ES CURADA DE LA FIEBRE LA SUEGRA DE SIMÓN.
VIERNES DE LA SEXTA SEMANA
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
MEDITACIONES
PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO
SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS
Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI
ORACIÓN PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:
“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.
Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”
Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.
VIERNES DE LA SEXTA SEMANA
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
ES CURADA DE LA FIEBRE LA SUEGRA DE SIMÓN.
1.- La suegra de Simón padecía grandes calenturas (1). Con tal disposición la encuentra Jesús. ¿Con cuál te encontró a ti cuando a ti vino? No acaso con una fiebre sola, sino con muchas. No diré, dice san Ambrosio, que es menor la fiebre del amor (hacia las cosas criadas) que la del calor de una calentura. Nuestra fiebre es la avaricia, la lujuria, la ambición, la ira (2). Advierte tus enfermedades y peligros. Admite a Jesús en la casa de tu corazón (pues hasta aquí le desechaste) para que te cure con su gracia y dictámenes divinos.
2.- Y llegándose la levantó tomándole de la mano, y al punto la dejó la fiebre (3). No tienes que esperar salud, si no extiende Dios la mano de su gracia. Pero ¿cuántas veces la extiende y no la tomas? Mandó a la fiebre, y la dejó (4). Entiendes bien el mandato y la voluntad de Dios acerca de las fiebres que padeces, y con todo no te dejan. ¿Cuál es la causa? Porque las amas, aun siendo espirituales; siendo así que tanto aborreces las corporales calenturas. Teme aquello: Curamos a Babilonia y no ha sanado: desamparémosla (5). ¡Oh desamparémosla terrible!
3.- Y levantándose al punto, les servía (6). Cuando Dios sana solo, en un momento, y con gran perfección se obra la cura. Pero esta, según el orden común de obrar, se hace sucesivamente y a la medida de nuestra cooperación. Tu bien quisieras tener domadas tus pasiones; pero quisieras que esto nada te costase. Vanos son los deseos cuando no se pone mano a la obra. 2. Emplea en obsequio de Cristo la recobrada salud. Y le servía. Esto pide el agradecimiento. Tú ¿en quién empleas la salud que gozas?
(1) Luc., 4. (2) Lib. 4 in Luc., c. 4. (3) Marc., 1.
(4) Luc., 4. (5) Jer., 51 (6) Luc., 4.
ORACIÓN PARA FINALIZAR
TODOS LOS DÍAS:
Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…
Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…
¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
***
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
***
¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
***