DÍA 16
EL PURGATORIO Y LA INMORTIFICACIÓN
MES DE NOVIEMBRE PARA LA REFORMA
Y PERFECCIÓN DE LA VIDA
A LA LUZ DEL PURGATORIO Y POR MEDIO DE LA DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ALMAS
D. Felix Sardá y Salvany
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Redentor y Salvador mío, que habéis de ser un día Juez inexorable de mi pobre alma: a vuestros pies se presenta la mía llena de confusión por sus muchos pecados y por la enorme deuda que por ellos tiene pendiente ante vuestro justísimo tribunal. Perdonádselo todo, oh, amantísimo Jesús, por los méritos de vuestra Sangre, que es de valor infinito, pues ya arrepentido y humillado os pido perdón y reconciliación. Concedédmelo por las lágrimas de vuestra dolorida Madre, que lo es de un modo particular de los pecadores como yo, y por lo mucho que amáis a vuestras esposas, las almas del Purgatorio, en cuya utilidad y sufragio me propongo practicar este piadoso ejercicio. Amén.
DÍA 16
EL PURGATORIO,
Y LA INMORTIFICACIÓN
I
Con la impaciencia corren parejas la inmortificación y el exagerado amor a las comodidades y regalo de nuestro cuerpo miserable. La sensualidad, aunque no llegue al extremo de poder llamarse deshonestidad, es también un vicio, y no el menor de los que tendrán que expiar en el Purgatorio muchas almas por otra parte de vida correcta y morigerada. Amamos en demasía nuestra carne vil y la mimamos y cuidamos excesivamente hasta el punto de hacernos de ella un ídolo, a quien rendimos a todas horas vergonzoso culto. En el comer, en el vestir, en el viajar, en el confort de la habitación, en todo se nos ve solícitos, cuidadosos, refinados por el placer y bienestar material, bajo pretextos quizá de salud, a la que más bien comprometemos con nuestro exagerado horror a todo lo que sean incomodidades. Estas templan el espíritu y el organismo a la vez, tanto como el contrario lo debilita y enmollece. Una vida de continuos goces y complacencias nunca será una vida de vigor y de fortaleza moral, y siempre lo será de continuos defectos y pecados. El deber se alimenta de privaciones y sacrificios, y nunca se hallará en disposición de cumplirlo, a todo trance, quien sienta horror a cuanto sea la más leve contrariedad. No sólo los Santos, sino los mismos héroes de las humanas hazañas se han formado siempre en este molde de la vida mortificada. ¡Cuán grave cuenta habrán de dar a Dios y satisfacer en el Purgatorio los cristianos regalones y comodones!
II
Os cargan, oh, benignísimo Jesús mío, la cruz sobre las llagadas espaldas, después de la inicua sentencia de Pilatos, vuestros feroces enemigos. Y la saludáis Vos como de mucho tiempo suspirada amiga, y la abrazáis como enamorada esposa, tanto como yo la rehúyo, espantado de ella, como de un objeto siempre del mayor horror. ¿Qué me vale besar vuestra cruz bendita y signarla sobre mi frente y pecho, si la abomino y detesto cuando me la presentáis Vos en forma de cualquier trabajo o incomodidad? ¿Y qué mejor recomendación podría darse para hacérmela amable, que pensar que Vos la habéis tornado sobre vuestros hombros antes que yo, y que a ella me habéis invitado repetidas veces, diciéndome que no de otro modo que abrazándola puedo ser vuestro discípulo? ¿Puede serlo de su Señor cargado con la cruz, un discípulo inmortificado y regalón? ¿Me reconoceréis por vuestro en el supremo juicio, si no me halláis mar cado con ese sello de la cruz, que es el único de vuestros elegidos? ¡Señor y Dios mío! Sea esta cruz mi salvación y el precio principal de mis deudas en el Purgatorio, y séalo también para sufragio de las almas de mis hermanos detenidas en él. Perdonadme a mí y perdonada ellas el excesivo amor al regalo, y las falsas delicadezas del bien estar y de la conveniencia material, con que prácticamente podría decirse que más de una vez he renegado de vuestra Cruz, huyendo de ella. Venga en la forma que viniere; básteme saber y reconocer que viene de vuestras manos para que la mire como joya de inestimable valor y prenda la más segura de consuelo en la hora de la muerte y de eterna felicidad después de ella. Amén.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Os ofrezco, piadosísimo Señor y Padre mío, los rezos y demás actos de este día en sufragio de las benditas almas del Purgatorio, suplicándoos por vuestra infinita bondad y por los dolores y lágrimas de vuestra Madre y mía María Santísima, el consuelo y alivio y final descanso de aquellas vuestras esposas por la gracia y hermanas mías por la fe y la caridad. De un modo particular os recomiendo las de mis padres, parientes, amigos y bienhechores, por quien tengo sin duda mayor obligación; las de cuantos por mi causa estén en aquellas acerbas penas; las de los que están más olvidados de todos y más necesitados de mi pobre sufragio. ¡Oh, Señor y Padre mío! Aceptad en descuento de sus deudas ante vuestra eterna justicia mis humildes satisfacciones, y muy particularmente cada uno de los actos de este Mes, y concededme ser, como mis hermanas las almas del Purgatorio, eficazmente ayudado, cuando en él se halle la mía. Amén.
***
En recuerdo de la Sagrada Pasión de nuestro Salvador y en sufragio de las benditas almas:
5 padrenuestros, Avemaría y Gloria.
Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis.
Requiescant in pace. Amen.
Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace. Amen.