DÍA 5
EL PURGATORIO,
LAZO Y ESTIMULO DE LA CARIDAD CRISTIANA
MES DE NOVIEMBRE PARA LA REFORMA
Y PERFECCIÓN DE LA VIDA
A LA LUZ DEL PURGATORIO Y POR MEDIO DE LA DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ALMAS
D. Felix Sardá y Salvany
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Redentor y Salvador mío, que habéis de ser un día Juez inexorable de mi pobre alma: a vuestros pies se presenta la mía llena de confusión por sus muchos pecados y por la enorme deuda que por ellos tiene pendiente ante vuestro justísimo tribunal. Perdonádselo todo, oh, amantísimo Jesús, por los méritos de vuestra Sangre, que es de valor infinito, pues ya arrepentido y humillado os pido perdón y reconciliación. Concedédmelo por las lágrimas de vuestra dolorida Madre, que lo es de un modo particular de los pecadores como yo, y por lo mucho que amáis a vuestras esposas, las almas del Purgatorio, en cuya utilidad y sufragio me propongo practicar este piadoso ejercicio. Amén.
Meditación diaria
DIA 5
EL PURGATORIO,
LAZO Y ESTIMULO DE LA CARIDAD CRISTIANA
I
Debemos amarnos y favorecernos unos a otros; esta es la ley evangélica de la caridad, que a todos obliga y de la que nadie puede considerarse jamás dispensado. Ahora bien; esta ley no nos obliga solamente en orden a los que con nosotros viven en este mundo. Son éstos nuestros prójimos, pero lo son también los que salieron ya de él y no han llegado todavía, pero esperan llegar al término de la feliz bienaventuranza. Estos son nuestros hermanos del Purgatorio. No se ha roto, no, el nudo de hermandad que con ellos nos une, y que de ellos y de nosotros hace, por decirlo así, una misma familia. No nos despedimos enteramente de nuestros deudos y amigos al cerrarse sus ojos a la presente vida mortal y al entregar sus restos inanimados a la sepultura. Si para el incrédulo es eterna esta despedida, no lo es para el cristiano. En éste, al revés, diríase que se estrechan más y más los lazos de la cristiana fraternidad y de la solidaridad ante Dios, que se llama comunión de los Santos. Nunca, en efecto, amamos tanto a nuestros difuntos como después que lo son, y nunca nos creemos más obligados a hacer algo por ellos. ¡Bendita sea la fe en el Purgatorio, que así junta nuestros corazones en santo lazo de amor y de esperanza, a través de las negruras de la tumba y de los sollozos y gemidos de la terrenal separación! Más amigos que nunca lo fueron, me son entonces mis amigos; más queridos mis padres, más entrañablemente amados mis hermanos, El cariño para con ellos ha dejado de ser terreno, para tomar ya el carácter de divino y sobrenatural, que extraordinariamente lo dignifica y sublima. Amamos no ya con el pasajero hervor de los humanos afectos, sino con toda la estabilidad y permanencia de los afectos que tienen por depositario al mismo Dios.
II
¡Oh, Señor y Dios mío amabilísimo Jesús! Este tierno abrazo de cristiana caridad que nos une con los hermanos que tenemos en el Purgatorio y hace que podamos establecer mutua comunicación de auxilio con ellos, me recuerda hoy aquel otro horrible abrazo que del. traidor Judas sufristeis, cuando con ósculo de paz os entregó este mal apóstol y pérfido discípulo a vuestros enemigos. ¡Qué punzante y cruel herida sentiría vuestro amantísimo corazón al sentir junto a sí el calenturiento latido de aquel corazón infame, que os fingía amistad para enviaros a la muerte! Por este tan doloroso abrazo, dulcísimo Jesús, y por la entrañable caridad con que correspondisteis a él, para ablandar la dureza del infeliz traidor, haced cada día más estrechos y apretados los lazos de la caridad que unen a nuestras almas con las del Purgatorio, para que, con tal ayuda, ellas y nosotros podamos más fácilmente llegar al eterno abrazo de amor, que por toda la eternidad hará felices en el cielo a vuestros escogidos. Romped y derretid el hielo de tantos corazones, a quien hace olvidar de sus prójimos difuntos el exagerado amor a los goces terrenos, como si éstos pudiesen durar por siempre y fuesen capaces de llenar los senos, del humano corazón. Infundid en ellos. sentimientos de cristiana beneficencia, avivad recuerdos de sobrenatural cariño, con los que se hagan bien a sí propios los que lo hagan por las benditas almas, y haciéndolo a sí y a ellas, os den a Vos honor y gloria en el tiempo y en la eternidad. Amén.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Os ofrezco, piadosísimo Señor y Padre mío, los rezos y demás actos de este día en sufragio de las benditas almas del Purgatorio, suplicándoos por vuestra infinita bondad y por los dolores y lágrimas de vuestra Madre y mía María Santísima, el consuelo y alivio y final descanso de aquellas vuestras esposas por la gracia y hermanas mías por la fe y la caridad. De un modo particular os recomiendo las de mis padres, parientes, amigos y bienhechores, por quien tengo sin duda mayor obligación; las de cuantos por mi causa estén en aquellas acerbas penas; las de los que están más olvidados de todos y más necesitados de mi pobre sufragio. ¡Oh, Señor y Padre mío! Aceptad en descuento de sus deudas ante vuestra eterna justicia mis humildes satisfacciones, y muy particularmente cada uno de los actos de este Mes, y concededme ser, como mis hermanas las almas del Purgatorio, eficazmente ayudado, cuando en él se halle la mía. Amén.
***
En recuerdo de la Sagrada Pasión de nuestro Salvador y en sufragio de las benditas almas:
5 padrenuestros, Avemaría y Gloria.
Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis.
Requiescant in pace. Amen.
Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace. Amen.