MARTES DE LA OCTAVA DE PASCUA
Comentarios al Evangelio
de la Catena Aurea de Santo Tomás de Aquino
36-40 Y
estando hablando estas cosas, se puso Jesús en medio de ellos, y les dijo:
"Paz a vosotros; yo soy; no temáis". Mas ellos, turbados y
espantados, creían que veían algún espíritu; y les dijo: "¿Por qué estáis
turbados, y suben pensamientos a vuestros corazones? Ved mis manos y mis pies,
que yo mismo soy: palpad y ved, que el espíritu no tiene carne ni huesos, como
veis que yo tengo": y dicho esto, les mostró las manos y los pies. (vv.
36-40)
San Cirilo
Como la
noticia de que Jesucristo había resucitado ya se extendía por todas partes y
como el afecto de sus discípulos se había encendido en el deseo de verle, vino
el deseado y se dio a conocer a los que le deseaban y buscaban. Y se presenta a
ellos, no de una manera dudosa, sino con toda evidencia. Por esto dice: "Y
estando hablando de estas cosas, se puso Jesús en medio de ellos".
San Agustín De conc. evang. lib. 3, cap. 25
San Juan también hace mención de esta aparición del Salvador, después de su resurrección gloriosa, pero añade que Santo Tomás no estaba con ellos porque, según San Lucas, era uno de los dos que volvieron a Jerusalén, encontrando reunidos a los once. Esto da a entender que Santo Tomás había salido antes que el Salvador apareciese. San Lucas da ocasión a creer que esto es así, porque mientras hablaban de este modo, salió Santo Tomás y a continuación entró el Salvador. Algunos dicen que no eran aquellos once que ya se llamaban apóstoles, sino que eran otros once del número de los discípulos que se encontraban allí. Pero como añade San Lucas: "Y a los que estaban con ellos", dio a entender de una manera evidente que aquellos once a los que él se refiere eran los apóstoles, con quienes se encontraban los demás.
Pero veamos
en virtud de qué misterio había mandado decir el Salvador cuando resucitó,
según refieren San Mateoy San Marcos: "Iré delante de vosotros a Galilea;
allí me veréis" ( Mt 28,10; Mc 16,7). Lo cual si bien se cumplió, sucedió
después de muchos otros acontecimientos, porque como esto se había anunciado
así, parece que debía haber sucedido antes que lo demás, o ser lo único que
sucediese.
San Ambrosio
Creo que fue
muy conveniente que Jesús anunciase a sus discípulos que le verían en Galilea
pero se presentó antes, cuando estaban reunidos, porque tenían miedo.
Griego
Y esto no
representa la transgresión de una promesa, sino más bien el cumplimiento
adelantado y la manifestación de su bondad, ya que quería animar la
pusilanimidad de sus discípulos.
San Ambrosio
Después que
hubo fortalecido sus corazones, se dice que aquellos once marcharon a Galilea.
Y nada se opone a que pueda decirse que había unos pocos reunidos, y muchos en
el monte.
San Eusebio
Dos
Evangelistas, esto es, San Lucas y San Juan, dicen que se apareció sólo a los
once en Jerusalén, y los otros dos relatan que el ángel y el Salvador ordenaron
no sólo a los once, sino también a todos los discípulos y hermanos, que se
apresuraran a ir a Galilea, de los cuales hace mención también San Pablo cuando
dice: Después se apareció a la vez a más de quinientos hermanos" ( 1Cor
15,6). Pero es más probable la primera solución, de que se apareció primero en
Jerusalén a los discípulos acobardados, consolándolos, y que en Galilea se
apareció no a la pequeña asamblea, ni una ni dos veces, sino que hizo
ostentación de su gran poder presentándose vivo a ellos después de su pasión, y
en muchas oportunidades, como dice San Lucas en los Hechos de los Apóstoles.
San Agustín De conc. evang. lib. 3, cap. 25
Lo que dijo
el ángel -esto es, el Señor- debe entenderse en sentido profético. Pues el
Señor se le aparece en Galilea conforme a la significación de esta palabra que
quiere decir transmigración, porque ellos habían de transmigrar del pueblo de
Israel a los gentiles, quienes no hubiesen creído en la predicación de los apóstoles,
si Jesucristo no les hubiese preparado el camino en el corazón de los hombres.
