DÍA 26
EL PURGATORIO,
Y EL BUEN EJEMPLO
MES DE NOVIEMBRE PARA LA REFORMA
Y PERFECCIÓN DE LA VIDA
A LA LUZ DEL PURGATORIO Y POR MEDIO DE LA DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ALMAS
D. Felix Sardá y Salvany
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Redentor y Salvador mío, que habéis de ser un día Juez inexorable de mi pobre alma: a vuestros pies se presenta la mía llena de confusión por sus muchos pecados y por la enorme deuda que por ellos tiene pendiente ante vuestro justísimo tribunal. Perdonádselo todo, oh, amantísimo Jesús, por los méritos de vuestra Sangre, que es de valor infinito, pues ya arrepentido y humillado os pido perdón y reconciliación. Concedédmelo por las lágrimas de vuestra dolorida Madre, que lo es de un modo particular de los pecadores como yo, y por lo mucho que amáis a vuestras esposas, las almas del Purgatorio, en cuya utilidad y sufragio me propongo practicar este piadoso ejercicio. Amén.
DIA 26
EL PURGATORIO,
Y EL BUEN EJEMPLO
I
Causa de fundados remordimientos, para muchas almas, es el pensar si alguien, por malos ejemplos recibidos de ellas, habrá podido contraer tales o cuales culpas, y penar por las mismas en el Purgatorio. Y no falta razón para este recelo, según somos a veces, ligeros e inconsiderados en el hablar o en el obrar, no reflexionando lo que en nosotros puede ser de desedificación para otras personas, a quien por lo mismo podemos haber inducido directa o indirectamente a pecado. Loable costumbre es, por lo mismo, de algunas almas piadosas, la de rogar de un modo especial por aquellas, a las que con sus malos ejemplos puedan haber sido ocasión de faltar. Porque es evidente, que, con relación a éstas, se tiene una especie mayor de obligación, no ya sólo de caridad como con todas, sino aun de justicia, como debida reparación de daños y perjuicios, que con tal irreflexivo proceder se puede haberles causado. Será, pues, eficaz remedio para no caer en esa responsabilidad, y excelente sufragio en favor de las almas a quien pudimos haber sido ocasión de pecados, el procurar con todas veras esmerarnos en el buen ejemplo con nuestros hermanos, aprovechando todas las coyunturas, y poniendo siempre antes la intención formal de ayudar con ello a las almas del Purgatorio, especialmente a las que por nuestra causa sufren en la cárcel de expiación. El buen ejemplo puede cosecharse en todas partes y por todos conceptos: en casa, en la calle, en el templo, en los viajes, en los negocios; en todos sitios y ocasiones en que un cristiano puede cristianamente hablar u obrar, delante de otro cristiano o que no lo sea tal vez.
II
Vuestra alma sacratísima, Señor mío y Redentor mío Jesús, consumada la obra de nuestra Redención por el sacrificio del Calvario, no quiso demorar un instante el dar la feliz nueva a las de los justos que en el Seno de Abrahán suspiraban por ella, a fin de entrar poco después con Vos resucitado en la gloria. Estas fueron como las primicias de vuestra divina Sangre por todos derramada y estos los primeros plácemes y enhorabuenas que recibisteis por vuestra victoria sobre el infierno y el pecado. ¡Cuál sería el gozo de las almas allí detenidas, y por los méritos de vuestra Pasión tan gloriosamente libertadas! Y ¡cómo se regocijaría la vuestra benditísima con el gozo y regocijo de todas, mirándolas como espléndido primer botín de vuestra batalla y magnífico lucido cortejo de vuestro triunfo! Completadlo, Señor, por semejante manera con las que hoy detienen sus deudas en las cárceles del Purgatorio. Líbrelas pronto como a aquellas otras el rescate preciosísimo de vuestra Sangre, y seáis por éstas no menos gloriosamente acompañado en vuestro trono del cielo. Sírvales de ayuda y sufragio, aunque humildísimos, el valor de los buenos ejemplos, con que en adelante me propongo reparar los muchos de poca edificación que habré podido dar inconsideradamente en el decurso de toda mi vida. Fortalecedme con vuestra gracia, para que sean ellos proporcionada reparación a vuestra honra ofendida. Amén.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Os ofrezco, piadosísimo Señor y Padre mío, los rezos y demás actos de este día en sufragio de las benditas almas del Purgatorio, suplicándoos por vuestra infinita bondad y por los dolores y lágrimas de vuestra Madre y mía María Santísima, el consuelo y alivio y final descanso de aquellas vuestras esposas por la gracia y hermanas mías por la fe y la caridad. De un modo particular os recomiendo las de mis padres, parientes, amigos y bienhechores, por quien tengo sin duda mayor obligación; las de cuantos por mi causa estén en aquellas acerbas penas; las de los que están más olvidados de todos y más necesitados de mi pobre sufragio. ¡Oh, Señor y Padre mío! Aceptad en descuento de sus deudas ante vuestra eterna justicia mis humildes satisfacciones, y muy particularmente cada uno de los actos de este Mes, y concededme ser, como mis hermanas las almas del Purgatorio, eficazmente ayudado, cuando en él se halle la mía. Amén.
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En recuerdo de la Sagrada Pasión de nuestro Salvador y en sufragio de las benditas almas:
5 padrenuestros, Avemaría y Gloria.
Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis.
Requiescant in pace. Amen.
Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace. Amen.