DÍA 4.
LA SANTIDAD DEL CORAZÓN DE MARÍA
MES DE AGOSTO EN HONOR
AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
wOraciones para comenzar todos los días:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Con el Ángel de la Paz que enseñó a los tres pastorcitos de Fátima-Lucía, Francisco y Jacinta- a rezar para desagraviar los Corazones de Jesús y de María, decimos:
Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo.
Os pido perdón por los que no creen, no adoran,
no esperan y no os aman. (3 veces)
***
Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,
Os adoro profundamente y Os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma
y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él mismo es ofendido
y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.
w Consideración diaria.
DÍA 4.
LA SANTIDAD DEL CORAZÓN DE MARÍA
Como fruto de la unión que existe entre el Corazón de María y el Corazón de Jesús, brota la santidad del Corazón de María: no ha habido, ni hay, ni habrá un corazón en el mundo donde haya tal santidad, pues la Virgen es la “llena de gracia”.
“Solo Dios es santo” y al decir esto, decimos que en Dios están de modo infinito todas las perfecciones, bondades, atributos y virtudes; y nada hay malo ni defectuoso ni imperfecto en Él: infinitamente sabio, omnipotente, justo, perfecto e inmenso, eterno e inmutable, infinitamente bueno y misericordioso.
Esa santidad de Dios, Dios la comunica especialmente a los hombres en la creación, que tras el pecado original queda “privado de la gloria y de la santidad de Dios”.
La obra de la redención consiste en devolvernos esa participación en la santidad divina, en la vida de Dios, mediante la unión con Jesucristo. La Virgen participa de la redención en primer lugar y de forma singular: Ni todos los santos juntos igualan a la santidad de María. Su santidad es única e irrepetible, pues preservada del pecado original, Ella es “llena de gracia” y en Ella no hay resquicio de mal, ni de imperfección ni de defecto. “Tota pulchra es Maria” -canta la liturgia.
El Inmaculado Corazón de María es totalmente santo a imagen y semejanza de Dios, tres veces santo. Ella tiene toda la santidad de Dios que en una criatura puede darse. Ante la dignidad singular, sublime y, más aún, casi divina de la Madre de Dios, el Papa Pío XII decía: “Gloríense, por lo tanto, todos los cristianos de estar sometidos al imperio de la Virgen Madre de Dios, la cual, a la par que goza de regio poder, arde en amor maternal”.
wOraciones para terminar todos los días:
Terminemos nuestra oración, haciendo un acto de reparación al Inmaculado Corazón de María:
· En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Inmaculada Concepción de María. (Avemaría)
· En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Virginidad perpetua de Nuestra Señora. (Avemaría)
· En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la maternidad divina de María, rechazando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres. (Avemaría)
· En reparación por aquellos que infunden en los niños y en los jóvenes el desprecio hacia la Virgen Inmaculada. (Avemaría)
· En reparación por aquellos que ultrajan, desprecian y maltratan las imágenes y representaciones de la Virgen Santísima. (Avemaría)
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CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN
de San Antonio María Claret
¡Oh, María! Madre de Dios y Madre nuestra, a Vos acudimos para consagrarnos a vuestro Inmaculado Corazón para que reines en nuestros corazones y en nuestra familia y nos ponemos bajo tu protección maternal.
Os consagramos nuestros cuerpos y nuestras almas, nuestra familia, nuestro hogar; todo cuanto somos y tenemos. Y para que esta consagración sea eficaz y verdadera, renovamos a vuestros pies las promesas que en nuestro nombre hicieron nuestros padres en el bautismo.
Renunciamos a las seducciones del mundo, enemigo de Dios y nuestro; sus criterios de riquezas, honores y placeres; sus escándalos y pecados. Renunciamos a nuestras malas pasiones y a las intrigas del demonio.
Y nos comprometemos a conservar nuestra fe, santificar nuestras costumbres y seguir los dictados del Magisterio de la Santa Iglesia Católica fundada por Nuestro Señor Jesucristo y frecuentar los Santos Sacramentos. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos de Dios, rogad por nosotros.
Ave María Purísima, sin pecado concebida