En este concepto se entiende: "Irá delante de vosotros a Galilea" ( Mt
28,7). En cuanto que Galilea quiere decir revelación 1,
da a entender que el Señor se manifiesta ya no en forma de siervo, sino en la
que es igual al Padre, y que es la que ha ofrecido a sus escogidos. Cuando le
veamos en la verdadera Galilea se nos presentará tal y como es (ver 1Jn 3,2). Ella
será la mejor marcha de este mundo a la eternidad, en donde ya no se separará
de nosotros cuando venga y habiéndonos precedido, no nos abandonará.
Teofilacto
Cuando el
Salvador se encontraba en medio de sus discípulos, disipaba su temor con las
palabras de su saludo: "La paz sea con vosotros", dando a entender
que El era igualmente su maestro cuando les saludaba con estas palabras que
cuando los fortalecía para que fuesen a predicar. Por esto sigue: "Y les
dijo: Paz a vosotros; yo soy, no temáis".
San Cirilo
Avergüéncenos
el prescindir del saludo de la paz que el Señor nos dejó cuando iba a salir del
mundo. La paz es un don y una cosa dulce, que sabemos proviene de Dios, según
lo que el Apóstol dice a los Filipenses: "La paz de Dios" ( Flp 4,7),
y aquéllo de: "Dios de la Paz" ( 2Cor 13,11) y Dios mismo es la Paz,
según aquéllo de: "El es nuestra paz" ( Ef 2,14). La paz es un bien
recomendado a todos, pero observado por pocos. ¿Cuál es la causa de ello? Acaso
el deseo del dominio, o la ambición, o la envidia, o el aborrecimiento del
prójimo, o el desprecio, o alguna otra cosa que vemos a cada paso en los que
desconocen al Señor. La paz procede de Dios, que es quien todo lo une, cuyo ser
es unidad de su naturaleza y de su estado pacífico. La transmite a los ángeles
y a las potestades del cielo, que están en constante paz con el Señor y consigo
mismos. También se extiende por todas las creaturas que desean la paz. En
nosotros subsiste, según el espíritu de cada cual, por medio de la búsqueda y ejercicio
de las virtudes, y según el cuerpo, en el equilibrio de los miembros y los
elementos de que se forma. Lo primero se llama belleza, lo segundo salud.
Beda
Los
discípulos sabían que el Salvador era verdadero hombre, puesto que habían
tratado con El por espacio de mucho tiempo. Pero después que fue muerto, no
creen que pudiera resucitar del sepulcro en verdadera carne. Por lo tanto,
creen que ven el espíritu que salió de El en el momento de expirar. Por esto
sigue: "Mas ellos, turbados y espantados, pensaban que veían un
espíritu". Aquel terror de los discípulos dio lugar a la secta de los
Maniqueos.
San Ambrosio
Pero guiados
por los ejemplos de sus virtudes, no creemos que Juan y Pedro pudiesen dudar.
¿Por qué dice San Lucas que estaban espantados? En primer lugar, porque el
parecer de unos pocos es absorbido por el parecer de muchos; en segundo lugar,
porque aun cuando San Pedro creía en la resurrección, pudo turbarse; sin
embargo, pudo asustarse porque de un momento a otro el Señor se presentaba
corporalmente, cuando todo estaba cerrado.
Teofilacto
Porque como
por medio de la palabra paz no se tranquilizó la turbación en los corazones de
los discípulos, por otra parte les indica que El era el Hijo de Dios que
conocía los misterios del corazón; por lo que dice: "Y les dijo: '¿Por qué
estáis conturbados y suben pensamientos a vuestros corazones?'".
Beda
¿Qué
pensamientos, sino los falsos y recelosos? Jesucristo hubiese perdido todo el
fruto de su pasión si no hubiese resucitado verdaderamente. Como si el buen
labrador dijese: Lo que allí he plantado lo encontraré, esto es, la fe que baja
sobre el corazón porque viene de lo alto. Pero estos pensamientos de los
discípulos no bajaban de lo alto, sino que subían a sus corazones del abismo,
como brota la mala hierba de la tierra.
San Cirilo vel anonimus in Cat. Graec
Esto fue una
señal evidente de que quien ahora veían no era otro que Aquel que vieron muerto
en la cruz y colocado en el sepulcro, el que no se ocultaba como hombre a
ninguno de los que estaban.
