lunes, 24 de noviembre de 2025

25. EJEMPLOS DE DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO

Habiendo perdido a su padre la venerable Sor Catarina Paluzzi, por ocho días continuos la devota hija no hizo otra cosa que sufragar a su alma. Innumerables fueron las penitencias en que se ejercitó, prolongaba la oración quo tenía con el mayor fervor el día y la noche, no omitía ganar indulgencia alguna en aquel tiempo, y dando fin a aquel sagrado octavario con multitud de misas a que ella asistía personalmente con suma piedad.

Confiaba la piadosa hija que con esto habría ya proporcionado a su padre la posesión de la eterna felicidad; más ¡cuán no fue su sorpresa, cuando arrebatada en espíritu fue conducida por el Salvador y por su especial abogada Santa Catalina de Sena al Purgatorio, y vio en qué abismo de dolor yacía el alma de su padre!

No podía creer primero sus propios ojos, más se le comprimid el corazón cuando vino a herir sus oídos la voz de su mismo padre que la llamaba por su nombre, y le suplicaba con profundos gemidos le socorriese en sus penas. Quería responder la hija y decirle muchas cosas; pero impaciente por prestarle el requerido auxilio, bañado el rostro en lágrimas, se postró a los pies de su celestial esposo Jesús, rogándole que por los méritos de su sangre divina librase a su padre de aquel infelicísimo estado.

Después se volvió a Santa Catalina, para que con su poderosa intercesión avalorase sus humildes preces, y en fin, para satisfacer a la divina justicia; yo, añadió, ¡oh gran Dios! yo tomo sobre mí las culpas de mi padre, yo las expiaré con los padecimientos que fueren más de vuestro , agrado imponerme, más mi padre sea salvo, sea libre mi padre: y con medio tan eficaz consiguió inmediatamente rescatarlo del Purgatorio, y hacerlo feliz en el cielo por toda la eternidad.

Nunca será demasiado cuanto hagamos por nuestros padres. Si ellos nos dieron la vida, nosotros debemos en cambio procurarles la gloria, empleándonos en esto sin cesar, e interponer para ello la intercesión de los santos, poniendo por obra todos los medios a fin


de conseguirlo; que todo esto exige el débito del amor filial, todo, la deuda de la naturaleza y de la sangre.