1 DE FEBRERO
DE LAS COSAS QUE FROFETIZÓ SIMEÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN
MEDITACIONES PARA LA NAVIDAD Y EL TIEMPO DE EPIFANÍA
del P. Nicolás Avancini
ORACIONES PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y digamos:
Oración para todos los días
Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
Pater noster, Ave María y Gloria.
1 DE FEBRERO
DE LAS COSAS QUE FROFETIZÓ SIMEÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN
1. Tu propia alma atravesará una espada[1]. Repara cómo mezcla Dios lo amargo con lo dulce. Había oído del santo Simeón la beatísima Virgen alabanzas y bendiciones de su Hijo. ¿Qué gozo de esto percibiría? Ya oye hablar de la espada, que no su cuerpo, más había de atravesar su alma. Por cierto, como madre, y amantísima, de su Hijo, no podría dejar de sentir muy amargamente las injurias de Hijo tal; porque para el que ama, la injuria del amado es tormento. ¿Quieres una señal para saber si amas a JESÚS? Examina cómo llevas sus injurias, que así tú como otros le hacéis. ¿Duéleste de ellas? ¿Las detestas? ¿Las impides, y esto con celo ardiente? Confía que le amas: y prosigue en enardecerte contra toda ofensa de Dios.
2. Tu propia alma atravesará una espada. Considera la causa porque quiso Dios clavar ya por esta profecía, en la Santísima Virgen esta espada, aún en la infancia de Cristo. Acaso porque la quiso a Él más parecida; para que, así como Él tuvo siempre presente su pasión desde la infancia, así Ella también estuviese con su memoria atormentada siempre. Mira a lo que llegas por la continua cruz y mortificación: a la semejanza de Cristo. Crece a la verdad la virtud cuando con adversidades se prueba. Por la mayor virtud eres más semejante a Cristo. ¿Amas tal semejanza? Pues ama la cruz. Resuélvete a esto con grande ánimo: abrázate con ella.
3. Tu propia alma atravesará una espada. Considera que aquella profecía se cumplió en el mismo punto; pero más especialmente al tiempo de la pasión de Cristo. Recorre los tormentos de JESÚS; mira a la Virgen, que está presente a la cruz. Piensa cual sería el dolor de la Madre por tan graves injurias hechas a un Hijo tan soberano. Pero tú también atravesaste con esta espada a la Madre, cometiendo contra el Hijo tantas y tan graves injurias. Duélete, y teme la espada de la justa ira de Dios.
ORACIONES PARA FINALIZAR
TODOS LOS DÍAS
Concluyamos nuestra oración implorando la intercesión de la santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca san José:
Oración a la Santísima Virgen
Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo se preparan para celebrar el nacimiento de tu adorable Hijo.
¡Oh dulcísima Madre!, concédenos tu profundo recogimiento y divina ternura para que seamos un día dignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
Oración a San José
Oh Santísimo San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Por el amor que le tuviste al Divino Niño, te ruego la gracia de abrasarme en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente hasta que lo vea y goce en el cielo. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Santos Patriarcas, Profetas y justos que aguardasteis la llegada del Mesías, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.