San Ambrosio
Veamos en
virtud de qué gracia, según San Juan, vieron y se alegraron los discípulos,
pues según San Lucas aparecen como incrédulos. Pero me parece que San Juan
-como Apóstol- tiene un conocimiento más alto y sublime cuando expone lo que ha
de suceder a la humanidad. Aquél expone en sentido histórico, éste en
compendio, pero no puede dudarse de él porque da testimonio de lo que
presenció. Por lo tanto consideramos como cierto lo uno y lo otro, teniendo en
cuenta que si bien es verdad que San Lucas dice primero que no creyeron,
asegura después que sí.
San Cirilo
El Señor
queriendo probar que la muerte ha sido vencida y que su naturaleza humana ya
había dejado la corrupción, les enseña en primer lugar las manos y los pies y
los agujeros de los clavos. Prosigue: "Ved mis manos y mis pies, que yo
mismo soy".
Teofilacto
Dijo además
que le tocasen las manos y los pies cuando añade: "Palpad y ved; el
espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo". Como diciendo:
Vosotros creéis que soy espíritu -esto es, fantasma- como suele suceder acerca
de muchos muertos alrededor de sus sepulcros, pero entended que el espíritu no
tiene ni carne ni huesos, y yo tengo una y otra cosa.
San Ambrosio
El Señor
dijo esto para indicarnos la forma en que tendrá lugar la resurrección, porque
lo que se toca es cuerpo, y en cuerpo habremos de resucitar. Pero aquél será
más sutil, mientras éste es más rudo por estar sujeto todavía a las caídas de
la carne. Jesucristo, por lo tanto, no entró en el recinto cerrado porque su
naturaleza fuese incorpórea, sino porque su naturaleza humana tenía ya las
cualidades de un cuerpo glorioso.
San Gregorio moralyum 13, 51
Nuestro cuerpo no será impalpable en el día de la resurrección general, ni más sutil que el aire -como dijo Eutiques-, sino sutil, por la identificación del poder espiritual, y palpable por la virtud de la naturaleza.
Prosigue:
"Y dicho esto, les mostró las manos y los pies".
Beda
En los que
se vieron claramente las marcas de los clavos. Pero según San Juan, también les
enseñó el costado que había sido abierto con la lanza, para que, viendo las
cicatrices de las heridas, pudiesen curar las heridas de sus dudas. Los
gentiles suelen juzgar diciendo que el Señor no pudo curar sus heridas. A éstos
debe responderse que no hubiera dejado de hacer lo menor quien hizo lo mayor.
Pero por sus fines especiales, el que había destruido la muerte no quiso borrar
las señales de ella. En primer lugar, para confirmar la fe de la resurrección
en sus discípulos; en segundo lugar, para poderlas presentar a su Padre cuando
intercediese por nosotros, manifestándole la clase de muerte que había sufrido
por nosotros; en tercer lugar, para demostrar siempre a los redimidos con su
muerte la gran caridad que con ellos empleó, presentándoles las señales de su
pasión; y finalmente, para probar la justicia con que serán condenados los
impíos el día del juicio.
Notas
1. Galilea proviene de una voz hebrea que parece significar más bien circuito, marcha, viaje.
41-44 Mas
como aún no lo acabasen de creer, y estuviesen maravillados de gozo, les dijo: "¿Tenéis
aquí algo de comer?" Y ellos le presentaron parte de un pez asado, y un
panal de miel. Y habiendo comido delante de ellos, tomó las sobras y se las dio
diciéndoles: "Estas son las palabras que os hablé, estando aún con
vosotros: Que era necesario que se cumpliese lo que está escrito de mí, en la
ley de Moisés, y en los profetas y en los salmos". (vv. 41-44)
San Cirilo vel anonymus in cat. Graec
El Salvador
había enseñado a sus discípulos sus manos y sus pies, para demostrarles que
aquel cuerpo que había sido crucificado era el mismo que había resucitado. Y
para probarles esto mejor, les pide algo para comer. Por esto dice el
evangelista: "Mas como aún no lo acabaran de creer", etc.
San Gregorio Niceno Orat. 1 De resurrect. prope finem
En virtud de
lo mandado por la Ley, la Pascua se celebraba con hierbas amargas porque
continuaba aún la amargura, pero después de la resurrección, ésta se
dulcificaba comiendo panal de miel. Por esto sigue: "Mas ellos le
presentaron", etc.
