miércoles, 31 de enero de 2024

1 DE FEBRERO. DE LAS COSAS QUE PROFETIZÓ SIMEÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN

1 DE FEBRERO

DE LAS COSAS QUE FROFETIZÓ SIMEÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN

 

MEDITACIONES PARA LA NAVIDAD Y EL TIEMPO DE EPIFANÍA

del P. Nicolás Avancini

 

ORACIONES PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y digamos: 

 

Oración para todos los días

Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.

En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén. 

Pater noster, Ave María y Gloria.

 

 

1 DE FEBRERO

DE LAS COSAS QUE FROFETIZÓ SIMEÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN

 

1. Tu propia alma atravesará una espada[1]. Repara cómo mezcla Dios lo amargo con lo dulce. Había oído del santo Simeón la beatísima Virgen alabanzas y bendiciones de su Hijo. ¿Qué gozo de esto percibiría? Ya oye hablar de la espada, que no su cuerpo, más había de atravesar su alma. Por cierto, como madre, y amantísima, de su Hijo, no podría dejar de sentir muy amargamente las injurias de Hijo tal; porque para el que ama, la injuria del amado es tormento. ¿Quieres una señal para saber si amas a JESÚS? Examina cómo llevas sus injurias, que así tú como otros le hacéis. ¿Duéleste de ellas? ¿Las detestas? ¿Las impides, y esto con celo ardiente? Confía que le amas: y prosigue en enardecerte contra toda ofensa de Dios.

 

2. Tu propia alma atravesará una espada. Considera la causa porque quiso Dios clavar ya por esta profecía, en la Santísima Virgen esta espada, aún en la infancia de Cristo. Acaso porque la quiso a Él más parecida; para que, así como Él tuvo siempre presente su pasión desde la infancia, así Ella también estuviese con su memoria atormentada siempre. Mira a lo que llegas por la continua cruz y mortificación: a la semejanza de Cristo. Crece a la verdad la virtud cuando con adversidades se prueba. Por la mayor virtud eres más semejante a Cristo. ¿Amas tal semejanza? Pues ama la cruz. Resuélvete a esto con grande ánimo: abrázate con ella.

 

3. Tu propia alma atravesará una espada. Considera que aquella profecía se cumplió en el mismo punto; pero más especialmente al tiempo de la pasión de Cristo. Recorre los tormentos de JESÚS; mira a la Virgen, que está presente a la cruz. Piensa cual sería el dolor de la Madre por tan graves injurias hechas a un Hijo tan soberano. Pero tú también atravesaste con esta espada a la Madre, cometiendo contra el Hijo tantas y tan graves injurias. Duélete, y teme la espada de la justa ira de Dios.

 

ORACIONES PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS

 

Concluyamos nuestra oración implorando la intercesión de la santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca san José:

 

Oración a la Santísima Virgen

Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo se preparan para celebrar el nacimiento de tu adorable Hijo.

¡Oh dulcísima Madre!, concédenos tu profundo recogimiento y divina ternura para que seamos un día dignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.

 

Oración a San José

Oh Santísimo San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Por el amor que le tuviste al Divino Niño, te ruego la gracia de abrasarme en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente hasta que lo vea y goce en el cielo. Amén. 

 

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Santos Patriarcas, Profetas y justos que aguardasteis la llegada del Mesías, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.



[1] Ibid.

1 de febrero. SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA Y MEDITACIÓN SOBRE EL AMOR A JESÚS

1 de febrero
SAN IGNACIO, 
Obispo y Mártir

El que no ama a Nuestro Señor Jesucristo,
sea anatema
(1 Cor. 16, 22).


San Ignacio, obispo de Antioquía, tenía en los labios, sin cesar, el nombre de Jesús. Este amor por Jesús encendió su deseo de asemejársele. Fue condenado a ser comido por los leones. Soy, dice el santo, trigo de dios que debe ser molido por los dientes de las fieras para ser pan de Cristo. Murió pronunciando el nombre de Jesús, el año 110.

