jueves, 18 de enero de 2024

19 DE ENERO. APRENDE DE LA INFANCIA DE CRISTO LA OBEDIENCIA

19 DE ENERO

APRENDE DE LA INFANCIA DE CRISTO LA OBEDIENCIA

 

MEDITACIONES PARA LA NAVIDAD Y EL TIEMPO DE EPIFANÍA

del P. Nicolás Avancini

 

ORACIONES PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Dispongámonos a hacer este momento de oración, elevando a Dios nuestro pensamiento y nuestro corazón; y digamos: 

 

Oración para todos los días

Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.

En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén. 

Pater noster, Ave María y Gloria.

 

19 DE ENERO

APRENDE DE LA INFANCIA DE CRISTO LA OBEDIENCIA

 

1. Humillose a sí mismo hecho obediente[1]. El primer acto de su nacer fue de obediencia; porque nació estando en su ejercicio, mandado ir de Nazaret a Belén. Y ¿quién obedece, y a quién? El Rey de los reyes a un emperador terreno: Dios al hombre: a un pecador aquel que quita los pecados del mundo. Repara en cuánto tuvo Cristo la obediencia. Ni se movió a no obedecer por ser tan malo el que mandaba, ni por la dificultad del camino, porque sabía que en esto era glorificado su Padre. Aprende a estimar y amar la obediencia: a no atender a la persona que manda, sino a Dios, que por ella ordena; porque toda potestad viene de Dios.

 

2. Humillose hecho obediente. Considera en cuan difíciles cosas empezó a ejercer la obediencia: en la humildad, en una extrema pobreza, en adversidades e incomodidades, etc. Sabía que aquella era la voluntad más excelente, que consiente en todo con la divina. Aprende a conocer a Dios en el superior, y a ofrecer para cualesquiera cosas, aun arduas, un perfecto holocausto de tu voluntad.

 

3. Humillose a sí mismo hecho obediente: a su Madre en todo, ya le ponga en su regazo, o le recline en el heno; y lleva bien ser puesto aquí o allí, al gusto y voluntad de su Madre. Admira la obediencia de Cristo. Da parabienes a la felicidad de su Madre. Haz a tus superiores tan felices, y déjate mover de ellos a su gusto. Gran consuelo es este de los superiores: parte especial de la imitación de Jesús.

 

ORACIONES PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS

 

Concluyamos nuestra oración implorando la intercesión de la santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca san José:

 

Oración a la Santísima Virgen

Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo se preparan para celebrar el nacimiento de tu adorable Hijo.

¡Oh dulcísima Madre!, concédenos tu profundo recogimiento y divina ternura para que seamos un día dignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.

 

Oración a San José

Oh Santísimo San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Por el amor que le tuviste al Divino Niño, te ruego la gracia de abrasarme en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente hasta que lo vea y goce en el cielo. Amén. 

 

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Santos Patriarcas, Profetas y justos que aguardasteis la llegada del Mesías, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.



[1] Philip., 2.