Beda
Para
demostrarles la veracidad de su resurrección, no sólo quiso que le tocasen sus
discípulos, sino que se dignó comer con ellos para que viesen que había
aparecido de una manera real y no de un modo fantasmal. Por esto sigue: "Y
habiendo comido delante de ellos, tomó las sobras y se las dio". Comió
para manifestar que podía, y no por necesidad. La tierra sedienta absorbe el
agua de un modo distinto a como la absorbe el sol ardiente: La primera por
necesidad, el segundo por potencia.
Griego
Pero alguno
dirá: Si admitimos que el Señor comió verdaderamente, podemos esperar que
comeremos también nosotros después de la resurrección general. Pero lo que hace
el Señor en virtud de un poder especial, no constituye una regla o norma de
naturaleza. Nuestros cuerpos resucitarán, no mutilados, sino perfectos e
incorruptibles, a pesar de que conservó las heridas que en el suyo habían
abierto los clavos y la lanza, para demostrarnos que la naturaleza corpórea
permanece después de la resurrección y no se transforma en otra sustancia.
Beda
No comió después de su resurrección porque necesitase comer, ni para decirnos que necesitaremos comer después de la resurrección que esperamos, sino para enseñarnos la forma en que resucitará nuestra naturaleza corporal.
En sentido
místico, el pez asado que comió el Salvador representa a Jesucristo que ha
padecido, porque El se dignó estar oculto en las aguas de la humanidad, quiso
ser cogido en el lazo de nuestra muerte, y ser asado en el fuego de la
tribulación durante el tiempo de su pasión, pero nos ofreció el panal de miel
en su resurrección. Demostró la doble naturaleza de su única persona en el
panal de miel: el panal consta de cera mezclada con miel, y miel mezclada con
cera, como la divinidad está en la humanidad.
Teofilacto super obtulerunt ei partem piscis
Parece que
este acto de comer representa otro misterio. Cuando comió parte de un pez
asado, dio a entender que nuestra naturaleza está nadando en el mar de esta
vida, y que el Señor, asándola en el fuego de su divinidad, y secando la
humedad que había contraído mientras vivía en lo profundo de los abismos, hizo
de ella una comida divina. Y así, por medio de ella preparó a Dios una comida
suave, a pesar de que antes era tan detestable, y esto es lo que representa el
panal de miel. También significa por medio del pez asado la vida activa, que
consume nuestra humedad en las brasas de los trabajos, además por medio del
panal de miel significa la contemplación de la dulzura de la palabra divina.
Beda
Después que
el Señor fue visto y tocado, y después que comió para que no pareciese que
había engañado a alguno de los sentidos humanos, empezó a ocuparse de las
Escrituras. Por esto sigue: "Y les dijo: éstas son las palabras que os
hablé, estando aún con vosotros", esto es, cuando aún vivía en carne
mortal, como vivís vosotros. Entonces había resucitado en la misma carne, pero
que ya no estaba en la misma mortalidad, y añade: "Que era necesario que
se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés", etc.
San Agustín De conc. evang. lib. 1, cap. 11
Entiendan que desvarían los que dicen que Jesucristo pudo hacer tanto prodigio en virtud del arte mágico, y que en virtud del mismo arte pudo dar a conocer su nombre a los pueblos para que se convirtiesen a El. Y si acaso esto es así, ¿no puede decirse que en virtud de arte mágico cumplió lo que de El habían dicho las profecías, inspiradas por el Espíritu Santo antes que naciese en la tierra? Pero si en virtud de arte mágico consiguió ser adorado estando muerto, habría que decir que había sido mago antes de nacer, ya que para vaticinar su nacimiento había sido designada una nación.
45-49 Entonces
les abrió el sentido para que entendiesen las Escrituras, y les dijo: "Así
está escrito, y así era menester que el Cristo padeciese y resucitase al tercer
día de entre los muertos, y que se predicase en su nombre penitencia y remisión
de pecados a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois
testigos de estas cosas, y yo envío al Prometido de mi Padre sobre vosotros;
mas vosotros permaneced aquí en la ciudad, hasta que seáis vestidos de la
virtud de lo alto". (vv. 45-49)
Beda
Después que
el Señor se dejó ver y tocar, les recordó lo que decían las Escrituras, y a
continuación les abrió el entendimiento para que entendiesen lo que leían. Por
esto sigue: "Entonces les abrió el sentido para que entendiesen las
Escrituras".
