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miércoles, 6 de noviembre de 2024

DEVOCIÓN A LAS ALMAS DEL PURGATORIO Y VOTO EN FAVOR DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO. San Enrique de Ossó

 


NOVIEMBRE, MES DE LOS DIFUNTOS

DEVOCIÓN A LAS ALMAS DEL PURGATORIO Y VOTO EN FAVOR DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO

San Enrique de Ossó

 

Pensamientos

1.                       Es doctrina de fe que existe el purgatorio, esto es, que hay un lugar en la otra vida donde las almas de los que mueren en gracia de Dios y no han acabado de satisfacer por sus culpas, se purgan, se limpian, se depuran de sus culpas veniales o deudas de penas que merecieron por sus pecados, y que pueden ser ayudadas por los sufragios de los fieles.

2.                       Puede uno estar en gracia y amistad de Dios; y no obstante esto, deber muchas penas por sus culpas, ya perdonadas.

3.                       Por el sacramento de la Penitencia se borran los pecados y se quita la pena eterna; pero queda, la más de las veces, alguna pena temporal que satisfacer en esta o en la otra vida.

4.                       En el cielo no puede entrar alma que no esté totalmente purificada de toda culpa y deuda de pena, por ligera que sea.

5.                        Quien no paga a la divina justicia por sus pecados y penas merecidos por ellos en este mundo con la oración, limosna, ayuno y demás penitencias, la pagará en el otro con gravísimos tormentos; pues como es propio de Dios no dejar virtud sin premio, así lo es no dejar culpa sin pena.

6.                        Los tormentos del purgatorio son mayores que los que padecieron los mártires. Todo lo que podemos padecer en este mundo puede tenerse por consuelo y alivio comparado con las penas del purgatorio.

7.                       Quien se detiene un año en pecar, ciento ha de penar. (San Bernardo).

8.                       Las almas del purgatorio no pueden acortar ni aliviar ellas mismas sus penas.

9.                       Pueden, sí, ser aliviadas y verse libres de sus penas por los sufragios de los fieles, especialmente por el santo sacrificio de la Misa. (Concilio de Trento).

10.               Si vieres a tus padres, hermanos, amigos, parientes, ardiendo en vivísimas llamas, ¿no procurarías librarlos de ellas aunque fuera muy a tu costa?

11.               Si tú te abrasaras en vivas llamas, ¿no desearías con grandes ansias que te sacasen de ellas?

12.               La limosna más acepta a Dios, más provechosa para ti, más útil a las almas, y más conforme a razón y a poca costa, es la que hagas a las almas del purgatorio.

13.               Dios acepta tu limosna con grandísimo agrado, porque la haces a tan íntimas amigas suyas que están en extrema necesidad, y con ella le aceleras el que le alaben en la gloria, visto cara a cara.

14.               Las almas aceptan tus limosnas con inexplicable gratitud, porque les acortas el tiempo de padecer, y les apresuras el día de su gloria, beneficio que no tiene precio.

15.               La limosna que das por las almas es para ti la más provechosa, porque te lo agradecen, te encomiendan a Dios, y Él las oye y te ganas su amistad.

16.               Cuantas almas sacares del purgatorio, tantas tendrás por patronas e intercesoras en el cielo; orarán por tu felicidad temporal y eterna, y alegres te recibirán en la hora de la muerte en los eternos alcázares.

17.               No hay cosa más conforme a razón y justicia que en tiempo de necesidad socorrer al mejor y más necesitado.

18.               No hay persona mejor ni más necesitada que las benditas ánimas del purgatorio, porque son amigas íntimas de Dios, y no pueden ayudarse a sí mismas, ni pedir limosna a nadie, sino padecer sin merecer.

19.               Quien no cree en el purgatorio es hereje; quien creyendo en él no socorre a las benditas ánimas, es cruel. Con la misma medida que midiéremos, seremos medidos, dice nuestro Señor Jesucristo.

 

Práctica o sufragios

·      Es de fe que en la Iglesia se comunican las buenas obras de ella entre los fieles que están en gracia. Creo en la comunión de los santos.

·      Es de fe que los sufragios satisfactorios que se aplican a las benditas ánimas del purgatorio, como a parte de la Iglesia, les aprovechan para satisfacer a Dios por las penas que allí padecen.

