deseado de las naciones! porque quieres que llegue a ese momento feliz en que dé a la tierra su Salvador, y a los hombres la Piedra angular que los ha de unir en una sola familia. ¡Bendito seas, oh Rey divino, por las maravillas de tu poder y de tu bondad! Ven cuanto antes a salvarnos, acordándote del amor que tienes al hombre por haber salido de tus manos. Ven, pues tu obra ha degenerado; ha caído en la perdición y la muerte la ha invadido: tómala de nuevo en tus poderosas manos y rehazla; sálvala; pues la continúas amando y no te avergüenzas de lo que has hecho".
Dom Próspero Guéranger, El Año Litúrgico


Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos, 
Piedra angular de la Iglesia, 
que haces de dos pueblos uno solo, 
¡ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra!

V/. Derramad, cielos, desde lo alto vuestro rocío y las nubes lluevan al Justo.
R/. Que se abra la tierra y brote el Salvador.


ORACIÓN. Señor Dios, que con la venida de tu Hijo has querido redimir al hombre sentenciado a muerte; concede a los que van a adorarlo, hecho niño en Belén, participar de los bienes de su redención.  Por Nuestro Señor Jesucristo.  Amén.

domingo, 21 de diciembre de 2014

O ORIENS

OH ORIENTE




“¡Oh Jesús, Sol divino!, vienes a arrancarnos de la eterna noche, ¡bendito seas por siempre! Mas, ¡cuánto pruebas nuestra fe antes de brillar ante nuestra vista en todo tu esplendor! ¡Cómo te complaces en ocultar tus destellos hasta que llegue el momento señalado por tu Padre celestial para que muestres la plenitud de tu brillo! Vas atravesando Judea y te acercas a Jerusalén; el viaje de María y de José toca a su fin. Por el camino, encuentras una gran muchedumbre que caminan en todas direcciones vuelven cada cual a su ciudad de origen para cumplir el Edicto de empadronamiento; ninguno de todos esos hombres ha adivinado que estuvieras tan cerca de ellos ¡oh divino Oriente! A María, tu Madre, la toman por una mujer ordinaria; todo lo más, reconocerán la dignidad e incomparable modestia de tan augusta Reina, sintiendo vagamente el rudo contraste que existe entre tan soberana majestad y un exterior tan humilde, pero en seguida olvidarán tan feliz encuentro.
Pues, si a la Madre miran con tanta indiferencia ¿tendrán acaso un solo pensamiento para el Hijo no nacido aún a la luz visible? Y sin embargo, ese Hijo eres tú mismo ¡oh Sol de justicia!. Aumenta en nosotros la fe, e incrementa también el amor. Si esos hombres te amaran, ¡oh libertador del género humano! harías que ellos te sintieran; tal vez no te verían aún sus ojos, pero al menos ardería su corazón dentro de su pecho; suspirarían por ti, y con sus ansias y oraciones anticiparían el momento de tu llegada. ¡Oh Jesús, que atraviesas el mundo creado por ti, sin forzar a ninguna de tus criaturas! queremos acompañarte durante el resto de tu viaje; queremos besar en la tierra las huellas benditas de aquella que te lleva en su seno; no te abandonaremos hasta que contigo lleguemos a la afortunada Belén, a esa casa del Pan, donde por fin te verán nuestros ojos ¡oh Esplendor eterno, Señor y Dios nuestro!”.
Dom Próspero Guéranger, El Año Litúrgico

Oh Sol que naces de lo alto, 
Resplandor de la Luz Eterna, 
Sol de justicia,
¡ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas
 y en sombra de muerte!


V/. 
Derramad, cielos, desde lo alto vuestro rocío y las nubes lluevan al Justo.
R/. Que se abra la tierra y brote el Salvador.
ORACIÓN. Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos por su pasión y su cruz a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 

