DÍA 23
EL PURGATORIO,
Y LAS MORTIFICACIONES
MES DE NOVIEMBRE PARA LA REFORMA
Y PERFECCIÓN DE LA VIDA
A LA LUZ DEL PURGATORIO Y POR MEDIO DE LA DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ALMAS
D. Felix Sardá y Salvany
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Redentor y Salvador mío, que habéis de ser un día Juez inexorable de mi pobre alma: a vuestros pies se presenta la mía llena de confusión por sus muchos pecados y por la enorme deuda que por ellos tiene pendiente ante vuestro justísimo tribunal. Perdonádselo todo, oh, amantísimo Jesús, por los méritos de vuestra Sangre, que es de valor infinito, pues ya arrepentido y humillado os pido perdón y reconciliación. Concedédmelo por las lágrimas de vuestra dolorida Madre, que lo es de un modo particular de los pecadores como yo, y por lo mucho que amáis a vuestras esposas, las almas del Purgatorio, en cuya utilidad y sufragio me propongo practicar este piadoso ejercicio. Amén.
DÍA 23
EL PURGATORIO,
Y LAS MORTIFICACIONES
I
Espanta ésta sola palabra a la floja generación actual y la deja como aterrada. ¡Ayuno! ¡Cilicios! ¡Maceración! ¡Duro lecho! ¿Quién se atreve a proponer a las gentes de hoy ese anticuado programa del viejo ascetismo? Pero qué ¿acaso no hay multitud de gentes que se mortifican hoy día, con más rigurosas asperezas que en las antiguas edades? ¿No se hacen por el mundo del negocio, por el de la política, por el de la guerra, por el de los placeres, sacrificios mil del propio bienestar; de la propia salud, de la propia vida como tal vez no los hicieron los más rígidos anacoretas? Y si por el mundo se hacen, ¿no han de poder hacerse por Dios? Empero, no se trata aquí de aconsejar al común de los fieles durezas más propias de la vida claustral o eremítica que del estado llano de la vida seglar. Pero aun de este modo, es indudable que son muchas las mortificaciones que puede imponerse cualquier seglar devoto de las almas del Purgatorio. No todos pueden practicar el ayuno como privación de alimento; pero todos podemos practicarlo como privación de algún gusto del paladar, en cual privación hasta puede salir beneficiada y nunca menoscabada nuestra salud. Dejar un postre, abstenerse de un dulce o fruta, no beber durante ciertas. horas, son cosas muy sencillas de hacer y que sin embargo pueden tener algún valor delante de Dios. Lo mismo decimos de ciertas privaciones en el descanso, como sería; por ejemplo, madrugar algún tanto; y alguna sencillez en el vestir, que ciertamente nunca será en perjuicio de la salud ni de la hacienda. No mezclarse en ciertas conversaciones puede ser verdadero ayuno y cilicio de la lengua, en que nada perderán la modestia y el recogimiento, y pueden; ganar no poco las almas del Purgatorio. Lo mismo diremos de la asistencia a algunos espectáculos y diversiones, sobre todo en determinados días también esta es una cierta manera de ayunar.
II
Lo que importa es tener verdadero espíritu de mortificación. Cuando éste se tenga, la virtud sabrá ser santamente ingeniosa para procurarse mortificaciones, compatibles siempre. con la salud y estado de cada cual. Todos tenemos, pues, medio de ofrecer algo de eso por las benditas almas del Purgatorio. Mirándoos, Jesús mío, descendido de la cruz y en brazos de vuestra Madre dolorosísima, contemplo, en vuestro sagrado cuerpo ensangrentado, un modelo y ejemplo de las asperezas de fo, mortificación cristiana, que tantas veces rehúyo yo, y que Vos por mis pecados no habéis rehusado. ¿Qué cilicio pudo darse más cruel, que la corona de espinas que ciñó vuestra adorable cabeza? ¿Qué disciplina más recia, que los azotes que despedazaron vuestras espaldas? ¿Qué ayuno más a1nargo, que la hiel y vinagre que os dieron por todo cordial en las horas de agonía? ¿Qué lecho, de tablas y qué almohada de piedras pueden compararse al lecho y almohada de vuestra cruz? ¿Y yo, por mis culpas y en sufragio de las benditas almas, no he de atreverme a saborear una gota siquiera de ese· torrente, de duras mortificaciones, en que Vos os anegasteis? ¿Para mí la blanda cama, y la opípara mesa, y regalado plato, y lujoso arreo, y deliciosa habitación? Ayudadme, Señor y Dios mío, con vuestra gracia a hacerme con ese espíritu de mortificación, que ha, sido en todos tiempos y ha de ser siempre el sello y distintivo de vuestros escogidos. Adquiera yo la santa costumbre de imponer frecuentemente alguna privación a mis sentidos; con preferencia a mi hablar, a mi mirar y a mi oír, para con ello atesorar caudal con que satisfacer por mi propia alma y por la de mis hermanos del Purgatorio. Amén.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Os ofrezco, piadosísimo Señor y Padre mío, los rezos y demás actos de este día en sufragio de las benditas almas del Purgatorio, suplicándoos por vuestra infinita bondad y por los dolores y lágrimas de vuestra Madre y mía María Santísima, el consuelo y alivio y final descanso de aquellas vuestras esposas por la gracia y hermanas mías por la fe y la caridad. De un modo particular os recomiendo las de mis padres, parientes, amigos y bienhechores, por quien tengo sin duda mayor obligación; las de cuantos por mi causa estén en aquellas acerbas penas; las de los que están más olvidados de todos y más necesitados de mi pobre sufragio. ¡Oh, Señor y Padre mío! Aceptad en descuento de sus deudas ante vuestra eterna justicia mis humildes satisfacciones, y muy particularmente cada uno de los actos de este Mes, y concededme ser, como mis hermanas las almas del Purgatorio, eficazmente ayudado, cuando en él se halle la mía. Amén.
***
En recuerdo de la Sagrada Pasión de nuestro Salvador y en sufragio de las benditas almas:
5 padrenuestros, Avemaría y Gloria.
Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis.
Requiescant in pace. Amen.
Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace. Amen.