DÍA 14.
EL CORAZÓN DE MARÍA PREOCUPADO POR LA SALVACIÓN DE SUS HIJOS
MES DE AGOSTO EN HONOR
AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
wOraciones para comenzar todos los días:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Con el Ángel de la Paz que enseñó a los tres pastorcitos de Fátima-Lucía, Francisco y Jacinta- a rezar para desagraviar los Corazones de Jesús y de María, decimos:
Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo.
Os pido perdón por los que no creen, no adoran,
no esperan y no os aman. (3 veces)
***
Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,
Os adoro profundamente y Os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma
y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él mismo es ofendido
y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.
w Consideración diaria.
DÍA 14.
EL CORAZÓN DE MARÍA PREOCUPADO POR LA SALVACIÓN DE SUS HIJOS
Hallar el Corazón de la Virgen y amarlo adentrándose en Él como refugio en la peregrinación de nuestra vida, es la ciencia más elevada de la santidad. No hay forma más perfecta de llegar a Jesucristo que a través del Corazón de su Madre. San Luis María Grignon de Montfort lo afirma tajantemente: “La Virgen es el camino más rápido, fácil y seguro para llegar a Jesús”.
Nuestra Señora en sus apariciones y mensajes en Fátima muestra su interés y su preocupación como Madre amorosa y diligente por la salvación de sus hijos.
En primer lugar, pide a los niños que ofrezcan sacrificios por los pecadores, porque muchos hombres van al infierno porque no hay nadie que rece y se sacrifique por ellos.
Ante las preguntas de los niños sobre el destino eterno de algunos vecinos que se habían muerto, la Virgen responde: “unos si están en el cielo, otros estarán en el purgatorio hasta el final de los tiempos…” “Francisco y Jacinta irán pronto al cielo…”
En la aparición de julio de 1917, Nuestra Señora muestra a los niños el infierno para moverlos a una mayor caridad hacia los pecadores y que descubran las consecuencias eternas de una vida sin Dios.
En esa misma aparición, la Virgen les enseña y pide que recen esta jaculatoria en cada misterio del rosario: “Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al cielo, especialmente las más necesitadas”.
Finalmente, al pedir la reparación de los primeros sábados de mes, -Ella, Virgen siempre agradecida y generosa-, ofrece a cambio la promesa de asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación.
¿Vamos a desperdiciar este medio tan sencillo, fácil y seguro para alcanzar la salvación?
wOraciones para terminar todos los días:
Terminemos nuestra oración, haciendo un acto de reparación al Inmaculado Corazón de María:
· En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Inmaculada Concepción de María. (Avemaría)
· En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Virginidad perpetua de Nuestra Señora. (Avemaría)
· En reparación por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la maternidad divina de María, rechazando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres. (Avemaría)
· En reparación por aquellos que infunden en los niños y en los jóvenes el desprecio hacia la Virgen Inmaculada. (Avemaría)
· En reparación por aquellos que ultrajan, desprecian y maltratan las imágenes y representaciones de la Virgen Santísima. (Avemaría)
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CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN
de San Antonio María Claret
¡Oh, María! Madre de Dios y Madre nuestra, a Vos acudimos para consagrarnos a vuestro Inmaculado Corazón para que reines en nuestros corazones y en nuestra familia y nos ponemos bajo tu protección maternal.
Os consagramos nuestros cuerpos y nuestras almas, nuestra familia, nuestro hogar; todo cuanto somos y tenemos. Y para que esta consagración sea eficaz y verdadera, renovamos a vuestros pies las promesas que en nuestro nombre hicieron nuestros padres en el bautismo.
Renunciamos a las seducciones del mundo, enemigo de Dios y nuestro; sus criterios de riquezas, honores y placeres; sus escándalos y pecados. Renunciamos a nuestras malas pasiones y a las intrigas del demonio.
Y nos comprometemos a conservar nuestra fe, santificar nuestras costumbres y seguir los dictados del Magisterio de la Santa Iglesia Católica fundada por Nuestro Señor Jesucristo y frecuentar los Santos Sacramentos. Amén.
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Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos de Dios, rogad por nosotros.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.