·      Es cierto que los fieles pueden ayudarse unos a otros a satisfacer por la pena temporal, que resulta de las penas ya perdonadas, de tal suerte que la obra satisfactoria y penal que tú hagas, y la aplicas a otro, es como si él la hiciera.

·      Misas, comuniones, oraciones, Vía Crucis, rosarios, novenas, etc., limosnas, ayunos, penitencias, indulgencias, he ahí los sufragios con que puedes socorrer y aliviar a las pobrecitas ánimas. Haz, pues, de estos sufragios a las benditas ánimas cuantos más mejor, a mayor gloria de Dios y provecho de tu alma y de las benditas ánimas.

·      Muchos santos y personas piadosas han hecho el voto en favor de las ánimas: Este acto o voto es una entera donación o cesión que se hace de todas nuestras obras satisfactorias en favor de las almas.

 

 

Voto en favor de las ánimas

1.   Este acto o voto es una entera donación o cesión que se hace de todas nuestras obras satisfactorias en favor de las almas.

2.   Nuestras obras en cuanto son meritorias, propiciatorias e impetratorias no podemos cederlas a otros, porque sus frutos son personales, incomunicables.

3.   Este voto, o más bien, donación voluntaria, no obliga a pecado, ni impide que continuemos nuestras buenas obras según exigen nuestros deberes de justicia y de caridad.

4.   El sacerdote, aunque haga este voto, debe continuar aplicando la Misa según la intención del que le diere la limosna. (Benedicto XIII).

5.   Para hacer este voto no es necesario decirlo de palabra, ni repetirlo, sino hacerlo con el corazón.

6.   319

7.   Libertar del purgatorio a un alma con nuestros sufragios, es tan acepto y agradable a Jesucristo su esposo como si Él mismo fuese redimido; y a su tiempo nos restituirá enteramente el bien que hacemos, para que redunde en nuestra utilidad. (Santa Brígida).

8.   Con esta nobilísima donación nada perdemos, sino ganamos muchísimo, pues por ella recibiremos bendiciones temporales abundantísimas, el ciento por uno después de la muerte. (Santa Brígida. San Ambrosio).

9.   El que hiciere este voto puede confiar con fundamento o que no irá al purgatorio, o que estará en él poco tiempo por la misericordia divina, por las promesas de Jesucristo, la intercesión de la Virgen y de las almas a quienes alcanzó que subiesen a ver la luz de la Divinidad.

10.         La Iglesia católica, columna y fundamento de la verdad, aprueba, bendice y recomienda este voto, concediendo tres privilegios muy singulares a los que lo hacen: 1º Que sea altar privilegiado de almas para el sacerdote que hiciere este voto, cualquiera en que celebrare el santo sacrificio de la Misa. 2º Que ganen indulgencia plenaria todos los fieles (oyendo Misa) el día en que comulguen; y todos los lunes del año puedan sacar un ánima del purgatorio por cada una de las misas que oyeren. 3º Que todos los que hicieren este voto puedan aplicar por las benditas ánimas del purgatorio todas las indulgencias que ganaren, aunque no lo exprese la concesión. (Pío IX, 30 de septiembre de 1852).

 

FÓRMULA PARA HACER EL VOTO

Dios mío, uno en esencia y trino en Personas; deseando vuestra mayor gloria, e imitar mejor a mi dulcísimo Redentor Jesucristo, y mostrar mi sincera esclavitud a la Madre de misericordia, María Santísima, que también es Madre de las pobrecitas almas del purgatorio, me propongo cooperar a la redención y libertad de aquellas almas, encarceladas por deudas de penas a la divina Justicia, merecidas por sus pecados; y en aquel modo que puedo lícitamente, sin obligación a pecado, os ofrezco mi espontáneo deseo de librar del purgatorio todas las almas que María Santísima quisiere que sean libres; y en su virtud pongo en manos de esta piadosísima Señora todas mis obras satisfactorias, propias y participadas, tanto en vida como en muerte, y después de mi muerte. Os ruego, Dios mío, que aceptéis y confirméis este mi ofrecimiento, que yo os reitero y confirmo a honra vuestra y bien de mi alma. Y si tal vez mis obras satisfactorias no bastasen para pagar todas las deudas de aquellas almas predilectas de la Santísima Virgen, y para satisfacer las que yo mismo hubiese contraído por mis culpas, que de todo corazón odio y detesto, me ofrezco, oh Señor, para pagaros, si es vuestra voluntad, en el purgatorio, todo lo que me faltare, entregándome al propio tiempo en los brazos de vuestra misericordia, y en los de mi dulcísima Madre María. Y de este mi voto sean testigos todos los vivientes en las tres Iglesias, triunfante, purgante y militante. Amén.

