ES CURADO EL CIEGO
DE BETSAIDA.
LUNES DE LA
DECIMOSEPTIMA SEMANA
DESPUÉS DE
PENTECOSTÉS.
MEDITACIONES
PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE
PENTECOSTÉS
ORACIÓN PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos,
líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su
majestad infinita, y digamos con humildad:
“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo,
yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que
estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos
pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.
Te adoro con la más profunda humildad y
reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de
todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer
con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre
eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para
conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”
Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.
LUNES DE LA
DECIMOSEPTIMA SEMANA
DESPUÉS DE
PENTECOSTÉS.
ES CURADO EL CIEGO
DE BETSAIDA.
1. Preséntanle a un ciego, y le rogaban que le tocase.
Y tomándole de la mano le sacó fuera del lugar (1). ¿Por qué no le
cura en el lugar mismo? Betsaida era una villa en que había hecho el Señor
muchas señales y prodigios, y con todo aún no creían. Por lo que son
reprendidos en san Mateo (2) de que no correspondieron a la gracia. ¡Ay
de ti, Corazaín! ¡Ay de ti, Betsaida, etc.! Sacóle, pues, el Señor,
para dar a entender, que si no correspondía, no sería sano. Así sucede en toda
enfermedad del alma. ¡Cuántas gracias has recibido! Pero ¡con cuán poca
correspondencia! ¡Y quieres con todo eso ser sano!
2.- Y escupiendo en sus ojos (3) la saliva de la
primera gracia con que empezase a ver; e imponiéndole las manos de su poder, le
pregunto, si veía algo. Y respondió: Veo los hombres como árboles que andan. Ya
tiene principio de ver; pero las cosas humanas le parecen gran-des; los hombres
le parecen grandes árboles; No basta poca luz para que no seas engañado. Cuando
está confusa la vista, aun las cosas del mundo parecen grandes. ¿Por ventura te
parecen grandes a ti también? Señal es que hay en ti muy poca luz. Ora al
Señor, diciendo: Ilumina mis ojos (4), etc.
3.- Después le puso otra vez las manos sobre sus ojos,
y le restituyó la vista, de modo que veía claramente (5). ¿Por qué puso el
Señor estas demoras en curar a éste? Porque aún no estaba bien dispuesto por su
poca fe, y quiso que creciese en ella, y entonces le sanó. Disposición pide en
ti Dios para poder obrar en ti. Si la mano de Dios es contigo escasa, tú lo causas,
porque no te dispones para mayores cosas. Procura tú, pues, disponerte para
recibir la gracia, para que puedas ver con claridad todas las cosas: cuán nada
sea el mundo y las criaturas; cómo Dios sea todas las cosas.
(1) Marc., 8. (2) Matth., 11. (3) Marc.
8. (4) Ps., 12. (5) Marc., 8.
ORACIÓN PARA FINALIZAR
TODOS LOS DÍAS:
Os doy gracias,
Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis
inspirado en este rato de oración…
Todo os lo ofrezco
a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…
¡Oh Padre Eterno!
Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre
para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
***
Sagrado Corazón de Jesús, en vos
confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación
mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega
por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por
nosotros.
Todos los santos y santas de Dios,
rogad por nosotros.
***
¡Querido hermano, si te ha gustado
esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
***
Ave María Purísima, sin pecado
concebida.