martes, 30 de abril de 2024

Día 1. MARÍA, LLENA DE GRACIA PARA NOSOTROS. VISITAS A LA VIRGEN MARÍA. SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO

 


Día 1

MARÍA, LLENA DE GRACIA PARA NOSOTROS.

 

VISITAS A LA VIRGEN MARÍA EN EL MES DE MAYO

CON SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO

 

INVOCACIONES INICIALES  A LA VIRGEN MARÍA

+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, saludemos a la Virgen María con el saludo del Arcángel San Gabriel, sabiendo que al alabar a la Virgen, glorificamos a la Santísima Trinidad:

 

1.-Dios te Salve, María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen Purísima antes del parto en tus manos ponemos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

 

2.-Dios te Salve, María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima en el parto, en tus manos ponemos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

 

3.-Dios te Salve, María Santísima, esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima después del parto, en tus manos ponemos nuestra caridad para que la inflames, nuestros dones y carismas para que los perfecciones y todas nuestras necesidades para que las remedies, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

 

4.-Dios te Salve, María Santísima, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin la culpa Original. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

[Después se lee lo propio para cada día del mes, y se termina con la siguiente oración]

Día 1

MARÍA, LLENA DE GRACIA PARA NOSOTROS.

Otra fuente para nosotros muy preciosa es nuestra Madre María, tan rica de bienes y gracias, dice san Bernardo, que no hay hombre en el mundo que no participe de su abundancia. Dios llenó de gracia a María Santísima, como se lo reveló el Ángel diciéndole: “Dios te salve, llena de gracia.” Pero no fue sólo para ella, sino también para nosotros, a fin de que según advierte san Pedro Crisólogo, de aquel tesoro de gracias hiciese participes a todos sus devotos.

 

Oración de san Efrén

¡Oh María, oh Virgen por excelencia siempre pura, siempre inmaculada! ¡Oh Madre de mi Dios! Vos estáis elevada por encima de todos los santos, Vos sois el consuelo de los afligidos, el refugio de los pecadores, la esperanza de los justos! Por vos tenemos acceso a Dios, ¡oh Reina y Soberana de los ángeles! Acogedme entre los brazos de vuestra misericordia; compadeceos de nosotros y de nuestras miserias. Nos hemos entregado a vos y consagrado a vuestro servicio; tenemos la dicha de llevar el nombre de siervos vuestros. No permitáis que el enemigo de nuestra salvación nos aparte jamás de vos y de vuestro divino Hijo para precipitarnos en los abismos eternos. Nos refugiamos, Virgen Santa, bajo vuestra poderosa protección; hacednos sentir sus saludables efectos; obtenednos sobre todo, un ardiente amor a Dios y la perseverancia en este santo amor.

 

Jaculatoria: Causa de nuestra alegría, ruega por nosotros.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR LA VISITA DIARIA

¡Inmaculada Virgen y Madre mía santísima! A ti, que eres la “Madre de mi Señor”, la Reina del mundo, la abogada, la esperanza y el refugio de los pecadores, acudo en este día yo que soy el más necesitado de todos.

Te alabo, Madre de Dios y te agradezco todas las gracias que hasta ahora me has hecho, especialmente la de haberme librado del infierno que tantas veces he merecido.

Te amo, Señora y Madre mía, y por el amor que te tengo te prometo servirte siempre y hacer todo lo posible para que seas también amada de los demás. En ti pongo mi esperanza y mi eterna salvación.

Madre de misericordia, acéptame por tu hijo y acógeme bajo tu manto, y ya que eres tan poderosa ante Dios, líbrame de las tentaciones y dame fuerza para vencerlas hasta la muerte. Te pido el verdadero amor a Jesucristo. De ti espero la gracia de una buena muerte.

Madre mía, por el amor que tienes a Dios, te ruego que siempre me ayudes, pero mucho más en el último momento de mi vida. No me desampares mientras no me veas a tu lado en el cielo, bendiciéndote y cantando tus misericordias por toda la eternidad. Amén.


[Se puede terminar con alguna oración popular a la Virgen como la Salve, Oh Señora mía, Bendita sea tu pureza, etc, o un canto apropiado.]

CONSAGRACIÓN FINAL A LA VIRGEN

Bendita sea tu pureza

Y eternamente lo sea,

pues todo un Dios se recrea

en tan graciosa belleza.

A ti, celestial princesa,

Virgen Sagrada María

yo te ofrezco en este día

alma, vida y corazón.

Mírame con compasión,

no me dejes, Madre mía. Amén

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

***

¡Querido hermano, no dejes de honrar en este día a la Santísima Virgen con el rezo del santo Rosario! Si te ha gustado esta meditación, compártelo con tus familiares y amigos.

***

Ave María purísima, sin pecado concebida.

PREDICE CRISTO EL MARTIRIO DE SAN PEDRO. MIÉRCOLES DE LA IV SEMANA DE PASCUA

 


PREDICE CRISTO EL MARTIRIO DE SAN PEDRO.

 MIÉRCOLES DE LA IV SEMANA DE PASCUA

 

MEDITACIONES PARA EL TIEMPO PASCUAL

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

MIÉRCOLES DE LA IV SEMANA DE PASCUA

PREDICE CRISTO EL MARTIRIO DE SAN PEDRO.

