DÍA 12
Santidad de las almas del Purgatorio
MES DE NOVIEMBRE
EN SUFRAGIO DE
LAS BENDITAS ALMAS
DEL PURGATORIO
Francisco Vitali
Por la señal…
ORACIÓN INICIAL
Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.
Oh glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio. Amén.
Se lee lo propio de cada día.
DÍA 12
MEDITACIÓN
Santidad de las almas del Purgatorio
¿Por qué deméritos son condenadas las almas a las atroces penas del Purgatorio? Si el mundo los considerase los llamaría bagatelas, juegos, fragilidades de fácil perdón o de ningún reato. Pero no así Dios, que conoce su malicia intrínseca y los castiga a medida de su verdadera gravedad. ¡Oh cuan diversos son los juicios de los hombres de los de Dios! Nosotros juzgamos según nuestros caprichos y movidos de las pasiones que nos dominan, Dios juzga con su inalterable justicia que no está sujeta ni a prevención ni a error. No nos dejemos, pues, engañar de las falsas ilusiones del mundo. Los deméritos de aquellas almas comúnmente se cree que consisten en pecados llamados veniales, los cuales son culpas ligeras en comparación de los mortales, pero que se pueden llamar gravísimas comparadas con la ofensa hecha a Dios, bondad infinita. Pues si las culpas veniales son castigadas con tanto rigor en el Purgatorio, ¿por qué hacemos de ellas tan poco caso hasta bebérnoslas como se bebe el agua y tener por escrupulosa a quien procura evitarlas? Abramos, ¡oh cristianos!, los ojos del
espíritu sobre un objeto de tanta importancia y propongámonos huir, cuanto sea posible, de todo defecto, aunque ligero, y no reprobemos en adelante, sino antes bien, imitemos la cautela y solicitud de aquellos piadosos fieles que por amor de Dios huyen del peligro de toda culpa como de la vista y de la mordedura de una venenosa serpiente. Hay teólogos de profunda doctrina que sostienen que el reato de culpa no se remite sino en la presente vida por medio de la detestación sincera del pecado y por la infusión de la gracia santificante. Por consiguiente, no detiene mancha alguna de culpa a las esposas de Dios en las espiaderas llamas del Purgatorio sino solamente el reato de pena debida a sus culpas, la cual, puede quedar aún, y queda frecuentemente de hecho, para descontarse en la otra vida. Por eso dice la divina Escritura, que no saldrán de aquella cárcel atormentadora, hasta que hayan dado a la divina justicia la satisfacción más cumplida. ¿Nosotros cuántas deudas tenemos, según el testimonio de nuestra conciencia, por las culpas cometidas? ¿Y en dónde pensamos pagarlas, en ésta o en la otra vida? Consideremos cuánto más rigurosa es la satisfacción en la otra vida que en ésta, y por lo mismo propongamos hacerla lo más pronto posible.
ORACIÓN
¡Ah, sí! Bien conocemos, oh Señor, que la satisfacción que vuestra divina Justicia exige de nosotros por nuestras pasadas culpas es mucho más rigurosa en la vida futura que en la presente y mejor que nosotros lo conocemos, lo experimentan las almas de los difuntos en medio de las atrocísimas penas del Purgatorio. Por defectos que a nuestros ojos apenas lo parecen, o en pena de faltas ya borradas y perdonadas usa con ellas alto rigor vuestra justicia, que igual no lo experimentó aun el Hijo del hombre sobre la cruz cuando se cargó con los pecados de todo el mundo. ¡Ah Señor!, diga basta vuestra soberana piedad, y las misericordias de esta resarzan los derechos de la ultrajada justicia por los pecados y por la deuda de aquellos infelices que penan, pues la misericordia debe prevalecer al rigor, y a la justicia vuestra infinita bondad.
JACULATORIA
Eterno Padre, por la preciosísima sangre de Jesús, misericordia.
(x3)
V. No te acuerdes, Señor, de mis pecados.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia mis pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
V. Dales, Señor, el descanso eterno y luzca para ellos la luz eterna.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Padre nuestro… (se recita en silencio)
V. Libra, Señor, sus almas.
R. De las penas del infierno.
V. Descansen en paz.
R. Amén.
V. Señor, escucha nuestra oración.
R. Y llegue a ti nuestro clamor.
Oremos. Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, especialmente por las almas de nuestros familiares, amigos y bienhechores (pueden nombrarse por su nombre propio), para que no las dejes en el purgatorio, sino que mandes que tus santos ángeles las tomen y las lleven a la patria del paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del purgatorio, sino que posean los gozos eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y brille para ellos luz perpetua.
V. Descansen en paz.
R. Amén.