12 DE ENERO
SALEN DE JERUSALÉN LOS MAGOS, Y LLEGAN A BELÉN
MEDITACIONES PARA LA NAVIDAD Y EL TIEMPO DE EPIFANÍA
del P. Nicolás Avancini
ORACIONES PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y digamos:
Oración para todos los días
Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
Pater noster, Ave María y Gloria.
12 DE ENERO
SALEN DE JERUSALÉN LOS MAGOS, Y LLEGAN A BELÉN
1. Los cuales, habiendo oído al rey, se fueron[1]. Considera la solicitud con que buscan a Cristo. Aquello sólo hacen en la corte, que les sirve para esto. Buscan el lugar del Nacimiento: sábenlo. Logrado esto, al punto prosiguen su camino, ni les sufre el corazón detenerse en ella, llevados de curiosidades. Pero tú ¿cuántas diversiones buscas de las criaturas en el camino que has emprendido de la virtud? ¡Con cuánta lentitud le andas! No quiere con seriedad el que lentamente quiere.
2. Y veis aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos[2]. Llevaron con paciencia y esperanza el haber perdido la estrella: no desisten por eso de su jornada. Así los consuela Dios, enviándosela otra vez. Reconoce cuan misericordioso es Dios con aquellos que al tiempo de la desolación no dejan de hacer cosa alguna con que se adelanten en virtud. No caigas; pues, de ánimo, aunque te falten los consuelos. Llévalo con paciencia, y espera. Volverá otra vez el Señor. Ponte todo en sus manos.
3. Hasta que, llegando, se pusiese sobre el lugar en donde estaba el Niño[3]. ¿A dónde los lleva al fin esta estrella? a Dios, por cierto, a quien buscaban; pero también a un vil establo. Repara tú adonde te llevan tus estrellas o tus pensamientos. Si a la vanidad, a la estimación y cosas semejantes, son fuegos fatuos. Si a lo vil que en ti ves y desprecio de ti mismo, estrellas son de Dios. Sigue a estas, y ellas te le mostrarán.
ORACIONES PARA FINALIZAR
TODOS LOS DÍAS
Concluyamos nuestra oración implorando la intercesión de la santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca san José:
Oración a la Santísima Virgen
Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo se preparan para celebrar el nacimiento de tu adorable Hijo.
¡Oh dulcísima Madre!, concédenos tu profundo recogimiento y divina ternura para que seamos un día dignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
Oración a San José
Oh Santísimo San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Por el amor que le tuviste al Divino Niño, te ruego la gracia de abrasarme en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente hasta que lo vea y goce en el cielo. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Santos Patriarcas, Profetas y justos que aguardasteis la llegada del Mesías, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.