martes, 2 de julio de 2024

VOCACIÓN DE PEDRO Y ANDRÉS, DE SANTIAGO Y DE JUAN. MIÉRCOLES DE LA SEXTA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 


VOCACIÓN DE PEDRO Y ANDRÉS, DE SANTIAGO Y DE JUAN.

MIÉRCOLES DE LA SEXTA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

MIÉRCOLES DE LA SEXTA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

VOCACIÓN DE PEDRO Y ANDRÉS, DE SANTIAGO Y DE JUAN.

 

1.-Vio Jesús a dos hermanos, Simón y Andrés, y les dice: Venid en pos de Mí, y hare que seáis pescadores de hombres (1). ¿A quiénes llama? ¿De dónde? ¿Para qué? Llama a unos rudos y simples, porque siempre le agradó la humildad, y es la mejor disposición para recibir las gracias. Llama a los que son hermanos. Sobre lo cual dice el Pelusiota (2): Quiso dar a entender, quería que sus Discípulos se uniesen con amor fraterno. Tales deben ser los que ganan las almas. Tú ¿cómo te has en esto? Llama del mar, y de una ocupación sin lustre. También a ti te llamó del mar del mundo, en donde tendías las redes de tus concupiscencias para pescar cosas terrenas. Reconoce ahora esta gracia, etc. Llama en pos de sí, para que siguiéndole, a la vista le tengas siempre, para que le mires y sigas sus pisadas y pesques hombres con igual celo. Pondera la dignidad de este cargo, y tu indignidad para él. Mas ¿cómo lo ejerces?

2.- Ellos luego al punto, dejando las redes le siguieron (3). Esta prontitud de obediencia reprende tu repugnancia y desidia en ella. Deja las redes. Las redes, que te estorban el seguir a Jesús, son las familiaridades del siglo, los negocios, ajenos de tu vocación y de tu estado, las aficiones malas. Si a Jesús quieres seguir, debes dejar las cosas que son ajenas de Jesús.

3.- Vio a otros dos hermanos, Jacobo y Juan, que estaban en el barco remendando las redes, y los llamó. Y ellos al punto dejando las redes y al padre, le siguieron (4). También aquí dice la Glosa: Aprobó la unidad del amor fraterno. San Bernardo (5) dice: A ciegas, sin dudas ni juicios, nada solícitos de lo que habían de vivir, le siguen sin tardanza alguna. Y fue más ciega esta obediencia que la de los primeros, porque no se les dice el cargo a que los llama. Fuera de esto vencen el amor carnal que al padre tenían. Repara tú, ¿obedeces así tan ciegamente, con tal prontitud y desnudándote de otro cualquier amor?

 

(1) Matth., 4. (2) L.1, Ep. 9. (3) Matth., 4. (4) Ibid.

(5) Ser. 2 de S. Andr.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros. 

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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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