28 de julio
LA LUCHA Y LA VICTORIA
“Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús.
MES DE JULIO EN HONOR
A LA VIRGEN DEL CARMEN
Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en este ejercicio consagrado a vuestra devoción, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:
3 Avemarías
A continuación se lee el relato tomado de la obra “Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús.
28 de julio
LA LUCHA Y LA VICTORIA
“Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús.
En su larga carrera apostólica el P. Milleriot se halló con un alma terriblemente amargada por los reveses de la vida. Falta de aliento y de valor, esta desgraciada mujer llegó al borde de la desesperación. Viéndola sin aliento ni consuelo, el P. Milleriot le impuso el santo Escapulario; pero ella, como no llegara de pronto el consuelo que esperaba, intentó suicidarse. Súpolo el Padre, y saliéndole al encuentro, le suplicó le prometiera que no se quitaría el santo Escapulario. Y como ella se lo jurara, dijo el Padre, lleno de satisfacción:
-"Ya te he cogido. Podrás intentar matarte; pero no te morirás".
Así fue, porque dos veces se arrojó al Sena y, con no saber nadar, no se hundió ninguna de ellas. Convirtióse después, porque su vida empecatada le traía aquella desesperación, y al fin murió cristianamente.
Oración final para todos los días
Infinitas gracias os damos, soberana Princesa, por los favores que todos los días recibimos de vuestra benéfica mano; dignaos, Señora, tenernos ahora y siempre bajo vuestra protección y amparo; y para más obligaros, os saludamos con una Salve:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
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Querido hermano comparte esta devoción con tus familiares y amigos para que muchos conozcan y amen a la Virgen.
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Nuestra Señora del Carmen, ruega por nosotros.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.