domingo, 15 de septiembre de 2024

ES CURADO EL CIEGO DE BETSAIDA. LUNES DE LA DECIMOSEPTIMA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 


ES CURADO EL CIEGO DE BETSAIDA.

LUNES DE LA DECIMOSEPTIMA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

LUNES DE LA DECIMOSEPTIMA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

ES CURADO EL CIEGO DE BETSAIDA.

 

1. Preséntanle a un ciego, y le rogaban que le tocase. Y tomándole de la mano le sacó fuera del lugar (1). ¿Por qué no le cura en el lugar mismo? Betsaida era una villa en que había hecho el Señor muchas señales y prodigios, y con todo aún no creían. Por lo que son reprendidos en san Mateo (2) de que no correspondieron a la gracia. ¡Ay de ti, Corazaín! ¡Ay de ti, Betsaida, etc.! Sacóle, pues, el Señor, para dar a entender, que si no correspondía, no sería sano. Así sucede en toda enfermedad del alma. ¡Cuántas gracias has recibido! Pero ¡con cuán poca correspondencia! ¡Y quieres con todo eso ser sano!

2.- Y escupiendo en sus ojos (3) la saliva de la primera gracia con que empezase a ver; e imponiéndole las manos de su poder, le pregunto, si veía algo. Y respondió: Veo los hombres como árboles que andan. Ya tiene principio de ver; pero las cosas humanas le parecen gran-des; los hombres le parecen grandes árboles; No basta poca luz para que no seas engañado. Cuando está confusa la vista, aun las cosas del mundo parecen grandes. ¿Por ventura te parecen grandes a ti también? Señal es que hay en ti muy poca luz. Ora al Señor, diciendo: Ilumina mis ojos (4), etc.

3.- Después le puso otra vez las manos sobre sus ojos, y le restituyó la vista, de modo que veía claramente (5). ¿Por qué puso el Señor estas demoras en curar a éste? Porque aún no estaba bien dispuesto por su poca fe, y quiso que creciese en ella, y entonces le sanó. Disposición pide en ti Dios para poder obrar en ti. Si la mano de Dios es contigo escasa, tú lo causas, porque no te dispones para mayores cosas. Procura tú, pues, disponerte para recibir la gracia, para que puedas ver con claridad todas las cosas: cuán nada sea el mundo y las criaturas; cómo Dios sea todas las cosas.

 

(1) Marc., 8. (2) Matth., 11. (3) Marc. 8. (4) Ps., 12. (5) Marc., 8.

 

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

 

 

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.