sábado, 20 de diciembre de 2014

O CLAVIS

OH LLAVE DE DAVID


“¡Oh Hijo de David, heredero de su trono y de su poderío! en tu triunfal marcha vas recorriendo una tierra sometida en otros tiempos a tu antepasado, y hoy esclavizada por los Gentiles. En el camino reconoces por todas partes tantos lugares que fueron testigos de las maravillas de la justicia y de la misericordia de tu Padre Dios para con su pueblo, en tiempos de la Antigua Alianza que llega a su fin. Pronto será retirado el velo virginal que te envuelve y emprenderás nuevos viajes cruzando esas mismas tierras; las recorrerás haciendo el bien, curando toda clase de miserias y enfermedades, y ello sin tener donde descansar tu cabeza. Al menos, hoy el seno materno te ofrece aún un dulce y tranquilo refugio, donde recibes únicamente las demostraciones del más tierno y respetuoso amor. Pero, es necesario, Señor, que salgas de ese feliz retiro; es necesario, oh Luz eterna, que brilles en medio de las tinieblas, porque el cautivo a quien has venido a libertar yacesumido en las mazmorras. Está sentado en las sombras de la muerte y va a perecer en ellas si no vienes con prontitud a abrir sus puertas con tu Llave omnipotente. 
¡Oh Jesús!, este cautivo es el género humano, esclavo de sus vicios y sus errores; ven a romper el yugo que le abruma y degrada; ese cautivo es nuestro propio corazón, esclavizado con demasiada frecuencia por sus malas inclinaciones: ven, oh divino Libertador, a liberar todo lo que por tu gracia has querido crear libre, y a volvernos a elevar a la dignidad de hermanos tuyos”.
Dom Próspero Guéranger, El Año Litúrgico

Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel, 
que abres y nadie puede cerrar, 
cierras y nadie puede abrir, 
¡ven y libra los cautivos que viven en tinieblas 
y en sombra de muerte!

V/. Derramad, cielos, desde lo alto vuestro rocío y las nubes lluevan al Justo.
R/. Que se abra la tierra y brote el Salvador. 

ORACIÓN. Señor y Dios nuestro, a cuyo designio se sometió la Virgen Inmaculada aceptando, al anunciárselo el ángel, encarnar en su seno a tu Hijo: tú que la has transformado, por obra del Espíritu Santo, en templo de tu divinidad, concédenos, siguiendo su ejemplo, la gracia de aceptar tus designios con humildad de corazón. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén. 

viernes, 19 de diciembre de 2014

O RADIX

OH RAÍZ DEL TRONCO DE JOSÉ

Ya estás, ¡oh Hijo de Jesé!, en marcha hacia la ciudad de tus antepasados, El Arca del Señor se ha alzado y se dirige con su Señor dentro, al lugar de su descanso. "¡Cuán bellos son tus pasos, oh Hija del Rey, en el esplendor de tu calzado", cuando caminas llevando la salvación a las ciudades de Judá! Los ángeles te dan escolta; tu fiel esposo te envuelve con toda su ternura, el cielo se complace en ti y la tierra se estremece de júbilo a los pies de su Creador y de su augusta Reina".
Sigue, pues, oh Madre de Dios y de los hombres, Propiciatorio omnipotente donde se contiene el divino Maná que protege al hombre de la muerte. Nuestros corazones marchan en tu compañía; juramos como tu real ancestro 'no entrar en casa, no subir a nuestro lecho, no cerrar nuestros párpados, ni entregar al reposo nuestra cabeza hasta que hayamos encontrado una morada para tu Señor en nuestros corazones, una tienda para el Dios de Jacob'. Ven, pues, oh tallo de Jesé, oculto en el seno purísimo del Arca Sagrada, hasta que llegue el momento de revelarte a los pueblos como un estandarte victorioso. Entonces los reyes vencidos enmudecerán en tu presencia, y las naciones se dirigirán a ti con sus ruegos. Date prisa, oh Mesías, ven a vencer a todos tus enemigos, ven a librarnos”.

Dom Próspero Guéranger, El Año Litúrgico

Oh Renuevo del tronco de Jesé, 
que te alzas como un signo para los pueblos, 
ante quien los reyes enmudecen 
y cuyo auxilio imploran las naciones, 
¡ven a librarnos, no tardes más!

