ANTE LA
TENTACIONES DEL DEMONIO, HUMILDAD
Cuando
el demonio por incitar a soberbia, provoca estas apariciones, si entonces el
alma, pensando que son de Dios se humilla y reconoce que no merece tan gran
merced y se esfuerza en servir más, porque viéndose rica cuando aún no merece
comer las migajas que caen de las personas a quienes hace Dios estas mercedes,
se humilla y comienza a esforzarse a hacer penitencia y más oración y a tener
más cuidado de no ofender a este Señor que le hace esta merced y a obedecer con
más perfección, yo aseguro que no volverá el demonio, sino que se irá
avergonzado y que ningún daño dejará en el alma (F 8, 4).