Teofilacto
De otro modo
¿cómo hubiesen podido sus almas turbadas y vacilantes estudiar los misterios de
Jesucristo? Pero les enseñó también con palabras; prosigue, pues: "Y les
dijo: así está escrito, y así era menester que el Cristo padeciese", esto
es, por medio de la cruz.
Beda
Jesucristo
hubiese perdido el fruto de su pasión si su resurrección no hubiese sido
verdadera. Por ello dice: "Y resucitase de entre los muertos", etc.
Después de probar la realidad de su cuerpo, recomienda la unidad de su Iglesia,
añadiendo: "Y que se predicase en su nombre penitencia y remisión de los
pecados a todas las naciones".
San Eusebio
Se había
dicho: "Pídeme y te daré todas las gentes en herencia" ( Sal 2,8).
Convenía, por lo tanto, que los convertidos de entre los gentiles fuesen purificados
por medio de la virtud divina de todo contagio y mancha, por haber estado
contaminados con la malicia de la idolatría del demonio, y como recién
convertidos de aquella vida detestable e inmoral. Por lo tanto, dice que
primero se debe predicar penitencia, y después conceder el perdón de los
pecados a todas las gentes. Concedió, pues, el perdón de sus pecados por medio
de su gracia, a todos los que hicieron antes penitencia de sus pecados, y por
quienes había sufrido la muerte de la cruz.
Teófil
Cuando dice
penitencia y remisión de pecados hace mención también del bautismo, en el que,
por la deposición de las culpas pasadas, sigue el perdón de los pecados. Pero
¿cuál es la razón por la que se entenderá que el bautismo se confiere sólo en
el nombre de Cristo, cuando en otro lugar dice que debe bautizarse en el nombre
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo? En primer lugar decimos que no se
entiende que el bautismo se administre sólo en el nombre de Cristo, sino que
alguien sea bautizado con el bautismo de Cristo, es decir, espiritualmente. No
según los judíos, ni como San Juan, que bautizaba invitando sólo a penitencia,
sino para participar del Espíritu divino como cuando Jesucristo se bautizó en
el Jordán, cuando apareció el Espíritu Santo en forma de paloma. Por lo tanto,
entiéndase esto del bautismo administrado en nombre de Cristo (esto es, por la
muerte de Jesucristo). Así como el Señor resucitó al tercer día después de
muerto, así nosotros somos tres veces sumergidos en las aguas y somos sacados
de ellas, recibiendo como prenda de incorruptibilidad la gracia del Espíritu
Santo. También esto contiene en sí el nombre de Cristo: el Padre como el que
unge, el Espíritu Santo como unción y el Hijo como ungido (esto es, según la
naturaleza humana). No era conveniente que siguiese dividido el género humano
en judíos y gentiles, por lo tanto, para unirlos a todos en un solo pueblo,
mandó que se empezase a predicar desde Jerusalén para culminar en los gentiles.
Por ello sigue: "Comenzando desde Jerusalén".
Beda
No sólo
porque a los de Jerusalén venía confiada la revelación divina y tenían la
gloria de haber sido adoptados como hijos, sino porque como se habían
contaminado con algunos de los errores de los gentiles, debían ser los primeros
llamados a tener la esperanza de alcanzar la piedad divina, en virtud de la que
podían obtener el perdón aun aquéllos mismos que habían crucificado al Hijo de
Dios.
Crisóstomo homil. in acta
Además, para
que no dijesen algunos, que abandonando a los suyos había ido a manifestarse -y
aún con cierta ostentación, a alardearse- a los extraños, ordenó que se diesen
a conocer las pruebas de su resurrección primeramente a los mismos que habían
matado a Jesús en la ciudad en la que se cometió el temerario atentado; porque
si los que habían crucificado al Señor mostraban que creían, se tendría una
gran prueba de la resurrección.
San Eusebio
Pero si todo
lo que Jesús había predicho ya debía producir efecto, y ya su palabra, viva y
eficaz, empezaba a verse por todo el mundo por medio de la fe, era llegado el
momento en que no hubiese incrédulos respecto de Aquel que había producido esta
fe. Conviene, pues, que lleve una vida muy santa aquél cuyas obras vivas deben
estar conformes con sus palabras. Todo esto se cumplió por el ministerio de los
apóstoles. Por esto añade: "Y vosotros, testigos sois de estas
cosas", etc.. Esto es, de la muerte y de la resurrección del Señor.
