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viernes, 30 de junio de 2017

MES DE JUNIO EN HONOR AL CORAZÓN DE JESÚS (30)



ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS:
A ti, Jesús, que vives y reinas con Dios Padre y el Espíritu Santo, elevamos este acto de fe, de esperanza, adoración y caridad porque en tu Sagrado Corazón reconocemos la manifestación plena de tu amor por nosotros. Acepta también nuestro deseo de reparar tu Corazón por tantas ofensas e indiferencias.
Con el Ángel de la Paz y todos los coros de los ángeles, con los santos Francisco y Jacinta Marto y todos los santos, unidos a tantas almas que te han amado dignamente, decimos:
Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo.
Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman. (tres veces)

Jesús, manso y humilde de corazón,
R/. Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

30. PARA TODAS LAS MISERIAS ESTÁ EL REMEDIO EN EL CORAZÓN DE MARÍA
 De los escritos del beato Juan Bautista Scalabrini, obispo italiano
Amor con amor se paga. Y, ¿qué amor más tierno y más eficaz que el que nos tiene María? María es nuestra Madre. Esta palabra que en el transcurso de veinte siglos bastó para suscitar tantos latidos, para secar tantas lágrimas, para aliviar tantos dolores.
María es nuestra madre, y para que nadie lo pudiese dudar en lo más mínimo, he aquí que Jesús mismo lo aseguró desde la Cruz con su propia boca, próximo a exhalar el último suspiro, o sea en el momento más solemne de su vida mortal: He ahí tu madre.
Se la llama madre de misericordia, y es lo mismo que decir madre de consuelo. Es su título de reina, porque ella no quiere sino volcar sobre nuestras miserias todas las riquezas de su corazón de madre. La miseria es la ignorancia y el error, fuente de nuestros desvíos; la miseria es la tentación, misteriosa agonía de nuestras fuerzas espirituales; la miseria es el pecado, muerte de la gracia, envilecimiento de nuestra naturaleza y esclavitud de la libertad; la miseria es la angustia del espíritu, es la aflicción del corazón. La miseria es la privación de las cosas necesarias para la vida, el dolor y la enfermedad del cuerpo; la miseria es la persecución de los malvados, la injusta opresión de los débiles y de los desventurados. Y bien, para todas estas miserias está el remedio en el corazón de María. Luz, fuerza, perdón, estímulo, consuelo, asistencia, protección, salud, todo podemos pedir y todo podemos esperar de nuestra madre de los Cielos: Madre de consolación, causa de nuestra alegría.

PARA FINALIZAR:
Todos juntos recitamos el acto de reparación enseñando por el ángel a los pastorcitos de Fátima:
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad
de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que El mismo es ofendido.
Y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.

Sagrado Corazón de Jesús, R/. En vos confío.
Inmaculado Corazón de María, R/.  Sed la salvación mía.
Ave María Purísima, R/. Sin pecado concebida.

jueves, 29 de junio de 2017

MES DE JUNIO EN HONOR AL CORAZÓN DE JESÚS (29)



ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS:
A ti, Jesús, que vives y reinas con Dios Padre y el Espíritu Santo, elevamos este acto de fe, de esperanza, adoración y caridad porque en tu Sagrado Corazón reconocemos la manifestación plena de tu amor por nosotros. Acepta también nuestro deseo de reparar tu Corazón por tantas ofensas e indiferencias.
Con el Ángel de la Paz y todos los coros de los ángeles, con los santos Francisco y Jacinta Marto y todos los santos, unidos a tantas almas que te han amado dignamente, decimos:
Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo.
Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman. (tres veces)

Jesús, manso y humilde de corazón,
R/. Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

29. DIOS NOS ESCUCHA Y RESPONDE SIEMPRE
De los escritos del beato Juan Bautista Scalabrini, obispo italiano
Dios es padre que nos ama con inmenso amor, y no puede dejar de conmoverse con las desventuras de sus hijos; y cuando no responde de inmediato a nuestro pedido, es porque los momentos de su gracia no siempre coinciden con los momentos de nuestra impaciencia. Sin embargo bien sabrá resarcir con la grandeza de sus beneficios la demora que nos hizo llorar y suspirar. Nada por lo tanto debe arrancar de nuestro corazón la confiada perseverancia por más larga que nos pueda parecer la demora del socorro divino.
Mostremos, por lo tanto, que si Dios quiere poner a prueba nuestra fe, nosotros sabremos resistir generosos a la prueba; que nosotros descansamos tranquilos sobre la promesa infalible del mismo Jesucristo: que toda la potencia del infierno nunca podrá prevalecer contra su Iglesia; que su triunfo no puede faltar, y será juntamente fruto y premio de nuestra confianza y de nuestra oración. El que tiene firme su fe en Dios, y aferrada al Cielo el ancla de su esperanza, espera incluso contra toda esperanza. Cuando Cristo quiera, increpará a los vientos y al mar, y a la tempestad sucederá pronto una gran bonanza.