MEDITACIÓN SOBRE EL AMOR A JESÚS

I. Jesús nos dio todo para obtener nuestro amor. ¿Quieres ser amigo suyo? Es preciso que por entero te des a Él. ¡Cuán dulce es dar el corazón, el cuerpo, el alma, a Jesús! ¡Ah! ¡Cuán generoso es este Señor, cuán fiel este Amigo, cuán magníficamente recompensa este Dios a todos aquellos que le sirven! Que las creaturas no me importunen más, yo quiero ser todo de Jesús. Sufriré, mas, qué me importa. En nada tengo los suplicios, no amo esta vida hasta el punto de preferirla al Señor. (San Ignacio).

II. Por nosotros ha trabajado Jesús durante toda su vida. Seamos agradecidos para con un amigo tan generoso; que nuestro amor no piense sino en Jesús, que nuestros actos sean todos para Él, que nuestra lengua en todo momento pronuncie su Nombre adorable. Amemos a nuestros parientes y a nuestros amigos porque Jesús lo quiere, hagamos bien a nuestros enemigos por amor a Él. Veamos a Jesucristo en la persona de nuestro prójimo, y el amor se nos hará fácil.

III. Para coronar la ofrenda que de ti mismo y de tus acciones le has hecho a Jesús, es preciso que las realices como Jesús las hubiera hecho. Al comenzar el día llénate de este pensamiento: Quiero ser amigo de Jesús, quiero parecerme a Él. ¿Cómo oraba a su Padre celestial? ¿Cómo conversaba con los hombres? Con frecuencia pregúntate: ¿hubiera hecho esto Jesús como yo lo hago? No te separes de Jesús, que Él sea tu compañero, tu convidado, aún más, que Cristo sea tus delicias. (San Pedro Damián).

 

El amor a Jesús

Orad por China

 

ORACIÓN

Omnipotente Dios, mirad nuestra debilidad, mirad como el peso de nuestras propias obras nos agobia, y fortificadnos por la gloriosa intercesión de San Ignacio, vuestro mártir y pontífice. Por J. C. N. S. Amén

martes, 30 de enero de 2024

31 DE ENERO. PROFETIZA DE CRISTO EL SANTO SIMEÓN

31 DE ENERO

PROFETIZA DE CRISTO EL SANTO SIMEÓN

 

MEDITACIONES PARA LA NAVIDAD Y EL TIEMPO DE EPIFANÍA

del P. Nicolás Avancini

 

ORACIONES PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y digamos: 

 

Oración para todos los días

Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.

En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén. 

Pater noster, Ave María y Gloria.

 

31 DE ENERO

PROFETIZA DE CRISTO EL SANTO SIMEÓN

 

1. Advertid que Este está puesto aquí para ruina[1]. ¿El Salvador para ruina? Pero de aquellos que conocerán, sí, a Dios, pero no le honrarán según el conocimiento que de Él tienen: que usarán mal de sus gracias, y por su malicia no obedecerán a sus llamamientos. Teme no sea que a ti también te sirva de ruina, si no te aprovechas de sus gracias. Duélete de su mal uso y tan frecuente. Suplica que te las de eficaces. Propón cooperar a ellas. Sea más bien con sus ejemplos y auxilios ruina de tus pasiones.

 

2. Y para resurrección de muchos, o por mejor decir, de todos, si quieren. Nadie es excluido por Dios de la gracia de la resurrección. ¡Oh, qué bondad esta de Dios! Ofendido, ofrece su gracia. Recibiendo tantos agravios, busca la amistad del que los hace. No quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva[2]. Y esto no por su bien y comodidad, sino por la tuya. Con más verás quiere Dios tu bien, que tú mismo. Que, si con su ayuda te levantas, ¿Cuántas veces vuelves a caer por tu malicia? ¡Oh vergüenza! así ya en adelante te has de levantar, de modo que nunca caigas. Para esto contén el paso de tus pasiones, para que no te lleven a la caída.

 

3. Y como señal a quien se contradiga[3]. Los sucesos de la vida de Cristo mostraron la verdad de la profecía. Porque a la verdad: sufrió contra sí una contradicción continua de los pecadores. Buscado de Herodes, para matarle; dispuestos ya, para apedrearle los judíos; condenada y despreciada su doctrina, estuvo hecho blanco de todos los oprobios, calumnias y tormentos. Y tú también ¿Cuántas veces contradijiste a su vida y a su doctrina? Séate, pues, JESÚS de aquí en adelante señal, no a que contradigas, sino con quien te conformes; a quien dirijas tus deseos y tus acciones.