miércoles, 29 de noviembre de 2023

DÍA 30. EL PURGATORIO,CÓMO PODEMOS HASTA DESEARLO

DIA 30

EL PURGATORIO,

CÓMO PODEMOS HASTA DESEARLO

 

MES DE NOVIEMBRE PARA LA REFORMA

Y PERFECCIÓN DE LA VIDA

A LA LUZ DEL PURGATORIO Y POR MEDIO DE LA DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ALMAS

D. Felix Sardá y Salvany

 

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Redentor y Salvador mío, que habéis de ser un día Juez inexorable de mi pobre alma: a vuestros pies se presenta la mía llena de confusión por sus muchos pecados y por la enorme deuda que por ellos tiene pendiente ante vuestro justísimo tribunal. Perdonádselo todo, oh, amantísimo Jesús, por los méritos de vuestra Sangre, que es de valor infinito, pues ya arrepentido y humillado os pido perdón y reconciliación. Concedédmelo por las lágrimas de vuestra dolorida Madre, que lo es de un modo particular de los pecadores como yo, y por lo mucho que amáis a vuestras esposas, las almas del Purgatorio, en cuya utilidad y sufragio me propongo practicar este piadoso ejercicio. Amén.

 

DIA 30

EL PURGATORIO,

CÓMO PODEMOS HASTA DESEARLO

 

I

No solamente no ha de causarnos terror el Purgatorio, sino que podemos hasta desearlo y a Nuestro Señor pedirlo como último medio de purificación que nos haga posible el acceso a su divina presencia. El Purgatorio es la antesala del cielo. El alma al entrar en el Purgatorio sacude, por decirlo así, todas las incertidumbres de la presente vida en orden a su salvación, que ya desde entonces no puede en manera alguna serle arrebatada. No ya más tentaciones, no ya más ocasiones de pecar, no ya más posibles agravios contra su Dueño y Señor. Fijada se halla ya para siempre su eterna suerte, y ésta es la de los Santos bienaventurados. Ciudadana de la patria feliz, tiene ya para ella bien garantidos todos sus derechos, aunque le falte la posesión. Con envidia podemos mirar su estado los que nos hallamos todavía entre el oleaje y escollos del mar proceloso del mundo; ellas no pueden mirarnos sino con profunda compasión. En puerto se hallan donde ya no es posible el naufragio, no así nosotros que lejos de aquél, podríamos aún errar el rumbo y perecer. Podemos, pues, desear el Purgatorio para nosotros y desearlo para nuestros deudos y amigos, sin perjuicio de trabajar y orar para que se nos abrevie a ellos y a nosotros ese período de dolorosa prueba. Y todas las penas de esta vida podríamos dar por bien empleadas. a trueque de conseguir plaza en él. ¿Que no debería reputarse poco, entre todo lo que acá puede acontecernos de sensible y aflictivo, si se mirase como prenda cierta para que con ello tuviésemos desde ahora plenamente asegurada la gloria del cielo? Y ésta es la condición envidiable del alma en el Purgatorio, confirmada allí en gracia, plenamente certificada de que no puede ya perderla ni perder a Dios.

 

