Santo Rosario.
Por la señal...
Monición inicial: El 13 de febrero se hacía memoria de santa Catalina de Ricci, de la Tercera
Orden Regular de Santo Domingo, que se dedicó de lleno a la restauración de la
religión y por su asidua meditación de los misterios de la pasión de
Jesucristo, tuvo abundantes experiencias místicas.
En una de
sus cartas explica el rezo del Rosario al príncipe y le dice: “deseo que su Alteza lo diga y haga que todas
sus damas lo reciten: verá cuanto consuelo hallarán”
Siguiendo
su consejo, recemos también nosotros el Rosario y pidamos a la Virgen María
imitar sus virtudes de humildad, obediencia, perseverancia en el bien,
paciencia y caridad, “ya que por nuestra fragilidad
y cobardía no podemos practicarlas como ella”.
Señor mío
Jesucristo...
MISTERIOS
LUMINOSOS
1.-El Bautismo del Señor en el Jordán
“Para emprender este
camino debemos ser incitados por el ejemplo de este abismo de amor del Hijo de
Dios hacia una pequeña criatura. Junto con nuestra naturaleza también Cristo
empezó esta carrera suya, tan veloz y que lo llevó hacia tan grande pasión. Nosotras
también, hijitas, debemos hacer con vehemencia este camino y hemos de lanzarnos
a este gran océano, en el que nos lavemos y limpiemos pues fue hecho para
nosotros.”
2.-El Milagro de las Bodas de Cana
“He ofrecido a Jesús
el corazón y el alma, el cuerpo y el intelecto, la memoria y la voluntad que a
semejanza de las seis tinajas llenas de agua, le he pedido que las convierta en
vino que es purgante y conservador para que sea purgada toda contrariedad que
confunde el espíritu y conserve la buena
voluntad mediante las buenas obras.”
3.- El anuncio del Reino invitando a la conversión.
“Si nosotros
caminamos en la penitencia buscando a Jesús, lo encontraremos. Y por su
benignidad, él vendrá a curar a nuestro hijo, que es nuestro intelecto, y al
regresar a casa, lo encontraremos sano.”
4.-La Transfiguración del Señor
“La contemplación nos
hace capaces de las cosas celestes, en la medida de nuestra fragilidad
intelectual, nos enamora y nos hace sentir que todo cuanto hay en este mundo es
nada comparado con la gloria eterna; de la que tendríamos que estar tan
deseosos, que no debíamos sentir ni gustar las dificultades de aquí abajo, que
pronto han de pasar.”
5.- La institución de la Eucaristía
“Dense a
la santa obediencia, y, frecuenten a
menudo la confesión y la Santa Comunión, si quieren ver a Jesús; porque no se
puede amar y ver mejor a Jesús que uniéndose a él en la santa comunión.”