VIERNES DESPUÉS DE CENIZA
Forma Extraordinaria
del Rito Romano
Habéis oído que fue
dicho: Amarás a tu prójimo y tendrás odio a tu enemigo.
Yo os digo más: Amad
a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os
persiguen y calumnian, para que seáis hijos imitadores de vuestro Padre
celestial, el cual hace nacer su sol sobre buenos y malos, y llover sobre
justos y pecadores. Que si no amáis sino a los que os aman, ¿qué premio habéis
de tener? No lo hacen así aun los publicanos? Y si no saludáis a otros
que a vuestros hermanos, ¿qué tiene eso de particular? Por ventura ¿no hacen
también esto los paganos? Sed, pues, vosotros, perfectos, así como vuestro
Padre celestial es perfecto, imitándole en cuanto podáis. Guardaos bien de
hacer vuestras obras buenas en presencia de los hombres con el fin de que os
vean, de otra manera no recibiréis su galardón de vuestro Padre que está en los
cielos. Y así cuando das limosna no quieras publicarla a son de trompeta, como
hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, o plazas, a fin de ser
honrados de los hombres. En verdad les digo que ya recibieron su recompensa. Mas
tú cuando des limosnas, haz que tu mano izquierda no perciba lo que hace tu
derecha, para que tu limosna quede oculta; y tu Padre, que ve lo más oculto,
te recompensará en público.
Evangelio según San Mateo 5,43-48.6,1-4