II

¡Oh, buen Jesús y Señor mío! Al cielo subisteis a los cuarenta días de vuestra triunfante Resurrección, y allá os llevasteis cautivos los corazones de vuestros discípulos y Madre Santísima hasta que plugo a vuestra, soberana bondad asociarlos eternamente a las dichas de vuestro reino inmortal. Cautivas de vuestro amor e impacientes por veros y gozaros os contemplan desde sus penas las almas del Purgatorio, anhelando como Vos, el día suspirado de su ascensión a la gloria prometida. Prometida, sí, pero aún no lograda: no lo grada aún, pero ya cierta e infaliblemente segura. Esto puede tenernos santamente envidiosos a los de acá, que de tal felicidad sólo tenemos promesa condicional, fundada esperanza, pero no seguridad completa. Aún podemos ofenderos gravemente, divino Salvador, y en desgracia ponernos con. Vos, y en tal estado ser sorprendidos por la muerte y precipitarnos en eterna ruina. ¿Cuál es, pues, más lastimosa situación, la del pecador n el mundo o la del alma en el Purgatorio? Por eso la devoción a las benditas almas debe siempre enderezarse tanto al consuelo y alivio de ellas, como al provecho de los que andamos todavía el peligroso viaje a la incierta eternidad. Roguemos por ellas, y rueguen ellas por nosotros, y por todos sean de provecho, divino Juez de vivos y muertos, los pasos de vuestra vida dolorosa y gloriosa, que durante este Mes hemos procurado considerar. A todos nos atraiga a lo alto con divina atracción el misterio último de vuestra existencia visible sobre la tierra, cual es la de vuestra Ascensión a los cielos. Y como al despediros allí de vuestra Madre y discípulos les bendijisteis con postrera amorosa bendición, dádnosla hoy como prenda de eterna dicha a nosotros y a las almas del Purgatorio, desde la diestra del Padre, donde con El y con el Espíritu Santo vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén.

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Os ofrezco, piadosísimo Señor y Padre mío, los rezos y demás actos de este día en sufragio de las benditas almas del Purgatorio, suplicándoos por vuestra infinita bondad y por los dolores y lágrimas de vuestra Madre y mía María Santísima, el consuelo y alivio y final descanso de aquellas vuestras esposas por la gracia y hermanas mías por la fe y la caridad. De un modo particular os recomiendo las de mis padres, parientes, amigos y bienhechores, por quien tengo sin duda mayor obligación; las de cuantos por mi causa estén en aquellas acerbas penas; las de los que están más olvidados de todos y más necesitados de mi pobre sufragio. ¡Oh, Señor y Padre mío! Aceptad en descuento de sus deudas ante vuestra eterna justicia mis humildes satisfacciones, y muy particularmente cada uno de los actos de este Mes, y concededme ser, como mis hermanas las almas del Purgatorio, eficazmente ayudado, cuando en él se halle la mía. Amén.

***

En recuerdo de la Sagrada Pasión de nuestro Salvador y en sufragio de las benditas almas:

5 padrenuestros, Avemaría y Gloria.

 

Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis.

Requiescant in pace. Amen.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace. Amen.

martes, 28 de noviembre de 2023

DÍA 29. EL PURGATORIO, CÓMO DEBE EVITARSE EL EXAGERADO TEMOR DE ÉL

DÍA 29

EL PURGATORIO, CÓMO DEBE EVITARSE EL EXAGERADO TEMOR DE ÉL

 

MES DE NOVIEMBRE PARA LA REFORMA

Y PERFECCIÓN DE LA VIDA

A LA LUZ DEL PURGATORIO Y POR MEDIO DE LA DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ALMAS

D. Felix Sardá y Salvany

 

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Redentor y Salvador mío, que habéis de ser un día Juez inexorable de mi pobre alma: a vuestros pies se presenta la mía llena de confusión por sus muchos pecados y por la enorme deuda que por ellos tiene pendiente ante vuestro justísimo tribunal. Perdonádselo todo, oh, amantísimo Jesús, por los méritos de vuestra Sangre, que es de valor infinito, pues ya arrepentido y humillado os pido perdón y reconciliación. Concedédmelo por las lágrimas de vuestra dolorida Madre, que lo es de un modo particular de los pecadores como yo, y por lo mucho que amáis a vuestras esposas, las almas del Purgatorio, en cuya utilidad y sufragio me propongo practicar este piadoso ejercicio. Amén.