 

1.- Cuando eras joven te ceñías y andabas por donde querías; mas cuando seas viejo, otro te ceñirá y llevará donde tú no quieras (1). Después del triplicado examen del amor, temió Pedro no fuese que así como después de la protesta de morir había negado a Cristo, así no viniese a caer después de la protestación del amor. Cristo, pues, le hace saber que por su amor extendería sus brazos en la cruz. Mientras yo no estoy cierto que otro me ha de crucificar por el amor de Jesús, crucificaré mi carne con sus concupiscencias (2). Y si de otro me viniere alguna mortificación, extenderé mis manos para abrazarla.

2.- Y habiendo dicho esto, le dijo: Sígueme. Volviéndose Pedro, vio al otro Discípulo (3). Profetizó la cruz a Pedro. Enseña cómo se ha de llevar en aquel Sígueme. Ten delante de los ojos mi ejemplo. Por esta causa caemos con la cruz, y la dejamos porque no nos ponemos a Jesús delante. Miraré, pues, al Autor, y consumador Jesús (4). 2. Es llamado Pedro: síguele Juan. El que ama no espera que le manden, sigue a Jesús de suyo, y de grado. ¿Por qué le sigues tú tan lentamente, sino porque le amas con tibieza?

3.- A éste, pues, (a Juan) como viese Pedro, dijo a Jesús: De éste, pues, ¿qué ha de ser? Díjole Jesús: Si Yo quiero que permanezca así hasta que Yo venga, ¿qué te va a ti en eso? Sígueme tú. (5). Es redargüida la curiosidad de Pedro, ¿cuánto mejor lo debe ser la tuya? Indagas las cosas de los otros, lo que se hace en casa, lo que sucede fuera: ¿Qué te va a ti en eso? Registras lo que otros hacen, con quienes, y por cuánto tiempo: ¿Qué te va a ti en eso? Mezclaste en ajenos negocios: ¿Qué te va a ti en eso? Lo que a ti te toca es seguir a Jesús. Atiende a esto solo: lo demás déjalo a Dios.

 

(1) Joan., 21. (2) Gal., 5. (3) Joan., 21. (4) Hebr., 12. (5) Joan., 21.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Oración del papa Clemente XI

 

Creo, Señor, haz que crea con más firmeza;

espero, haz que espere con más confianza;

amo, haz que ame con más ardor;

me arrepiento, haz que tenga mayor dolor.

 

Te adoro como primer principio;

te deseo como último fin;

te alabo como bienhechor perpetuo;

te invoco como defensor propicio.

 

Dirígeme con tu sabiduría,

átame con tu justicia,

consuélame con tu clemencia,

protégeme con tu poder.

 

Te ofrezco, Señor,

mis pensamientos, para que se dirijan a ti;

mis palabras, para que hablen de ti;

mis obras, para que sean tuyas,

mis contrariedades, para que las lleve por ti.

 

Quiero lo que quieras,

quiero porque quieres,

quiero como lo quieres,

quiero hasta que quieras.

 

Señor, te pido que ilumines mi entendimiento,

inflames mi voluntad,

limpies mi corazón,

santifiques mi alma.

 

Que me aparte de mis pasadas iniquidades, rechace las tentaciones futuras, corrija las malas inclinaciones, practique las virtudes necesarias.

 

Concédeme, Dios de bondad,

amor a ti, odio a mí,

celo por el prójimo

y desprecio a lo mundano.

 

Que sepa obedecer a los superiores,

ayudar a los inferiores,

aconsejar a los amigos

y perdonar a los enemigos.

 

Que venza la sensualidad con la mortificación,

la avaricia con la generosidad,

la ira con la bondad,

la tibieza con la piedad.

 

Hazme prudente en los consejos,

constante en los peligros,

paciente en las contrariedades,

humilde en la prosperidad.

 

Señor, hazme atento en la oración,

sobrio en la comida,

constante en el trabajo,

firme en los propósitos.

 

Que procure tener inocencia interior,

modestia exterior,

conversación ejemplar

y vida ordenada.

 

Haz que esté atento a dominar mi naturaleza,

a fomentar la gracia,

servir a tu ley

y a obtener la salvación.

 

Que aprenda de ti qué poco es lo terreno,

qué grande lo divino,

qué breve el tiempo,

qué durable lo eterno.

 

Concédeme preparar la muerte,

temer el juicio,

evitar el infierno

y alcanzar el paraíso.

 

Por Cristo nuestro Señor. Amén.

 

V/. Regina cæli, lætare; alleluia.

R/. Quia quem meruisti portare; alleluia.

V/. Resurrexit sicut dixit; alleluia.

R/. Ora pro nobis Deum; alleluia.

V/. Gaude et lætare, Virgo Maria; alleluia.

R/. Quia surrexit Dominus vere; alleluia.

 

Oremus:

Deus, qui per resurrectionem Filii tui Domini nostri Iesu Christi mundum lætificare dignatus es, præsta, quæsumus, ut per eius Genetricem Virginem Mariam perpetuæ capiamus gaudia vitæ. Per eundem Christum Dominum nostrum. Amen.

 

Fidélium ánimae per misericordiam Dei requiéscant in pace. R.Amen.

 

***

 

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.