DE LA EXACTA OBSERVANCIA DE LA LEY.
MARTES DE LA DÉCIMA SEMANA
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
MEDITACIONES
PARA EL TIEMPO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO
SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS
Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI
ORACIÓN PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:
“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.
Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”
Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.
MARTES DE LA DÉCIMA SEMANA
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DE LA EXACTA OBSERVANCIA DE LA LEY.
1.- No vine a derogar la ley, sino a cumplirla, (1). La ley antes de Cristo no era llena, o perfecta. Vino a llenarla, o a elevarla a su mayor perfecciona; porque ordenó añadirle alma, que es el afecto interior. Añadióle los consejos, etc. Y a nosotros nos añadió sus merecimientos de quienes procede la gracia para guardar más fácilmente la ley. ¡Mira lo que debes a tal Legislador! Observa que no basta el no quebrantar la ley, es menester cumplirla. Esto es, ejercitar perfección, con las obras de la regla y de los preceptos.
2.- De verdad os digo: No se pasará una jota y un ápice de la ley hasta que todo se cumpla (2). Dícelo con su ejemplo, que quiso observar exactísimamente la ley y todas las cosas que de Él estaban escritas en los profetas, hasta la cosa más menuda, de tal suerte, que primero faltarán el cielo y la tierra, antes que deje de cumplir la menor cosa. ¿Te aficionas tú así a la ley de Dios, a las reglas de tu religión? Procura a toda costa no dejar siquiera un ápice. Haces una cosa muy excelente si reparas en lo mínimo.
3.- El que quebrantare, pues, uno de estos mínimos mandamientos, será llamado mínimo en el reino de los cielos (3). Después de proponer su ejemplo, insinúa lo que quiere de ti: Que observes tú también las reglas y mandatos más menudos. Ningún mal hay tan pequeño, que no incline a otro peor. Nota que la voz solverit (que significa desatar), quiere decir que todos los mandamientos están entre sí atados. Y así si uno solo sueltas, vienes fácilmente a desatarlos todos. Llámalos mínimos, para mostrar la facilidad de su observancia. Muévante estas cosas para atender a no caer en faltas mínimas. Y si desprecias las cosas pequeñas, teme no caigas poco a poco (4).
(1) Matth., 5. (2) Ibid. (3) Ibid. (4) Eccli., 19.
ORACIÓN PARA FINALIZAR
TODOS LOS DÍAS:
Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…
Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…
¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
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