 

DIA 29

EL PURGATORIO, CÓMO DEBE EVITARSE EL EXAGERADO TEMOR DE ÉL

 

I

En muchas personas es como una cierta tentación la de un exagerado temor a las penas del Purgatorio. Al oírlas hablar de él, no parece, sino que lo miran como la más espantosa de las desgracias, que. pueden acaecer al alma, apartando de la imaginación como negra pesadilla la idea de que pueden ellos ir un día a parar allá, o e que allí estén detenidos sus amigos ya llegados. No es tan horrible según la fe, el concepto que hemos de formarnos del Purgatorio, que no venga dulcificado con lo que por otra parte nos enseña la misma fe. El Purgatorio, en primer lugar, no es sitio de odio, sino de amor. Las almas benditas aman a Dios y saben que de Él son amadas, y aman por lo mismo las penas y tormentos con que su divina justicia las aflige, como ama un pecador arrepentido las penitencias y austeridades a que le sujeta un severo director. El penitente fervoroso siente el dolor del cilicio y del azote y del ayuno con que macera su carne, pero por nada de este mundo quisiera privarse de este ayuno, azote y cilicio, que considera saludables y beneficiosos. Las cárceles del Purgatorio no son por otra parte antros de horror y de desesperación como las del infierno, pues las ilumina y esclarece el sol de la esperanza y la certidumbre, por todo extremo consoladora, que tienen las almas de su salvación. Dicen, por fin, los contemplativos, que los Ángeles de la guarda no dejan en el Purgatorio la custodia y tutela de las almas, que en vida les fueron confiadas, y que en su estado de prueba las visitan y consuelan y 1 alientan con la noticia de lo que se hace por ellas y de cómo se va abreviando el plazo de su expiación.

 

II

Vos, ¡Oh, Señor y Dios mío! no quisisteis después de resucitado vivir ya entre los vuestros como vivíais durante vuestra existencia mortal; pero, sin embargo, durante los cuarenta días que precedieron a vuestra Ascensión a los cielos, no dejasteis un momento de consolarlos con frecuentes apariciones. A vuestra Madre Santísima, a la Magdalena y demás piadosas mujer.es, a los apóstoles y singularmente a Pedro, a los discípulos de Emaús, y a otros muchos recreasteis con vuestra presencia y conversación, y disteis a adorar vuestras preciosas llagas y regalasteis con toda suerte de familiaridades y amorosas confidencias. Con eso les compensabais anticipadamente de las tristezas de vuestra próxima ausencia, y les adelantabais algo del premio que por sus trabajos tenían reservado en la eternidad feliz. No es de creer que neguéis algo de tales consuelos a las almas amigas vuestras, que tenéis penando en el Purgatorio, hasta que la satisfacción por sus culpas las haga enteramente dignas de poseeros y gozaros en el cielo. Aun castigando sois Padre, y mezcláis las dulzuras y halagos de tal con las indispensables y rectísimas severidades de Juez. Consolad con vuestras ilustraciones por medio de sus Ángeles de guarda a las almas de mis hermanos del Purgatorio, y a la mía cuando se halle en él, hasta que a todas nos reúna en el goce de vuestra soberana Esencia, sin sombra ni velos, la eternidad dichosa.  Entretanto, Jesús Salvador mío, inspirad a los fieles cristianos puro amor a las benditas almas del Purgatorio y celo fervoroso para rogar por ellas y alcanzar para ellas los tesoros de vuestra misericordia. Apresurad, Jesús mío, la hora feliz de apareceros a ellas resplandeciente de gloria, para hacerlas partícipes de vuestra propia glorificación y bienandanza por los siglos de los siglos. Amén.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Os ofrezco, piadosísimo Señor y Padre mío, los rezos y demás actos de este día en sufragio de las benditas almas del Purgatorio, suplicándoos por vuestra infinita bondad y por los dolores y lágrimas de vuestra Madre y mía María Santísima, el consuelo y alivio y final descanso de aquellas vuestras esposas por la gracia y hermanas mías por la fe y la caridad. De un modo particular os recomiendo las de mis padres, parientes, amigos y bienhechores, por quien tengo sin duda mayor obligación; las de cuantos por mi causa estén en aquellas acerbas penas; las de los que están más olvidados de todos y más necesitados de mi pobre sufragio. ¡Oh, Señor y Padre mío! Aceptad en descuento de sus deudas ante vuestra eterna justicia mis humildes satisfacciones, y muy particularmente cada uno de los actos de este Mes, y concededme ser, como mis hermanas las almas del Purgatorio, eficazmente ayudado, cuando en él se halle la mía. Amén.

***

En recuerdo de la Sagrada Pasión de nuestro Salvador y en sufragio de las benditas almas:

5 padrenuestros, Avemaría y Gloria.

 

Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis.

Requiescant in pace. Amen.

Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace. Amen.