JUEVES DESPUÉS DE CENIZA
Forma Extraordinaria
del Rito Romano
Y al entrar en
Cafarnaúm le salió al encuentro un centurión, y le rogaba, diciendo:
Señor, un criado mío está postrado en mi casa, paralítico, y padece
muchísimo. Jesús le respondió: Yo iré y lo curaré. Y le replicó el
centurión: Señor, no soy yo digno de que tú entres en mi casa; pero mándalo con
tu palabra, y quedará curado mi criado. Pues aun yo, que no soy más que
un hombre sujeto a otros, tengo soldados a mi mando, digo al uno: Marcha, y él
marcha, y al otro: Ven, y viene; y a mi criado: Haz esto, y lo hace. Al
oír esto Jesús, mostró gran admiración, y dijo a los que le seguían: En verdad
os digo que ni aun en medio de Israel he hallado fe tan grande. Así os declaro
que vendrán muchos gentiles del oriente y del occidente, y estarán a la mesa
con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos, mientras que los hijos
del reino serán echados fuera, a las tinieblas; allí será el llanto, y el
crujir de dientes. Después dijo Jesús al centurión: Vete, y te suceda conforme
has creído; y en aquella hora misma quedó sano el criado.
Evangelio según San Mateo 8,5-13.