 

ORACIONES PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS

 

Concluyamos nuestra oración implorando la intercesión de la santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca san José:

 

Oración a la Santísima Virgen

Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo se preparan para celebrar el nacimiento de tu adorable Hijo.

¡Oh dulcísima Madre!, concédenos tu profundo recogimiento y divina ternura para que seamos un día dignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.

 

Oración a San José

Oh Santísimo San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Por el amor que le tuviste al Divino Niño, te ruego la gracia de abrasarme en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente hasta que lo vea y goce en el cielo. Amén. 

 

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Santos Patriarcas, Profetas y justos que aguardasteis la llegada del Mesías, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.



[1] Luc., 2.

[2] Ezech., 33

[3] Luc., 2

31 de enero. SAN JUAN BOSCO Y MEDITACION SOBRE LA NECESIDAD DE MORTIFICARNOS

31 de enero
SAN JUAN BOSCO, Confesor

Quien quisiere salvar su vida (obrando contra
mí), la perderá; mas quien perdiere su vida
por amor de mí, la encontrará.
(Mat. 16,25).

Nacido en 1815, San Juan Bosco, hijo de humildes campesinos, perdió a su padre a la edad de dos años y fue educado por su piadosa madre Margarita. Desde que fue elevado al diaconado, comenzó a reunir, los domingos, a los obreros y niños abandonados de Turín. Construyó para ellos un asilo y una iglesia, dedicada a San Francisco de Sales. En 1854, sentó las bases de una nueva congregación, la de los salesianos, que hoy se llaman sacerdotes de Don Bosco; en 1872, fundó las Hijas de María Auxiliadora. Murió el 31 de enero de 1888, venerado por todo el mundo por su santidad y sus milagros.

MEDITACIÓN SOBRE LA NECESIDAD DE MORTIFICARNOS

I. Aquél que odia su alma en este mundo, la conserva para la vida eterna. Estas palabras de Nuestro Señor indican la necesidad que se nos impone de mortificarnos. La ciudad de Babilonia, es decir, de los réprobos, comienza por el amor a sí mismo y termina por el odio a Dios, dice San Agustín. La ciudad de Jerusalén, es decir. de los predestinados, comienza por el odio al cuerpo y termina por el amor a Dios. El amor a Dios crecerá en ti en la misma proporción que el odio a tu cuerpo. Mide con este metro: para conocer en qué medida eres perfecto, considera en qué medida te mortificas.

II. Tu mortificación debe comenzar cortando por lo vivo todos los placeres y deseos que pudieran impedirte cumplir los mandamientos de Dios. Corta todo lo que pueda impedirte cumplir con los deberes que te impone el estado de vida que hayas abrazado. En fin, hay una mortificación que no es como la anterior, obligatoria, sino sólo de consejo; consiste en abstenerse aun de los placeres permitidos. Es la que practican las almas santas; ¿las imitas?

III. La mortificación será para ti cosa fácil, si consideras que ella te impide caer en muchas faltas. Además, eres pecador: debes, pues, hacer penitencia y mortificarte para disminuir, por compensación, lo que debes a la justicia de Dios en el purgatorio. Eres cristiano: ¡concuerda acaso el vivir en el placer y adorar a un Dios crucificado? No temas los rigores de la mortificación; ella posee dulzuras escondidas que sólo pueden gustar los que la abrazan decididamente. Ves la cruz pero no conoces sus consuelos. (San Bernardo).

La imitación de Jesucristo
Orad por la educación de la juventud.

ORACIÓN

 Señor, que habéis hecho de San Juan Bosco, vuestro confesor, padre y maestro de los adolescentes, y habéis querido hacer florecer en la Iglesia, por su intermedio, nuevas familias religiosas con la ayuda de la Santísima Virgen María, haced que inflamados con el mismo amor busquemos las almas y os sirvamos sólo a Vos.  Por N. S. J. C. Amén