PARA FINALIZAR:
Todos juntos recitamos el acto de reparación enseñando por el ángel a los pastorcitos de Fátima:
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad
de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que El mismo es ofendido.
Y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.

Sagrado Corazón de Jesús, R/. En vos confío.
Inmaculado Corazón de María, R/.  Sed la salvación mía.
Ave María Purísima, R/. Sin pecado concebida.

miércoles, 28 de junio de 2017

MES DE JUNIO EN HONOR AL CORAZÓN DE JESÚS (28)




ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS:
A ti, Jesús, que vives y reinas con Dios Padre y el Espíritu Santo, elevamos este acto de fe, de esperanza, adoración y caridad porque en tu Sagrado Corazón reconocemos la manifestación plena de tu amor por nosotros. Acepta también nuestro deseo de reparar tu Corazón por tantas ofensas e indiferencias.
Con el Ángel de la Paz y todos los coros de los ángeles, con los santos Francisco y Jacinta Marto y todos los santos, unidos a tantas almas que te han amado dignamente, decimos:
Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo.
Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman. (tres veces)

Jesús, manso y humilde de corazón,
R/. Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

28. EL VERBO DE DIOS ORÓ
De los escritos del beato Juan Bautista Scalabrini, obispo italiano
Ya que el Verbo de Dios se hizo hombre para instruirnos, no sólo con los preceptos, sino también con los ejemplos, Él mismo oró al Padre, Él que con el Padre era una sola cosa, Él al cual el Padre había dado en potestad todas las cosas. Oró con recogimiento en el desierto; oró solo en el monte, velando la noche entera; oró ante la tumba de Lázaro y a la entrada de Jerusalén; oró antes de dar comienzo a su misión; oró en el templo, en el cenáculo, en el Getsemaní, en el Calvario; oró hasta el último suspiro para arrancar de los suplicios eternos a la humanidad que en Él, turbada, temblaba, sudaba sangre y caía bajo los golpes de muerte.
Ahora bien, exclama San Cipriano, si ora Jesús, que era el Santo de los Santos, ¿cuánto más deben orar los pecadores? ¿Si ora la Cabeza, cómo no orarán los miembros? ¿Y si el divino Maestro tan profundamente sintió la necesidad de la oración, cómo no deberán sentirla los discípulos?

PARA FINALIZAR:
Todos juntos recitamos el acto de reparación enseñando por el ángel a los pastorcitos de Fátima:
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad
de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que El mismo es ofendido.
Y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.

Sagrado Corazón de Jesús, R/. En vos confío.
Inmaculado Corazón de María, R/.  Sed la salvación mía.
Ave María Purísima, R/. Sin pecado concebida.

martes, 27 de junio de 2017

MES DE JUNIO EN HONOR AL CORAZÓN DE JESÚS (27)



ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS:
A ti, Jesús, que vives y reinas con Dios Padre y el Espíritu Santo, elevamos este acto de fe, de esperanza, adoración y caridad porque en tu Sagrado Corazón reconocemos la manifestación plena de tu amor por nosotros. Acepta también nuestro deseo de reparar tu Corazón por tantas ofensas e indiferencias.
Con el Ángel de la Paz y todos los coros de los ángeles, con los santos Francisco y Jacinta Marto y todos los santos, unidos a tantas almas que te han amado dignamente, decimos:
Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo.
Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman. (tres veces)

Jesús, manso y humilde de corazón,
R/. Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

27. LA ORACIÓN ES EL VÍNCULO DE LA HUMANIDAD ENTERA
De los escritos del beato Juan Bautista Scalabrini, obispo italiano
La oración hace al hombre superior a sí mismo, lo transfigura, lo sublima, lo diviniza. La oración es el vínculo de la humanidad entera. Sean igualmente inmensas las distancias, insuperables hasta que se quiera las barreras que nos separan los unos de los otros, ella a todos acerca, todo reúne. Es la oración que estrecha a los vivientes entre ellos y los vivientes con los difuntos, que une a la familia de la tierra con la familia del cielo, que forma entre la Iglesia militante, purgante y triunfante ese flujo y reflujo de súplicas y de intercesiones que la teología llama Comunión de los Santos. Más allá de cualquier obstáculo ella, la oración, establece como una corriente eléctrica que va de hermanos a hermanos y pasando por el corazón de Dios, centro y hogar del amor, forma, se puede decir, con todos los corazones un solo corazón, con todas las familias una sola familia.

PARA FINALIZAR:
Todos juntos recitamos el acto de reparación enseñando por el ángel a los pastorcitos de Fátima:
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad
de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que El mismo es ofendido.
Y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.

Sagrado Corazón de Jesús, R/. En vos confío.
Inmaculado Corazón de María, R/.  Sed la salvación mía.
Ave María Purísima, R/. Sin pecado concebida.