DÍA 9
EL PURGATORIO,
CÓMO SE PADECE EN ÉL
MES DE NOVIEMBRE PARA LA REFORMA
Y PERFECCIÓN DE LA VIDA
A LA LUZ DEL PURGATORIO Y POR MEDIO DE LA DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ALMAS
D. Felix Sardá y Salvany
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Redentor y Salvador mío, que habéis de ser un día Juez inexorable de mi pobre alma: a vuestros pies se presenta la mía llena de confusión por sus muchos pecados y por la enorme deuda que por ellos tiene pendiente ante vuestro justísimo tribunal. Perdonádselo todo, oh, amantísimo Jesús, por los méritos de vuestra Sangre, que es de valor infinito, pues ya arrepentido y humillado os pido perdón y reconciliación. Concedédmelo por las lágrimas de vuestra dolorida Madre, que lo es de un modo particular de los pecadores como yo, y por lo mucho que amáis a vuestras esposas, las almas del Purgatorio, en cuya utilidad y sufragio me propongo practicar este piadoso ejercicio. Amén.
Meditación diaria
DIA 9
EL PURGATORIO,
CÓMO SE PADECE EN ÉL
I
El lenguaje de los Santos Padres y de toda la tradición cristiana, respecto a este punto, es que las penas del Purgatorio son análogas en su intensidad, no en su duración, a las del infierno. Como en este sitio de horror son en aquél de dos clases: pena de daño y pena de sentido. Pena de daño, la privación temporal de ver a Dios; pena de sentido, el tormento del fuego. El alma, desprendida ya de toda humana y terrena envoltura, ansía ver a Dios a quien ardientemente ama y cuyo goce es lo único que puede satisfacer sus anhelos. No nos es dado, en nuestra actual miserabilísima condición, comprender cuál sea la fuerza de ese impulso, lo calenturiento de esa sed, las agonías de esa hambre, que siente el espíritu respecto a Dios, a quien vuela como a su último fin, y al que se siente atraído y del que se siente necesitado con necesidad y atracción irresistibles. Y no obstante se reconoce indigno de Él por la culpa, y tenazmente separado de Él por la mano de su justicia, que le exige expiación completa. El mismo amor aguija el deseo, y a éste convierte en congoja la tardanza de la posesión. En cuanto a la pena de sentido, podemos considerar cuál sea por lo que aborrece Dios el pecado, pues sólo la figura y apariencia de pecador castigó por tan terrible manera en la persona de su Hijo Unigénito, durante las horas de su dolorosa Pasión. El fuego del mundo, dicen a una los Santos Padres, es pintado en comparación del que arde en aquel crisol del Purgatorio, donde con indecibles dolores se depuran las almas de sus escorias e inmundicias. Y a semejanza de lo que en el infierno sucede, las almas en el Purgatorio son con preferencia atormentadas, según algunos contemplativos, en aquello en que principalmente pecaron.
II
¡Señor y Jesús mío! Tanto amasteis al pecador, que por él os sometisteis a las horribles congojas y torturas de vuestra dolorosa Pasión. No os podemos, pues, tachar de injusto, ¡tanto aborrecéis al pecado!, si por él no vaciláis en someter las almas que os son más queridas a las espantosas expiaciones del Purgatorio. En Vos mismo hicisteis brillar los rayos de vuestra vengadora justicia; en ellas como en Vos esta vengadora justicia no fue más que un rasgo de infinita misericordia. Atormentáis, Dios mío, y os atormentaron porque bien queréis; como ama la Joya de oro que a fuerza de lima pule y abrillanta el hábil joyero, antes de presentarla al dueño de quien debe ser el más preciado adorno. Bendigo y alabo y adoro y beso vuestra mano, a la. vez amorosa y justiciera, que así me ha de tratar, y así trata a las almas de mis hermanos, que no amo tanto yo como Vos las amáis. Y recuerdo hoy, para interesaros en su favor y sufragio, las humillaciones y vilipendios que de los judíos sufristeis la noche aquella de vuestra Pasión, cuando a altas horas de ella, suspendido el Consejo en casa de Caifás, os encerraron en lóbrego calabozo, hasta el amanecer del siguiente día, para presentaros al tribunal de Pilatos. De Vos dice un Santo Padre, que no se sabrá hasta el día del juicio lo que en tal noche pasó en manos de sus custodios y verdugos vuestra divina persona. Aplicadlo bondadosamente, Señor y Jesús mío, en sufragio de mis culpas y de las de mis prójimos del Purgatorio, para que se abrevie la noche cruel de sus penas y les llegue cuanto antes la aurora y claro día de su eterna felicidad. Mirad; Señor, que son duras como la muerte las congojas del amor y crueles como el infierno las ansias de lo que ardientemente se anhela. Amén.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Os ofrezco, piadosísimo Señor y Padre mío, los rezos y demás actos de este día en sufragio de las benditas almas del Purgatorio, suplicándoos por vuestra infinita bondad y por los dolores y lágrimas de vuestra Madre y mía María Santísima, el consuelo y alivio y final descanso de aquellas vuestras esposas por la gracia y hermanas mías por la fe y la caridad. De un modo particular os recomiendo las de mis padres, parientes, amigos y bienhechores, por quien tengo sin duda mayor obligación; las de cuantos por mi causa estén en aquellas acerbas penas; las de los que están más olvidados de todos y más necesitados de mi pobre sufragio. ¡Oh, Señor y Padre mío! Aceptad en descuento de sus deudas ante vuestra eterna justicia mis humildes satisfacciones, y muy particularmente cada uno de los actos de este Mes, y concededme ser, como mis hermanas las almas del Purgatorio, eficazmente ayudado, cuando en él se halle la mía. Amén.
***
En recuerdo de la Sagrada Pasión de nuestro Salvador y en sufragio de las benditas almas:
5 padrenuestros, Avemaría y Gloria.
Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis.
Requiescant in pace. Amen.
Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace. Amen.