Teófil
Por lo
tanto, para que no se turbasen pensando: ¿de qué modo nosotros, hombres
ignorantes, daremos testimonio de esto a los gentiles y a los judíos que te han
crucificado?, añade: "Y yo envío al Prometido de mi Padre", etc. Esto
lo había prometido por medio de Joel, diciendo: "Derramaré mi Espíritu
sobre toda carne", etc ( Jl 2,28).
Crisóstomo hom. 1 in act
Así como
cuando un ejército se dispone a atacar al enemigo, el general no permite salir
a nadie hasta que todos estén armados, así Jesús no permite que sus Apóstoles
salgan a pelear, hasta que sean armados con la venida del Espíritu Santo. Por
esto añade: "Mas vosotros permaneced aquí, en la ciudad, hasta que seáis
vestidos de la virtud de lo alto".
Teofilacto
Esto es, de
un poder no humano, sino divino. No dijo recibáis, sino seáis revestidos,
indicando así toda la protección de la gracia divina.
Beda
Acerca de
este poder, es decir, del Espíritu Santo, el ángel dijo también a María:
"Y la virtud del Altísimo te cubrirá" ( Lc 1,35). Y el mismo Señor en
otro lugar: "Porque he conocido que ha salido de un poder de mí " ( Lc
8,46).
Teofilacto
¿Por qué no
vino el Espíritu Santo cuando Jesús estaba presente, o apenas se marchó?
Convenía que lo deseasen, y que recibiesen la gracia para ello. Nos aproximamos
a Dios tanto más, cuanto la necesidad más lo exige. Convenía también que
nuestra naturaleza se presentase en el cielo y que se realizasen las alianzas,
y que después viniera el Espíritu Santo y se celebrasen los eternos gozos.
Obsérvese también, con qué fuerza les impuso la necesidad de permanecer en
Jerusalén, pues les había ofrecido que allí les concedería el Espíritu Santo. Y
para que no volviesen a separarse después de su ascensión, los detuvo con esta
expectación, como ligados allí con un vínculo especial. Dice pues: "Hasta
que seáis vestidos de la virtud de lo alto". Y no les dijo cuándo, para
que estuviesen siempre velando. ¿Por qué te admiras si no nos dice cuál será
este día próximo, cuando no quiso que se supiese?
San Gregorio Reg. pastor part. 3, cap. 26
Amonéstese a
aquellos a quienes su precipitación les empuja a predicar, cuando sus malas
dotes o sus muchos años los excusan de esta obligación. No sea que, mientras
ponen sobre sí esta carga, dejen de lograr la enmienda de las costumbres. La
Verdad divina, después de haber instruido suficientemente a sus discípulos
acerca del valor de la predicación, les mandó que permaneciesen en la ciudad
hasta el momento en que fuesen investidos del poder divino. Al preparar de este
modo a los que quería que predicasen, ha dado ejemplo a los demás para evitar
que predicasen sin preparación. Permanecemos en la ciudad, cuando nos recogemos
interiormente para no disiparnos hablando exteriormente, pero cuando somos
investidos del poder divino, debemos como salir de nosotros mismos, instruyendo
a los demás.
San Ambrosio
Consideremos
cómo, según San Juan, recibieron el Espíritu Santo. Aquí, sin embargo, se les
manda que permanezcan en la ciudad hasta que sean revestidos del poder de lo
alto. Pero ya sea que insufló el Espíritu Santo a aquellos once -como a los más
perfectos- y los envía a repartirlo después al resto, o ya sea que allí insufló
sobre los mismos lo que aquí prometió, no parece que haya en esto
contradicción, habiendo reparticiones de gracias. Luego, allí insufló un tipo
de gracia, aquí ofrece otra, pues allí se dio la gracia de perdonar los
pecados, lo cual parece más augusto y, por esto, es dado por Cristo para que
creas que es el Espíritu de Cristo y que el Espíritu procede de Dios, puesto
que sólo Dios perdona los pecados. San Lucas, en cambio, describe el modo como
se les infundió el don de lenguas.
Crióstomo
Dijo el
Salvador a sus discípulos: "Recibid el Espíritu Santo"( Jn 20,22);
para hacerlos así idóneos, como era necesario, les indicó al presente lo que
después se proponía concederles.
San Agustín De Trinit. 15, 26
El Señor concedió su Espíritu Santo dos veces después de su resurrección. Una vez, estando aún sobre la tierra, en señal de su amor al prójimo; y otra desde el cielo, como testimonio de amor divino.