V/. Derramad, cielos, desde lo alto vuestro rocío y las nubes lluevan al Justo.
R/. Que se abra la tierra y brote el Salvador. 
ORACIÓN. Dios nuestro, que te has dignado revelar al mundo el esplendor de tu gloria por medio del parto de la santísima Virgen María, concédenos venerar con fe íntegra y celebrar con sincero rendimiento el gran misterio de la encarnación de tu Hijo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

jueves, 18 de diciembre de 2014

OH ADONAI

OH ADONAI, PASTOR DE LA CASA DE ISRAEL 
¡Oh soberano Señor, Adonai! ven a rescatarnos, no ya con tu poder, sino con tu humildad. En otro tiempo te manifestaste a tu siervo Moisés en medio de una llama divina; diste la ley a tu pueblo entre rayos y truenos: ahora no se trata de amedrentar sino de salvar. Por eso, conocedora tu purísima Madre María, como su esposo José, del Edicto del Emperador que les obliga a emprender el camino de Belén, se ocupa de los preparativos de tu próximo y feliz Nacimiento. Dispone ella para ti, oh Sol divino, los humildes pañales que han de cubrir tu desnudez y que te protegerán del frío en este mundo creado por ti, cuando aparezcas en medio de la noche y del silencio. Así es cómo nos has de librar de la servidumbre de nuestro orgullo, y cómo tu brazo se dejará sentir más poderoso, aunque parezca más débil y más inútil a los ojos de los hombres. ¡Todo está dispuesto, oh Jesús!, tus pañales te esperan: sal pues cuanto antes y ven a Belén, para liberarnos del poder de nuestros enemigos”.
Dom Próspero Guéranger, El Año Litúrgico.

Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel, 
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente 
y en el Sinaí le diste tu ley, 
¡ven a librarnos con el poder de tu brazo!

V/. Derramad, cielos, desde lo alto vuestro rocío y las nubes lluevan al Justo.
R/. Que se abra la tierra y brote el Salvador. 

ORACIÓN. Concédenos, Señor, que la renovación del misterio de la Navidad de tu Hijo a la cual nos preparamos, nos libre del antiguo yugo del pecado por el cual estamos oprimidos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

O SAPIENTIA


OH SABIDURÍA

“¡Oh Sabiduría increada, que pronto te vas a hacer visible al mundo, cuán bien aparece en estos momentos que todo lo gobiernas! Por tu permisión divina va a salir un Edicto del emperador Augusto, para ordenar el empadronamiento del mundo entero. Cada uno de los ciudadanos del Imperio deberá acudir a registrarse en su ciudad de origen. En su orgullo, creerá el emperador haber conmovido en su favor a todo el género humano. Se agitan los hombres por todas partes a millones, y atraviesan en todas direcciones el inmenso mundo romano; piensan que obedecen a un hombre y es a Dios a quien obedecen. Todo ese gran movimiento no tiene más que una finalidad: la de llevar a Belén a un hombre y a una mujer que tienen su humilde morada en Nazaret de Galilea; y ello para que esta mujer desconocida de los hombres y amada del cielo, habiendo concluido el mes noveno desde la concepción de su hijo, le diese a luz en Belén, según lo anunciado por el Profeta: "Pero tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel. Su origen es desde lo antiguo, de tiempo inmemorial".
¡Oh Sabiduría divina!, ¡cuán fuerte eres para conseguir tus fines de manera infalible aunque oculta a la mirada de los hombres!, ¡pero cuán suave para no forzar su libertad! ¡y cuán paternal previendo nuestras necesidades! Escogiste Belén, para nacer en ella, porque Belén significa Casa del Pan. Con esto nos quieres mostrar que eres nuestro Pan, nuestro manjar, nuestro alimento de vida. Nutridos por un Dios, no podremos ya morir. ¡Oh Sabiduría del Padre, Pan vivo bajado del cielo! ven pronto a nosotros, para que nos acerquemos a ti, y seamos iluminados por tu claridad; concédenos esa prudencia que conduce a la salvación”.
Dom Próspero Guéranger, El Año Litúrgico.

Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, 
abarcando del uno al otro confín 
y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, 
¡ven y muéstranos el camino de la salvación!

V/. Derramad, cielos, desde lo alto vuestro rocío y las nubes lluevan al Justo.
R/. Que se abra la tierra y brote el Salvador. 

ORACIÓN. Señor Dios, creador y restaurador de la naturaleza humana, que quisiste que tu Hijo, la Palabra eterna, se encarnara en el seno de la siempre Virgen María, atiende a nuestras súplicas y haz que tu Hijo unigénito, que ha tomado nuestra naturaleza humana, se digne hacernos participantes de su naturaleza divina y nos transforme así plenamente en hijos tuyos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.