domingo, 23 de noviembre de 2025

24. EJEMPLO DE DEVOCIÓN A LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO #almasdelpur...

Graciano Panzoni, cura párroco de Arona, era tan dado a las obras de piedad, que solía socorrer a los difuntos en el cuerpo y en el alma: en el cuerpo, dándoles sepultura, en el alma, sufragándolas de continuo. Tuvo particularmente un vasto campo para ejercitar su caridad en un año, hizo por aquella comarca terribles estragos.

Pereció un gran número de ciudadanos y de soldados napolitanos de la guarnición, y el buen párroco se dedicó enteramente a asistirles con medicinas y servicios personales en la enfermedad, con sepultarlos después de la muerte, y con sufragarlos en la otra vida. Pasando el contagio, mientras que un día se paseaba junto al cementerio con el piadosísimo Gobernador de aquella ciudad D. Alonso Sánchez, vieron entrambos salir de una parte de aquel sagrado recinto y entrar por otra una fila de personas cubiertas de un lúgubre manto.

Cuanto más fijaban la vista, tanto más les parecía la cosa menos natural, por lo que empezaron a creer sería una visión misteriosa, y entraron en gran deseo de saber lo que querían dar a entender, y lo que pretendían aquellos que salían y entraban en procesión. Aquellas, decía el gobernador, son las almas de los pobres soldados de la guarnición muertos hace poco, las cuales, no teniendo quien las socorra, imploran de este modo nuestra piedad.


A mí me parece, respondió el párroco, que son así las almas de los soldados extranjeros como las de nuestros conciudadanos difuntos, pero como quiera que sea, todos fueron hombres como nosotros, todos son nuestros hermanos en Jesucristo, y nos pertenecen por naturaleza, por religión y por patria. Socorrámoslos, pues, a todos, repusieron ambos de común acuerdo, y unidos en santa caridad ordenaron, que aquella misma noche se diese con la campana la señal para un sufragio general de misas que deberían celebrarse en su sufragio la mañana siguiente.

Los motivos de naturaleza, de religión y de patria, que movieron a estos piadosos personajes a tan generoso socorro, muévenos también a nosotros a recordar frecuentemente y a sufragar con mano generosa las almas de los difuntos que gimen en el Purgatorio.